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Capitulo O2

2. Escucha lo que dice.

Si le gustas y está nervioso/a o anticipándose a la oportunidad de acercarse a ti, probablemente comience a hablar sobre él/ella. Muchas veces las personas sienten la necesidad de probar su hombría/femeneidad, especialmente si hablas de otra persona en su presencia.

Por supuesto que tuve que volver a la página para perseguir mis pensamientos tal cual gato y ratón. Era mi único pasatiempo y arrebato para entretener mis inútiles pesares.

Me sentía completa y enteramente ridícula por querer hallar y rebuscar entre los sentimientos de Haewon. Lo único que me alegraba, era que estuviese consciente de que la página señalaba puntos tan nefastos y faltos de gracia, que por nada en el mundo me rebajaría a creerlos.

Este punto podía ser para nada certero, eso estaba claro, pero también era muy sugestivo. Sólo eso me impulsaba a continuar con mi pequeña y secreta investigación.

-¡¿Quién quiere un poco?!-Haewon, después de tantas horas, apareció, gritando a nuestras espaldas.

Saltamos del susto y nos volteamos para reprenderla, pero en cuanto vimos lo que traía en manos, brincamos sobre ella. O bueno, las demás lo hicieron. Devoraron el jokbal y la caja de pizza, mientras yo sólo me quedaba de brazos cruzados, intentando darme calor. Los tres abrigos que me había puesto parecían no servir de nada.

Hoy nos iríamos de viaje a Japón, y la verdad, estaba asustada por el transporte y por quién sería mi compañera de cuarto. No teníamos tanto dinero y no habíamos encontrado nada más barato que tomar tres buses y un barco. Esperaba no tardar más de un día en llegar al hotel, pero todo indicaba que eso pasaría.

Yo había sugerido sólo un tren y un avión hasta Fukoaka, mas nadie me escuchó.

Por otro lado, deseaba que no hubiese una coincidencia cliché en donde Haewon tuviese que dormir conmigo en una cama matrimonial.

Pedía a gritos y súplicas silenciosas por que aquello no pasase. Quería que tuviésemos nuestro espacio personal presente en todo momento, y también, quería que conviviéramos con las demás como no lo habíamos hecho en todos estos meses. Haewon y yo solíamos estar juntas aunque no lo pidiésemos, y no necesitábamos hacerlo más si las demás chicas estaban peleadas entre ellas. Lo correcto sería que las ayudásemos a distraerse y disfrutar... Pero cada una por su lado.

Cuando subimos al bus, me dediqué a jugar con Jiwoo mientras esperábamos que el transporte arrancase. Su carisma connatural me hacía corresponder sus abrazos aunque yo siempre hubiese sentido repudio por ellos, por lo que sonreí, feliz de que estuviese riendo conmigo después de tanto aislamiento de su parte.

Bae pasó por nuestro lado, deteniéndose cerca de Woo. Le tomó la mano dulcemente para levantarla y sentarla en otro lugar, incluso lejos de ella. Podía notarse que estaba molesta, aunque no sabía por qué. No estaba celosa por haberse reído conmigo, ¿verdad?

- Haewon quiere sentarse con Lily, quédate ahí, Jiwoo, ¿sí?

No se lo dijo de forma brusca o fastidiada, y lo agradecía internamente porque Jiwoo de vez en cuando podía percibirse muy sensible. Me asomé por el asiento, suspirando de lástima cuando la vi rodarle los ojos a Bae como si su presencia la irritase. Bae carraspeó, notablemente afectada antes de sentarse atrás de mí.

En ese momento, Woo miró su cabellera y dejó su faceta arrogante, bajando la mirada, apenada.

Necesitaba hablar con ella y saber qué le pasaba. No me gustaba verla así, y me molestaba que se aislara de nosotras o que escondiera sus problemas.

Miré hacia el frente, soltando un bostezo repentino. Mis ojos pronto se hicieron pesados y me acomodé mejor en el asiento, odiando que me cansase en cuestión de segundos, incluso por reírme tanto.

Haewon apareció por la puerta delantera, acercándose casi de forma cautelosa hacia mí, sonriendo y meneando la cabeza para que la dejase pasar. Acepté, pero no dudé en cambiarme de asiento hacia la ventana, sólo con el fin de dejarla en el pasillo y burlarme. Frunció el ceño suavemente, mirándome con una ceja alzada.

Igualmente se sentó, siendo notorio su temblor por culpa del frío. Tenía unos guantes rosados pasteles que le caían perfectos, y la punta de su nariz estaba roja, como si estuviese resfriada o fuese un lindo y pequeño Rodolfo. Me estiró una bolsa que recibí cuestionante, dejando que soplase sus manos para tratar de calentarlas.

- E-es para ti. -Alcé una ceja, no entendiendo bien qué era.- Vi que no comiste nada de l-lo que traje, así que te guardé un p-poco. -Sonreí cortamente, asintiendo.

- No tengo hambre.

- ¿Cómo que no tienes hambre? -Se giró hacia mí.- ¿A-acaso estás enferma? -Fingió preocupación, haciéndome saber que estaba bromeando.

- Tengo hambre, pero de dulces. -Hice un mohín. Ella no dijo nada, mirando la bolsa con la boca hecha agua.

- Está bien pero... ¿N-no te vas a comer lo que traje para ti?

- ¿Te lo quieres comer tú? - Pregunté amablemente y asintió, algo avergonzada.- Adelante, come.

Se tomó el tiempo de mirar de manera simultánea entre la bolsa y yo, no sabiendo qué decir ni qué hacer, como si comerlo no fuese lo correcto. ¿Desde cuándo dudaba si le ponían comida al frente?

Entonces, de manera inaudita, se sentó sobre sus rodillas en su asiento y estiró la bolsa hacia Bae, sonriéndole.

Volvió a sentarse, frotando sus manos como si nada hubiese pasado. Me quedé con la boca abierta. ¿De verdad había regalado la comida en vez de tragarla? No era cualquier comida, era jokbal.

Golpeó mi brazo cuando notó que la miraba con sorpresa.- La había traído p-para ti, no quería comer lo que había traído para ti. - Analicé sus palabras, un tanto curiosa. Ella jamás hubiese hecho algo así en sus cinco sentidos. ¿Dónde estaba la verdadera Haewonie que había conocido?

- Estoy realmente sorprendida. - Admití, carcajeando con su cara agraciada.

- S-soy una caja de sorpresas. -Sonrió, de pronto chillando.- T-tengo mucho f-frío, Lily-ah~ -Alargó el final, haciéndome soltar una carcajada y morir ante su aegyo involuntario. -

❝Determina su interés con lo que digas. En realidad, no importará qué digas, sino cómo lo digas para que así te dé mucha información sobre su nivel de interés en ti. Intenta lo siguiente: inclínate hacia él/ella y susúrrale algo, apenas tocando su hombro con tu hombro...❞

Me tomé la libertad de pensarlo y procesarlo, discutiendo internamente en si era una buena idea o no. Jamás había coqueteado porque no me gustaba ni había tenido la oportunidad, pero si la página me lo decía, entonces quizás debía dar el paso que nunca había dado. Ansiaba saber cómo reaccionaría y si diría algo al respecto, así que no podía echarme para atrás, no ahora.

Suspiré con pesadez, algo reacia con lo que haría. Veía sus dientes chocar y resonar por sus temblores, y no tenía muy claro si ese era el momento y la situación perfecta para insinuarle un abrazo.

Mi mano subió antes de que pudiese detenerla y acarició su mejilla con los nudillos, comprobando lo terriblemente helada que estaba. Nunca fui fanática del contacto físico, y únicamente con Kyujin eso había caído por la borda. Me gustaba ser amable y atenta con ella porque siempre me había regalado el mismo trato, y yo no era nadie para no corresponderle.

Con Haewon, las cosas eran distintas.

Por un segundo se quedó estática, desviando los ojos de sus guantes hasta mí rápidamente. Me observaba atenta, indagante. Sus ojos desde que la conocí me habían resultado realmente intimidantes, y estaba segura de que pronto miraría hacia otro lado y todo el plan sobre coquetearle caería de golpe.

Sus ojos cayeron en mis labios, y tragué pesado, exaltada. Subió hasta mis ojos, expresando duda, para luego volver a bajar. Mis mejillas comenzaron a quemar fuertemente y sentí entrar en pánico. Ella nunca había hecho eso, ¡basta!

- Estás muy helada. -Intenté carraspear para no sonar retraída y proseguí: ¿Q-quieres que te abrace?

Se sorprendió, abriendo sus ojos grandemente, y demostrándome con sólo ese gesto que yo era una completa inútil. Verla así, como si estuviese emocionada, me hizo sentir afligida. ¿Qué tan fría debo de ser con ella para que un simple abrazo la haga actuar así?

No me respondió, pero se apresuró a esconderse en mi cuello y abrazarme por la cintura como si estuviese necesitada de afecto. Envolví uno de mis brazos por sus hombros, apoyando mi cabeza sobre la suya y acariciando su cabello con cuidado.

Sentía mi corazón golpetear acelerado contra mi pecho, haciéndome tragar pesado, pidiendo al cielo por que ella no lo escuchase. No era la primera vez que experimentaba una sensación similar, pero esta vez me incomodaba de sobremanera.

Suponiendo que era del nerviosismo, boté un suspiro, mirando por la ventana. Me frustraba no poder entregarme a ella con naturalidad.

Mis ojos fueron cerrándose, y pronto sentí sus labios rozando mi cuello agradablemente. No me estaba regalando un beso, ella ya estaba dormida, y podía reafirmarlo con su tranquila y libre respiración, la cual sólo provocaba que el sueño también me llegase violentamente. Más temprano que tarde, los vellos erizados de mi piel me hicieron creer que su cercanía era molesta. Ignorando aquel devastador pensamiento, me acurruqué contra sus brazos, dejando que el calor de su cuerpo me envolviese como jamás lo había hecho.

Era dulce tenerla de esa manera.

── Lilsie...──Un pequeño y corto beso en mi mejilla me hizo gruñir, frunciendo el ceño.── Sé que no quieres despertar, y no es necesario que vengas conmigo si estás muy cansada... ──Apreté la mandíbula ante el mal humor que comenzaba a recorrerme. Si no era necesario que la acompañase, entonces no me hubiese despertado.── Al menos dime si quieres algo de comer.── Entrecerré los ojos, topándome con Haewon a una corta distancia. Inquieta, volví a gruñir, estirándome y alejándome de ella.

── ¿Quieres que vaya contigo?──Pregunté, mi voz sonando un tanto áspera. Sabía que se estaba riendo muda por mi cara demacrada, y sin dudas la hubiese golpeado si no fuese una persona que se caracterizaba por ser pacífica. ── No te rías, ¿a dónde vamos?

── Hemos estado horas viajando y nos dieron la oportunidad de ir a comprar algo. Tenemos quince minutos.

── De acuerdo, ¿y qué? -Pregunté de mala gana, enderezándome.- ¿Quieres que vaya? ¿Por qué no se lo pediste a alguien más?

── De hecho, fuiste mi última opción. ──Apenas soltó semejante frase, mis ojos se abrieron por completo. Si ya me encontraba molesta, ahora estaba furiosa. ¿Cómo se le ocurre decirme eso? Me ofendió a tal punto que ella pareció notarlo, cambiando su cara a una más asustada y cohibida.── No me malinterpretes, no quería despertarte porque te veías linda durmiendo, pero nadie quiere salir conmigo. Hace frío afuera, y yo...

── Ve sola entonces. ──Me volteé, mirando hacia la carretera. No sabía por qué el ser su última opción me había afectado tanto, pero todo estaba relacionado con que me haya despertado en el peor momento. Odiaba que me despertaran, todos lo sabían, y a ella le tocó ser la víctima de mi desquite en esta ocasión.

La sentí suspirar y removerse a mi lado. La soledad me llegó como un balde de agua fría y rodé los ojos, fastidiada con ella y conmigo. Se había ido, dejándome desamparada e indefensa. Me asomé por los asientos, viendo cómo Bae hablaba con Jini, Kyujin y Eunchae parecían discutir, y las demás dormían.

Volví a acomodarme y miré la carretera justo cuando Haewon acababa de bajar del bus.

El pecho se me apretó al verla caminar tan desanimada. Había sido la culpable por haberle respondido mal, y ella era demasiado gentil como para no perdonarme si es que bajaba y la perseguía. Pero me ponía ansiosa pensar en lo estúpida que me vería si le pedía disculpas luego de haberme molestado.

Convéncete, Lily. Si no la buscaba de inmediato, se sentaría en otro lado y ambas dejaríamos de hablarnos sólo por el hecho de creer que necesitábamos espacio.

Me levanté casi sollozando por darme cuenta de que debía congelarme para alcanzarla. Bajé del bus y corrí para detenerla antes de que tocase el local, pero ya había entrado, dejándome agitada en mitad de camino. Por Dios, mejor ni me hubiese tomado la molestia de correr.

Entré con cuidado, fijándome en varias personas antes de divisar su cabello rosa y su perfil marcado. Podía reconocerla en donde fuese, sus rasgos eran muy distintivos.

¿Qué debía hacer ahora? No sabía qué decirle ni cómo acercarme. La noté abrazarse a sí misma, viendo los paquetes de dulces con un imperceptible temblor, encendiendo la bombilla sobre mi cabeza que siempre estaba apagada cuando estaba cerca de ella.

La comunicación no verbal funcionaría.

...Para aumentar la expectativa, tócale la espalda. Si se acerca hacia ti y corresponde el contacto físico o te mira a los ojos, entonces está interesado/a en ti. Si no lo está, probablemente se aleje o no reaccione. Si no está para nada interesado/a, podría incluso alejarte de su espacio personal.

Me posicioné detrás de ella, y con el corazón en la boca, enrollé mis brazos en su pequeña cintura, pegándome a su espalda sin ninguna intención de que se asustase. Se tensó, volteándose para empujarme, pero me reconoció al instante y sus expresiones se relajaron.

── Lily... ──Soltó entre suspiros. La apreté más contra mí, haciéndola reír. Sus brazos rodearon mi cuello con recelo, reconociendo la duda en su cuerpo.

── Lo siento, Haewonie. Estaba molesta porque me despertaste, pero no estuvo bien hablarte así. - Alcé la cabeza, viendo la sonrisa que quería escaparse de sus labios. Quizás era irrelevante, pero llevaba unas plataformas que la hacían ver atractivamente alta, aún más de lo que ya lo era.

Mis mejillas se tiñeron de rojo cuando me percaté de que miraba mis labios con curiosidad. Me lamí los labios de forma inconsciente, sintiendo mi corazón dar un salto con aquello. ¡No la estaba provocando! Fue algo que nunca tuve que haber hecho, me arrepentía completamente.

Exhaló, de inmediato mirando mis ojos.

── Acepto tus disculpas, Lily. Gracias por ser amable conmigo hoy.

Mi ánimo decayó.

¿Nunca era amable con ella?

── ¿Yo no soy amable contigo? ──Pregunté, demasiado desconcertada. Ella hizo el amago de explicarme, pero luego con simpleza negó, ladeando una sonrisa.

── No importa, ¿qué quieres comer?──No podía mentir, me había dolido que evitase su respuesta. La ignoré, soltándome de su abrazo y escuchando su risita. ¿Le parecía divertido? Porque a mí no.── Está bien, no respondas. Los Chocopies que compraré serán para mí.

── Oh, no, Haewon, ni se te ocurra. - Estaba resentida, pero nadie tocaba mis chocopies.

Haewon pagó porque se rehusó a que lo pagase yo, y de inmediato salimos con las bolsas en mano. Ella me contaba lo que le había dicho Jiwoo cuando estaban solas, y yo sentí la necesidad de entrelazar nuestros brazos.

─ dami's note : que difícil que es cambiar todoooo, voy a llorar denle like que lloro TT

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