21. (Extra)
Louis no pudo pegar un ojo durante toda la noche. La pregunta sobre qué iba a hacer luego de que lo echaran del canal (porque estaba seguro que lo harían) lo atormentaba.
Pasar la tarde escapado en aquel parque con Summer lo había mantenido recluido de sus molestos pensamientos y agonizantes dudas. Había comprendido que ella lograba que se mantuviera a raya. Pero ahora, sólo, en la penumbra de su habitación, podía analizar toda la situación sin que la rabia y decepción que lo habían embargado en el momento que mostraron ese video lo atormentaran.
Realmente se preguntaba, ¿en quién se había convertido?
¿Cómo había pasado de ser ese hermano y persona ejemplar para convertirse en un ogro? Era muy fácil echarle la culpa a los medios y a su vida ahí, pero ¿dónde había quedado esa fuerza de voluntad, ese carácter, su forma de ser?
Recordó una de las primeras entrevistas que tuvo, ya que el programa logró tener un auge considerable desde el primer día que estuvo al aire, le habían preguntado qué era lo que nunca cambiaría en el programa, él había respondido con un sencillo, honesto y sin ninguna ínfula de egocentrismo...
—Yo.
Vaya que había estado muy equivocado.
Sabía muy bien, que la muerte de Sandra lo había colocado en un estado de total abandono y sequedad, se sentía tan culpable, impotente y completamente desecho. Su madre había sufrido tanto, al igual que el resto de su familia, pero eso no había servido de excusa para olvidar cómo lo habían tratado. Recordaba bien sus palabras.
—¡Es tu culpa, Louis!—gritaba su madre en el funeral. —Tú descuidaste a mi niñita, por tu culpa está muerta.
Tan desolado se sintió en ese tiempo, todos sumergidos en un dolor personal, pero él además de lidiar con su dolor, y con el del resto, se encontraba atormentado. Con el tiempo, comprendió que no había sido su culpa, por supuesto que él no quiso que su hermana muriera, por el contrario, quería verla sonreír, quería complacerla... quería hacerla feliz.
Pasó ambas manos por su rostro mientras soltaba un pesado suspiro. Esos pensamientos no le estaban haciendo bien.
Se levantó inquieto y se dirigió a la terraza de su amplio y solitario departamento. Agarró la caja de cigarros y encendedor que tenía sobre la mesa de granito y prendió una de los cigarrillos para, después de tomar una gran inspiración, recostarse del barandal con sus antebrazos y dejar de salir el contaminado aire.
Fumar, se había convertido en tan importante manera de desestresarse para él, que ahora era tan difícil de siquiera pensar en dejarlo.
"Ojalá los problemas se arreglaran tan rápido, como el viento arrastra el humo lejos". Pensó luego de expulsar otra calada de su fiel compañero.
Luego de estar unos minutos observando las luces de la ciudad y de haberse terminado su tercer cigarrillo, entró a su habitación cerrando la puerta detrás de él para intentar descansar. Pero justo en ese momento, escuchó cómo sonaba su celular. Se apresuró a tomarlo por si era una emergencia, pero al ver el nombre, se relajó tan solo un poco.
—Louis Tomlinson.
—Señor Tomlinson, buenas noches, siento tener que llamarlo a estas horas.
—No importa—se sentó en el borde de su cama. —¿Descubrieron algo importante?
—Los tenemos, señor—Louis se irguió y apretó su mandíbula con fuerza.
—¿Qué tan seguros están de que son ellos?
—Cien por ciento, señor, no hay duda.
—Bien—dijo con voz gélida. —Pásame toda la información que tengan al respecto.
(...)
No había dormido para nada bien, apenas si había descansado unas horas, pero eso no lo detendría de enfrentar lo que le tocaba aquel día.
—¿Llegaron los directores y accionistas, Camille?
—Sí, señor, lo esperan adentro.
—Bien, gracias.
En cuanto entró a la sala de juntas, se acordó de la última vez que estuvo ahí para ser reprendido. Los hombres lo miraban con el mismo enojo y esta vez, sabía que no había nada que pudiera hacer.
—Siéntese, señor Tomlinson—pidió uno de los directores. Él lo hizo con calma y levantó la barbilla con toda la dignidad que pudo sacar. —Supongo que sabe la razón de esta junta.
—Claro que sí, no soy estúpido—comentó con molestia.
—¿Cómo pudiste ser tan cruel con toda esa gente?—preguntó con sinceridad uno de los accionistas. —Esos videos son reales, no son un montaje, Louis.
—Asumo la consecuencia de mis actos, es verdad, esos videos son reales—se podía sentir la tensión en la sala. —No compartiré con ustedes lo arrepentido que me siento porque sinceramente, no creo que les importe, lo que puedo asegurarles es que ya es parte de mi pasado, ese ya no soy yo.
Y lo que decía era cierto, lamentablemente, los videos no tenían fecha de grabación, pero si así fuera, se darían cuenta que la última vez que tuvo un arranque, o hizo alguno de los tantos desplantes que se mostraron en esos videos fue hace muchas semanas atrás, algunos pocos meses atrás.
—Sabes... o por lo menos deberías imaginarte, que rompiste con tu contrato—él asintió.—Sin embargo, esto es más complicado que tan solo... despedirte.
—El canal está envuelto en todo esto, la gente piensa que estábamos al tanto de tu conducta, incluso que la apoyábamos, no es una buena imagen publicitaria para nosotros.
—Lo que ese chico hizo—continuó otro hombre refiriéndose a Johan.—No solo te arruinó a ti, Louis, nos metió en problemas a nosotros por tener a "maltratadores" trabajando para nosotros.
Uno de los accionistas mayoritarios del canal, arrojó un periódico hasta dejarlo al alcance de Louis.
—Léelo.
El chico suspiró y tomó el papel entre sus manos.
"Presentador de Wiggle Tom fue desenmascarado en un programa en vivo".
Realmente no quería leer más. Dejó el periódico a un lado y miró al hombre.
—¿El punto?
—El punto es que debes arreglar esto, debes enfrentarte a los periodistas y sacarnos del problema en que nos dejaste envueltos por tu maldito compartimiento—el hombre golpeó la mesa con fuerza, pero aun cuando asustó a algunos de los presentes, con Louis no lo logró. ¿Quién mejor que él para saber manejar un momento de ira? —Te dimos una segunda oportunidad y tu no la supiste aprovechar—gruñó con los dientes apretados. —Más te vale que lo arregles.
Louis, tan provocador como solo él sabía serlo, comenzó a reírse a carcajadas. La mayoría lo miraba asombrado por semejante reacción, mientras que el resto lo hacía con molestia.
—¿De verdad piensas que haré lo que te venga en gana? Claramente no me conoces.
—Te estoy pidiendo que arregles lo que hiciste, es lo único que te pido y lo mínimo que puedes hacer para/con nosotros.
—No me voy a rebajar.
—Eres un maldito...
—Señores, por favor—interrumpió uno de los más viejos. —Opino que deberíamos esperar al joven Parish para que lleguemos a un consenso.
Louis rodó los ojos para evitar escupir cualquier palabrota y se levantó de golpe dirigiéndose a la puerta.
—¿A dónde vas?
—A traer al bastardo del joven Parish.
Realmente no sabía si ya había llegado al canal, pero por lo menos podría esperarlo en el estacionamiento y darle un buen golpe antes de que entraran al salón de juntas.
Cuando estaba acercándose al set de grabación, escuchó unos gritos que lo alertaron. Frunció el ceño al reconocer la voz de Summer.
—¡Te dije que yo era la única que podía meterme con él!
—¡Quitenmela de encima!—reconoció al desgraciado de Johan y apresuró el paso. Al cruzar en la esquina que le permitiría ver todo, se quedó perplejo.
Johan estaba aturdido y acariciaba su rostro, unos chicos sujetaban a Summer de la cintura y sería mentira si dijera que eso no le molestó, ¿por qué la sostenían? Cuando se iba a acercar, la chica volvió a gritar.
—¡Déjenme que no he terminado con él!—se removió entre el agarre de los chicos, pero al parecer éstos la tenían bien sujeta ya que no pudo soltarse, decidió entonces estirar su brazo para señalarlo. —¡Yo lo estaba ayudando! ¡Le estaba dando lecciones para que se diera cuenta de lo mal que estaba! —sentía a su corazón palpitar con fuerza. ¿Que si lo estaba ayudando? Más de lo que ella se hacía una idea. —¡No tenías el derecho de humillarlo de esa manera! ¡Insensible!—estaba, realmente, defendiéndolo. Como si no se mereciera el trato que le habían dado. —¡Era su momento de reivindicarse y se lo arrancaste de las manos de la peor manera! ¡Cobarde!
Mordió su labio por lo acelerado que sentía su corazón y, luego de aclarar su garganta, decidió intervenir.
—Summer.
—Louis—murmuró al momento en que se volteó para observarlo.
—Está bien, déjalo—ella frunció el ceño.
—Pero...
—Nada de peros, suficiente—había sido divertido verla defenderlo de esa manera, pero le preocupaba que lo alterada que estaba le hiciera algún mal. Miró a Johan y le indicó el lado izquierdo del pasillo con un movimiento de cabeza. —Sígueme.
Se percató de cómo Johan se apartó aun más de Summer la cual no dejaba de mirarlo con odio e ira pura.
—Te respeto por ser mujer.
Uff, que mal chico, Louis se mordió la lengua esperando la reacción de su pequeña asistente.
—¡Ven e inténtalo!—rugió la chica tratando de acercarse a él una vez más, pero los mismos chicos volvieron a retenerla. Louis intentó evitar sonreír. Johan pasó por delante de él y antes de que el castaño lo siguiera le regaló un guiño a Summer que la calmó un poco de su furia. —Si no me sueltan los muerdo—fue lo último que pudo escuchar luego de marcharse al que sería un infierno.
(...)
Luego de unas horas fatigantes, lograron llegar al acuerdo de que ambos estarían despedidos y que Louis debía hablar con la prensa cuando él sintiera que era el momento indicado. Sin duda, un gran influyente en la situación había sido Sarah, su hermana.
—Mamá está preocupada por ti, Louis.
—No me digas—respondió irónico. Su hermana suspiró.
—No seas así, se enteró del escándalo y está muy triste, no puede creer que hirieran así a su niño.
Louis no dijo nada y ambos siguieron caminando dirigiéndose al estacionamiento.
—Summer—pronunció su nombre con sorpresa al verla levantarse del suelo. —¿Sigues aquí?—ella asintió con una sonrisa.
—Quería saber si debía golpear a alguien más antes de irme—respondió perspicaz logrando que él riera a la par que ella lo hacía.
—Tuvieron suficiente de ti por hoy, mon petit boxeur.
Summer frunció el ceño.
—¿Cómo? Odio cuando me haces eso, Louis—él simplemente sonrió. Amaba hablarle en francés, poder halagarla y que ella no supiera.
—Te llamó su pequeña boxeadora—Summer se sonrojó apartando la mirada del ojiazul. Y Louis miró molestoa Sarah la cual no se molestaba en ocultar su sonrisa.
—No tiene gracia cuando traduces lo que le digo, Sarah—gruñó cruzándose de brazos. Le pareció tan vergonzoso que Sarah le hubiera dicho eso a ella, se suponía que nunca se enteraría, que era un secreto.
—Sí la tiene cuando te sonrojas, hermanito—se burló. Él bufó. —Ya me voy, ¿irás a la casa entonces?
Louis suspiró.
—Dile a mamá que estaré allá.
Sarah sonrió ampliamente y luego de despedirse salió del lugar.
—¿Cuál fue el veredicto?—preguntó Summer captando la atención de Louis.
—Primero que todo... ¿por qué golpeaste a Johan de esa manera?—preguntó sin poder evitar la sonrisa que se formó en su rostro.
—Oh, vamos—dijo fastidiada. —Se lo merecía, y alguien debía darle una lección, no podía salirse con la suya tan campante—rodó los ojos. —No me dolió tanto de todas maneras, debí golpearlo un poco más.
El ojiazul alzó sus cejas recordando lo preocupado que había estado al verla tan alterada y con delicadeza tomó ambas manos de la chica.
—Tienes los nudillos rojos—musitó evaluando el daño. Summer apartó sus manos.
—Estoy bien.
—Necesitamos ponerte hielo y alguna crema, Sunny.
—¿Veredicto?—preguntó cambiando el tema.
Louis hizo una mueca para después suspirar. Vaya que si era terca.
—Despedido—respondió de manera resumida encogiéndose de hombros.
—¿No habrá más Wiggle Tom?—el tono tan bajo y la melancolía que pudo captar en sus ojos lo hicieron sentir mal.
—Por lo menos no con un Tom—intentó bromear, pero dejó de sonreír al ver como a su, ahora, antigua asistente se le cristalizaban los ojos. —¿Summer?—preguntó en un murmuro preocupado.
—Perdón—respondió pasando una mano por sus ojos. —Pero de verdad tenía la esperanza de que esto no sucediera.
—Por lo menos también despidieron a la sabandija—comentó intentando aligerar el ambiente. —Y se irá de aquí con unos buenos golpes—la empujó con su brazo levemente logrando que ella soltara una pequeña risa. —Me ahorraste el trabajo.
—Tonto.
Él sonrió al escuchar ese molesto adjetivo proveniente de ella, y sin vérselo venir, Summer lo abrazó. Por supuesto que no dudo en abrazarla de vuelta e inspirar el dulce aroma que desprendía el cabello de su castaña favorita.
—Te voy a extrañar mucho por aquí—escuchó decir a la chica.
—Tampoco es como si fuéramos a dejar de vernos—aseguró Louis afianzando su agarre en ella.
Las palabras habían salido sin permiso, pero no se arrepintió de lo que había dicho. Él ya lo había decidido, después de lo de ayer, y al ver como lo defendía con tanto ímpetu ese mismo día... Por supuesto que había sido suficiente para saber que no dejaría de verla. Resolvería sus asuntos pendientes y luego... luego intentaría reconstruir lo que con tiempo y dolor había destruido.
—¿Lo prometes?—preguntó ella en un susurro.
—Lo prometo, mon petit boxeur—respondió él en su oído.
Aunque aún no estaba seguro de cuando comenzaría a cumplir con esa promesa.
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Este capítulo es para que entendamos un poco más el tema del despido y los sentimientos de Louis. Por ahí viene el siguiente capítulo, espérenlo♥
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