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17.

Louis soltó un suspiro al tenerla tan cerca.

Su fresco aroma inundó sus sentidos sintiendo el calor de su cuerpo pegado al suyo. 

Sentía que estaba teniendo un suspiro de tranquilidad en esos momentos, ya que esas últimas semanas habían sido tan tristes, estresadas y pesadas para él; además, por más que no quisiera ir a ver a su pequeña familia, eso no quería decir que no lo afectara ya que era todo lo contrario. Luego ella, con esa actitud tan distante, lo estaba atormentando... se sentía agobiado.  

—¿Vas a decirme que te está pasando?—susurró sin separarse aprovechando para olisquear su cabello.

—No me pasa nada, Louis.

—¿Conseguiste un nuevo empleo? ¿Estás sopesando la posibilidad de renunciar?

Summer soltó una pequeña risa provocando que Louis riera con ella.

—Nadie me ha ofrecido otro empleo, y no pienso marcharme, aun no he aprendido lo suficiente aquí. 

Él iba a refutar a sus palabras, pero unos toques en la puerta los pusieron en modo de alerta. Ambos se soltaron y se separaron mientras Louis permitía que entraran a su camerino.

—¿Todo bien, señor?

Johan abrió sus ojos sorprendido al observar el desastre. Miró rápidamente a Summer con preocupación para después posar la mirada en su jefe con mayor seriedad.

—Necesito limpiar este lugar—comentó Louis rascando su nuca levemente avergonzado, pero no con Johan, sino con Summer, por haberse permitido tener aquel arrebato de ira frente a ella.

—Si—la castaña habló aclarando su garganta. —Estábamos... tirando todo lo que no servía.

—¿Incluso los dulces?—preguntó Johan con el ceño fruncido viendo los ponques regados y destrozados en el suelo. 

—Estaban pasados—se apresuró a decir Louis cruzándose de brazos. —Una lástima.

—Sí...—murmuró el chico sin creerse nada. —¿Quiere que llame a alguien de limpieza?

—Yo lo haré—respondió la castaña, antes que su jefe, dirigiéndose a la puerta.

—Summer...—advirtió el ojiazul. 

Aun no le había dicho que tenía.

—Está bien, no se preocupe, luego hablaremos.

Sin más opción que aceptar su petición, asintió con la cabeza, y luego de que Summer le dirigiera una pequeña sonrisa, se retiró del camerino junto a Johan cerrando la puerta detrás de ellos. 

—¿Qué pasó ahí adentro? ¿Estás bien? —preguntó Johan caminando a su lado. —Todo el mundo alcanzó a escuchar sus gritos y las cosas rompiéndose.

Summer dirigió una mirada a las personas que se encontraban alrededor del camerino de Louis, y para su pesar, comprobó como muchos la observaban con lo que parecía ser... miedo.

—Estoy bien—aseguró mirándolo y deteniendo su rápida caminata. —Él está teniendo un mal día, es todo.

—¿Está teniendo un mal día?—repitió como si le hubiesen dicho la mayor estupidez. —Summer, no me creerás lo suficientemente estúpido como para creer que estaban limpiando, ¿no?— Ella no respondió. —Escucha, ese hombre está mal, como si no fuera suficiente que le grite a sus empleados, ¿también los... golpea?

—Él no me golpeó, Johan—respondió con molestia. —Ya te dije que no está teniendo un buen día, ¿de acuerdo? Yo a veces no tengo buenos días, tu tampoco, todos llegamos a tenerlos alguna vez, no hay nada más que indagar ahí.

—Los tengo sí—aseguró. —Pero no ando rompiendo cosas y gritándole a gente que no lo merece.

—Escucha, no tengo tiempo para esto, debo seguir trabajando—comenzó a caminar una vez más, pero antes de alejarse lo suficiente de su compañero de trabajo se volteó para señalarlo. —No me gustaría enterarme que andas por ahí comportándote como una chica de secundaria, Johan. 

Y sin más, se retiró.       

Pasada la hora del medio día, Sarah apareció por el canal en busca de su hermano, sin embargo, nadie parecía saber donde estaba. La castaña se acercó a ella cuando vio como la chica comenzaba a perder los estribos. 

Como que el mal humor era hereditario...

—¿Y tu quién eres?—preguntó con curiosidad luego de que Summer tocara su hombro para obtener su atención. 

—Trabajo aquí—respondió estrujando los dedos de sus manos. —Louis salió un momento, dijo que no tardaría, pero no me dijo a donde iba, si quiere puede esperarlo en su camerino.

Sarah observó a la chica, unos centímetros más baja que ella, e hizo una mueca al darse cuenta que su hermano ya la había reemplazado en menos de cinco meses.

—¿Eres su manager?

—No, no—negó efusiva con su cabeza halando la tira de su carnet que descansaba dentro del bolsillo de su pantalón. —Asistente de backstage—hizo una mueca. —Aunque a veces Louis me usa como servicio personal.

Sarah no pudo evitar reír ante las palabras de la chica sintiéndose más relajada.

—Con que mi hermano sigue siendo el mismo bastardo mandón—rodó los ojos conservando su sonrisa. —Supongo que debe estar muy agobiado sin manager—murmuró para ella echándole un vistazo al estudio en general.

Summer mordió su labio apretando sus dedos con más fuerza. La ganas de preguntarle la verdadera versión sobre el accidente la estaba carcomiendo en esos momentos, pero, ¿quién era ella para preguntarle algo semejante? Absolutamente nadie. Además, seguro quedaría tachada de chismosa y loca, y sinceramente, la hermana de Louis la intimidaba un poco. 

—Cuando llegue, le dices que lo estoy esperando en su camerino, por favor—la castaña asintió ante las palabras de la chica. Ella ladeó su cabeza observándola. —¿Cuál es tu nombre?

—Summer.

—Soy Sarah—estrechó la mano que le ofrecía con amabilidad. —Bueno Summer, ya que pareces ser la que más sabe con respecto a que hace y deja de hacer mi hermano, quería pedirte un favor aquí entre nosotras, ¿podrías estar pendiente que mi hermano coma un buen almuerzo?

La pregunta la dejó desorientada por algunos segundos.

—Él... bueno, yo como en la cafetería de aquí, o por lo menos generalmente lo hago, no sé donde él...—se dio una cachetada mental. Estaba balbuceando incoherencias. —¿Por qué me lo pide?

—Louis es un cabezota—respondió rodando los ojos. —A veces está tan centrado en el trabajo que se le olvida comer o le da algunos mordiscos a cualquier tipo de dulce, yo me encargaba de dejarle su almuerzo, pero ahora que no trabajo con él...—dejó la frase sin completar.

Summer se pudo percatar de como habían bajado los ánimos de la chica, sus hombros se hundieron y se pudo percatar del brillo de tristeza en sus ojos. 

Además, a ella también le preocupaba que Louis no comiera nada.

—Claro, puedo empezar a partir de mañana.

Sarah sonrió y asintió con entusiasmo.

—Me quitarías un gran peso de encima, muchas gracias, Summer—la abrazó inesperadamente sorprendiendo a la castaña. —Dile a mi hermano que lo estaré esperando en su camerino—le guiñó un ojo y luego se fue derrochando seguridad en su caminar. 

Louis no llegó sino pasadas las ocho de la noche, y como no había mucho que hacer ese día en el estudio, muchos de los empleados se habían retirado temprano a casa. Sin embargo, ella no se iba hasta que Louis no la dejara partir.

—Su hermana estuvo aquí.

Fue lo primero que le dijo en cuanto se lo encontró caminando en el pasillo.

—¿Qué quería?—preguntó con la vista fija en su celular.  

—No me lo dijo—respondió. —Pero se quedó un buen rato, no quería molestarlo así que no lo llamé, no sé si...

—Está bien, ya hablaré con ella—comentó interrumpiéndola. —¿Tienes algo importante que hacer esta noche? Necesito que me acompañes a un lugar.

—Pues no, después de acá iba para mi casa.

Louis asintió.

—Buscaré algo en mi camerino y podemos irnos.

—Está bien, pero... ¿a dónde iremos?—preguntó frunciendo el ceño.    

El ojiazul le mostró una amplia sonrisa provocando más confusión en la chica.

(...)

—Por supuesto que sería una discoteca—murmuró rodando los ojos. 

—¡Vamos, Sunny! ¡Relájate y diviértete!—exclamó Louis a su lado escaneando el lugar con la mirada. 

—Señor, no vine aquí a...—se vio interrumpida cuando alguien pasó por su lado empujando su hombro bruscamente. Ella gruñó. —No vine pensando que sería una fiesta—agarró el antebrazo de Louis frenandolo y logrando que pusiera su atención en ella. —No tengo ánimos de estar aquí, en realidad.

—Es trabajo—aseguró sonriéndole.—¡Pero trabajo divertido!    

Louis estaba muy sonriente y eufórico, ¿qué rayos...?

—¿Qué trabajo está relacionado con una discoteca? ¿Qué tiene que hacer aquí?

—No, querida Sunny, eso no se pregunta.

Louis colocó uno de sus brazos por encima de sus hombros acercándose a ella para poder susurrarle al oído.

—Pero ya que no me divertí en mi fiesta de cumpleaños, aprovecharé para hacerlo en esta.

Acto seguido se alejó de ella y le hizo señas a un grupo de personas que estaban conversando en una de las tantas mesas del lugar. Louis caminó hacia ellos y Summer no hizo más que suspirar para después seguirlo.

Había logrado entablar una conversación amena con dos chicas que acompañaban a unos de los caballeros que conversaban en otra mesa un poco más apartados de ellas.

—¿Por qué no quieres un trago?—indagó una de las rubias. —Vamos, tómalo antes de irte.

—No, en verdad no quiero—respondió algo incómoda. 

"Alguno de los dos debe ser el responsable", pensó. Ya que Louis no solo había bebido, sino que también lo había cachado fumando (y no precisamente un cigarrillo). Eso no sería bueno al momento de conducir, y aunque ella no era una experta, lo haría mejor que él estando en esas condiciones. 

—Cariño, deja de mirarlo tanto, nadie te lo va a robar.

El rostro de Summer adquirió un fuerte color rojo.

—No lo hago por eso—masculló, pero las chicas no la escucharon.

Los minutos transcurrían y Summer estaba fastidiada y molesta. No se quería ni imaginar la cara que debía tener, sin embargo, suponía que debía ser una bien desagradable ya que los chicos la repelían como mosquitos al agua.

Decidida a irse, se levantó de su asiento y le hizo señas a una de las chicas rubias que se encontraba bailando para que supiera que dejaría la mesa sola. Ella solo asintió y movió la mano para que se fuera tranquila. 

Se acercó a Louis y tocó su hombro. El chico paró de reír de lo que le decía su amigo para voltear a verla.

—¡Sunny! ¡Chicos ella es Sunny!

Los hombres vestidos de traje levantaron los vasos y cervezas para chocarlas entre ellos. Luego comenzaron a reír una vez más.

—Me quiero ir, Louis, ya son más de las doce.

—¡La dama se quiere ir!

Volvieron a reír provocando la irritación en la castaña.

—Bien, me iré sola entonces.

Al verla marcharse, Louis se levantó tan rápido como su torpeza pudo y la sostuvo de la cintura para evitar su escape.

—Bueno, está bien, tu ganas.

Comenzaron a caminar en dirección a la salida y Summer decidió dirigir una última mirada a la mesa en donde su jefe había pasado todo el tiempo que estuvieron ahí.

—¿No te vas a despedir?

—Con que me vean yéndome es más que suficiente—dijo burlón logrando que ella rodara los ojos. 

Cuando ambos estuvieron frente a la camioneta de Louis, éste sacó las llaves y le quitó el seguro para poder adentrarse, sin embargo, Summer no lo hizo.

—Louis, yo voy a conducir, estás completamente borracho.

"Y drogado", quiso agregar. 

—Estoy perfectamente, Sunny, súbete o no llegaremos a tiempo a tu casa.

Summer frunció el ceño.

—¿A tiempo para qué?

—Tu eres la que quiere llegar, ¿cómo quieres que lo sepa?—balbuceó logrando que la castaña lanzara un gemido que demostrara su frustración y sin más, le tocó subirse a la camioneta junto a él.    

—No vayas tan rápido, por favor—pidió Summer en cuanto acomodó el cinturón de seguridad y Louis arrancaba el vehículo. 

—Soy un experto—bufó mientras salían del estacionamiento.

Summer rodó los ojos y decidió prender la radio para distraerse con la música y mantener a Louis despierto. Sin embargo, a medida que transcurría el tiempo y avanzaban en la carretera, también Louis aumentaba la velocidad de la camioneta.

—Louis, por favor, baja la velocidad.

Pero él parecía estar pensando en otras cosas. No lucía precisamente presente, sus ojos estaba muy abiertos y en vez de bajar la velocidad, solo la aumentaba.       

—Louis—pidió Summer inyectando un poco más de fuerza en su voz, pero él seguía sin prestarle atención. Se agarró con fuerza del asiento y del apoya brazos de la puerta cuando se dio cuenta que estaban cambiándose al carril contrario —¡¡Louis reacciona!!

El chirrido que provocaron los cauchos contra el asfalto le hicieron saber que habían vuelto a su carril de manera brusca y que había estacionado de golpe.  

Louis salió del auto dirigiéndose a la orilla del barranco que era limitado por una valla de metal. Summer intentó ralentizar su respiración al escuchar como un carro pasaba del lado contrario de la carretera. 

"Gracias a Dios no venía ninguno en ese momento", pensó sintiendo como un escalofrío recorría su espalda al imaginar lo horrible que era enfrentarse a un accidente de auto.

Miró al chico por la ventana y decidió imitarlo, bajar del auto y caminar hacia él.

—Louis... ¿estás bien?

—No—respondió aun dándole la espalda. —Me siento mal.

El tono de voz tan débil y triste que estaba usando rompía el corazón de Summer en varios pedazos. Ella sabía que no era precisamente culpa del alcohol (o la droga) cuando él se refería a "sentirse mal".

Summer tomó una inspiración profunda acercándose más al castaño. Cuando estuvo a su lado, pudo percatarse de las lágrimas que salían de sus brillantes ojos y corrían libremente por sus mejillas.

—Louis—susurró logrando que el aludido volteara a verla.

—Se me hace raro cada vez que me llamas por mi nombre—comentó intentando bromear, pero sin obtener el resultado que quería. 

—Sé que no soy una persona muy cercana a ti—empezó diciendo Summer luego de unos minutos de silencio. —Pero por eso mismo, puedes hablar conmigo.

—Quiero fumar.

—Ya está bien con lo que fumaste por esta noche, Louis Tomlinson—lo regañó molesta.

Louis rió.

—Sí... o tal vez no fumé lo suficiente—soltó una carcajada logrando que Summer soltara un suspiro. 

Ambos volvieron a mantenerse en silencio. 

—Hace unos años tuve un accidente automovilístico—comenzó de repente captando la atención de la castaña. —En ese entonces tenía chófer porque la empresa lo había asignado, y yo no era muy diestro manejando—. En ese momento, Summer descubrió cual de las versiones era la real. —Mi hermana iba conmigo, era mi cumpleaños y ella quería que la pasáramos en el parque de diversiones—una risa seca salió de sus labios. —Ella era toda sonrisas y felicidad, tuviste que haberla conocido—tomó una inspiración. —No me gustaba que Sandra fuera adelante, para su edad, mi hermana era muy pequeña, pero ese día me insistió tanto porque quería simular que estaba manejando que acepté... acepté ser el asesino de mi hermana.

—Louis, no—susurró Summer al observar como comenzaba a llorar nuevamente. 

Se tomó el atrevimiento de tomar una de las manos de Louis y la atrapó entre las de ella. El chico dirigió la mirada al enlace para después dirigirla al cielo una vez más.

—En esa época, estaba siendo como carnada para los medios porque estaba saliendo con una cantante, y el ranking del programa estaba por los cielos, así que comenzaba a acostumbrarme a que me siguieran y me tomaran fotos..., una camioneta de paparazzi comenzó a seguirnos ese día—Louis apretó tanto su mandíbula que la chica pudo ver como saltaba una vena de su cuello. —Estaba tan molesto que utilizaran mi cumpleaños como una maldita manera de obtener dinero que le pedí al chófer que tratara de perderlos—cerró los ojos con fuerza. —Tomó mal una curva—su voz se rompió. Comenzó a negar lentamente con su cabeza. —Ella solo quería ir al parque de diversiones.

Luego de decir aquello rompió en llanto. 

Summer soltó su mano y decidió abrazarlo. Comenzó a dar masajes en su espalda con ambas manos mientras lo sentía sollozar.

—No puedes seguir culpándote.

Él negó.

—No lo hago, sé que hice mal al dejarla ir adelante, pero no fue mi culpa.

—Entonces, si no es la culpa—se separó un poco de él para poder observarlo a los ojos directamente, pero sin dejar de abrazarlo. —¿Qué es lo que te mantiene tan molesto y sufriendo por dentro?

Louis rehuyó a su mirada manteniéndose callado.

—Será mejor que nos vayamos.

Dirigió sus manos a su espalda y las separó para que se separaran. Sin soltar las manos de la chica, las dirigió al frente y las acercó a su labios para dejar un casto beso en ambas sin dejar de mirarla.

—Tú conduces, Sunny—dijo con una leve sonrisa para después soltarla y dirigirse a la camioneta.  

Vio como limpiaba su rostro de las lágrimas y se montaba en el asiento del copiloto.  

Lejos de aliviarse, Summer sentía una gran confusión. Había resuelto solo una parte del misterio y de la agonía que rodeaba a Louis Tomlinson.     

******

Hi♥

Louis explotó, ya no pudo aguantar más el dolor que cargaba por dentro y Summer se siente realmente mal por ello. Ella sabía que Louis guardaba algo de dolor en su interior, pero nunca se imaginó que tanto:( Recordemos que Louis es un enigma para ella y quiere ayudarlo a recuperarse.

¡Espero estén disfrutando de esta historia! Vamos poco a poco mis niñas, no nos adelantemos a los hechos. ¿Beso? Pfft, ellos viven en un constante amor-odio (más inclinado al odio) lol, no van a besarse así porque sí, además él sigue siendo su jefe que no se les olvide.

Nos leemos pronto, pronto, pronto♥

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