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14.

n/a: Louis fumando es sexy, ah.



Louis no pudo encontrarla. 

Fue como si las cámaras se la hubieran tragado. Cuando iba a preguntarle a Camille si la había visto, lo llamaron los productores del programa para consultarle ciertos detalles de los cuales no podía escapar.

Tres horas después, volvía a su camerino para ver si encontraba a Summer por el camino. 

—¡Cumpleañero!

Louis hizo una mueca al escuchar a su ex llamarlo con tanta emoción. 

—Hola Rose—saludó deteniéndose para saludarla.

—Escuché que hay planes para esta noche.

—¿Quién te dijo eso? —frunció el ceño conteniendo su temperamento. No pretendía disculparse dos veces ese día. 

—Johan dijo que el director había organizado una fiesta en un club de por aquí cerca por tu cumpleaños, ¿no te lo comentó?

Louis rodó los ojos. 

¿Que le pasaba a todo el mundo? ¿Acaso no tenían una vida que se la pasaban entrometiéndose en la de él?

—No me dijo, de todas maneras no iré.

—Ay, Louis vamos, no te puedes perder tu fiesta de cumpleaños.

—¿No has visto a Summer?—preguntó cambiando de tema.

—¿A quién?

El castaño rodó los ojos una vez más. Claro, que iba a estar sabiendo ella.

—Mira Rose, me tengo que ir, hablamos más tarde.

—¿Irte? Pero si ya vamos a empezar las grabaciones.

Louis dirigió la mirada hacia el set y comprobó que era cierto lo que decía Rose.

—No sabía que ibas a participar en el programa de hoy.

La sonrisa que la chica plantó en su rostro amargó aun más el estado de ánimo de Louis. 

—Es porque es una sorpresa, tontito.

El ojiazul hizo una mueca y se dio la vuelta para dirigirse a hablar con los directores. 

(...)

Summer había salido del canal con intenciones de llorar sin que nadie la viera. No entendía por qué Louis se había enfurecido tanto con ella. Pensó que lo que le había hecho alegraría su día, cuando le escribió a sus fanáticas no se imaginó recibir una respuesta de tal magnitud, y Louis simplemente había... despreciado todo aquello. 

Ya le había gritado con anterioridad, pero esta vez fue tan tosco y tan hiriente, que no pudo reprocharle nada, se quedó sin habla. 

—Summer, cariño, llevo rato buscándote—comentó Camille en cuanto la vio entrar al estudio. —Por favor, lleva esto al camerino de Louis—le entregó una cesta pesada llena con chocolates, frutas y demás. —Y llama a este número—le tendió una tarjeta la cual pudo agarrar con un poco de dificultad. —Confirma la asistencia de esta noche y que recuerden que la reservación es toda la parte VIP, intenté llamar, pero no contestan y debo resolver otras cosas. 

—¿Para qué es la reservación?—preguntó la castaña observando la elegante tarjeta.

—Es para la celebración del cumpleaños de Louis—alzó las cejas sorprendida. —Lo sé, me acabo de enterar que habrá fiesta en su honor en ese lugar. 

—Está bien.

—Estás invitada por cierto.

—¿Qué?

—Sí, el director quiere que sea una celebración grande ya que el año pasado no hicieron nada—Camille rodó los ojos. —Aunque, sinceramente, me voy a reír si me entero que Louis no se apareció.

—¿No irás?

—No, prefiero estar en mi casa con mi hija que en ese evento tan hipócrita.    

La castaña hizo una mueca para después asentir. 

—Llevaré esto.

Summer anduvo con sigilo por el canal, y pudo llegar hasta el camerino de Louis sin encontrárselo. En cuanto entró, se percató de la falta de los carteles y las cartas y le enfureció la idea de que los hubiera botado. Algunos de los globos ya estaban en el suelo y los papeles de colores seguían esparcidos por el lugar. 

Soltó un suspiro dejando la canasta sobre la peinadora del chico y luego salió marcando el número de la discoteca en su celular, le daba flojera ir a alguna oficina o a recepción. 

Mientras caminaba distraída esperando que le atendieran, vio que se había acercado mucho al set donde grababan, era bastante el bullicio del lugar así que colgó la llamada y se acercó un poco más. Estaban grabando el programa que saldría esa noche, y algunos "invitados especiales" le estaban cantando cumpleaños feliz a Louis. Él estaba incómodo, ella se pudo percatar de eso.        

Los aplausos no se hicieron esperar y Louis sonrió un poco. 

—¡Pide un deseo!—gritó uno de ellos.

El ojiazul despegó la mirada de la torta fijándola hacia el frente, cualquiera pensaría que estaba viendo a la cámara, pero en realidad, veía a su asistente y a la mujer más cabeza dura del mundo... Miraba como su Sunny observaba la escena con curiosidad. 

Louis cerró los ojos y sopló la vela recibiendo vitoreos y felicitaciones por parte de sus "amigos". Pero cuando volvió a abrirlos, Summer ya no se encontraba ahí.

Terminadas las grabaciones, Louis no tuvo siquiera un pequeño respiro. Los invitados, que habían sido algunos cantantes y actores, lo llevaban de un lado a otro queriendo conversar con él, como si de un muñeco se tratase,  mientras se dirigían a la salida. 

Su disculpa con la castaña se estaba postergando y eso lo tenía de mal humor. Cuando él se proponía algo lo cumplía.

Agradeció con un gruñido que por lo menos lo dejaran usar su auto para dirigirse hacia el club donde se reunirían. Iría, por la simple razón de que uno de los dueños del canal lo había llamado amenazándolo de que si no iba, estaría despedido... 

"Estos viejos están jugando con mi paciencia". Pensó en cuanto colgó la llamada.

Solo les importaba que los periódicos y revistas hablaran sobre la "fantástica" fiesta del conductor del programa de Wiggle Tom.

—Interesados de mierda—gruñó encendiendo el auto. 

Justo en ese momento, su celular comenzó a sonar indicando que tenía una llamada entrante. Aceptó la llamada colocándola en manos libres.

—¿Sí?

—Louis Tomlinson, ¿en dónde estás? 

—Sarah—suspiró haciendo una mueca. —Iré a un club, me prepararon una fiesta.

—Pero Louis, se suponía que este año sí la pasarías aquí en casa.

—Pues verás Sarah, como ya no trabajas conmigo no tienes ni puta idea de lo que ocurre aquí, así que te informo que los viejos me obligaron a asistir si no me despedirían, debes estar muy familiarizada con este hecho, sin embargo; ya que tú fuiste quien accedió a que se llevara a cabo este contrato.

Escuchó como su hermana suspiraba. 

—Mamá y el abuelo te quieren ver, hermano.

El ojiazul cerró los ojos con fuerza. 

No quería ahogarse en sus recuerdos, no quería ir, no quería.

—Iré pronto, lo prometo.

Y sin esperar algún tipo de réplica, colgó la llamada y continuó conduciendo.

(...)

La castaña se asombró en cuanto puso un pie en la discoteca. Era muy grande, refinada y llena de personas de la industria. Hizo una mueca al recordar lo que tenía puesto, era un sencillo jean de tiro alto, un top negro y una gabardina beige. 

—Vamos quita esa cara—comentó Johan golpeándola suavemente en sus costillas. —Será divertido.

—No estoy ni remotamente decente para el lugar—observó pasar a un par de delgaduchas con vestidos hermosos y unos tacones de diez centímetros... ella llevaba converse, como usualmente lo hacía. 

¿En qué momento se había dejado convencer por Johan de asistir? Debió haber aceptado la oferta de Camille para que la dejara en su casa. 

—Ignóralas—chasqueó la lengua. —Vamos a beber algo y a divertirnos. 

Summer suspiró para después sonreírle y asentir. 

Lo mejor sería relajarse.           

Un par de tragos más tarde y luego de unas canciones bailadas, Summer se la estaba pasando verdaderamente bien. No había visto a Louis y eso solo contribuía a su buen humor. 

"A lo mejor se fue tan pronto como tuvo un tiempo para ir a hacer pipi". Soltó una risita por su pensamiento.

—¿Viste que fue una buena idea venir?

—¡Sí!—exclamó en respuesta a su amigo. El chico rió por la energía de la castaña y observó su vaso vacío. 

—¿Quieres que te traiga otra bebida? 

—Por favor—le entregó el vaso y Johan se fue sonriente. 

Summer se dio la vuelta para sentarse en la mesa que tenía apartada con Johan y con otros conocidos, cuando se dio cuenta que Louis se acercaba en su dirección. Frunció el ceño al verlo plantarse frente a ella.

—Hola—pronunció él sonriendo levemente.

—¡Enanito gruñón! Dime, del uno al diez, ¿en que nivel de ira te encuentras ahora?

Louis amplió sus ojos por la pregunta de la chica.

—Vaya, no esperaba este... saludo.

Ella bufó. 

—Sí, bueno, yo no esperaba que un enanito tuviera una voz tan fuerte y horrible, pero todos nos sorprendemos a diario, ¿no te parece?

—Es raro cuando me tuteas, estás muy molesta, ¿cierto?

—¡No tienes una puta idea de lo rabiosa que me siento ahora mismo!—después de exclamar aquello, formó un puchero con su labio inferior. —Rompiste las pancartas y demás cartas que te dejé en tu camerino, me tomó mucho tiempo arreglarlo todo, eres un malvado.

Louis se alarmó al ver que en cualquier momento se pondría a llorar.

—Espera, yo no rompí nada.

—No me digas—bufó caminando en dirección a la mesa. El ojiazul la siguió. —¡Yo entré a tu camerino y lo vi!

—¿Lo viste?—frunció su ceño. ¿Acaso alguien se había metido en su camerino y había botado las cartas? —¿Qué viste?

—¡Sí! ¡Vi a la nada misma! ¡No había nada!

De repente se detuvo y se volteó drásticamente provocando que Louis casi chocara con ella.

—¡Tu no eres como el enanito de BlancaNieves! Me siento engañada.

—¿De qué hablas ahora, mujer?—preguntó Louis confundido e intentando retener una carcajada. 

Ella soltó una queja desesperada y continuó con su camino. En cuanto llegó a la mesa, vio que no había nadie ahí. Frunció el ceño y se sentó en una silla a esperar que Johan llegara con su bebida. Louis se mantuvo de pie a su lado.

—¿Puedes escucharme dos segundos?

—Te escucharé hasta que llegue mi bebida.

—No boté las cartas, ni las pancartas, las guardé—se sinceró hablando entredientes. 

Se le estaba haciendo tan... difícil. 

—¿Y por qué las guardaste? 

—Porque...— ¿Por qué las había guardado? —Porque no es justo haberte dicho todo lo que te dije cuando tú solo estabas intentando hacer algo bueno por mí—.  Louis suspiró y bajó la mirada. —Quiero disculparme por como te traté hoy... Así que, lo siento, no debí gritarte como lo hice. 

El castaño levantó la cabeza en cuanto sintió la mano de Summer sobre su frente. Ella  estaba de pie y se había acercado tanto a él que sus narices casi se rozaban, provocando que Louis, por primera vez en mucho tiempo, se sonrojara. 

—¿Qué crees que haces?

—No tienes fiebre—dijo ella dibujando una sonrisa en su rostro. Dirigió su mano al cuello del chico. —Nop, nada, seguro es el licor.

Louis retrocedió provocando que Summer alejara su mano.

—No... tengo que tener fiebre o estar borracho para disculparme.

—Claro—comentó con ironía.

—Hablo en serio, es más, en forma de disculpa te ofrezco libre el día de mañana—se cruzó de brazos levantando la barbilla levemente de manera retadora.

—Wao, que malote.

—Lo que resta de semana.

Summer le prestó más atención levantando una ceja en su dirección.      

—¿Es en serio?

—Así es—asintió guardando ambas manos en los bolsillos del pantalón.

—¿En serio, serio?

Louis no pudo evitar reír.

—En serio, serio, serio.

—Porque puedo estar un poquito ebria—indicó con dos de sus dedos. —Pero recordaré si tengo el día libre y más si me das casi toda una semana.

—Eso es bueno—reconoció asintiendo. 

Summer achicó los ojos en su dirección.

—¿De qué va todo esto? No estaré despedida, ¿o sí? Porque yo sé que no...

Una persona pasó por su lado empujándola levemente. Eso fue suficiente para que se diera cuenta que estaba a punto de decirle que ella sabía sobre su contrato.

—¿Tu sabes que no qué?

—Que no sería capaz de despedirme—resolvió. —¿Quién más lo soportaría a parte de mí? ¡Nadie!

Sin poder controlarlo, Louis soltó una gran carcajada. Summer rió como boba viéndolo. 

—Eres un caso, Sunny.

—Soy Summer.

—Lo sé.

Ambos se sonrieron como si intercambiaran un pequeño secreto.

Y  en ese momento no se dieron cuenta, de que ese solo sería el inicio. 


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