13.
Los días siguientes transcurrieron de manera agitada. Había logrado salir a cenar con Johan uno de esos tantos días, y le pareció que era un chico muy simpático y atento. Sin duda aceptaría otra salida con él.
Por otro lado, Louis había comenzado a asignar más responsabilidades a Summer, y aunque eso la hacía sentirse útil y de importancia, también la tenía completamente agotada.
Sin embargo, eso no la detuvo ante sus planes de preparación para arreglar algo bien elaborado a "Enanito Gruñón", como ella lo había apodado, por su cumpleaños. En realidad, si no hubiera sido porque había escuchado una conversación de los productores del programa por equivocación, no se habría enterado.
—¿Por qué no me contaste que se acercaba el cumpleaños de Louis?—preguntó casualmente a Camille mientras descansaban unos minutos luego de haber devorado unas hamburguesas en la hora del almuerzo. —Es pasado mañana y no tenía ni la más mínima idea.
La morena pareció dudar un poco en su respuesta.
—Es que Louis se la pasa el día de su cumpleaños como... se lo pasa el resto del año.
—¿Y eso sería...?
—De mal humor—respondió irónicamente. Luego de unos minutos de estar en silencio achicó los ojos hacia su amiga. —Ah no, no lo intentes—le advirtió señalándola con su dedo índice.
—¿De qué hablas?—preguntó como si nada jugando con una de las servilletas.
—Sé que tu cabeza está maquinando algo, no lo hagas, Summer, te estoy hablando en serio.
Ella frunció el ceño ante las palabras de su amiga.
—¿Por qué no debería hacer algo para Louis?
—Porque a Louis no le gusta su cumpleaños, Summer.
—Oh por favor—rodó los ojos. —¿A qué persona no le gusta su cumpleaños?
—A Louis Tomlinson—. Esta vez fue el turno de Camille de fruncir su entrecejo. —Louis es muy temperamental, tu lo sabes mejor que nadie, me contaron que hace dos años tenían una fiesta sorpresa preparada para él en el canal, y el joven ni siquiera se presentó.
—¿Y eso que tiene? Se supone que era sorpresa.
—Summer, ¿cuándo ha faltado Louis al trabajo en el tiempo que llevas trabajando para él?
—Ohh...—murmuró en respuesta luego de haber entendido lo que quería decir.
Luego de unos minutos en los cuales ambas permanecieron en silencio, la morena suspiró.
—Igual le prepararás algo, ¿verdad?
—Sip—Summer asintió levantándose del asiento para recoger todo y volver al trabajo.
(...)
Louis odiaba su cumpleaños. O más bien... evitaba celebrarlo.
Era por esa razón que había logrado que nadie le llevara obsequios o le preparan algo, como fiestas, si no te gusta algo, ¿por qué insistir en lo contrario? Sólo tenía que fingir ante la cámara lo feliz que estaba por ser "su día" y encargarse de repetir un "gracias" a todo aquel que lo felicitara.
Llegó temprano, como solía, y después de estacionar su caro auto y bajar de él, se dirigió a la entrada del estudio.
—Buen día.
Asintió ante el saludo del guardia de seguridad y caminó con paso firme hacia su camerino.
Las personas parecían no recordar que era su cumpleaños, y estaba tan agradecido y feliz por eso que entró con una sonrisa a su camerino... una sonrisa que se fue tan rápido como apareció al ver lo que había adentro.
—¡Feliz Cumpleaños!
Summer tenía sus brazos extendidos y muchos globos, papeles de colores y pancartas decoraban el camerino de Louis.
El presentador, agobiado por la situación, se dejó hacer cuando Summer lo tomó del brazo y lo introdujo en su camerino.
—Tus fanáticas son un amor, escribí en un grupo de Facebook para hablarles sobre la sorpresa que quería hacerte y aceptaron a mandarme cartas y cartulinas grandes con mensajes para ti por tu día, ¿no son hermosas?
Louis estaba sin habla, y a Summer comenzó a temblarle la sonrisa.
No sabía que era peor, si el hecho de que estuviera estático o que no le estuviera gritando.
Louis se adentró un poco más a su camerino paseando sus dedos por las cartulinas y jugueteando con algunos de los globos que flotaban por todo el lugar.
—Era imposible que te quedaras tranquila, ¿Cierto?
—Louis...
—Algo tenías que hacer.
Escuchó como el chico suspiraba y se acerco a él lentamente.
—Louis, yo no quería incomodarte, pero me pareció que por ser...
Y se detuvo abruptamente al ver lo que sucedia frente a sus ojos.
El señor griton, el enanito, el que no sabía decir su nombre, el que no se preocupaba por nadie... estaba llorando. Louis Tomlinson estaba llorando frente a ella y no sabía como reaccionar.
—No quería...—la voz de la chica se rompió. —No quería hacerte llorar.
—Es que tu no sabes nada, siempre estas ahí molestando, pero no sabes nada.
Louis se giro completamente para encararla, ahora ella tenía los ojos cristalizados y él llorando como se había prometido no hacerlo.
—No sabes por qué no me gusta celebrar mi cumpleaños, pero aún así no te importó una mierda e insististe en hacerme algo.
—Yo solo pensé...
—¡¿Qué?! ¡¿Qué pensaste, Summer?! ¡Deja de meterte en mi vida de una maldita vez!
Summer mordió su labio inferior para evitar sollozar frente a él.
—Perdóname.
Fue lo último que dijo para después retirarse del lugar.
Camille, que lo había escuchado todo fuera del camerino, entró con decisión cerrando la puerta detrás de ella para que nadie escuchara.
—¡Ya te dije que...!
Se detuvo al ver a la morena y rápidamente secó sus lágrimas con molestia dirigiéndose a su silla frente al amplio tocador sentándose con rabia.
—Eso no estuvo bien, Louis.
Él chasqueo la lengua en respuesta.
—Me tiene harto, no la soporto.
—Claro que no la soportas—aseguró cruzandose de brazos a su lado. —Te lleva la contraria, te trae tu café, la comida, asiste a lo que le ordenas, te dice las cosas en tu cara y encima de todo hace bien su trabajo, ¿cómo soportar algo así?
—Camille...—advirtió.
—No, Camille nada—él bufó. —Esta vez te pasaste, Louis Tomlinson, y sabes que es así, mira esta preciosura—indicó señalando las cartulinas hechas por las fans. —Lo hicieron porque te quieren, ella contribuyó con eso.
—Esa gente no me quiere—comentó con rabia haciendo referencia a sus fanáticas. —Solo les atrae la idea de lo que soy.
—Entonces esa idea que tienen sobre ti es muy buena Louis porque no hacen más que enorgullecerse porque tu seas su ídolo—concluyó la morena dejando en silencio el lugar. —Discúlpate con ella y agradécele el gesto.
—¿Por qué?—preguntó con los dientes apretados.
—Porque no es justo que ella pague por tus heridas internas.
Camille se retiró sin decir una palabra más dejando a Louis absorto en sus pensamientos.
"Tal vez me pasé un poco".
Soltó un suspiro y miró el reflejo que le entregaba su espejo. Miró toda la decoración a sus espaldas y la curiosidad despertó en él.
Se levantó de su asiento y caminó hasta las cartas que colgaban y más cerca tenía. Tomó unas cuantas y pudo darse cuenta que eran dibujos, de él y sus "fans". Louis tragó duro y se dispuso a ver las pancartas. Obviamente habían sido hechas por las más grandes, tenían mensajes de feliz cumpleaños y le deseaban muchas cosas buenas en su vida.
Comenzaba a sentirse miserable.
—Maldita Summer, maldito buen corazón que tiene, maldito mi mal humor, maldita las ganas que tengo de disculparme.
Mientras seguía maldiciendo, arrancaba las cartas y pancartas con cuidado dejándolas dentro de las gavetas de uno de sus closets.
Cuando terminó, apretó el puente de su nariz y respiró profundo.
Ya lo había decidido, tenía que disculparse con Summer y... agradecerle.
Pateó una de las patas de su tocador para terminar de descargarse y salió decidido en busca de la chica.
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