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15 | Luke Rivers.


LUKE RIVERS
( Capítulo Quince. Pre-Segunda Temporada )

📍137 d.c, Nocturnia, Tierras de la Tormenta.
🗺️ 13 días después del inicio de la Danza de Dragones.

LUKE ESTABA TENIENDO ESE MISMO SUEÑO de nuevo, el mismo sueño que atormentaba sus noches desde que obtuvo conciencia de nuevo, la misma sensación amarga de su más agria verdad; no sabía quién era, dónde estaba, cómo había llegado a ese punto de su vida y el por qué de ese sueño tan terrible repitiéndose tantas veces en su memoria que parecía más bien un recuerdo atorado en las tormentas de su fallida memoria.

Él era un bastardo. Era a lo único que podía aferrarse después de despertar, confundido en un barco con extraños y un enorme dragón rojizo inconsciente en la plancha del mismo barco en el que estaba. Según Rhys, él hombre que lo rescató y el capitán del Anguila Plateada, Luke era un bastardo de las Tierras de la Tormenta, un antiguo pescador que tuvo un mal infortunio durante aquella tormenta que le quitó su memoria.

En el sueño podía escuchar una risa siniestra y maliciosa mientras él volaba por los cielos en lo que parecía un dragón, lo cuál era extraño ya que el único dragón que conocía era Heartfyre, el dragón de Rhys, o al menos del que Rhys quería ser jinete.

Luke se levantó en medio de la noche después de su pesadilla. El lugar dónde estaba era espacioso, tranquilo, en especial considerando que había pasado las últimas noches en un barco lleno de piratas ruidosos y aunque Luke no supiera nada, sabía que no estaba acostumbrado a eso y tampoco a navegar, tan pronto zarparon empezó a tener náuseas. ¿Y así se suponía que era pescador? Según Rhys él estaba acostumbrado a ese tipo de vida pero sus mareos le hacían pensar diferente.

Del otro lado del Castillo los cuervos del consejo verde se reunieron ante la llamada urgente de Rhys Velaryon, hijo del difunto Vaemond Velaryon y supuesto heredero a Marca Deriva. Algunos grandes nombres estaban entre el consejo que consiguió reunir, Borros Baratheon con su esposa Elada Caron, el Maestre Orwyle en representación de la Mano del Rey, y Osmund Targaryen junto el escudero de su familia, el príncipe Daeron.

Aunque para eso el príncipe fue estrictamente prohibido de escuchar aquella plática, pues según Osmund, solía ser bastante sentimental y no podían decirle simplemente que el príncipe Lucerys estaba vivo.

──Tenemos que hacernos cargo del príncipe antes de que su muerte se ponga en duda, capitán──. George Caron, líder de Nocturnia, habló tomando asiento en la larga mesa──. En especial teniendo en cuenta que su hermana estuvo presente cuándo murió.

──Hay rumores de que la devoradora de hombres se ha vuelto demente luego de la muerte de su hermano──. Elada añadió haciendo presencia en la conversación──. Pero según nos dices, el bastardo Baratheon está de nuestro lado ¿no?

──Es difícil saber de qué lado está Alaric Baratheon, Lady Elada. Nos ayudo con esto, eso es verdad, pero únicamente lo hizo por beneficio propio──. Rhys respondió──. No creo que tenga intenciones de volvernos a ayudar de esta manera hasta que le convenga.

──Por eso mismo debemos hacer valer este poder que tenemos con nosotros──. Borros habló luego de unos minutos en silencio desde su llegada──. Si el príncipe cachorro perdió la memoria es mejor que se quedé así.

──La mente es algo difícil de descifrar──. el Maestre Orwyle intervino──, por ahora el príncipe Lucerys perdió la memoria pero nada nos asegura de que así se mantendrá. Lo mejor será tenerlo lo más lejos posible de su origen, de la familiaridad de sus recuerdos, quizá de esa manera jamás recuerde su pasado.

Rhys pareció pensativo por unos momentos, su mirada cayó sobre la mesa, juntando sus enguantadas manos frente a él.

──Puedo llevarlo conmigo a mi encuentro con el ejército de las Tres Putas──. Rhys comentó alzando su mirada ante los presentes.

──Estando contigo y esa bestia de dragón que robaste únicamente le dará más pistas de quién es──. Borros negó con su cabeza tomando un trago de hidromiel──. Debes dejarlo en algún lugar, preferiblemente lejos de Poniente, que haga una nueva vida en las Ciudades Libres.

──¿Y que pasará si vuelve? ¿Si recupera su memoria y regresa a ayudar a su madre?──. Osmund Hightower habló con sus ojos brillando con expectación──. Tenemos que eliminarlo antes de que se vuelva una amenaza.

──¿Una amenaza? Estamos hablando del príncipe cachorro, ninguno de los hijos de la princesa Rhaenyra son una amenaza──. Borros se burló ladeando su cabeza──, a excepción de la devoradora de hombres, los otros son simples príncipitos que no saben cómo levantar una espada. Será un milagro que el príncipe Lucerys sobreviva en una Ciudad Libre por sí solo.

Un silencio definitivo se cernió sobre ellos hasta que todos asintieron.

──Borros tiene razón. Lucerys Velaryon no será una amenaza si no logra sobrevivir su nuevo estilo de vida, el muchacho es débil, estará sin dragón y no tendrá cómo regresar a Poniente si es que recuerda quién es──. Rhys se levantó de su lugar tomando el pago en dragones de oro──. Lo llevaré conmigo a mi viaje en Pentos y lo dejaré en el puerto por si solo.

Todos asintieron, algunos más convencidos que otros del plan que estaban ejerciendo pero al final nadie añadió nada.

──Solamente espero que el Rey Aegon me pague bien por mis servicios a la corona──. Rhys añadió por último guardando la bolsa con dragones de oro en uno de sus bolsillos.

Luke dentro de la habitación donde se encontraba escuchó el rugido de un dragón que le llamó la atención. Justo cómo el rugido de Heartfyre, ese en especial también le resultaba familiar, cómo si antes ya lo hubiera escuchado aunque fuera completamente distinto al rugido de Heartfyre—al que ya empezaba a acostumbrarse luego de dos semanas en el mismo barco.

El castaño salió de la habitación caminando sigilosamente por los vacíos y fríos pasillos del lugar. Su mirada se ajustó a la poca iluminación guiándose ciegamente por los pasillos hasta llegar a la zona trasera de dónde provenía el rugido. Luke debía ser un suicida para caminar voluntariamente hasta el rugido de un dragón desconocido, pero algo en el sonido le hacía sentir familiaridad, algo que solo sintió al ver a Heartfyre la vez que recuperó la conciencia.

A la lejanía sobre la playa oscura que resguardaba Nocturnia un dragón permanecía sobre la arena. Era diferente a Heartfyre, más grande y robusto, y gracias a la luz de la luna Luke pudo ver que sus escamas eran azules.

Daeron sabía que algo extraño pasaba en la reunión, una que se le prohibió poder participar, y si fuera igual de egocéntricos que sus hermanos hubiera objetado con la hipócrita excusa de que era hijo del antiguo Rey Viserys, cómo si eso alguna vez hubiera sido suficiente para él. En especial para él, el hijo olvidado en Antigua que pasaba más tiempo sirviendo a otros que actuando cómo un príncipe.

¿De que podrían hablar que él no supiera ya? Estaba al tanto de la guerra, de los planes de su abuelo contra los negros, y de los futuros movimientos que harían. ¿Qué podría ser tan confidencial que él no estaba permitido para saber? ¿Sería algo fuera de la guerra? ¿O estaban insatisfechos con Aegon como Rey? Porqué él lo estaba, no le sorprendería que todos se dieran cuenta de lo inservible que su hermano era para el trono pero quiza sólo él era lo suficientemente consciente de eso.

Los ojos lisáceos de Daeron se alzaron en dirección a la puerta trasera del castillo a la lejanía. Por un momento su corazón se detuvo dentro de su pecho, si no fuera tan oscuro y tan lejano, pareció haber visto a Lucerys Velaryon con vida mirando directamente en su dirección. ¿O era su fantasma que ahora lo atormentaría por ser familiar de sus enemigos?

No parecía un fantasma. Aún seguía ahí debajo de la puerta mirando en dirección a él. ¿O estaba mirando a Tessarion? Daeron se levantó del suelo caminando para tener un mejor campo de visión sobre lo que estaba viendo pero antes de que pudiera echar un mejor vistazo, aquel que parecía Lucerys desapareció por la puerta sin darle tiempo de verificar si era él o estaba alucinando.

Luke se mantenía en silencio debajo del umbral de la puerta hasta que notó una figura alzándose a un costado del dragón que contemplaba. ¿Porqué lo miraba fijamente? El castaño dió un paso atrás hasta que escuchó los pasos de las personas en la reunión escucharse cada vez más cerca.

──Luke, ya terminamos aquí──. Rhys llegó detrás suyo haciéndolo alejarse de la puerta para caminar detrás de él rumbo a la salida del Castillo.

Daeron se sintió insatisfecho al no poder ver de quién se trataba o si ya estaba empezando a perder la cordura cómo mucho de sus ancestros lo habían hecho. El joven Targaryen se giró de nuevo hacía su dragona divisando a su tío Osmund caminar en direccion suya pero algo detrás de él fue lo que volvió a llamar su atención. El capitán Rhys Velaryon siendo seguido por aquel extraño que le recordaba a su difunto sobrino.

Daeron nuevamente empezó a acercarse para lograr verlo mejor antes de que se subiera a la Anguila Plateada, pero lo único que pudo notar antes de que su tío se atravesará fue el cuerpo de un enorme dragón carmesí dormido en la plancha del barco. ¿Era un dragón nuevo? Daeron ya lo había visto antes. ¿Pero dónde?

──Nos iremos a la Fortaleza Roja para darle el reporte de la reunión al Rey──. Osmund anunció mirándolo vacilante. Daeron apartó su mirada del barco zarpante tratando de prestar atención a las palabras del hombre frente a él──. Deberías irte en tu bestia primero, así llegarás antes y tú madre estará menos preocupada.

Daeron únicamente asintió acatando las órdenes de su tío y subiendo a lomos de Tessarion para abandonar el lugar no sin antes echarle un último vistazo al barco a la lejanía, con aquella duda en su mente sin poder dejarle en paz. ¿En verdad lo había alucinado? ¿O cabía una mínima posibilidad de que Lucerys Velaryon estuviera con vida? En algo tenía razón su tío Osmund, llegaría antes que él y eso le daría una ventaja para citar a Aemma en su lugar secreto y contarle todo lo que vió esa noche.

📍137 d.c, Fortaleza Roja, Desembarco del Rey.
🗺️14 días después de la muerte de Lucerys Velaryon.

Justo cómo Osmund Hightower lo dijo, Daeron llegó un día antes que él a los terrenos de la Fortaleza Roja, en dónde su madre lo recibió con brazos abiertos y una cálida sonrisa a pesar del pesimista ambiente de la guerra cerniéndose poco a poco sobre todos. Las cosas en su familia seguían igual de tensas que siempre, un poco más de lo que recordaba, y no era menos esperarse luego de la muerte de Sibley.

Y también de la supuesta muerte de su hermana Helaena, incluso él le guardó luto hasta que Aemma le confesó que Helaena y sus sobrinos estaban sanos en algún lugar en Dorne. Según la princesa algún día él podría ir a verlos, cuándo las cosas con Dorne estuvieran en mejores términos. Eso sólo significaba que Aemma tenía conexiones con los dornienses, quizá ellos le darían ayuda en la guerra si lo solicitaba, o podrían darle la noticia a los verdes de que la princesa Helaena estaba con vida y escondida en sus terrenos.

──¿Porqué no te les unes a tus hermanos en el gran salón y me esperas ahí, hijo?──. Alicent habló llamando su atención. El joven príncipe frunció el ceño pero asintió alejándose de su madre para llegar a dónde le había indicado.

Antes de entrar en el gran salón, Daeron se acercó con amabilidad hasta una de las mozas que limpiaban los floreros que adornaban la entrada. Él la conocía así que sería más fácil pedirle un favor.

──¿Podrías traerme un pergamino y una pluma para escribir?──. Daeron le preguntó a la moza, Dyana, quién enseguida lo escuchó se giró para encararlo──. Y por favor, que Lord Mano y mi madre no se enteren de que enviaré una carta usando uno de sus cuervos.

Dyana asintió temblorosa, hizo una reverencia exagerada y salió rápidamente por el pasillo hasta perderse lejos de la vista de Daeron. El príncipe osado se adentró en el gran salón encontrándose con sus hermanos ahí, tal y como su madre lo dijo. ¿Era una reunión familiar o para qué los quería a los tres juntos? Era muy raro que pasarán tiempo juntos, la última vez que estuvieron en paz conviviendo fue durante la boda de Helaena y Aegon.

Aunque no era un evento digno de recordar. Tan sólo las caras de sus hermanos ese día eran dignos de un funeral. Incluso creía esa boda fue más un funeral del que lo fue el de Laena Velaryon.

──¡Daeron! ¡Hermanito!──. Aegon vocífero desde la silla que aparentaba ser un trono. Su tono era endulzante, definitivamente ebrio──. ¿Que te tomó tanto tiempo para venir a ver a tu Rey?

Daeron peleó contra las ganas de rodar los ojos y simplemente le sonrió a su hermano mayor. Una encantadora sonrisa que muchos le halagaban pero que en esos momentos era solo una farsa, por el rabillo del ojo notó a Aemond sentado en silencio, mirándolo minuciosamente.

──Asuntos en Nocturnia con el tío Osmund──. Daeron le respondió a su hermano mayor acercándose para que Aegon pudiera abrazarlo──. Pensé que ya lo sabías. ¿Mi abuelo no te lo dijo? Al parecer era un asunto secreto, ya que no se me permitió estar presente.

──La eficacia de mi abuelo como Mano es igual de grande que la mía como Rey──. se burló Aegon apartándose del abrazo con el que envolvió a Daeron──. ¿Cómo que no se te permitió estar ahí? ¡Eres un príncipe! ¡Hermano del Rey! ¿Quién te impidió estar ahí, pequeño hermano? Dímelo y-

──Aegon──. Aemond habló secamente desde su lugar interrumpiendo las palabras ebrias del mayor──. Si no se le permitió estar a Daeron ahí es porque no está oficialmente en el consejo, además, no creo que un niño sea capaz de entender temas de adultos.

Daeron le dió una mirada mordaz quedándose en silencio antes de poder decir algo de lo que se arrepentiría después.

──¿Un niño? Daeron ya tiene las bolas lo suficientemente grandes como para aguantar temas de guerra──. Aegon balbuceó dejándose caer en la silla detrás de él──. Es mi hermano y eso lo hace parte de mi consejo.

Aemond se levantó de la silla en donde había estado desde que Daeron entró. Su alta figura se alzó con autoridad sobre ambos, Aegon tuvo que alzar el mentón para recordarle a su hermano que ya no era un simple príncipe, sino el Rey que tanto protegían.

──Solo que Daeron no está activo en la guerra como los demás en el consejo──. Aemond respondió juntando sus manos detrás de su espalda──. ¿Estás seguro que puedes con el peso de la guerra, hermano?

Daeron asintió brevemente mirando de reojo a Dyana esconderse de la mirada de Aegon detrás de los floreros que anteriormente limpiaba, le notó el pergamino y la pluma en sus manos, así que decidió excusarse torpemente cerrando las puertas del salón detrás de él para tomar las cosas en sus manos.

──No tengo mucho tiempo así que ¿Podrías ayudarme a escribirle una carta a la princesa Aemma?──. Dyana ante las palabras del príncipe tragó en seco asintiendo──. Te pagaré lo que quieras pero debe mantenerse en secreto. Nadie puede saber sobre esto.

Luego de una cena convocada por Alicent, todos en el gran salón se dispersaron a sus respectivos lugares sin dar ninguna explicación, excepto Daeron; quién tuvo que darle excusas a su tío de estar exhausto para poder salir de su vista sin intenciones de ser convocado de nuevo. Daeron rápidamente tomó una de las capas que Aemma con anterioridad le regaló y se escabulló por los jardines de la Fortaleza hasta llegar al Bosque de los Dioses.

Se detuvo en seco ante el sonido de ramas quebrándose detrás de él y se preparó para enfrentar a cualquiera que estuviera acechando. Aemond apareció de entre las sombras con su cabeza ladeada y su mirada llena de curiosidad, en sus manos sostenía una de las cartas que Dyana había hechado a perder. Daeron soltó un suspiro esperando a que Aemond llegará hasta él.

──Si no estuviéramos en una guerra me sacaría de quicio que le mandarás cartas a mi esposa a mis espaldas──. Aemond jugueteó la carta entre sus dedos deteniendo sus pasos frente al menor──. ¿Para que solicitas la presencia de Aemma?

──No creo que a tu esposa le guste que te metas en sus asuntos, hasta donde tengo entendido, el paraíso entre ustedes dos se volvió más bien un infierno──. Daeron no pudo evitar burlarse encendiendo más la rabia en su hermano──. Vamos, hermano, ambos sabemos para que la quiero ver.

──Entonces tengo razones para desconfiar de ti en el consejo de Aegon.

Daeron rodó los ojos cruzándose de brazos.

──Y yo pensé que harías lo que fuera para ganarte la confianza de Aemma de nuevo ¿no? ¿Eso no fue lo que me dijiste cuándo te enteraste que soy su pupilo?──. Daeron dejó salir un suspiro──. Mira, yo no quiero estar enmedio de tus problemas matrimoniales con ella, solo acato sus órdenes.

──¿Acatar órdenes es lo único que haces?──. Aemond se burló amargamente rompiendo la carta entre sus manos──, para la otra sé un poco más cuidadoso con lo que escribes. ¿O acaso Aemma no te enseñó eso?

Daeron bufó en respuesta ante la pregunta desviando sus ojos claros hasta la figura de Otto Hightower alzándose detrás de ellos con una mirada cuestionante. Aemond, sin girarse para ver a su abuelo, compartió una mirada cómplice con Daeron antes de salir detrás del Hightower junto con el joven príncipe.

📍137 d.c, Mar Angosto.
🗺 Dos semanas después de la muerte de Lucerys.

Luke nuevamente se despertó a mitad de la noche luego de la misma pesadilla repitiéndose en su cabeza una y otra vez, pero está vez había visto algo más, otros dos dragones volando detrás de él y voces que nunca escuchó antes en esa misma situación. Una que no conocía muy bien pero la otra, aquella voz femenina, fue lo que hizo que despertará con el corazón latiendo como caballo asustado y frío sudor recorriendo en su cara.

"¡Aemma!" él había gritado en el sueño antes de despertar. Aemma, Aemma... ¿Quién era Aemma?

Aturdido por su propia mente el jóven castaño salió de su callado camarote a la tranquilidad de la brisa marina que lo recibió. Era pasada la hora del lobo, las estrellas alzadas en su máximo punto con la luna guiando el camino del barco, le sorprendió que el barco estuviera tan callado desde que zarparon de Nocturnia, ningún pirata fuera de su camarote a excepción de los que tenían su turno nocturno a cargo del barco.

Tampoco había señales de Rhys por ningún lado, tan solo subieron a bordo, el Velaryon no dijo ninguna sola palabra y sólo se encerró en su camarote con una bolsa llena de dragones de oro. Luke era buen observador y las notó al instante de encontrarse con él luego de su reunión con las personas de Nocturnia. Pero Luke no podía dejar de pensar en el dragón que vió. ¿A quién le pertenecía? ¿Quién sería su jinete? ¿Porqué sentía una conexión con ellos?

Luke resopló, exclavo de los pensamientos enredados de su mente, caminó hasta la plancha del barco encontrándose con el dragón color crepúsculo dormido completamente inmóvil. Luke solía escaparse durante la madrugada para asegurarse de que Heartfyre siguiera respirando, pues en las casi dos semanas que llevaba a bordo del Anguila Plateada, Heartfyre sólo había estado despierto una vez.

Y casi hunde el barco con su repentino despertar. Luke observó como entre más de veinte piratas tuvieron que calmarlo, dos de ellos muriendo en el intento pero Rhys parecía no darle importancia, no supo bien que le hicieron pero después del salvaje despertar del dragón, Heartfyre durmió desde entonces.

──¿Que te habrán hecho?──. Luke preguntó en un murmuro tomándose la libertad de acercarse hasta la bestia rojiza acariciando su hocico con su suave mano──. ¿Por qué Rhys está encaprichado contigo?

Aunque Luke lo entendía. Heartfyre era un dragón hermoso, cómo un enorme rubí que brillaba ante el sol, pero no estaba seguro de que Rhys pudiera montarlo. Había escuchado a los piratas burlarse del intento del Velaryon por ser un jinete de dragón, al parecer no tenía la sangre necesaria para hacerlo. ¿Tenías que tener una sangre específica para montar un dragón? ¿Porqué él soñaba que montaba uno durante una tormenta? ¿Acaso él podría montar a Heartfyre?

Pero la duda se quedó en el aire, Luke se alejó del dragón dormido y caminó hasta la soledad de su camarote rezando a cualquier dios que estuviera viéndolo no soñar de nuevo con la misma pesadilla que lo atormentaba desde hacía dos semanas.

📍137 d.c, Braavos, Ciudad Libre.
🗺️ Tres semanas después de la muerte de Lucerys Velaryon. Puerto Pesquero "El Dios de Muchos Rostros'".

Luke se despertó ante el sonido de la voz de Rhys gritar que estaban en tierra firme, pero no fue que salió de su camarote cuándo el Velaryon solicitó su presencia para ayudarlo con los suministros que necesitarían para las próximas semanas. El castaño bajó del barco torpemente, aún con el estómago revuelto de estar una semana entera sin pisar tierra firme desde su visita a Nocturnia.

Rhys caminaba con fluidez por el enorme puesto pesquero mientras que Luke intentaba seguirle el paso observando todo a su alrededor. ¿Seguían en Poniente? Algo le decía que no, las personas eran diferentes a las pocas que conocía, tenían un aire extranjero además de sus acentos extraños. Debían estar en alguna ciudad libre, algo así mentaron los piratas antes de llegar. Su atención se vio capturada por la enorme estatua que adornaba la entrada al lugar kilómetros lejos en el mar.

──Luke──. Rhys llamó su atención de nuevo haciéndolo mirarlo de inmediato. El Velaryon sacó una bolsa negra de su pantalón dándosela al joven──, será mejor que nuestros caminos se separen aquí, el viaje que haré es demasiado pesado para tí y mientras sigas con amnesia no me sirves mucho en el barco.

──Pero...──. Luke tragó en seco mirando incrédulo la bolsa con monedas que sostenía──, pero puedo ayudar. Puedo ser útil, he estado ayudando estas semanas y no debes de darme dinero-

──Descuida, no te dejaré solo──. Rhys lo interrumpió tomándole el hombro para guiarlo a su rapidez hasta una vieja choza costera──. Hice un intercambio justo, tú por un cuerno que puede controlar dragones, tendrás un techo y ya no necesitarás estar de un lado a otro como estabas conmigo.

Luke se alejó del hombre──. ¿Me vendiste? ¿Cómo si fuera un animal?

──Eres un pescador sin recuerdos, Luke. Tienes suerte de que quisieran hacer el trato conmigo──. Rhys le respondió impaciente. La mirada del hombre cayó en las personas que salieron a recibirlos y enseguida se formó una sonrisa en su rostro──. Soy el capitán Rhys Velaryon.

Luke se sentía impotente por su tan inesperado destino pero quizá el Velaryon tenía razón. No valía mucho, era un simple pescador sin recuerdos y tal vez su lugar era ahí. El castaño se quedó en un silencio incómodo estudiando a las personas que salieron de la choza, era una mujer de ojos rasgados y piel color oliva, su ropaje era humilde pero llevaba un collar llamativo en su pecho que trataba de esconder pero que fue fácil para Luke poder notarlo. El hombre era más llamativo, cabello largo rizado de un tono pelirrojo, fornido y más alto que Rhys, tenía una ligera barba que le hacía ver intimidante pero sus ojos azules suavizaban su rostro.

──Sabemos quién eres──. la mujer respondió acercándose hasta Luke para analizarlo de pies a cabeza, a pesar de la incomodidad visible en el jóven castaño, la mujer le sonrió──, el cuerno por el chico, ese era el trato ¿no?

Rhys asintió con sus ojos brillando con emoción anticipada. El hombre pelirrojo le extendió el cuerno sin decir ninguna palabra a lo que Rhys lo tomó de igual manera llevando sus ojos color vino hasta Luke en forma de despedida.

──Ten una buena vida, Luke Rivers──. Rhys le dió una palmada en su espalda como despedida y agitó su mano ante los dos extraños para después desaparecer por el enorme puerto pesquero lejos de la vista de Luke.

Luke Rivers. Algo sobre ese nombre lo dejaba insatisfecho, incompleto, y en esos momentos mientras miraba a Rhys alejarse se agradeció tener unas manos escurridizas. Pues semanas atrás se adentró en el camarote del capitán del Anguila Plateada y encontró un mapa que jamás había visto antes, de una supuesta isla escondida que Orion Baratheon descubrió en uno de sus tantos viajes, y con ayuda de una pluma lo calco en un viejo pergamino.

Fue algo por instinto. No supo bien porqué lo hizo, o para que le serviría tener una copia de ese mapa pero quizá con tiempo lo entendería pero por ahora solamente debía ser Luke Rivers, al menos hasta que descubriera quién era realmente.

NOTA DE LA AUTORA:
Yo con la muerte de Luke siendo delusional:

Bueno, así comenzó el nuevo acto el cuál será bastante corto pero abarcará 1 año y medio (en el punto de vista de Luke) mientras que él de Aemma solo abarcará 8 meses 👀 los capítulos no seguirán cronológicamente esa línea por qué soy dramática y me gustan los plot twist así que tomaremos de cuenta la supuesta muerte de Luke para saber contar el tiempo hasta donde se quedará para dar entrada a la segunda temporada de la serie (que será diferente aquí pq no sigo el canon) y veremos muchísimo de Daeron en este acto porque estoy enamorada de él y estoy pensando en ponerlo de segundo interés amoroso PQ AMO EL DRAMA pero odio los triángulos amorosos, así que vivan las relaciones multiamorosas.

También algo importante es que la guerra empezará como tal hasta el tercer acto y aquí será muy pasivo-agresiva, la verdadera matanza empezará hasta los sucesos de la segunda temporada. Recen por los personajes y para que Aemma sobreviva a la Great War🤲

Also Daeron en Nocturnia pensando que estaba viendo al fantasma de Luke:


¿Que es lo que más les gustó del capítulo? ¿Que esperan ver? No se olviden de comentar y votar <3

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