14 | Queso y Sangre.
Capítulo catorce: Queso y Sangre.
Now playing... vigilante shit by taylor swift.
LA CULPA Y SOLEDAD eran las únicas compañeras de Aemma durante la primera noche sin Lucerys, al caer la hora del búho la princesa castaña salió de sus aposentos caminando hasta la vacía y fría habitación de su hermano. Su cama aún deshecha de la partida, sus cosas intactas pero esa presencia de su fantasma la seguiría por el resto de su vida recordándole lo que pudo haber evitado. Aemma ya era considerada una matasangre por el pueblo después de matar a Vaemond Velaryon pero ella jamás se consideró una hasta en esos precisos momentos.
La soledad era una cruel compañera y Aemma la conocía desde muy pequeña. Lucerys siempre había sido su protegido, desde pequeños después del incidente con Aemond y el ojo, Aemma se vio en la tarea de proteger a su hermano y aún así había fallado. Y ahora ya no estaba, gracias a ella y a sus estúpidos planes había perdido para siempre a Lucerys.
Aemma se mantenía acostada en la cama de su hermano, sus ojos cerrados tratando de despertar de esa pesadilla que no la dejaría dormir en semanas, sintiendo la fragancia de Lucerys aún en la habitación antes de que desapareciera cómo él. En la puerta Akira entró en sigilo observando a la castaña con pesar.
──Princesa──. Akira llamó sintiéndose mal por perturbar el luto de su amiga pero los negros estaban planeando el siguiente ataque y necesitaban la presencia de Aemma en el consejo──. Princesa, el príncipe Daemon y la Reina Rhaenyra necesitan su presencia.
Ante la mención de sus padres Aemma abrió los ojos con pesar sintiendo las lágrimas secas sobre sus mejillas y el ardor en sus ojos quemarle cuándo los abrió. Los sentía hinchados, pequeños y borrosos. La castaña se levantó de la cama mirando a través de la ventana el enorme mar rodeando la Isla de Roca Dragón mientras la hora del búho estaba dibujada en el cielo acompañada de estrellas. Habían pasado unas horas pero ella las sintió cómo años.
──Y también recibió una carta del príncipe Aemond──. Akira añadió temerosa entregándole la carta a Aemma.
Una furia arrebató contra la princesa de cabellos castaños tomando la carta con enojo y rompiéndola en mil pedazos lanzándola contra el fuego abrazador ardiendo en la chimenea deteniéndose debajo del umbral de la puerta antes de irse por completo.
──No quiero nada de ese maldito asesino──. Aemma sentenció haciendo que Akira asintiera──, si sigues recibiendo cartas de ese matasangre quémalas todas, mata a los cuervos, has lo que tengas que hacer pero no quiero recibir nada con ese nombre escrito.
Con eso dicho Aemma se marchó con aquella tristeza reprimida en su ser siendo reemplazada por un odio quemándola por dentro. Aemond Targaryen era un matasangre, un traidor a su palabra y desde ese día era su enemigo al cuál le esperaba un destino peor que el de su hermano Lucerys y de eso Aemma se encargaría. Traería los Siete Infiernos a Poniente si era necesario pero necesitaba ver a Aemond arder en las llamas de su venganza.
Al llegar con el consejo las miradas de todos se congelaron en ella con suspicacia, no habían tardado mucho para culparla y aunque su madre Rhaenyra aún no la proclamaba asesina, Aemma dentro de ella sabía que su madre estaba desconfiando de ella y pensando en que había sido cómplice en la muerte de Luke. Daemon, por su parte, no ocultaba la sospecha sobre ella. Mirándola cómo si estuviera planeando matarlos a todos y traer a los Verdes para invadir Roca Dragón pero aún así Aemma alzó la cabeza en alto caminando rectamente hasta el tablero de aliados ignorando las miradas.
En especial la de Corlys Velaryon, quién ya sabía que su nieta era la asesina de su hermano pero parecía no importarle eso sino la supuesta traición de la princesa a su familia.
──Déjennos solos──. ordenó Rhaenyra. La antigua voz cálida que la caracterizaba había sido reemplazada por una monótona que hizo temblar a los integrantes del consejo hasta limpiar la habitación dejándolos solos a ella y Daemon con la princesa──. ¿Dónde está Heartfyre?
Ante la pregunta Aemma frunció el ceño.
──Probablemente muerto, ahogado quizás, mi reina──. la princesa respondió con pesar manteniendo su mirada en Rhaenyra. La mujer de cabellos platinados miraba fríamente a su primogénita──. ¿Jace sabe sobre...?
──El asesinato de tu hermano──. completó Rhaenyra bruscamente──, le avisaremos mañana. Quiero asegurar que se mantenga concentrado en la alianza con Cregan Stark, él cuál por cierto, parece estar interesado en casarse contigo.
Eso congeló a la princesa de los negros en su lugar. Había escuchado muchas veces hablar de Cregan, un hombre honesto, leal cómo cualquier Stark pero jamás imaginó que estuviera interesado en ella. Pero Aemma no podía casarse con alguien, ya estaba casada con el asesino de su hermano, con la fe de los Siete y la vieja tradición Valyria uniéndola ferozmente con el hombre que más odiaba.
──No puedo casarme con él, mi reina──. Aemma dictó por alguna razón su voz salió temerosa atrayendo la mirada de Daemon en ella.
──¿Por qué? ¿Por qué no puedes?──. Daemon insistió jugando con Dark Sister en el suelo mirando a Aemma cómo su presa──. ¿Acaso algo te lo impide?
──No creo que ahora sea buen momento para casarme con alguien──. Aemma respondió congelando su tono de voz de inmediato y no dejándose intimidar ni por su madre ni por Daemon──, mi hermano acaba de morir.
──Y me preguntó de quién será la culpa──. siseó Daemon con malicia. Rhaenyra le dio una mirada de advertencia haciéndolo callarse de mala gana──. Hablando de tu hermano... te tenemos una tarea.
Aemma alzó una de sus cejas.
──Mandé un cuervo a Mysaria con una nota──. Daemon empezó a canturrear──, "un hijo por un hijo" para que contraté a dos asesinos, queso y sangre, y maten a uno de los hijos de Aemond.
──Aemond no tiene hijos──. Aemma respondió. Daemon soltó una risa amarga.
──Hay muchos rumores que los hijos de esa princesita Helaena son de Aemond y no del imbécil borracho de Aegon──. continuó Daemon ladeando la cabeza y caminando hasta Aemma──, pero ahora que tú estima aquí está pendiendo de un hilo, la Reina y yo hemos decidido que te daremos una oportunidad.
──Debes de matar a uno de ellos──. Rhaenyra vociferó antes de que Daemon pudiera proceder──, antes del amanecer debes ir a Fortaleza Roja y matar a uno de esos niños. No tengas piedad, porque a pesar de que rogué paz, los verdes mataron a mi Luke. A tú hermano, tú sangre, has querido una guerra hija mía y ahora te la estoy dando.
Aemma repasó su antiguo plan en la cabeza. Le había prometido rescatar a Helaena y a sus hijos pero ahora esa promesa había ardido junto a sus remordimientos con los verdes. La castaña solo asintió ante las órdenes de su reina cambiándose con su traje de jinete negro, una capucha café y se dirigió hasta Mercury para emprender vuelo. Mercury se alzó por los cielos antes de que el amanecer apareciera en el horizonte, volando contra el frío de la madrugada descendiendo hasta Desembarco del Rey en cuestión de horas. El enorme dragón blanco aterrizó en el campo frente a la vieja cabaña de Harwin Strong, tan solo unos kilómetros lejos de la Fortaleza Roja.
──Lykīri, Mercury (mantén la calma)──. tranquilizó la jinete tallando con cariño las escamas albinas de su dragón para después desaparecer entre la colina de Aegon.
Aemma caminó con sigilo bajando la enorme colina y trazando su trayectoria con paso rápido hasta Fortaleza Roja dónde un festín la recibió con el calor de la venganza quemándole el cuerpo. Había música, baladas sobre la muerte de Luke acompañada de las risas de los aliados de Aegon y a la lejanía divisó a pocos guardias cuidando la Fortaleza, probablemente todos estaban también dentro del festín que habían dejado desprotegido el demás perímetro. Aemma sintiendo cada vez más ese fuego quemándole las entrañas se adentró a la Fortaleza pasando por la tumba de Balerion sacando la daga sobre su cadera y enterrándosela al primer guardia que la vio.
El hombre cayó al suelo llevando sus manos al orificio sobre su cuello pero ya era tarde. Murió desangrado al cabo de los segundos dejándole paso tranquilo a la castaña por su costado hasta que desapareció por las escaleras. Al estar allí la venganza cada vez le susurraba al oído convirtiéndose en chillidos insoportables en su cerebro. Mata a Aemond Targaryen. Mátalo. Mátalo, aquellas voces siniestras decían en su cabeza soltando risas como hienas que le hirvieron la sangre a la princesa. Pero por más ganas que Aemma tuviera de acabar con la vida de su esposo, tuvo que cederlas cuándo se adentró en los pasillos vacíos de l Fortaleza. Aemma arrastró el cuerpo del guardia que había dejado atrás colocándolo fuera de la habitación de Helaena y después fue por sus demás víctimas.
Aemma se escabulló por el lugar quedándose en las sombras escuchando a dos niños, posiblemente hijos de algún aliado de los verdes, riéndose en las escaleras mofándose de la balada sobre la muerte de su hermano.
──Me alegra que ese bastardo esté muerto──. dijo uno de los niños. Cabellos castaños, risa maliciosa y portando los colores verdes que Aemma tanto despreciaba.
──Mi padre dice que esos bastardos son la malicia del Reino y que los cuatro deben estar muertos──. se burló la niña de cabellos rubios soltando una risa, ella lucia más cómo una sirvienta.
Aemma cegada por la furia caminó hasta ellos sonriéndoles siniestramente. Antes de que alguno de ellos pudiera gritar Aemma los cargó en sus brazos tapándoles la boca.
──Cállense──. ordenó la castaña haciendo a los niños malcriados asentir y sentarse junto al cadáver del guardia sangrando todo el suelo.
Aemma se adentró en la habitación encontrándose con la dama de Helaena jugando con los gemelos en el suelo, la mujer de tez morena llevó su mirada horrorizada ante las manos llegas de sangre de la princesa y su mirada vacía sobre ella.
──Grita y te mataré. ¿Dónde está Helaena?──. preguntó Aemma tomando a la mujer del cabello y colocando la daga sobre su cuello. Los gemelos se mantuvieron callados horrorizados por la violencia de su tía.
Aemma miró sobre su hombro a la confundida Helaena salir de la otra habitación del costado mirando al escena con sospecha.
──Aemma──. Helaena habló haciendo que Aemma soltará a la mujer de mala gana──, ¿viniste por nosotros?
──Me ordenaron matar a tus hijos──. Aemma confesó horrorizando a la mujer de cabellos platinados pero antes de que Helaena dijera algo Aemma se acercó hasta ella dándole una bolsa con mudadas de ropa──, vístelos y vístete. Iremos a Pozo Dragón por Dreamfyre.
Helaena asintió tomando las manos de los gemelos para llevárselos a la otra parte de la habitación mientras Aemma adentraba a los niños que se habían burlado de la muerte de Luke y al hombre muerto. La dama miró con horror y terror la escena levantándose del suelo temblando.
──Toma esto──. Aemma le lanzó una bolsa con dragones de oro──, es por tu silencio. Después del incendio quiero que desaparezcas y si me enteró que has abierto la boca, te cazaré a ti y a tu familia con mi dragón ¿lo escuchaste?
La mujer asintió tomando con sus temblorosas manos el pago saliendo de la habitación perdiéndose en el pasillo. Minutos después Helaena salió de sus aposentos con ropajes marrones cubriéndose el cabello con un gorro, al igual que sus hijos y el pequeño Baelor.
──¿Por qué nos vestimos así?
──Si no quieres que armé un caos en el festín de Aegon es mejor así. Nos iremos por la tumba de Balerion y caminaremos hasta la Colina de Rhaenys donde Mercury nos espera──. Aemma explicó juntando velas sobre una mesa.
Helaena asintió aún confundida por lo que su amiga estaba haciendo con las velas.
──¿A donde iremos?
──A Canto Nocturno en Marcas de Dorne, tengo terrenos ahí que me recompensaron cuándo les quite unos enemigos de encima──. Aemma explicó dándole una leve mirada a la platinada──, Akira te cuidará a ti y a los niños, pronto llevaré a Harwin y a Dimitri para que estén a salvo durante la guerra. Después iremos a mi propiedad de Palosanto en Dorne donde estarán a salvo, pero debemos esperarnos unas semanas para poder pasar el Mar de Dorne.
──¿Iremos por Dreamfyre?
──Por supuesto. ¿Tienes los el huevo de dragón de Maelor?──. Helaena asintió caminando hasta la otra habitación por una bolsa en donde lo había guardado──. Quiero que sepas algo, Helaena. A partir de hoy estarás muerta para toda tu familia, no podrás hablar con nadie, con ninguno de tus hermanos más que con Daeron.
Ante la mención de su hermano menor la platinada frunció el ceño.
──¿Por qué sólo con él? Se supone que todos pensarán que morimos aquí.
──Daeron está de mi lado y es mi espía en los Verdes──. Aemma respondió tomando la mano de Helaena──. No hay vuelta atrás, Hel. Ya no podrás ver a tu familia nunca más ¿estás segura?
──Es eso o que mis hijos mueran──. Helaena soltó un suspiro a la lejanía──. He visto la muerta de mis pequeños desde hace mucho.
──Espero y estés segura porque sino queso y sangre vendrán por tus hijos, Daemon los contrató en caso de que yo fallará──. Helaena asintió tomando con fuerza en sus brazos al pequeño Baelor y acercando a los gemelos──. Sal con cuidado hasta la Tumba de Balerion, espérame ahí.
Helaena asintió saliendo por la puerta de los aposentos desapareciendo detrás de ella junto con sus hijos. Aemma echó un vistazo a los niños aterrorizados, no podía hacerlo, incluso con toda esa rabia quemándole el interior todos se darían cuenta de la pérdida de los niños y destruiría su plan. Debería encender toda la habitación para que ni siquiera cenizas de los cuerpos quedarán así como no hubo rastros de Luke.
──Si vuelven a hablar de mi hermano, o incluso decir su nombre, iré a sus casas en la noche y los mataré mientras duermen pero primero les quitaré la lengua──. amenazó Aemma mirando a los niños con la furia quemándole las pupilas. Ambos asintieron──. Y si le dicen a alguien que me vieron aquí llevaré a mis dragones para comérselos a ustedes, a su familia y a todos sus amigos.
Los niños se miraron entre ellos totalmente petrificados asintiendo mutuamente. Aemma los dejó salir comenzando a quemar el lugar, primero las cortinas, la cama, los asientos, usó todas las velas que iluminaban el lugar para que quemarán toda la habitación a su paso junto con el cuerpo del capa blanca. La castaña se colocó su capa saliendo rápidamente por los pasillos cuándo el humo comenzó a salir llegando hasta el festín.
Aemma al llegar a la Tumba de Balerion tomó a los dos gemelos en sus brazos corriendo camino bajo las escaleras siguiendo a Helaena hasta perderse en la Ciudad para ir hasta Pozo Dragón.
En Fortaleza Roja Alicent fue la primera en correr escaleras arriba desgarrando un grito de su garganta al ver las flamantes llamas sin cesar provenientes de los aposentos de Helaena, segundos después Otto y Aemond aparecieron detrás de ella observando las llamas tratando de ser apagadas por los capas blancas.
──¡Mi Helaena!──. gritó Alicent derrumbándose en los brazos de Aemond detrás suyo. El príncipe tuerto soltó un sollozo hasta que su mirada divisó un papel en el suelo que Otto recogió.
──Un hijo por un hijo──. leyó el hombre con barba arrugando con su puño el papel en sus manos observando a un hombre de los capas blancas salir de los aposentos negándole──. A esa bastarda no le bastó matar a mi Sibley.
Aemond observó a Otto y Alicent irse junto a los guardias apenas el fuego cesó dejando la antigua habitación hechas cenizas. Aegon ni siquiera había dejado su festín para preocuparse por sus hijos y por su esposa, los cuales Aemond sabía que estaban bien y huyendo posiblemente junto con Aemma pero eso solo le demostró que había elegido el bando incorrecto pero ya era muy tarde para arrepentirse. Todos los Siete Reinos lo conocían cómo un matasangre, y por su reputación y su plan contra Alaric Baratheon, debía actuar cómo uno.
Helaena se subió a la montadura de Dreamfyre subiendo a Jaehaerys detrás suyo alzándose sobre los cielos rumbo a la colina de Rhaenys. Aemma tomó a Jaehaera de su mano cargando a Maelor en sus brazos hasta llegar minutos después en la colina y subirlos a Mercury. En los cielos Aemma y Helaena volaban a la par desapareciendo en las nubes de Desembarco del Rey mientras los Verdes les guardaban luto a fantasmas falsos.
⭐️
En vuelo de dragón tardaron cuatro horas hasta aterrizar en Canto Nocturno en el Palacio escondido en algún punto del Desierto de Marcas de Dorne resguardado al menos por 100 hombres, Helaena se sorprendió al llegar ahí, un cambio bastante radical a lo que estaba acostumbrada pero existía paz en su interior de que ahora estaría a salvo de la guerra cómo siempre había querido. Y lo mejor de todo, ahora era libre.
La estructura del castillo era mucho más angosta que la de Fortaleza Roja, con colores amarillos y azulejos de colores verdosos y azules adornando el interior, fuentes de aguas cristalinas en los jardines llenos de arbustos verdes y claveles. Helaena saludó a los guardias de flamantes trajes amarillos cubiertos desde los pies a la cabeza encima de caballos negros que vigilaban el lugar mientras ellas se adentraban en el castillo. También le sorprendió ver cuidadores de dragón quienes se llevaron a Dreamfyre para la cueva en donde dormiría y a los huevos para encubarlos.
La platinada siguió a la castaña hasta una enorme habitación con paredes hechas de ladrillo naranjoso, habían tres camas y una cuna hechas de oro ya listas.
──¿Desde cuando posees esto?──. preguntó Helaena curiosa saludando a las dos mujeres dornieses que acomodaban la habitación.
──Hace cómo dos años. Siempre he sido aliada de la Casa Martell por Akira y Ava, ellas son bastardas de esa casa pero se llevan bien con sus familiares, les gané unas cuantas guerrillas con piratas de Lys y en recompensa me dieron este lugar y todos sus terrenos──. Aemma explicó quitándose los guantes de su traje para tomar calor de la chimenea──. Pero sólo estarás aquí poco tiempo, es seguro pero muy fácil de te encuentren si sospechan que no murieron.
──No creo que se preocupen tanto con eso──. Helaena le restó importancia acostando al pequeño Maelor en la cama detrás de ella──. Gracias por salvarme.
──Tú no eres mi enemiga, Helaena──. Aemma le respondió manteniendo su distancia hasta que sintió la presencia de la platinada detrás de ella hasta sentarse a su lado frente a la chimenea.
──Lamento la muerte de Lucerys──. Helaena añadió tomándole la mano a su amiga castaña. Aemma dejó salir un sollozo mirando el fuego──, era un niño muy amable y simpático, me hubiera encantado ser más cercana con él.
──No puedo creer que confiará en tu hermano... yo lo amo──. Aemma gruñó con cólera y pesar soltando lágrimas de sus ojos siendo consolada por Helaena a su lado──, y él me mintió, jugó con mis malditos sentimientos y mató a mi hermano por esa estúpida venganza infantil que nunca pudo dejarla en paz.
──Es un sentimiento horrible, el amar a alguien tanto que lo odias absolutamente cuando te dejan.
──Y lo peor es que no puedo odiarlo cómo debo──. Aemma sollozó siendo atraída por los brazos de la platinada en un intento de comfort──, fui sólo un maldito plan, nos casamos en secreto...
──¿Qué? ¿Cuándo?
──Hace unos días. Fue una boda tradicional Valyria──. Aemma recordó con nostalgia y rabia──, solamente nosotros dos, después de eso no lo volví a ver hasta hoy que murió Luke. Hice todo lo posible para salvarlo, en verdad lo hice y aún así me siento culpable.
──Aemond no sabe medir el peligro──. Helaena consoló observando a la castaña alejarse limpiándose las lágrimas──. ¿Te irás ya?
──No puedo seguir aquí lamentando la muerte de mi hermano mientras mi madre planea una guerra──. Aemma tomó sus guantes colocándoselos en sus manos despidiéndose de ambos gemelos──. Akira vendrá en unos días con Harwin y Dimitri, estarás segura aquí, yo vendré de vez en cuando.
──Te esperaré──. Helaena se acercó a la castaña para abrazarla──, y de nuevo gracias por salvarme.
Aemma asintió dándole un beso en su frente como despedida saliendo por la puerta principal. Al amanecer Mercury aterrizó en los terrenos de Roca Dragón siendo llevado a su cautiverio dejando a su jineta sola en la orilla de la playa. Aemma se sentó escuchando las olas contraerse, los pájaros anunciar el nuevo día y el aire fresco de la bahía refrescarle su rostro. Unas pisadas detrás de ella la hicieron esperar que fuera su madre pero en su lugar Daemon apareció sentándose junto a ella.
──¿Cómo te fue?──. preguntó Daemon enterrando a Dark Sister en la arena a un costado de él.
──Están muertos, calcinados en sus aposentos mientras Aegon daba un festín en nombre de Aemond──. Aemma respondió llevando su mirada al cielo.
──Sé que la princesa Helaena y tú eran cercanas pero te dije que en la guerra siempre mueren personas──. Daemon volvió a hablar manteniendo su mirada en la triste castaña──, voy a decirte esto porque Rhaenyra jamás se atrevería pero estábamos pensando en tu posible traición, desde que te pedí quedarte en Fortaleza Roja para seducir a Aemond supe que hice mal y que probablemente él te lavaría el cerebro.
──No soy fácil de persuadir.
──Ese príncipe es tu debilidad, Aemma──. Daemon respondió bruscamente──, el amor no siempre es algo bueno, y para tu propio bien junto el de tu madre y familia espero lo entiendas.
──Aemond Targaryen es mi enemigo. El asesino de Luke y si piensas que voy a dejarlo pasar entonces realmente no me conoces──. Aemma atacó dándole una mirada corta a su antiguo ídolo──, voy a empezar a matarlos uno por uno, ya maté a cuatro, me faltan cuatro más.
──La guerra ya está aquí y después de la muerte de Helaena, sus hijos y Sibley a tus manos se nos vendrán encima.
Aemma giró de repente su mirada.
──¿Sibley murió?
──Empalada en el Trono de Hierro──. Daemon respondió con la misma confusión──, recibí esta carta con su sangre en ella, está a tu nombre.
"No saben lo razonable que me he portado hasta ahora y a pesar de sus hipocresías y insultos les pedí que se alejarán de mi camino. Ya han agotado mi paciencia, pero de verdad espero que entiendan, que incluso después de la muerte de mi hermano, lo que va a pasar, seré nada más yo portándome razonable" -Aemma.
Una ola de confusión pegó con fuerza en Aemma haciéndola fruncir el ceño. Sibley y ella ya no eran amigas cómo solían serlo en su niñez pero su antigua dama, a pesar de todo, siempre sería un recuerdo feliz de sus infancia y cierta parte de ella lamentaba su pérdida.
──Yo no la maté.
──Entonces alguien está ganándose enemigos en tu nombre──. Daemon arrugó el papel guardándoselo en su jubón──, y debes estar preparada.
Daemon se levantó de la arena esperando a que Aemma hiciera lo mismo pero ella se quedó en su lugar con la mirada pérdida en el océano hasta que abrió su boca.
──Estoy embarazada de Aemond.
Daemon soltó un suspiro extendiéndole la mano para levantarla tomándola de los hombros después de eso. Aemma tomó los codos de Daemon mirándolo a los ojos.
──¿De Cregan Stark?──. Daemon alzó una de sus cejas sonriéndole con la comisura de sus labios.
Aemma confundida por unos segundos frunció el ceño y después lo entendió. Una alianza entre el hielo y el fuego.
──De Cregan Stark.
NOTA: SORPRESAAAAAAA y ahora si con esta nos veremos hasta la segunda temporada para más alimañas, drama, muerte, dragones y de todo un poco. Baby Aemond is coming or... baby Aemma?🧐 pobre Cregan ya se echaron un chamaco encima y ni ha llegado JAJSGAJAHSHA
¿Que esperan ver en el segundo acto? 😈
Quedaron 🤡 si pensaban que sería capaz de matar a mi ángel Helaena, ella se merece ser feliz viviendo lejos de Desembarco del Rey criando a sus hijos junto a los de Aemma, tomando vino y comiendo uvas juntas <3
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