05 | Volar lejos juntos.
Capítulo cinco: Volar lejos juntos.
Soundtrack... margaret by lana del rey.
capítulo largo.
DESPUÉS DE COPAS DE MÁS AEMMA se levantó de la arena cómo pudo tomando a Sibley de los hombros quien estaba muchísimo peor que ella. Aemma evadió subir por las escaleras del lugar, si todos veían a Sibley de esa forma más sombra crecería sobre ella y también sobre Aemma así que optó por la puerta lateral del castillo al costado de la playa. Sibley caminaba a paso flojo, tropezando con la arena y riéndose de todo lo que veía mientras sus brazos se aferraban a los hombros de Aemma para no caer a la arena. La castaña Velaryon buscaba con su mirada la entrada pero con la ausencia del sol únicamente divisaba olas de mar y piedras hasta que vio dos figuras besándose a lo lejos.
Aemma detuvo sus pasos de golpe haciendo que Sibley se quejará y tratará de moverse pero su cuerpo estaba demasiado flácido cómo para sostenerse por sí misma y poder mover a la princesa. Aemma entrecerró sus ojos obligándolos a ajustarse en la oscuridad para saber de quiénes se trataba hasta que la figura alta y delgada de la mujer cobró forma. Era su madre y él hombre al que besaba era a Daemon Targaryen. Aemma dejó salir un sonido de sorpresa abriendo sus ojos de par en par. Siempre se le había hecho raro el cariño tan extraño con él que su madre se expresaba de Daemon, de cómo ambos se comunicaban en Valeriano para que nadie más los entendiera, sus paseos nocturnos.
Ahora todo cobraba sentido. Aemma echó un último vistazo a ambos Targaryen para después avanzar por el estrecho de la playa hasta llegar a la puerta lateral avanzando por los pasillos de piedra aún con la imagen de su madre besándose con el príncipe canalla, y en el propio funeral de Laena Velaryon, es que algo que los Targaryen no conocían era la vergüenza.
──¿Donde estamos?──. hablaba Sibley, entre gritos sordos para sus propios oídos, tratando de mover su cabeza y conocer el lugar──. ¿A donde vamos? ¿Y mi ron?
Aemma rodó los ojos con fastidio moviéndose con lentitud y pesar por el vacío pasillo adentrándose en una de las habitaciones que encontró vacía y sin seguro, la castaña se adentró con Sibley colgando de su hombro hasta que la Hightower retomó su postura riéndose por el efecto del alcohol en su cuerpo.
──Todo es tan maravilloso y a la vez una mierda ¿verdad, princesa?──. se burlaba la castaña mayor girándose bruscamente y mirando a Aemma de pies a cabeza.
En su cabeza todo su alrededor estaba borroso a excepción de la imagen angelical que la princesa brindaba, sus orbes morados mirándola con atención, su vestido azul zafiro brillando con las velas que las iluminaban pobremente en aquella oscuridad. Sibley tragó en seco tratando de enfocarse en otra cosa pero a esas alturas ya era estúpido ocultarlo, sus sentimientos por la princesa cada vez crecían más a pesar de su ausencia en Desembarco del Rey y luego de la pérdida de su hijo a lo único que quería aferrarse era a Aemma.
De repente su mirada cayó en los labios de la princesa, entreabiertos y brillando naturalmente de un color rosa cómo una grosella. Aemma hizo una mueca inconscientemente imitando el movimiento de su amiga mirándole los labios también, estaban abiertos balbuceando algo que ella no lograba entender y al momento de subir su mirada Sibley se acercó con rapidez juntando sus labios con los de ella en un beso.
Aemma abrió sus ojos con sorpresa alzando sus manos con inercia. Sibley tomó los hombros de Aemma profundizando el beso y cerrando los ojos ante el roce de sus labios contra los de la princesa hasta que sintió las suaves de Aemma alejándola sutilmente.
──Sibley, para──. ordenó suavemente Aemma. Su pecho subía y bajaba al igual que de Sibley pero sin el terror que la Hightower sentía después del beso──. No podemos hacer esto, no debemos, estás borracha. Es por eso que estas confundida.
──Tú no me entiendes, Aemma──. soltó de inmediato Sibley. Ahora cualquier átomo de alcohol en su cuerpo se había ido, el resentimiento y el arrepentimiento estaban golpeándola desde adentro quemándole el pecho──. No estoy confundida y jamás lo he estado. Prefiero hacer cualquier otra cosa que casarme con un hombre, y eso no es normal. Ninguno de mis sentimientos por ti son normales y tu presencia aquí solo los confunde más.
Aemma quería decir algo pero no podía porque simplemente ella tenía razón. Aemma no la entendía, no podía comprender esos sentimientos porque ella no los compartía y por más que Aemma quisiera jamás podría corresponderla.
──Sibley...
──No quiero su lastima y en algo tiene razón, su majestad. No debí hacerlo y me arrepiento. Así que váyase──. Aemma titubeó.
No podía dejar a Sibley media borracha en una habitación desconocida y tan alejada de donde todos se encontraban, mucho menos en ese estado. La castaña mayor llevó sus manos a su boca mordiéndose las uñas en un ataque de nervios.
──Pero Sibley no puedo dejarte-
──¡Que te vayas, Aemma! ¡Lárgate, bastarda!──. se quebró. Sibley soltó la furia hacia ella misma en esa frase arrepintiéndose segundos después pero las palabras ya estaban dichas. Aemma junto sus labios en una fina línea sintiendo su dentadura contraerse del enojo pero solo asintió dándose la vuelta y abandonando la habitación con un portazo.
Y cuándo Aemma abandonó la habitación Sibley se desplomó en el suelo soltándose a llorar.
⭐️⭐️
La joven Aemma aún trataba de comprender lo que había sucedido entre ella y Sibley. ¿Acaso su dama siempre tuvo esos conflictivos sentimientos hacía ella o era solo el calor del alcohol en su cuerpo? Eso jamás lo sabría, tal vez Sibley no quiso llamarla bastarda pero para Aemma eso no importaba, juró quemar a todo aquel que le dijera así pero hasta ahora su promesa se veía en pausa. No mataría a Sibley, no era desquiciada cómo para hacerlo. Comprendía que la Hightower estuviera en una crisis luego de lo sucedido así que lo dejó pasar.
Al subir las escaleras que conducían al funeral el primero en interceptarla fue su abuelo Corlys, la serpiente marina a comparación de su esposa siempre había tratado con amor y cariño a ella junto con sus hermanos. Los trataba cómo sus nietos legítimos e incluso le heredaría Marca Deriva a Lucerys cuándo el muriera.
──Cariño, quiero que conozcas a alguien──. habló el hombre de tez oscura tomando a Aemma de los hombros para avanzar junto a ella por todo el lugar, paseándola cómo si fuera un premio.
Aemma buscó con la mirada a Aemond pero no pudo localizarlo por ningún lado, tampoco a sus hermanos o a las gemelas Velaryon, únicamente observó a Aegon vomitando en la esquina con Otto Hightower a un costado de él pareciendo regañarlo. Corlys se detuvo frente a un hombre sosteniendo una copa en sus manos y vistiendo ropas color café en lugar de negro cómo los demás. Al girarse Aemma frunció el ceño, antes lo había visto en Desembarco del Rey, pero no lo recordaba con certeza.
──Entonces ella es la princesa "salvaje"──. dijo el hombre con una media sonrisa en su rostro tomándole un sorbo a su bebida.
──Aemma te presentó a Lord Orión Baratheon, señor de Bastión de Tormentas──. comentó Corlys sonriéndole levemente a su nieta para después mirar al hombre.
Era bastante alto mucho más que su abuelo Corlys pero de la misma complexión musculosa y bien trabajada que el de la serpiente marina, era más joven que Corlys y eso era extraño en un Lord así que debía ser nuevo ejerciendo el título, se notaba que era un guerrero por la armadura en su pecho y la espada sobre su cadera. Sus ojos eran más oscuros que los de ella pero brillaban de manera diferente y eran más pequeños, su rostro era atractivo y tenía una cicatriz en su frente que le aumentaba esa cualidad y una barba adornaba de manera perfecta su cara.
──Un placer por fin conocerla, princesa──. el hombre hizo una suave reverencia tomando la mano de Aemma para depositar un beso encima──. He escuchado muchas cosas sobre usted.
Si me dice bastarda lo aventaré por la borda, pensó Aemma pero en su lugar miró de reojo a su abuelo y después le sonrió falsamente al hombre.
──Conversando con Lord Baratheon salió la conversación sobre tu herencia, las flotas que heredarás son vecinas de Bastión de Tormentas──. Corlys miró a Aemma──. Y pensamos en formar una alianza.
Aemma miró al hombre analizándolo. Había conocido muchos lores a lo largo de su vida, hombres ambiciosos y codiciosos -en su mayoría viejos o pasados de peso gracias al vino- que no sabían cómo tratar a sus esposas por lo que llenaban ese vacío con prostitutas. No era algo nuevo, cualquier Lord de Poniente tenía una de esas cualidades pero por alguna razón no vio ninguna sobresalir en Lord Orión. Parecía ser un hombre diferente con un honor impecable y si Aemma tenía razón y él era nuevo ejerciendo su título entonces no era tan viejo.
Pero la alianza que quería su abuelo era una que supuestamente Aemond ya estaba apartada.
──No quiero verme cómo un desesperado y tampoco quisiera faltarle al respeto, princesa, pero he estado en búsqueda de una esposa──. Lord Orión compartió una mirada con Corlys cómo pidiéndole permiso para acercarse a la castaña──. Y usted me conmovió desde que escuché hablar de su persona.
Eso era nuevo. Aemma alzó una de sus cejas con interés, todo lo que Lord Orión pudo haber escuchado sobre ella eran cosas negativas y aún así había decidido viajar al funeral solo para tener una conversación. Eso era algo novedoso y a Aemma le llamaba la atención.
──Si me lo permite quisiera desposarla y convertirla en señora de Bastión de Tormentas, usted es una mujer guerrera con la que quisiera tener herederos y que juntos logremos cosas grandes para Poniente──. confesó Lord Orión sonando honesto.
Aemma desvió su atención a Corlys quien sonreía con entusiasmo dándole palmadas de apoyo en la espalda a Lord Orión. La castaña no sabía que pensar, estaba comprometida con Aemond hasta donde sabía y ahora Lord Orión también quería desposarla. ¿Que debía hacer? Nunca pensó que el día de casarse llegaría y mucho menos de tener lores detrás de ella pidiendo su mano.
──No quiero apresurarla. De hecho haré un viaje a Castillo del Amanecer y quisiera que usted me acompañará para conocernos mejor──. propuso Lord Orión dándole una sonrisa de aventura.
──¿Que te parece, cariño? La oferta de Lord Orión parece una razonable. Incluso podrían irse en uno de mis barcos y acompañados por tu futura tropa──. alentó Corlys acariciando el hombro de su nieta.
Aemma siempre soñó con navegar lejos de Desembarco del Rey y ver las afueras de Poniente, de descubrir nuevos lugares y conocer a gente nueva pero jamás pudo hacerlo, únicamente volaba por encima de Fortaleza Roja pero nunca se atrevió ir más allá. La propuesta era tentadora pero primero tenía que hablar con Aemond y aclarar todo, si era verdad sobre que ambos se casarían entonces sin duda alguna dejaría ir la oportunidad para quedarse en Desembarco del Rey y convertirse en su esposa.
──Me parece una oferta tentadora. Lo tendré en mente, Lord Orión. Fue un placer conocerlo──. el rubio hombre asintió tomándole la mano a Aemma para depositar otro beso en forma de despedida. La castaña se giró a su abuelo tomándole el brazo──. Si me disculpas abuelo iré a ver a mis hermanos.
Corlys asintió observándola darse la media vuelta desapareciendo por el lugar cuándo se adentró al castillo. Aemma se desplazó por todo el lugar llegando a la habitación de sus hermanos pero ninguno de los estaba allí, las camas estaban deshechas por lo que sí habían dormido en ellas pero no había rastros de Jace o Luke. ¿Donde estaban?
Aemma salió de nuevo a los pasillos pero no había nadie, todo estaba vacío y sin sirvientes a los cuales recurrir. Jace y Luke solían perderse en el castillo de Marca Deriva cada que visitaban a sus abuelos así que no podían estar muy lejos. Aemma empezó su búsqueda por la cocina del castillo pero nada, tampoco en el salón de Corlys y mucho menos en la biblioteca. Quizá estaban en las afueras viendo a los dragones.
Al salir Aemma divisó a sus hermanos y a las gemelas Targaryen caminar rumbo a alguien pero gracias a sus espaldas no podía ver nada.
──Hermanos, estuve buscándolos por todos lados──. habló la mayor caminando hasta ellos pero ninguno le prestó atención parecían ocupados mirando algo.
──Es él──. acusó Baela Targaryen a alguien delante de ellos que Aemma aún no veía mientras caminaba hacia allá.
──Si, fui yo──. Aemond. La castaña se confundió aún más y al fin pudo observar lo que pasaba.
──Vaghar era el dragón de mi madre──. acusó una de las gemelas nuevamente.
──Tú madre está muerta──. le respondió Aemond en un tono monótono.
──Yo iba a reclamarla──. dijo Rhaela siguiendo con la pelea.
──Entonces debiste hacerlo primero. Quizá tus primos puedan conseguirte un cerdo, te quedaría bien.
Aemma negó ante la actitud de Aemond pero antes de que pudiera intervenir Rhaela se lanzó encima del rubio logrando que Aemond la empujará tirándola al suelo.
──Basta──. habló Aemma uniéndose a la conversación pero parecía que nadie la escuchaba.
Baela fue la siguiente en atacar a Aemond propinándole un golpe en la cara pero el príncipe no se quedó de brazos cruzados así que se lo devolvió con más fuerza haciéndola retroceder, Aemma quiso tomar a la rubia platinada antes de que cayera al suelo pero se encontraba muy lejos.
──Hazlo de nuevo y te echaré a mi dragón──. amenazó el príncipe olvidándose de la presencia de Aemma en el lugar.
Aemma observó a Jace intentar atacar nuevamente al príncipe Targaryen dándole puñetazos en la cara y aunque Aemond no esquivó todos también fue inútil su ataque. Aemond pateó con fuerza a Jace haciéndolo caer en los pies de Aemma fuertemente. La castaña miró horrorizada a su hermano menor agachándose para asegurarse de que estuviera bien.
──¿Estas bien?──. le preguntó Aemma tocándole la cabeza pero el sonido de Luke detrás suyo le hizo despegar su atención de Jace para mirar a su hermano menos correr hasta Aemond para atacarlo──. ¡No! ¡Luke!
El pequeño corrió con velocidad rumbo a Aemond pero el rubio le proporcionó un puñetazo en la nariz haciendo sangrar al menor. Aemma corrió con dirección a su hermano para auxiliarlo pero Luke corrió nuevamente hasta Aemond, quien gracias a Baela estaba en el suelo, dispuesto a seguir su ataque pero el rubio lo tomó del cuello. Aemond se impulsó del suelo con sus piernas levantándose sin soltar a Luke del cuello, levantando una piedra con su mano libre y amenazando la cara del menor con ella.
──¡Aemond, déjalo!──. gritó Aemma detrás de todos avanzando entre ellos hasta quedar cerca. Aemond la miró unos segundos, tenía sangre brotándole de la nariz y polvo por todas partes. Y Aemma aún ni siquiera entendía por qué estaban peleando.
──Vas a morir aplastado justo cómo lo hizo tu padre──. gruñó Aemond llevando su mirada a Jace──. Bastardos.
Aemma dejó salir un gruñido observando a su hermano Jace a su costado con suspicacia y regresando su mirada a Aemond sosteniendo el cuello de Luke.
──No somos bastardos──. lloriqueó el menor tratando de zafarse del agarre de Aemond.
──No lo sabe ¿verdad, Strong?──. burló Aemond con su mirada sobre Jace ignorando que Aemma también estaba allí observándolo y escuchándolo todo.
──Ya cállate──. ordenó Aemma gruñendo con rabia interna. Aemond llevó su mirada a ella entrecerrando los ojos.
Jace en segundos sacó una navaja de plata de su túnica alarmando a las gemelas detrás de ellos y a su hermana a lado de él.
──¡Jace!──. advirtió Baela detrás de ellos pero el menor no prestó atención.
──No, Jace. Suelta la navaja──. advirtió Aemma pero el pequeño sólo la miró unos segundos y después se abalanzó sobre Aemond en cuestión de segundos.
Aemma corrió hasta ellos interviniendo en la pelea de ambos príncipes pero Aemond pateó fuertemente en estómago de Jace tumbándolo al suelo. La castaña se agachó a un costado de su hermano tratando de levantarlo pero su mirada se alzó observando a Aemond sostener la misma piedra pero está vez amenazando a Jace. Aemma comenzó a negar con su cabeza, el terror por fin colándose en su sistema.
──No, Aemond. Por favor ya deténganse.
Aemond levantó la mirada llevándola en dirección a las gemelas quiénes también le rogaban que se detuviera y lo siguiente pasó tan rápido que Aemma no tuvo tiempo para reaccionar. Jace tomó un puñado de arena lanzándosela a Aemond en la cara y ante ese movimiento el pequeño Luke empuñó la navaja de su hermano cortándole el ojo a Aemond comenzando a gritar junto al príncipe rubio.
──¡No, Luke!──. gritó Aemma levantándose del suelo para correr en dirección a Aemond para auxiliarlo──. ¡Ayuda! ¡Guardias!
Aemma comenzó a gritar en busca de ayuda hincándose junto a Aemond, el príncipe rubio sostenía su ojo llorando del dolor y gritando con la agonía que debía sentir. Aemma hizo el intento de ayudarlo pero los guardias llegaron antes de poder hacer algo.
──Tranquilo mi príncipe, tranquilo, apártense princesa──. dijo el comandante de los guardias tomando a Aemond de los hombros y apartando suavemente a Aemma de él──. Déjeme ver.
Ante la reacción del comandante cuándo Aemond quitó su mano del ojo Aemma supo que el daño era permanente. Los tres castaños fueron escoltados por los guardias hasta llegar al Gran Salón del castillo donde el rumor no tardó en expandirse hasta llegar a los oídos del Rey.
──¿Como han permitido algo así? Quiero respuestas──. exigió Viserys Targaryen sentado en el trono de madera.
──Los príncipes debían estar en la cama, mi Rey──. contestó el Comandante de la Guardia Real.
Aemma mantenía a sus hermanos abrazados, los tres estaban solos rodeados de los demás y debía protegerlos si las cosas se salían del control.
──¿Quien estaba de guardia?
──Al príncipe lo atacaron sus propios primos, su majestad──. se excusó Ser Criston haciendo a Aemma rodar los ojos. Cómo siempre tratando de hacerlos quedar mal.
Viserys negó exasperándose. El ambiente se sentía pesado y Aemma podía sentir todas las miradas caer en ellos con frecuencia.
──¡Juraron proteger y defender a los míos!
El Comandante se disculpó.
──Nunca hemos defendido a los unos príncipes de otros──. volvió a excusarse Ser Criston.
──Esa no es una respuesta.
La mirada de Aemma cayó en Aemond sentado sobre una de las sillas de madera mientras uno de los maestres le cocía la carne del ojo limpiándole la sangre. Alicent también estaba ahí, mirando todo el procedimiento con angustia.
──Sanará ¿verdad, maestre?──. preguntó la mujer pelirroja cobriza llevando su atención al hombre.
──La carne sí pero ha perdido el ojo.
Alicent hizo una mueca de pesar y a lo lejos Viserys también. Aemma aún se encontraba sorprendida y confundida por todo lo que sucedió. ¿Todo por un dragón? Hasta donde podía llegar la ambición.
Alicent caminó hasta Aegon, el rubio estaba quieto en una esquina en compañía de Halaena, él ni siquiera había estado presente en los sucesos.
──¿Donde estabas?──. Alicent le exigió a lo que Aegon frunció el ceño. Aún podía notarse la borrachera en su rostro.
──¿Yo?──. balbuceó Aegon siendo atacado por Alicent con una bofetada sorprendiéndolo──. ¿Y eso por qué?
──No ha sido nada comparando con lo que ha sufrido tu hermano mientras te emborrachabas.
La castaña levantó su mirada observando a sus abuelos bajar las escaleras cuándo el rumor llegó a ellos.
──¿Que significa esto?──. la serpiente marina demandó llegando al Gran Salón.
──¿Baela? Rhaena ¿que ha pasado?──. la princesa Rhaenys corrió hasta las gemelas tratando de saber la situación.
Aemma apretó el agarre de sus hermanos compartiendo una mirada con su abuelo Corlys por leves segundos. El sonido de las puertas hizo que la mayor girará su cabeza observando a su madre correr con preocupación hasta ellos hincándose para observar la herida en el rostro.
──¿Jace? ¿Aemma? Luke──. Rhaenyra habló haciendo presencia en la habitación corriendo hasta sus hijos tomándole el rostro a Luke──. Muéstramelo. ¿Quien hizo esto?
──¡Me han atacado!──. gritó Aemond ante la pregunta haciendo que su media hermana frunciera el ceño llevando su atención a la mayor de sus hijos. Aemma desvió la mirada evitando responder.
──¡Y él a Baela!──. gritó la menor de las gemelas del otro lado.
──Me ha empujado él.
──Nos atacó primero.
Y así fue cómo se desencadenó una secuencia de gritos cuándo los menores trataron de defenderse, Aemma por su parte se quedó en silencio evadiendo las miradas.
──¡Basta!──. murmuró Viserys levantándose del trono pero nadie se calló──. ¡Basta!
──¡Deja que mi hijo cuente lo sucedido!──. gritaba Alicent respondiéndole a los menores.
──¡Silencio!──. gritó Viserys haciendo que toda la habitación se quedará callada.
──Nos llamó bastardos──. murmuró Jace junto a Aemma en dirección a su madre. Rhaenyra abrió los ojos con sorpresa girándose para mirar a los demás.
Viserys avanzó hasta el menor herido.
──Aemond, quiero la verdad de lo ocurrido. Ya.
──¿Que más quieres escuchar? Han mutilado a tu hijo, la culpa es de ellos──. intervino Alicent.
──Ha sido un lamentable accidente──. habló Rhaenyra provocando la mirada de Alicent en ella.
──¿Accidente? Todo el reino sabe lo salvajes que son tus hijos gracias a la mayor──. Alicent llevó su mirada a Aemma──. El príncipe Lucerys llevó una daga para matar a mi hijo.
──Eso no es cierto──. Aemma dijo haciendo que Alicent entrecerrará los ojos con furia.
──Han sido mis hijos los atacados, tenían que defenderse. Se vertieron graves insultos contra ellos──. Rhaenyra los defendió tomando los hombros de Aemma y Jace para abrazarlos. Luke se acurrucó abrazando el torso de su hermana.
Viserys frunció el rostro en una confusión llevando sus miradas a Alicent y después a su primogénita.
──¿Que insultos?──. preguntó el Rey.
──Se puso en duda la legitimidad de su nacimiento──. contestó la princesa abrazando a Aemma y Jace por los hombros.
──¿Qué?
Toda la habitación se quedó en un incómodo silencio. Aemma compartió una mirada con su abuelo Corlys a la lejanía.
──Nos llamó bastardos──. Aemma dijo haciendo que Aemond se girará observándola con sorpresa, a ella no la había llamado directamente bastarda pero al hacerlo con sus hermanos también la involucraba.
──Mis hijos están en la línea de sucesión al Trono──. Rhaenyra hizo una pausa──. Esto es alta traición, interrogénlo para descubrir de donde provienen tales calumnias.
──¿Por un insulto? Mi hijo ha perdido el ojo──. Alicent habló participando en la conversación.
──Dime, muchacho──. Viserys caminó hasta Aemond──. ¿Donde oíste esa mentira?
──En el patio de entrenamiento. No tiene importancia──. Alicent intervino. Aemond permaneció en silencio.
──Aemond, te he hecho una pregunta.
Nuevamente Alicent interrumpió:
──¿Dónde está Ser Laenor, el padre de los muchachos? Quizá tenga algo que decir.
Ante eso Viserys se giró analizando todo el Gran Salón buscando al mencionado.
──Sí. ¿Dónde está?
──No lo sé, Alteza. No podía dormir y salí a pasear──. Rhaenyra mintió, Aemma la miró de reojo y después observó a Daemon Targaryen por encima de su hombro. El hombre estaba tranquilo, parecía incluso divertido de la situación.
──Estará haciendo de anfitrión a algún escudero──. comentó Alicent provocando que Ser Criston se burlará en lo bajo. Corlys le dedicó una mirada de advertencia.
──Aemond, mírame. Tú Rey te exige una respuesta ¿quien te contó esas mentiras?
El ojo de Aemond cayó en su madre por unos segundos provocando que Viserys se girará para verla.
──Fue Aegon──. acusó finalmente el rubio menor. Viserys lanzó su mirada al mencionado, el pobre se encontraba en silencio desde que llegó.
──¿Yo?
──¿Y tú, muchacho? ¿Donde oíste tales calumnias?──. Aegon se quedó en silencio exasperando a su padre──. ¡Aegon! ¡Dime la verdad!
──Se sabe, padre──. Aegon hizo una pausa, sus ojos fijos en el suelo y después los levantó mirando a los castaños──. Todos lo saben. Solo míralos.
Aemma sintió una punzada en el pecho apretando su agarre en el hombro del pequeño Luke y sintiendo a su tensa madre acariciarle la espalda en forma de protección. Viserys los miró, ante sus ojos, los tres castaños eran sus más grandes tesoros y por ended nunca les encontraría un desperfecto incluso si los rumores eran algo obvio.
──¡Póngales fin a estas luchas familiares! ¡Todos! ¡Somos familia! ¡Su padre, su abuelo, su Rey se los ordena!──. ordenó el hombre. Con agotamiento y pesar, incluso melancolía y culpa, sonando en su tono de voz mientras regresaba al trono de madera.
──Con eso no basta, Aemond ha sufrido un daño irreparable, la buena fe no lo recompensará──. Alicent habló haciendo que Viserys la mirará.
──Lo sé, Alicent. Pero no puedo devolverle el ojo.
Alicent negó.
──Porque se lo han quitado.
──¿Y que quieres que haga?
──La deuda debe saldarse. Exijo un ojo de su hijo.
Aemma tomó el hombro de Luke con fuerza cuándo sintió a su pequeño hermano temblar. El pequeño Luke se aferró a su hermana escuchando con terror las palabras de la Reina.
──Amada esposa...──. Viserys murmuró en una súplica para que se detuviera.
──Es tu hijo, Viserys──. la voz de Alicent falló haciéndola temblar──. Tu sangre.
El Rey se acercó a su esposa para hablar entre ellos.
──No permitas que tu temperamento nuble tu juicio──. Viserys murmuró.
──Si el rey no exige justicia la reina lo hará. Ser Criston, tráeme un ojo de Lucerys Velaryon──. Alicent comandó.
Rhaenyra negó con su cabeza tomando a Luke con sus manos para protegerlo.
──Madre...──. murmuró Luke lleno de miedo aferrándose a la cintura de su madre.
──Alicent──. advirtió Viserys.
──Le dejaré elegir cuál, un privilegio que mi hijo no ha tenido.
──No harás tal cosa──. Rhaenyra declaró.
Ser Criston se mantuvo en silencio contrayendo su rostro en duda.
──No intervengas──. le ordenó Viserys mirando al guardia.
──¡Me debes lealtad!
──Como su protector, mi reina──. respondió el hombre de tez morena.
Viserys de dio la media vuelta caminando de regresó al trono y girándose para decir:
──Alicent, este asunto está zanjado, ¿has entendido? Que corra la voz cualquiera que ponga en duda la legitimidad de los hijos de la princesa Rhaenyra perderá la lengua.
Rhaenyra asintió ante las palabras de su padre acercando a sus hijos a ella.
──Gracias, padre.
La princesa de cabellos albinos se giró tomando del mentón al más pequeño de los tres observando la nariz del menor cuándo de repente el revuelo que se formó detrás de ellos la hizo girarse justo a tiempo. Alicent en un ataque de rabia robó la daga del Rey caminando a zancadas largas en dirección a Lucerys. Rhaenyra se interpuso en su camino tomándola de los brazos y alejando la cuchilla.
Todo el mundo enloqueció. Los pequeños se exasperaron y Luke soltó un grito de horror.
──¡Su majestad!──. gritó el comandante.
──¡Alicent!──. gritó Viserys.
──Quédense con el Rey.
Ser Criston avanzó entre las personas del Gran Salón en dirección a donde Alicent y Rhaenyra estaban, ambas sosteniendo los brazos de la otra y ejerciendo presión.
──No, Ser Criston──. ordenó Viserys siendo protegido por la guardia real──. ¡Alicent!
El guardia personal de la reina seguía su trayectoria.
──Deténgase, Cole──. le ordenó el Comandante pero Ser Criston no escuchó pero antes de que pudiera llegar a su destino Daemon se despegó de la pared sosteniendo al hombre del pecho impidiéndole seguir su camino.
──Has ido demasiado lejos──. Rhaenyra gruñó en lo bajo sosteniendo los brazos de Alicent en el aire pero manteniendo su mirada en la daga.
──¿Yo? No he hecho más que lo que se esperaba de mi, defender sin descanso el reino, a mi familia y a la ley. Mientras tú obrabas a tu antojo──. Alicent gruñó en respuesta sin ceder. Su mano estaba tensa sosteniendo la daga.
──Alicent, suéltala──. Viserys detrás de ella demandó pero su esposa no lo escuchó.
──¿Y el deber? ¿Y el sacrificio? Pisoteados bajo tus pies──. prosiguió la mujer en vestido verde.
──Suelta la daga, Alicent──. Otro Hightower hizo presencia a la lejanía.
──Y ahora te crees con derecho a arrebatarle a un ojo a mi hijo──. Alicent sollozó. Rhaenyra solo movía su cabeza en asentimiento.
──¿No estás agotada? oculta tras ese manto de rectitud tanto tiempo──. Rhaenyra murmuró, una sola lágrima bajándole en su mejilla──. Ahora te ven tal cómo eres.
Alicent dejó salir un bufido retrocediendo dándole un corte profundo a Rhaenyra en su antebrazo. La princesa retrocedió siendo auxiliadas por la serpiente marina y Aemma quién la tomó de la mano con temor de que algo más pudiera pasarle. Los ojos de Aemma cayeron en el brazo de su madre, sangre espesa brotando de su antebrazo y cayendo en el suelo. Después su mirada cambió de destino observando a Aemond dar un paso al frente.
──No lo sientas por mi, madre──. Aemond dijo haciendo que la atención cayera en él──. Es un intercambio justo, he perdido un ojo, pero he ganado un dragón.
Aemond dirigió su mirada a Aemma. Ya no cabía dudas que las esperanzas de ambos estaban rotas ahora, su compromiso jamás se llevaría acabo y aquellas promesas sólo serían eso. El rubio caminó hasta su madre abrazándola para consolarla.
Aemma sintió una presencia detrás de ella mirando a Daemon Targaryen tomarla de los hombros cómo símbolo de protección y tomarle una mano a Rhaenyra para verificarla pero sus ojos estaban puestos en Alicent y Ser Criston. Ambas familias separadas cómo el principio, banderas negras y verdes bailando en una danza fue lo que Aemma vio en uno de sus sueños. Y ahora todos habían elegido un bando.
──¡Este proceso ha terminado!──. Viserys gritó dando por terminada la situación.
𓆸𓆸𓆸
Al siguiente día por la mañana una urgencia por aire libre arrastró a Aemma hasta la playa contemplando en infinito Mar Negro luego de alimentar a Mercury con terneros. El pálido dragón estaba en la orilla de la playa terminándose su ternero de desayuno mientras que su jinete lo acompañaba, Vaghar también estaba ahí, le parecía irónico que Aemond no teniendo un dragón por años ahora fuera el jinete del dragón más grande del mundo.
Luego de los últimos acontecimientos era probable que ni ella ni sus hermanos regresarán a Fortaleza Roja pronto y si ella lo pensaba mejor, era una buena decisión. Además, ya que su compromiso con Aemond estaba lejos de suceder, aceptó la propuesta de viajar a Él Palacio del Amanecer junto a su abuelo Corlys y Lord Baratheon. Era momento de crecer y madurar, debía de hacerlo para proteger a su familia, formando alianzas era una forma de hacerlo.
──Vhagar es una dragona hermosa──. Aemma comentó notando la presencia de Aemond detrás de ella.
Él y sus hermanos ya estaban listos para irse. Los barcos rumbo a Desembarco del Rey también lo estaban y únicamente quedaban las despedidas.
──Gracias──. Aemond dijo mirando sus pies. Desde la noche anterior no habían hablado y luego de la pelea todo parecía diferente──. Perdón por haberle roto la nariz a Luke.
Aemma soltó una risa que tomó desprevenido al rubio.
──No lo sientes──. Aemma dijo cruzándose de brazos y llevando su mirada a él──. Siempre has querido respeto y que te tengan miedo, ahora con ese parche y ese dragón ya tienes todo lo que has querido.
──Quería casarme contigo. Eso es lo que más quería.
──Y ahora jamás pasará──. respondió la castaña. Aemond sintió su corazón apretarse en su pecho, la indiferencia de Aemma era algo nuevo y que no quería seguir experimentando──. Tú madre me odia y a mis hermanos. Y mi abuelo anuló nuestro matrimonio para recompensarla.
──Podemos huir──. Aemond propuso caminando hasta la castaña para quedar frente a ella tomándole ambas manos──. Ya tengo un dragón. Podemos volar juntos lejos de aquí, explorar los cielos cómo siempre hemos querido y ir más allá del norte.
──Eso suena fabuloso──. Aemma sonrió tristemente──. Pero es una fantasía, Aemond yo... me iré. Viajaré junto Lord Baratheon y mi abuelo Corlys a "El Castillo del Amanecer".
──¿Lord Baratheon?──. Aemond le soltó las manos retrocediendo cómo si Aemma lo hubiera golpeado──. ¿Por que con él?
──Me pidió mi mano──. Aemma confesó. El rubio contrajo su rostro en una mueca de decepción──. Pero no he aceptado, quiere que viajemos juntos y después le de una respuesta, pero es mi decisión.
──Pensé que querías casarte conmigo.
──Si quería... hasta que me llamaste bastarda.
Aemond soltó un sonido de frustración pasándose la mano por su cabello. Aborrecía la idea de a Aemma comprometida con otro y siempre lo haría, resentía a los bastardos de sus hermanos -en especial a Luke- pero a ella jamás. Nunca podría imaginarse odiando a Aemma Velaryon, por más que su madre y Aegon le intentarán persuadir jamás lograrían que Aemond dejara sus sentimientos por ella. Y eso perduraría hasta su muerte, esa era su promesa.
──No te llame bastarda. Estaba enojado, me dejé llevar y solo dije lo primero que se me vino a la cabeza para desquitarme.
──Aún así lo hiciste, quizá no directamente pero si llamas así a mis hermanos, me llamas así a mi──. Aemma hizo una pausa llevando su mirada a los dragones detrás de ellos──. Aemond, no quiero que peleemos pero seamos realistas, nuestro compromiso se terminó. Puede que no nos veamos en mucho tiempo pero prometo escribirte cartas.
──¿Todos los días?
──Todos los días──. Aemma le sonrió suavemente acercándose hasta el rubio para tomarle las manos──. Será como si jamás nos hubiéramos distanciado. Podremos vernos en secreto, tengo una cabaña en los campos cerca del castillo lo suficientemente lejos cómo para que nadie se entere.
──Promételo──. dijo Aemond mirando a la castaña profundamente a los ojos cuando escuchó el barco de su madre zarpar, era hora montar a Vhagar y irse.
──Lo prometo──. Aemma le acarició las manos.
Aemond dolorosamente soltó las manos de Aemma alejándose con la mente disturbándolo. Algo le decía que probablemente a pesar de su promesa esa sería una despedida verdadera, cuándo se vieran de nuevo serían personas diferentes y no más unos niños. Quería recordarla con cariño y guardar ese momento en su memoria para siempre. Aemond detuvo sus pasos girándose para mirarla. Aemma estaba en el mismo lugar, sus cabellos moviéndose con furia al compás de la brisa marina y sus ojos cristalizados de lágrimas por la amarga despedida.
Aemond negó con la cabeza comenzando a caminar rápidamente a Aemma sin decir nada y confundiéndola pero antes de que ella pudiera anticiparlo el joven príncipe la tomó de los brazos profundizando un beso en sus labios. Era la primera vez que besaba a alguien, jamás supo cómo se sentiría pero siempre quiso hacerlo con Aemma. La castaña se sorprendió pero era algo que también soñaba desde hace mucho tiempo. Aemma tomó el rostro del rubio profundizando el beso, aunque sólo fuera roce de labios con ternura que algo a lo que ella estaba acostumbrada.
Y a pesar de haber besado antes ese beso se sentía cómo el primero.
La castaña se separó cuando escuchó a Sunfyre volar por encima de ellos y eso significaba el final, Aemond tenía que regresar a Fortaleza Roja y ella a Roca Dragón para prepararse en su viaje. Aemond se despidió de Aemma corriendo hasta Vaghar y desapareciendo entre las nubes a un costado de los otros dragones de sus hermanos.
Cuando Aemma regresó al castillo se encontró con una enorme sorpresa, Rhaenyra le explicó todo su plan y le sorprendió. Antes de que pudiera anticiparlo se encontraba en Roca Dragón presenciando la boda de su madre y Daemon Targaryen al igual que la libertad de su padre Laenor. Le dolía no volverlo a ver pero el mar sería un mejor compañero para él. La castaña mirando las llamas valerianas supo que su vida estaría por cambiar.
NOTA: SE ARMOOOOOOOOO un minuto de silencio para despedir a nuestra pequeña Aemma la cuál nos deja a partir de este capítulo, la verdad estoy bastante orgullosa de ella y ver lo mucho que crecerá en el siguiente cap. Y pobre por los noviecitos, tan emocionados que estaban por su boda pero equis, aquí no acaba la historia muajaja 😈
+90 votos para el siguiente capítulo.
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