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01- Too hot to think.


Jungkook besaba de una forma salvaje los labios finos, delicados y pintados de rosa de la chica con la que estaba esa noche, con un afán que se llegaba a desconocer él mismo, porque si había algo que lo ponía ansioso, era besuquearse y estrujarse en chicas hasta estar completamente duro y presionado sobre ellas, para subir a una de las habitaciones de la casa de Namjoon y follarlas duro con tanto alcohol en su sistema que no recordaría ni siquiera la cara de la chica con la que estuvo.

Ese era su plan todos los viernes después de las ocho.

Y mientras aquella castaña se movía diligentemente y con un tacto tan certero sobre la entrepierna casi dura de Jungkook, él se limitaba a guiarla apretando su delgada cintura con sus grandes manos.

— ¿Estás tan ansiosa? — chupando su labio inferior, haciendo que un gemido escapara de sus labios y se perdiera en el fuerte sonido de la música que hacía retumbar la casa, preguntó —. Estás tan desesperada, ¿uhm?

— Lo estoy — moviéndose aún más rápido sobre el bulto creciente de Jungkook, respondió. Perdida entre jadeos y sus propios latidos acelerados, haciendo su mayor esfuerzo para articular las palabras sin que estas fueran interrumpidas por gemidos. — Hagámoslo ya.

Y esa fue la señal, que definitivamente Jungkook no necesitaba, pero que tomó para subir por las escaleras sin siquiera despegar sus labios de los ajenos, subiendo con dificultad, pero totalmente negado a soltarla. Y cuando llegó a una puerta, inmediatamente la abrió, encontrando a dos chicos en el acto. Hizo una mueca ante aquello y se movió a la siguiente puerta, con la chica a su lado besando su cuello, y gracias al cielo aquella habitación estaba totalmente vacía y en completo orden.

Entonces, cerró la puerta con su espalda después de entrar, deslizando su mano por el muslo de la chica que estaba besando sus labios desesperamente, sintiendo como ella tan pegada a su cuerpo, respingó al sentir la mano de él en su parte íntima, percatandose también del cómo abrió sus labios ligeramente sin soltar algún sonido al experimentar la sensación de atención a su entrepierna, que dentro de muy poco estaría mojada.

Sin despegarse, caminaron con dificultad al escritorio en una de las esquinas de aquella amplia habitación, dónde Jungkook se sentó en el escritorio de madera y le dió la vuelta fácilmente al delgado y excitado cuerpo contrario, haciendo que su trasero, ya sin estar cubierto por el vestido corto rosa debido a que él lo había levantado, quedara presionado de su dura entrepierna.

Y el gemido que soltó ella fue el causante de que Jungkook jadeara, sintiendo la fricción tan precisa en su entrepierna.

Entonces, llevó la mano con la que antes había recorrido aquel cuerpo a rozar nuevamente su entrepierna por encima de sus pantis ya mojados. Y cuando sus dedos tocaron aquella intimidad sin una tela estorbando, ella no pudo hacer más que llevar su cabeza hacía atrás y recostarla sobre el hombro Jungkook, gimiendo y pidiendo por más.

— ¿Quieres más? —  preguntó Jungkook, moviéndo sus dedos ágilmente en aquella zona íntima.

— Sí, por favor...

Y después de dedearla un poco más, pudo sentirla temblar sobre él, sabiendo que estaba cerca de llegar a su orgasmo, uno de los tantos que Jeon Jungkook lograría en ella. Ese viernes estaba de mejor humor que otros, lo que arrastaba más sexo y alcohol.

— ¿Les molesta que los interrumpa? — esa voz profunda y de alguna manera molesta que Jungkook conocía tan bien se escuchó en toda la habitación —. Probablemente debería dejarlos terminar, ¿verdad? Que inconsciente de mi parte, pero verlos tener sexo sin su consentimiento no me parecía una buena idea, ¿me dejan quedarme?

— ¡Dios! — la chica exclamó, intentándo bajar su vestido para cubrirse más después de lograr salir del agarre de Jungkook, que prometía seguir dedeandola bajo la vista de aquel muchacho que no pensaba moverse de allí.

— No se preocupen, pueden seguir — hizo señas con una de sus manos, restándole importancia, invitandoles a continuar — . Podría verlos correrse en mi habitación, manchando mi escritorio y gimiendo maldiciones durante toda la noche. Creo que es el mejor plan que podría tener.

Jungkook apretó su mandíbula. No sentía una sola pizca de vergüenza, más bien sentía enojo por lo estúpido que estaba siendo el chico mayor. Pensó que no estaba en posiciones de enojarse en ese momento, pero si lo pensaba mejor, estaba en todo su derecho, mismo que adquirió una vez que aquel castaño se atrevió a hablar y con ello, arruinar su noche de sexo y buen humor.

Jungkook volvió a abrochar su pantalón sin decir una sola palabra, limitandose a exhalar para regular hasta la mínima partícula enojada de su cuerpo y no llegar a tomar una decisión que no terminaría lamentando, pero que de una u otra forma, se convertiría en una molestia. La chica acomodó su ropa interior y arregló su vestido nuevamente antes de salir apresurada de allí, totalmente avergonzada. Entonces, cuando Jungkook la iba a seguir, porque definitivamente no perdería su polvo, Taehyung le pidió detenerse.

— ¿A dónde tan apresurado, Jeon? — inquirió con un toque de burla que no pasó desapercibido, haciendo que Jungkook contemplara una y otra vez opciones que no incluyeran golpearlo para callarle la boca de una vez por todas —. Intentarás ir y salvar tu mamada, ¿no es así?

— ¿Te importa? — le respondió con su usual tono frío y áspero que, de ninguna manera, hizo a Taehyung sentirse mal.

— No es el caso — negó, sus manos estaban cruzadas sobre su pecho y su toalla amarrada en su cintura, dejando en evidencia que acababa de tomar una ducha —. Pero me parece que el problemón que tienes ahí grita por atención — no señaló la parte del cuerpo contrario a la que se refería, en su lugar, la miró sin vergüenza, atreviéndose a moderse los labios mientras lo hacía —. Y al parecer la quiere rápido.

— Deja de mirarme con esos ojos, al menos evita ciertas partes. Me molestas, lo sabes, ¿verdad?

— Bueno, ¿prefieres que use las manos? — soltó un a risita que molestó a Jungkook, quien con el poco razonamiento que le quedaba, supo que era mejor salir de ahí para no llegar a partirle la cara a Taehyung porque ya estaba deseando hacerlo, probablemente con la misma intensidad con la que quería una mamada.

Jungkook se dio la vuelta, buscando la forma de salir de aquella habitación y, en su camino, recordar específicamente cuál era para no entrar ahí ni por error. Sin embargo, aunque intentó convencerse de que no sabía qué habitación era, su memoria reproducía en cuestiones de segundos todas las veces, aunque escasas, que vio a Taehyung entrar y salir de ahí.

El mayor, viéndolo a punto de irse e indispuesto a dejarlo salir de allí, volvió a llamar su atención.

— Dime, Jeon — su voz se escuchó bastante distorsionada por el ruido de la música que se colaba por la rejilla de la puerta, sin embargo, Jungkook no pudo fingir no haberlo escuchado porque se giró automáticamente, posiblemente a decirle por milésima vez que no le dirigiera la palabra, o podría ser también porque estaba interesado en lo que diría —. ¿Alguna vez te la ha mamado un hombre?

— Agradezco tu ofrecimiento, pero no soy gay — con cara de asco, soltó su respuesta tratando de que Kim sintiera su desagrado porque hacerlo molestar, sin importar de la forma que fuera, era algo que siempre buscaba estando a su alrededor.

— Nunca he dicho que lo fueras — contestó, frunciendo las cejas —, podrías atreverte a experimentar.

— Lamentablemente, no tengo la mínima intención de acceder a experimentar cosas que me desagradan tanto como tú, no lo vuelvas ni a pensar

— ¿Síndrome del impostor? — inquirió, entrecerrando sus ojos en dirección a Jungkook, fingiendo analizarlo —. Concluyo en heterosexualidad fingida — le sonrió coqueto, notando como Jungkook estampó su lengua en su mejilla, clara de señal de que estaba enojado —. Es que Jungkook, me das aires de que ocultas cosas, quizá si pruebas podrías aclarar tu mente y dar con tu verdadera orientación. Espero que esto no le duela a tu heterosexualidad, si es que está ahí.

Y si había algo que Jungkook nunca podría entender, era el don que tenía Kim Taehyung para hacerlo enojar y su inmunidad para los intentos de Jungkook de al menos molestarlo

— ¿Sabes? Tengo cosas más placenteras que hacer, por ejemplo, conseguir que una chica, femenina, mujer, atienda la erección que se quedó sin atención por tu culpa. Ya dirás tú si este intercambio de palabras que no me interesan en lo absoluto tiene alguna prioridad.

— Tal vez esto no, pero Jungkook, puedo ser mejor que lo que intentas buscar — descruzó sus brazos después de tenerlos así durante un buen tiempo, pasó una de sus manos por su cabello húmedo, pareciendo despreocupado al respecto —. Mírame, puedo darle prioridad a tu prioridad.

Si Jungkook dijera que no escaneó por completo el torso de Kim Taehyung, mentiría, porque pasó sus ojos por cada parte de su cuerpo semidesnudo con tanta atención que podría decir exactamente y a ojos cerrados donde tenía Taehyung una gotita de agua. Sabía que el mayor hacía aquello para molestarlo, para hacerlo caer en la trampa de desearlo también. Y Jungkook era claramente heterosexual, pero rogaba internamente que Taehyung olvidara aquello porque si seguía tentandolo cómo estaba haciéndolo, entonces Jungkook podría ir en contra de sus estables gustos porque estaba demasiado caliente como para pensar, por tal razón, debía de salir de allí.

— Suenas desesperado, Kim. ¿No te la han metido en mucho tiempo?

— Al menos no se han comido mi cuerpo con la mirada, como lo acabas de hacer ahora, en mucho tiempo — se atrevió a acercarse a Jungkook, con una mirada que el menor encontró seductora; culpó a los cigarros por eso. Puso uno de sus dedos en la barbilla de Jeon, quien raramente no se opuso, y acercó su rostro un poco, mirándole fijamente por no más de un segundo, para luego bajar la vista a sus labios con descaro, y volver a conectar miradas con el menor —. Y soy yo el que la mete, Jeon.

Fue graciosa para Taehyung la forma en que Jungkook abrió desmesuradamente sus ojos, completamente asustado por la, de repente, imponente presencia del mayor. Ahora estaba mucho más seguro de que las insinuaciones de Kim Taehyung no eran juegos. Eso le asustaba bastante, pues los dedos de Taehyung toqueteandolo suave y lento, eran pequeñas cosas que no aliviaban a su amigo ahí abajo

Jungkook no sabía en qué se estaba metiendo al permitirse cerrar sus ojos, con alcohol y un poco de marihuana en su sistema, frente a un evidente gay que le tiene ganas y que solo estaba usando una toalla, por lo que su rol de activo en la cama lo haría metérsela en cualquier descuido mayor. Y si eso pasara, tendría Alzheimer, porque no lo recordaría. Y si por cuestiones fuese obligado a admitirlo, entonces sería culpa de la droga y el alcohol.

Entonces se quiso golpear por estar pensando en opciones para tapar el hecho de que se la querría dejar meter por un hombre, o al menos solo por Taehyung.

Se sobresaltó cuando sintió los finos dedos de aquel buscando la entrada a su pantalón, desabrochando el cinturón y los botones de su jean rápidamente. Inevitablemente, Jungkook llevó una de sus manos a apretar la intrusa.

— Esto es muy gay, Kim Taehyung — su queja salió algo forzada, pues el dolor en su entrepierna lo estaba torturando. Y quizá, solo quizá, la urgencia de querer venirse le estaba haciendo dejarse llevar, porque claramente no influía la terrible afirmación que él también quería.

— Podrías cerrar los ojos.

— Seguirías teniendo pene.

— Pues podrías hacerlo desaparecer en tu boca. O en tu trasero.

Quizá la mezcla de todo el alcohol y cigarros en su sistema hizo que se le descomponga algo, o puede que el dolor en su entrepierna fuera el verdadero causante de que Jungkook llegara a aquella situación en la que no le importó para nada su heterosexualidad y tomara a Taehyung por el cabello, empujándolo hacia abajo para que finalmente atienda su entrepierna. De cualquier forma, solo serían sus labios.

Taehyung cayó de rodillas, pero aquello no le molestó en lo absoluto. Subió su mirada, conectando con los ojos de Jungkook que se cerraron luego de que Kim se lamiera los labios. Parecía un tigre a punto de atacar.

Y era justo lo que iba a hacer.

Bajó el pantalón de Jungkook y le dedicó una sonrisa cargada de burla por el tamaño de su erección, sabiendo que aquello no solo era producto de los estrujones de hace un momento, sino que él también tenía algo que ver. Acarició toda la longitud de Jungkook por sobre el bóxer, haciendo que este respirara pesado debido a las suaves cosquillas que le estaba causando y, que también, potenciaban su deseo de tener los labios del mayor alrededor de su pene.

— Chúpala o déjala — exigió, buscando que Taehyung finalmente se llevara su miembro a la boca y termine con las tortuosas ganas de liberarse.

— No seas desesperado, Jungkook.

El menor estaba dispuesto a bajarse su propio bóxer él mismo y meter su miembro en la boca de Taehyung para que haga lo suyo, pero cuando estuvo a punto de ejecutar su idea, se detuvo abruptamente al escuchar lo que salió de los labios del contrario, mismos que casi rozaban el pene de Jungkook.

— Si me la metes te voy a morder — solo eso detuvo sus movimientos —. Cálmate, precioso. No querrás que tu primera experiencia con un hombre termine mal, no hay por qué llegar ahí. Solo relájate y disfruta.

Taehyung bajó el bóxer de Jungkook y pudo apreciar aquella extensión con ojos hambrientos, listo para darle toda la atención que requería aquella noche. No lo culpen por estar más desesperado que Jungkook aunque no lo demuestre, pues si en algo nunca mentía el pelinegro, era en afirmar que Taehyung le tenía ganas. Muchas, realmente.

Fue inevitable relamerse los labios otra vez, pues estaba ansioso por probar a Jungkook, pero de ninguna manera le daría el gusto de solo chupársela y ya. Él también debía disfrutar.

— ¿Sorprendido? — inquirió Jungkook cuando notó la atenta mirada de Taehyung en su hombría, de lo que estaba horriblemente orgulloso.

— Sinceramente, la tengo más grande.

Y succionó el glande de Jungkook después de dejarle boquiabierto en indignación, mismo que entreabrió sus labios mucho más cuando sintió una parte de su miembro en la boca de Taehyung. Solo la punta, una mínima parte de su extensión estaba siendo succionada y ya estaba a punto de perder absolutamente toda la cordura. Muy débil, si le preguntan. 

Taehyung dejó de usar su boca para concentrarse en bombear lentamente la entrepierna de Jungkook. Arriba y abajo, apretando levemente en aquél lugar y tenía a un Jungkook con la expresión más divina y que estaba siendo causada por él. Que bonito se veía Jeon Jungkook con sus labios entreabiertos, su ceño un poco fruncido y respirando pesado, soltando leves gemiditos al final.

El pelinegro tenía una lucha interna entre la verdad y las cosas de las que se quería convencer. No quería, por nada del mundo, aceptar aunque sea en su cabeza que Taehyung le estaba haciendo subir a las nubes con cada movimiento, que le estaba haciendo sentir un cosquilleo en toda su espina dorsal y haciendo que su corazón latiera frenéticamente solo por él, por lo que estaba haciendo con él. No lo aceptaría, estaba buscando la manera de convencerse de que él estaba logrando volverlo un desastre de gemidos y exhalaciones rápidas, cortas y pesadas, porque era hombre y sabía cómo hacerlo, dónde tocar, dónde apretar, cuando ir más rápido y cuando ir lento. Era una afirmación y no había forma de volverla falsa.

Taehyung paró sólo cuando sintió el miembro de Jungkook endurecerse más y el líquido pre seminal haciendo acto de aparición.

Volvió a usar su boca como instrumento para la satisfacción de Jungkook, asegurándose de mirarlo a los ojos fijamente para no perderse de presenciar el desastre de gemidos que se estaba volviendo el menor. La verdad es que esperaba que el pelinegro le tomara del cabello e hiciera lo que quisiera, que lo usara a su gusto, sin embargo, él estaba demasiado ocupado conteniendose para no mostrar de más, que sería un regalo para el orgullo de Taehyung.

Jungkook ni siquiera sabía de donde sostenerse, la puerta era lo que tenía más cerca, sin embargo, todavía estaba demasiado lejos para apoyarse de ahí, así que todo lo que hizo fue llevar sus manos a sus caderas y apretar allí cuando sentía que podía caerse por lo sensible que lo estaba volviendo Taehyung.

El castaño movió su cabeza más rápido, aumentando el placer de Jungkook y conduciéndolo más rápido al orgasmo que desde hace tiempo quería alcanzar. Usó su lengua para jugar con el glande de Jungkook y, el mismo que minutos antes aseguraba una heterosexualidad al cien porciento, estaba tentado a bautizar la lengua de Taehyung como la mejor para volver a alguien tan receptivo y participe del placer en su máxima expresión. Lo tibia de su lengua sobre su piel sensible, los movimientos con sus manos aún sin despegar su boca de su extensión, causando que aquella habitación se volviera más caliente de lo que debería, pero sin llegar a alcanzar la calentura que su interior adquirió, eran cosas que simplemente lo volvían loco y, definitivamente, lo hacían desear que aquél momento fuera eterno.

— Ay Dios, Kim — fue lo único que pudo emitir con claridad cuando Taehyung lamió por completo su parte íntima antes de succionar con fuerza la punta, Jungkook podía asegurar que estaba más cerca de lo que quería admitir.

Entonces, después de unas cuantas succiones más, el ansiado orgasmos que tanto Jungkook deseó conseguir, había llegado. Y quizá porque ya estaba muy caliente cuando subió a esa habitación se había liberado más rápido. Daba un poquito de vergüenza, sí, pero la boca o los largos dedos de Taehyung hacían magia.

El castaño tragó absolutamente todo, sorprendiendo a Jungkook. Unas gotitas que se escaparon por sus comisuras fueron llevadas nuevamente hacía sus labios, usando sus dedos bajo la atenta mirada del pelinegro. ¿Acaso Taehyung buscaba calentarlo de nuevo? porque podía lograrlo.

Y la forma en que Jungkook observaba los labios de Taehyung podía definirse como hambriento, deseoso, desesperado, necesitado y, de ninguna manera, podía ser culpado. Estaba boquiabierto todavía, observando lo húmedo y deliciosos que se veían, quería besarlo y aquello no estaba puesto en duda.

— Podrías tomarme del pelo con fuerza y obligarme a besarte, Jeon Jungkook — el menor reaccionó finalmente y soltó todas las exhalaciones que antes no fue capaz de dejar salir, su pecho subiendo y bajando al compás de su respiración —. Lo amaría, te lo aseguro.

— No, gracias. Ya me voy.

Y no importándole demasiado el desastres que era, salió de allí, cuando ya estuvo cubierto, porque si había algo obvio, era que Jungkook era demasiado cobarde para intentarlo.



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