| 13 |
Las semanas pasaron de manera veloz, y los verdaderos problemas llegaron de la misma manera.
Aquel día que habló con Zayn en el tren fue la última vez que oyó su voz. Apenas llegó a su casa, le informó a Harry que se encontraba bien, y que se iría a descansar. Su madre lo recibió con un enorme abrazo, y se permitió llorar por aquel amigo que alguna vez amó con todo su corazón, y el cual ya no estaría en su vida.
Por aquella personalidad fingida, y falso amor.
Se tomó el tiempo de releer la carta de Harry hacia Melanie una vez más, queriendo sentirse comprendido, y así fue.
"Ya no te amo, y ya sé que las cosas no cambiarán, pero desearía que sí, porque el tú que creía que eras me hace mucha falta." Aquello era lo que sentía por Zayn. Amaba a alguien que ya no estaba, y detestaba al verdadero.
Louis intentó hacer algo al, con la aprobación de Harry, pero, para la justicia aquella llamada o cartas no eran pruebas suficientes. Necesitaban hechos grabados, y necesitaban confirmación del acusado.
También mencionaron algo que hizo hervir la sangre de Louis: "Fue hace mucho tiempo".
Por supuesto que lo fue, pero el daño no se esfumó, ni tampoco el abusador.
Louis hizo una barrera perimetral con la excusa de que Zayn no paraba de enviarle mensajes e intentar hablar con él. Cuando asistía a sus clases, su ex persona favorita lo observaba de lejos, dando lástima. Minho permanecía del lado de Harry, por supuesto, siendo el verdadero mejor amigo del universo, y no solo por su amabilidad o sentido de humor, sino también por la notable empatía en él.
Por ser el primero en preguntar, por creer de inmediato lo que Harry decía en sus cartas, y por, a pesar de también tener dependencia hacia Zayn, incentivar al castaño en alejarse.
Se sostuvieron ambos en el peor momento, se prometieron que estarían bien, y así fue.
Aunque, en parte, Louis tuvo un poco de desconfianza en las personas luego de todo el asunto, pero, con el paso de los días, se recuperó. Tuvo que repetirse por días que no todos serían así de desalmados.
Quería iniciar la condena social, pero Harry le insistió en que ambos estuviesen juntos para hacerlo, ya que no se sentía del todo seguro estando solo por las noches. Fue un fin de semana bastante duro: Louis sostenía la mano del pelinegro, quien experimentaba leves ataques de ansiedad que lo dejaban agotado, y durmiendo la mayor parte del tiempo. Una vez más, dejó de comer, y lucía exhausto, rompiendo en llanto o pánico con el paso de las horas.
—¿Hazz? —Louis despertó cuando notó su mano, la cual estaba aferrada a la de su novio, moverse un poco. Una vez sus ojos se abrieron, notó que el pelinegro ocultaba su rostro entre las sábanas, sollozando en silencio—. Amor...
—Lo siento —Se disculpó cuando fue capaz de hablar—. Creo que es un ataque del límite de personalidad. Me siento...pésimo.
El castaño se sentó con suavidad en la cama, tomando con ambas manos la de su novio, dejando suaves besos en sus nudillos.
—¿Hay algo que pueda hacer para que se vaya?
—...no lo sé, es insoportable —Sollozó Harry, acercando más su mano hacia Louis.
Éste último no detuvo sus suaves besos en los nudillos contrarios al notar que al menor no le desagradaba. De repente, notó que se estaba aproximando cada vez más: estiró su brazo, cubierto por la camiseta blanca que usaba de pijama, hasta que su mano alcanzó el hombro derecho de Louis, y su cuerpo, poco a poco, se deslizó hasta caer con suavidad en el colchón que estaba a un lado de su cama. Sin siquiera pensarlo, se encontraba sentado entre las piernas de su novio, abrazándolo por el cuello con fuerza y ocultando su rostro en el cuello de éste.
El mayor, sin saber qué hacer con total exactitud, tan sólo pegó sus labios al cabello negro de Harry, dejando suaves besos, con sus manos a los lados del cuerpo del otro chico, sin envolverlo, ni tocarlo. Los mantuvo en el aire.
Tan sólo pasaron unos pocos minutos hasta que Harry pudo confesar algo que anhelaba.
Algo que volvería a ambos felices.
—Sostenme, Lou.
Un progreso.
Con delicadeza, los brazos del castaño rodearon el cuerpo de su novio, de forma lenta, suave, al punto en el que ambos se encontraban en la misma posición.
—Lo hago...lo haré, siempre, ¿de acuerdo?
—...De acuerdo.
—Jamás lo dudes y, cuando lo hagas... —Dejó un pequeño beso en la mejilla contraria—...házmelo saber, y te lo repetiré.
Tenía miedo de que nadie le creyese, y el repetir toda aquella historia lo estaba volviendo loco.
No es que dependería del consuelo de Louis, por supuesto, pero sus brazos envolviéndolo...lo hacían sentir cómodo.
Era algo nuevo para Harry.
Louis creyó que aquel día comenzaría la calma, que todo el nerviosismo de su novio cesaría, pero sucedió todo lo contrario.
Minho decidió hablar, también.
Zayn jamás abusó de él, pero solía violentarse y darle uno que otro golpe de vez en cuando, o arrojarle cosas. Lo manipulaba, y no le permitía acercarse a otra persona que no fuese Louis.
Dos días después, el primer novio de Zayn comentó su experiencia: dijo que el abusador jamás le hizo daño físico, pero le confesó con superioridad haber tenido sexo con menores de edad, e incluso estuvo a punto de hacerlo con él, pero los padres del joven estaban en la casa y, para su suerte, no ocurrió.
Nadie más que aquel intento de ser humano tenía la culpa...pero Harry cargó con ello.
Luego de enterarse de ello al estar en una videollamada junto a Minho, quien lo comentó con más ira que cuidado, Harry pareció quedarse en blanco por unos largos minutos.
Louis lo observó de reojo, nervioso. Apenas parecía estar respirando, ¿debía de hacer algo al respecto?
—¿Hazz? —Llamó con cuidado, sin recibir respuesta. Tomó su teléfono, observando a Minho del otro lado de la pantalla, quien estaba atento a la situación—. Min, ¿me aguardas un momento? Te llamo en unos minutos.
—Sí, claro. Uh, ¿me avisas si Harry se encuentra bien?
Ante la mención de su nombre, el pelinegro intentó asentir, pero no se notó. Su cuerpo se sentía más ligero, y su mente estaba en quién sabe dónde.
—Bebé —Oyó la voz de Louis, y lo único que pudo hacer fue alzar la mirada, con una expresión apagada—. ¿Necesitas que te sostenga?
No estaba teniendo un ataque de ansiedad, estaba disociando.
Parpadeó un par de veces, negando con lentitud, queriendo formular algo, tanto en su cabeza como en palabras, pero no pudo.
No lo hizo.
Todas las veces que Louis había estado en su casa, Zayn siempre estaba en las conversaciones. Era como un fantasma que no lo dejaba en paz, y ni hablar de sus pesadillas, pero estas permanecían desde hace mucho tiempo.
Una vez, cuando estaba a punto de dormir, y los antidepresivos no harían efecto hasta un par de semanas más, se sintió muy solo. Tan solo que no pudo evitar pensar en Zayn.
<< ¿Y si yo exageré? >> Su mente era un caos, estaba cansado de oírse a sí mismo hablar sin parar.
Una vez amaneció, logró dormir, pero fueron menos de tres horas, porque despertó en pleno ataque de hiperventilación.
Soñó que tomaba su teléfono, y le enviaba un mensaje a Zayn, donde decía "Creo que exageré. Quiero volver contigo, porque serás el único que me ame, a pesar de lo que hiciste".
Su abusador respondió, también, afirmando las dudas de Harry, y diciéndole que él no lo haría sentir solo.
Aquella necesidad de arruinarse a sí mismo para no sentir culpa era adictiva, hasta que continuó con su terapia, y la gravedad del asunto.
Sin embargo, el saber que hubo víctimas, en específico, luego de él, lo hizo sentir como si fuese a vomitar sin parar.
<< Yo cargo con esto, y con esas personas. No hice nada, nunca hablé, así que él continuó haciéndolo. Si alguien hubiese dicho algo...si yo hubiese dicho algo... >>
La disociación se fue poco a poco, y con ello, notó una mano sobre la suya. Asustado, la apartó con brusquedad, levantándose de su asiento y observando a la persona a su lado.
Aquella persona en quien confiaba, con quien tenía largas conversaciones por la madrugada, y quien viajaba todos los fines de semana en un tren para verlo.
Los ojos de Louis estaban más abiertos de lo normal, reflejando miedo por haber detonado algo en su chico.
Y Harry lo supo. Supo que Louis creía poder ser una pieza errónea en aquel difícil rompecabezas.
—Yo...lo siento tanto —Se disculpó con rapidez, tartamudeando. Le daba vergüenza que el castaño lo viese de aquella forma, incluso si ya obtuvo su consuelo. Tragó saliva con fuerza, muriendo por llorar un poco—. Voy al...
No pudo finalizar de hablar, porque notó como, poco a poco, daba pasos hacia atrás. Su cuerpo, la memoria de éste, lo estaba protegiendo de alguien que no hizo daño alguno.
—Harry —Louis se puso de pie con lentitud en cuanto el pelinegro sollozó, intentando volverse más pequeño en su sitio—. Bebé...
—E-estoy harto de esta situación —Murmuró entre sollozos, cubriendo su rostro con las mangas de su enorme sudadera negra—. Quiero pasar tiempo contigo y...siempre está en el medio —Su cuerpo tembló.
Sabía que Harry experimentaba sus emociones de una manera mucho más fuerte que alguien normal, ni siquiera podía imaginar el nivel de dolor que se escondía en su pecho.
—Necesito... —Sollozó con más fuerza. El mayor de ambos tragó saliva con fuerza, intentando apaciguar el nudo en su garganta. No funcionó—...necesito estar bien. Avanzar.
Sollozó un poco más, apartando las manos de su rostro cuando hiperventiló por unos segundos. Louis dio un paso al frente, fue un reflejo, pero la paranoia de Harry, incluso si lo notó de reojo, provocó que se sobresaltase en su sitio.
—No te acerques —Su voz sonó como si el miedo lo hubiese invadido.
No, no, no.
—No voy a acercarme, tranquilo... —La voz de Louis tembló de igual manera—. ¿No quieres que...te sostenga?
—No, no —Harry negó con la cabeza, sin evitar volver a sollozar. Estaba rechazando algo que lo hacía sentir protegido, por recuerdos que no volverían jamás—. Aléjate, por favor.
No temía por Louis.
Temía que la situación lo agotase, a tal punto que considerase dejarlo.
—Está bien, está bien —La voz del castaño era suave, baja, dando un paso hacia atrás—. Solo mírame —Murmuró, provocando que el pelinegro alzase su mirada, con sus ojos bien abiertos, en pleno pánico—. Mírame, solo a mí...solo yo estoy aquí, nadie más. Nadie podrá hacerte... —Carraspeó un poco su garganta—. Estás a salvo, Hazz.
De repente, aquel pánico en la mirada de Harry se convirtió en puro dolor, mientras las lágrimas fluían por sus pálidas mejillas.
Negó con la cabeza, cerrando sus ojos con fuerza—. Nunca estoy a salvo —Su voz sonó llena de rabia.
Aquellas palabras provocaron un estremecimiento en el cuerpo de Louis, quien pareció paralizarse en su sitio, sin notar sus propias lágrimas caer por su rostro.
No se sentía a salvo, ni siquiera estando tan lejos, haciendo terapia, tomando medicamentos, y notando sus avances.
Continuaba sin sentir calma por las noches, o durante el día, pensando demasiadas situaciones en tan pocos segundos que consumían su cordura.
Y todo era culpa de Zayn Malik, y su progenitor.
—Nunca estoy a salvo —Repitió, volviendo a llevar sus manos a su rostro, sorbiendo su nariz—. Mi padre y él son como una sombra para mí. Están en mi cabeza, en las cosas que hago, en las fotografías que tengo, c-cuando era pequeño...cuando era un niño —Negó con rapidez—. Cuando no lo sabía, y era un poco feliz.
<< Anhelé tanto saber por qué no me gustaba el contacto físico, y ahora estoy aquí...pensando...qué hice mal para terminar de esta manera. Qué fue lo que hizo ese niño, además de llorar, para que alguien como...como mi padre me viese de aquella manera. No lo entiendo. No puedo... ¡Qué asco! ¡Pude haber hecho algo!
Apartó las manos de su rostro, luciendo fastidiado, sin dejar de sollozar e hiperventilar. Louis continuó viéndolo, llorando en silencio, y esperando con mucha paciencia.
—Lou... —Harry lo observó, respirando profundo un par de veces antes de dejar de soltar lágrimas. Fue instantáneo, como si tan sólo se permitiese llorar por unos pequeños minutos—...ve a casa.
—... ¿qué?
—Hablaré con mi madre. Ella te dejará con su vehículo en donde sea que le digas. Mañana, cuando despiertes, arma tu bolso, y ve a un sitio donde estés tranquilo.
—Harry, no voy a irme —Se negó al pedido, sabiendo que aquel precioso chico, en realidad, no quería estar solo—. Estoy tranquilo contigo.
—Te la pasas mal conmigo... —Intentó convencerse a sí mismo—. Siempre estoy inestable, y tú te levantas... —Sollozó, sin poder evitarlo—...t-te levantas por las mañanas, todos los fines de semana, para viajar por horas y verme... ¿así? —Negó con la cabeza, intentando detener sus secos sollozos—. mereces a alguien... —Tragó saliva, sintiéndose ridículo, pero muy honesto—. creo que...m-mereces más.
—No. Tú mereces más —Corrigió Louis, negando con su cabeza—. Tú mereces más, siempre. Mereces sentirte mucho mejor, mereces disfrutar las cosas, mereces... —También sollozó, algo frustrado, pero no por la situación—. tú no te ves como yo te veo —Limpió las lágrimas que fluían por su rostro, con su cabello molestando en sus ojos, pero no lo apartó—. No ves desde mi perspectiva cuánto me gustas, y cuánto te quiero. Mereces saberlo.
Hubo un breve silencio, donde ambos permanecieron observándose fijo a los ojos.
—Mereces saber lo que se siente estar enamorado de ti.
Harry suspiró, cansado, aun sintiendo el cosquilleo en su estómago ante aquellas palabras. Su cuerpo se relajó un poco ante aquella afirmación, y el mayor no lo pasó por alto.
—Sé que ahora, en este mismo momento, y en un futuro, tu cabeza se sentirá un caos por algunas horas. Es algo que sé que has aceptado, y que vives con ello, hasta que sucede, y no sabes qué hacer, o a dónde ir. Déjame decirte que, no importa donde sea, o qué hagas, pero quiero ayudarte a buscar un plan. Quiero llevarte donde quieras ir, y quiero que hagamos lo que quieras hacer, siempre que sea algo bueno para ti, porque lo mereces. Mereces cosas buenas.
<< Y esto...todo esto, no es una dependencia, ni tuya, ni mía. Es apoyo, honesto y, sobre todo, sano. Es un apoyo incondicional, Hazz, que no se esfumará de mi cabeza, pero sé que de la tuya lo hará. No importa cuántas veces tenga que repetirlo, no es una molestia para mí hacerte saber que no quiero dejarte. No quiero irme de tu lado cuando te sientes mal, en mis planes solo está comprenderte.
Louis extendió su mano hacia el joven, quien, poco a poco, con la mirada en el suelo, se acercó. La tomó sin dudarlo, y recibió una suave, reconfortante caricia en su cabello oscuro.
Era un ángel.
—No estoy siendo obligado a cuidarte, lo hago porque te quiero...te quiero demasiado.
Harry no dudó en alzar la mirada hacia el mayor de ambos, observándolo fijo por unos segundos antes de llevar el dedo pulgar de su mano libre al rostro de Louis.
Secó el rastro de lágrimas con delicadeza, y lo tomó de las mejillas con cuidado, como si fuese el mayor quien sentía más daño de ambos. Harry no minimizaba situaciones. No importa cuales sean, para él, siempre serían importantes, al igual que la suya.
—Te quiero más —Susurró con notable timidez, tragando saliva, y notando su respiración más lenta, calmada—. Yo solo...no prometo que será pronto, pero espero...poder verme algún día, como tú dices que me ves.
—¿Puedo sostenerte? —Louis recibió un asentimiento de parte del chico, a quien abrazó con mucha lentitud, y cuidado. Hundió su nariz en el suave cabello negro de Harry, dejando un beso sobre su cabeza—. Lo harás. Estoy seguro que lo lograrás.
Y, aunque siempre tuvo sus momentos, Louis sintió como si aquellas palabras no solo salieron de sus labios, si no de una epifanía.
Una preciosa, donde Harry estaba alegre, confesaba que sus anteriores intereses, que había abandonado, volvieron. Visualizó al pelinegro beber una cálida taza de café antes de dormir, y no despertar hasta el otro día, con calma, con la luz del sol entrando por la ventana de su cuarto, y con él a su lado...
...queriéndolo, sintiéndolo, amándolo, pero, sobre todo, apoyándolo en cualquier sana decisión que tuviese.
Después de las cartas, sus ojos estaban bien abiertos. Veía, y notaba lo que perdió, y lo que ganó.
Harry no era su premio.
Harry era el astro que, poco a poco, resplandecía luego de una larga, y agonizante noche.
Valoraría su permanente brillo, porque, incluso estando oculto entre la atemorizante oscuridad, él lo veía.
Y lo haría por siempre.
FIN.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro