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CHAPTER 21 🤍

Era temprano en la mañana. Jungkook se hallaba peinando sus cabellos, buscando, sin éxito, darle forma. Maldita sea el día en que se le ocurrió cortarlo tanto. No volvería a cometer una locura así. Ya no era posible peinarlo en una media coleta o ponerse los broches que tenía; se le resbalaban o simplemente el cabello le quedaba con puntas bastante cómicas como para salir de esa manera. Le frustraba.

Lo intentó muchas veces y con varios estilos; si no lo avergonzara tanto, admitiría que incluso buscó un par de tutoriales, pero no hubo resultados favorecedores.

Dándose por vencido, en medio de bufidos y quejas bajas, lo dejó ser y optó por terminar de vestirse; aún le faltaba el pantalón corto y los tenis. Llegaría tarde a su reinicio de entrenamiento si no se apuraba y conseguiría que su mejor amigo se enfadara más de lo que ya estaba por sus constantes ausencias las últimas semanas. Miró el reloj de su celular: las diez en punto. Todavía tenía una hora para llegar a tiempo.

Luego de vestirse y dar unos últimos detalles a su aspecto, ya casi listo, estaba terminando de cepillar sus dientes cuando el timbre sonó.

No esperaba a nadie. A Namjoon lo vería directamente en el gimnasio y seguía sin hablar con su primo. Aunque...

Teniendo una leve sospecha de quién podría tratarse, y con los nervios a flor de piel por sus conjeturas, se apresuró a abrir la puerta.

—Taehyung —y no se equivocó. Sin embargo, cualquier emoción que pudo llegar a sentir por su presencia se esfumó apenas vio su rostro, mejor dicho, por las condiciones en las que lo vio—. ¡Oh, por...! —chilló, tapando su boca. No daba crédito a lo que observaba—. ¿Qué te ocurrió?

Por impulso intentó acercar sus manos a los golpes y raspones que envolvían la dermis ajena; mas se detuvo al imaginar que su tacto podría lastimarlo.

¿Cómo le había sucedido aquello? Si hace tan solo un par de días atrás se encontraba intacto y, en las pocas conversaciones que mantuvieron por chat, jamás se le había informado nada.

—Estoy bien —se apresuró a calmarlo el moreno, sin conseguirlo.

¿Y es que cómo se podía tranquilizar?

—Parece que se están infectando. ¿Cuándo pasó? —cuestionó, nada convencido de que Taehyung estuviera siendo sincero.

Varios raspones seguían frescos, apenas dando indicios de querer sanar, y la cortada en el labio, que parecía ser la más grande de sus heridas, tenía los bordes rojizos y pequeñas costras amarillentas que delataban no haber sido cuidada como correspondía.

—Hace dos, tres días. No sé... —mintió juguetón, a sabiendas de que no podía llevar más de tres días, pues hacía dos se habían visto y se encontraba bien. Jungkook le otorgó una mirada filosa, nada contento por su actitud desinteresada, consiguiendo que el mayor, con una risa nerviosa, le respondiera—. Hace dos días, pero las limpié —se apresuró a asegurar.

—Lo dudo.

Es que no podía decir que se encontraban limpias cuando claramente se veían descuidadas y con indicios de infección. No esperó otra respuesta y lo jaló hacia el interior de su casa, empujándolo hasta el sofá. Tenía que hacer algo; si no se limpiaba pronto y se le hacía una correcta curación a la cortada, podría tener consecuencias poco gratas para Taehyung, y nadie quería eso.

Gruñó al recordar que estaba a punto de salir; no obstante, el corazón no le daba para no actuar al respecto. Unos minutos de retraso podrían ser perdonados por su amigo si le explicaba lo que sucedía. 

—Estaba a punto de salir con Nam. Lo llamaré —avisó, tomando su móvil de una de sus mesitas. Las manos le temblaban un poco por la preocupación, pero con un par de respiraciones logró mantener la calma y apartarse para ir a hablar con su amigo.

Por parte de Taehyung, apenas pudo asentir cuando el chico ya estaba yendo a tropezones fuera de su vista.

—Claro, ve —murmuró, aun sabiendo que no sería escuchado.

Debía admitir que la reacción de Jungkook lo tomó por sorpresa. Llegaba incluso a darle un poco de gracia ver lo demandante que se comportó y lo nervioso que estaba, aunque también sentía un poco de pánico verlo enojado.

Que, bueno, siendo honestos, en estos últimos días ese era su estado natural. Pero no le daría demasiada importancia a ese detalle.

Jungkook no tardó mucho en la llamada, apenas unos minutos, volviendo con un botiquín de tamaño mediano en sus manos. Fue en ese momento que Taehyung se tomó el tiempo de detallarlo con mayor cuidado; vestía un top ajustado a su pecho, color negro, con un pantalón corto y tenis del mismo tono. La prenda superior se ajustaba perfectamente a la línea de su cuerpo, llegando con suerte al final de su cintura y consiguiendo que se exhibiera parte de la piel baja de su abdomen y el caucho de su ropa interior ante cualquier movimiento.

No mentiría: esa imagen despertó muchos sentimientos en él, y se vio obligado a obstruir sus pensamientos cuando tuvo enfrente a ese pecho cubierto y el hilo de piel pálida; tan cerca que era capaz de notar los pequeños vellitos, casi imperceptibles, en la zona, así como intuir su suavidad y calidez.

—Haremos esto rápido y me iré —habló Jungkook, sacándolo de su embelesamiento—. No puedo dejar plantado a Nam, ya he retrasado demasiado mi entrenamiento y empiezo a perder forma.

—Aún así te ves increíble —soltó sin pensarlo mucho, refiriéndose a la atractiva silueta que lo tenía tonto en ese instante. No obstante, tuvo que tragarse sus palabras al ver la cara de pocos amigos que el menor le dedicó—. No es el momento, entiendo.

Jungkook solo le restó importancia y siguió escarbando entre sus cosas. El moreno no conocía ni la mitad de productos que estaban ahí; varios le causaban terror por su procedencia desconocida. ¿Por qué tenía tantos frascos y cremas?

De hecho, ese bolsito púrpura le traía ciertos recuerdos de uno similar. Ay, si al menos la situación se repitiera por completo, con Kook sentado en sus piernas, sonriéndole y no enojado enfrente suyo.

—¿Me dirás qué te pasó? —preguntó el menor mientras se ponía unos guantes de látex.

Taehyung parpadeó repetidas veces observando el proceder ajeno, donde tomaba un par de gasas y aplicaba un líquido anaranjado que acercó a su rostro. Por mero impulso, retrocedió.

En verdad se habían limpiado las heridas el mismo día que las obtuvo.

—¿Me creerías si te dijera que me caí? —le contestó con una sonrisa nerviosa. Para ese momento trataba de aliviar el ambiente a cómo diera lugar.

—Podría si no tuvieras un moretón en el ojo y el pómulo con forma de puño —contestó sin mucha emoción y, dicho eso, estampó con cuidado la gasa en la herida, causándole un ardor poco soportable.

Renegó un poco, pero se dejó hacer en esa y las demás cortadas y raspones. Para su suerte, no eran demasiadas; lo más escandaloso era el dúo de moretones. 

—Discutí con alguien y perdí los estribos —respondió sin mucho detalle, escuchando una risa sin gracia en contestación.

—¿Tan importante era por lo que discutían? —le preguntó al paso que desechaba el material sucio y sacaba limpios, unas cuantas gasas nuevas y vendas adhesivas.

Taehyung se lo pensó unos segundos si era buena idea contarle la verdad, pero finalmente llegó a la conclusión de que el chico seguiría preguntando y mentirle no sería una opción. No otra vez, ni nunca más. 

—Fue Taesun.

Jungkook estancó sus movimientos por un instante, al parecer, procesando lo escuchado. Si bien se le ocurrió esa posibilidad, guardaba esperanzas de que se equivocara. No le agradaba en absoluto tener razón, mucho menos si intuía que esa discusión lo involucraba. Pero no era el momento para replicar al respecto. Con una sacudida de cabeza, eliminó el pensamiento y continuó con lo que estaba haciendo.

—No debiste, él no vale la pena.

Dio un par de toques más sobre la piel con peróxido, antes de empezar a cubrirlas con cuidado.  

—Lo sé... —le aseguró Taehyung con un asentimiento corto—. Pero al menos quedó peor.

—Qué divertido —rodó los ojos, sin embargo, luego de un par de segundos sonrió de medio lado—. Aunque no esperaba menos de ti.

Y con eso dio por terminada la conversación. Por lo que resto de la curación, ya en silencio, pudo concentrarse en poner los vendajes.

—Debes ser más cuidadoso con esta herida —recomendó una vez que terminó con la comisura del labio—. Al estar cerca de la boca, es más propensa a infectarse por los residuos de comida o tus propios fluidos corporales. Las vendas son solo para evitar que bacterias entren. Procura mantener una higiene prudente, limpiar la zona y no tocarte con las manos sucias ni rascarte.

Taehyung boqueó. Lo escuchado, en su ignorancia de cualquier procedimiento médico, parecía dicho por un experto.

—Vaya, eso sonó muy profesional, ¿de dónde lo aprendiste? —se atrevió a preguntar encantado.

Jungkook se mostró un poco más calmado luego de dar por terminada su tarea y, con un encogimiento de hombros, respondió:

—Papá es doctor y me ha enseñado un poco.

Seguía algo molesto; Taehyung lo notaba por lo poco que conectaban miradas y por el constante puchero que se mantenía en el menor. Sin más remedio, y empezando a sentir el pánico volver por no tener idea de cómo contentar al menor, trató de soltar comentarios divertidos.

Si bien la faceta gruñona de Jungkook le gustaba, la sentía justa y poco lo atormentaba, esta vez sí llegaba a sentirse culpable por sus acciones. 

—Eso explica lo bueno que eres con las manos —no obstante, las expresiones neutras de Jungkook le advertían que no estaba funcionando. Y ese último comentario sí que menos, pues el pálido alzó una ceja, indignado, obligándolo a remediar su tontería—. Limpiando mis heridas —aclaró, encogiéndose entre el mueble.

Negando, Jungkook pareció preferir continuar la conversación.

—Él solo me enseñó lo teórico; es dermatólogo. La práctica la obtuve cuando tuve que limpiar las costuras de mi mastectomía —conforme la oración avanzaba, su voz se perdió, como si aún le avergonzara hablar del tema.

Y lo entendía. Tenía motivos. A él también le parecía nuevo comentarlo sin ningún tabú; no obstante, le agradaba saber que existía ese tipo de confianza entre ellos, pese a lo ocurrido, como para no tener atisbo de duda a la hora de querer comentarlo.

—Debió dolerte demasiado —no fue su intención, pero su mirada bajó al lugar mencionado. 

No veía nada más allá de un pecho plano y bastante atractivo, si debía sincerarse; pero imaginaba que llegar a esos resultados, que seguramente deseó desde muy joven, le había costado demasiado.

—No tanto como tenerlos en mi cuerpo —respondió, en cambio, el chico, quien se dio cuenta de la descarada mirada, pero poco le afectó, pues también se encontraba mirándose a sí mismo, aunque con un poco menos de aprobación. Taehyung quiso decir algo más, pero le fue imposible cuando Jungkook se separó de golpe y habló—. Acabamos.

—Gracias —algo nervioso por lo acontecido hace unos segundos, se levantó del asiento e hizo una corta reverencia que Jungkook le correspondió. El silencio los envolvió una vez más, esta vez ocasionando que solo se miraran el uno al otro; hasta que Taehyung recordó las razones reales de su llegada a la casa de Jungkook—. Aunque en realidad venía por otros motivos —confesó, rascando su nunca—. ¿Te molestaría si te invito a salir? Me gustaría que me acompañaras a un par de lugares.

El menor, que hacía unos segundos mantenía su postura de mostrarse poco condescendiente  al mayor, pues no aprobaba las agresiones físicas, sobre todo porque el afectado no era solo quien lo merecía, sino los dos implicados, en este caso Taehyung; ahora estaba ruborizado por la repentina propuesta que en lo absoluto vio venir. 

—¿Puedo saber a dónde? —se apresuró a preguntar curioso, recibiendo una negativa. Y, a pesar de desear aceptar, movido por la incertidumbre de lo que sea que Taehyung tuviera en mente y por el hormigueo grato que la idea de pasar tiempo con este le causaba, tenía un compromiso que no podía cancelar. Namjoon lo esperaba y ya había postergado mucho de su vida las últimas semanas—. Yo, ahora debo salir, no creo poder acompañarte...

—No tiene que ser justo ahora —manoteó Taehyung, restándole importancia—, puedo esperar a que salgas. Claro, si quieres.

Por supuesto que Jungkook quería. El pesar por declinar que sintió se esfumó ante lo oído.  

—¡Sí! —asintió más emocional de lo que esperaba, consiguiendo sentirse patético por su impulso—. Quiero decir, está bien, no tengo problema —rio avergonzado—, incluso puedes quedarte aquí si quieres —soltó, llevando su atención a un punto cualquiera que no fuera Taehyung.

—¿En serio?

El asombro en las palabras ajenas le hizo ser consciente de lo último que dijo.

—Digo, solo tardaré dos horas... 

Qué tonto. Lo propuso sin pensar o dimensionar sus palabras al recordar lo poco que tardaría como para hacer que Taehyung repitiera el camino que no era tan corto.

Iba a retractarse y disculparse por su imprudencia, pero el moreno se adelantó con una genuina sonrisa.

—Oh, sí, está bien, me encantaría quedarme —sin más, volvió a retomar asiento en el sofá.

Jungkook apenas atinó a balbucear. De verdad había aceptado.

—Bien, bien —se resignó; después de todo, fue él quien abrió su bocota. Tomando sus cosas, fue a paso rápido hasta la puerta, volteándose a dar una reverencia torpe en despedida—. Nos vemos en un rato.

Sin más, huyó, dejando a Taehyung en una casa que alojaba más de un recuerdo entre los dos, en especial en esos sofás. Incluso habían presenciado su más grande pelea. Recordarla lo ponía de humor pesado. Sin embargo, tenía la suerte de estar ahí de nuevo, aunque solo lo acompañara un botiquín. Eso era un avance, ¿no? Ahora le quedaba nada más que esperar la llegada del menor y ver si aceptaba acompañarlo o reaccionaba y lo botaba a patadas de su casa. 

Cualquiera de las dos opciones era viable en ese instante. Pero mientras eso sucedía, una pequeña siesta en el sofá no le haría daño.

🎄✨ ¡FELIZ NAVIDAD, MIS VIDAS! ✨🎄

No diré mucho, solo que espero que tengan unas lindas fiestas, quería traerles un regalito pequeño, el cap iba a ser más largo, perooo, si lo hacia entonces no habría podido subirlo hoy, aun así creo que es una extensión prudente✨🎁. 

Por cierto, el cap va dedicado a @Voukll 💕 por responder correctamente en una mini dinámica que hice. Felices fiestas cielito, espero el capitulo sea de tu agrado 🥰

Espero les haya gustado, mis vidas, es con mucho, mucho, amor 💖🥺. Los amo mucho, nos vemos pronto 💕🌹

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