CHAPTER 05 🤍
Los días con Jungkook, se habían convertido en sus favoritos y negarlo sería absurdo. No se consideraba alguien excesivamente romántico, sin embargo, con el menor de cabellos oscuros, se ha visto en la obligación de querer aprender a serlo y seguirle el paso. Cree necesario brindarle las mismas atenciones con pequeños detalles, tiempo de calidad, mensajes tontos y ese tipo de cosas que empiezan a gustarle de más cuando es él quien los recibe.
Pero justamente ahora no le es posible nada de eso, ¿por qué? La respuesta es sencilla y complicada al mismo jodido tiempo:
Es día del hermano.
Y no, no se trata de un día específico como si de su cumpleaños se tratase. Es una maldita fecha aleatoria que Taesun invento en su infancia para conmemorar el lazo que los unía como copias idénticas del otro. A sus prematuros diez años, cuando Taesun seguía siendo alguien decente, le encantaba la idea; poder ser ellos dos, sin amigos o padres de por medio, jugando, viendo películas o haciendo cualquier actividad de mutuo interés todo el día. Luego de 13 años viviendo esos arranques cínicos de hermandad, no es que le apetezca seguir con la tradición.
El problema está en que Taesun odia aceptar un No por respuesta y tenerlo todos los días insistiendo no es nada agradable. Menos cuando casi termina siendo seguido a una de sus citas con su pareja por no recibir lo que quería.
Aceptar fue la mejor opción para su paz.
Así que ahí estaban, llegando a un absurdo partido de tenis, ya qué a cierto ser le encantaba ver hombres en pantalones cortos y porte espléndido golpeando una pelota con elegancia —nótese que sin duda no habla de él mismo—. Y no le molestaría tanto la idea, pues también solían ver los partidos femeninos, de no ser por qué había perdido su sábado con el lindo niño de ojitos grandes y adorable personalidad.
—Ahora que te gustan los hombres, lo pasaremos mejor —Taesun lo sacó de sus pensamientos, empujándolo hacia el centro de los asientos, donde su campo visual no se perdía de ningún detalle.
—No me gustan los hombres, me gusta Jungkook —le aclaró. Acomodándose en su asiento, evitó la mirada escéptica de su compañero, esperando que la conversación acabara gracias a su silencio.
Por supuesto, eso no pasó.
—Oh, vamos, si te gusta él te gustarán más chicos —codeó juguetón. A Taesun le era imposible creer que gustara solo de un hombre. Casi llegaba a ser absurdo.
Y la verdad es que Taehyung no opina muy diferente, aunque le costará admitirlo. Era cierto que en un principio el pánico que experimento al sentirse atraído por Jungkook sí lo intimido, no obstante, gustar de un chico no era un crimen. No en este siglo. Que nunca lo planteara y hubiera normalizado su atracción hacia el género femenino, no le quitaba que tuviera una gran posibilidad de ser bisexual, que por salud a su intimidad prefería no compartirlo con su hermano.
Después de todo, el único hombre que le importa en este momento es Jungkook.
—No me apetece intimar sobre mi orientación sexual. Déjalo —se limitó a contestar.
Centró su atención en la cancha, el partido estaba a nada de comenzar, dejando ver dos chicos, uno a cada lado, calentando un poco antes de dar el primer movimiento.
—Sigo sin comprender cómo llegaste a interesarte por ese niño —insistió Taesun, deseando exprimir la mayor cantidad de información al respecto. Jungkook era un chico raro y Taehyung muy complaciente. Necesitaba entender qué sucedía en esa particular relación—. Tal vez es porque no lo conoces muy bien. Al principio te enganchas con su atención y belleza, pero después empieza a comportarse como si de un santo se tratará, y casi que actúa como una colegiala...
—Te lo advierto Kim Taesun —lo interrumpió. Su mandíbula se tensó y su mirad afilada le advertía que le convenía guardar silencio.
Está de más decir que, al contrario, eso lo motivo para no detenerse.
—¿Qué?, ¿todavía no es así contigo? —fingió pensar por unos segundos, apuntando al aire a números imaginarios, haciendo cuentas que Taehyung no entendía y que, presentía, no quería hacerlo—. Están a días de duplicar mis expectativas, dudo que no te haya mostrado esa parte mojigata que tiene —Le sonrió sorprendido, tomándolo del brazo y sacudiéndolo—. "Ay, no me gusta que me toquen", "me da miedo que no te guste mi cuerpo" —imitó la voz del menor, haciéndola más afeminada e infantil, tan teatral que la sangre de Taehyung subió a su cabeza.
—Mira, ¡maldito idiota! —vociferó entre dientes, tomándolo del cuello de su camisa.
Lo agito de la misma manera que él lo había hecho, deteniéndose cuando sus rostros quedaron lo suficientemente cerca como para que sus respiraciones pesadas se mezclaran. Taesun sonrió amplio.
Taehyung bufó sin ablandar su agarre. No le importó que varios ojos se alejaran del juego ya iniciado para enfocarse en ellos, ni que la mano de un desconocido entrometido se posara en su hombro —la cual retiro en un movimiento sin molestarse en disculparse—. No soportaría que Taesun se burlara del niño.
—¿Harás un escándalo en público por decirte la verdad? —dijo entre una risilla, no viéndose afectado por tener a Taehyung a centímetros suyos gruñéndole. Solo estaba siendo honesto, no era su culpa que su hermanito no supiera aceptar la realidad—. Jungkook es infantil y extraño, no importa cuanto trates de convencerlo de lo contrario, seguirá comportándose así. Pronto te darás cuenta de que no es tu tipo —sin darle mucho tiempo para reaccionar al contrario, tomó sus muñecas y tiró de ellas para liberarse— ¿Qué?, ¿no me crees?
—Es imposible creerte a ti —aseguró Taehyung, levantándose en busca de una salida, pero siendo detenido por un nuevo agarre de Taesun.
Al verlo, su expresión lo dejo algo helado. Se veía serio, sin ningún atisbo de mofa o cualquier altanería típica en él.
—Invítalo a Lotte World, el parque acuático —devolviéndolo a su asiento, se giró de vuelta al partido—. Luego me dirás si miento o no.
Con ese último murmuro, no volvió a hablar. Taehyung se quedó en su lugar, estático tratando de procesar lo escuchado, ¿qué tenía que ver un parque acuático con lo que estaban hablando?, ¿sería eso lo infantil que decía?, ¿o se refería a lo cohibido que Kook podía llegar a ser?
Ash, no debería estar sobre-pensando en lo que ese idiota le había dicho. Taesun no era de fiar, lo más probable es que lo haya dicho solo para molestarlo... pero, de ser así, ¿cuál era la necesidad de ser tan específico? Parecía demasiado seguro de sus palabras, considerando que para Taesun todo era un juego, eso conseguía confundirlo...
La vibración de su celular interrumpió bruscamente sus dudas. Se trataba de un mensaje.
Sacando el aparato con rapidez de su bolsillo, lo revisó: era una foto de Jungkook. Esta se dividía en dos; la primera se enfocaba en sus ojos que, gracias al ángulo, se veían mucho más grandes y expresivos, brillaban con una ternura inexplicable, pareciendo alojar un par de estrellas en cada iris, y ni qué decir de su sobresaliente labio inferior que se contemplaba suave a la vista, demasiado rosado, mientras el de arriba casi se perdía con la luz.
Sencillamente perfecto y dulce.
La segunda foto solo mostraba sus labios haciendo un besito, exhibiendo su pequeño lunar debajo de estos y dejándolo sonriendo como un idiota por la encantadora imagen. Le encantaba, no tenía más que decir; su corazón se sentía cálido con solo verlo, aunque también le generaba frustración, pues debería estar a su lado molestándolo y probando esos labios que adornaban su pantalla y no con...
—Woo, linda foto.
Ese animal.
Se distrajo tanto que no notó en qué momento su Taesun había metido sus narices.
—¿Qué mierda te pasa? ¡No me espíes! —gruñó apagando la pantalla del teléfono tan rápido como pudo.
—Agh, no seas así, solo trato de sacar conversación —se quejó este rondado los ojos y llevando su atención al partido. Ni siquiera podía concentrarse en admirar los cuerpos ajenos por estar pendiente de Taehyung y su falta de interés por él y su salida.
Estaba empezando a salirse de quicio.
—No me interesa conversar.
—¡Oye!, desde que te deje quedarte con ese niño te has vuelto muy receloso —dijo Taesun cruzándose de brazos. Su relación no solía ser cariñosa o afectiva, pero se llevaban bien, sin tantas evasivas como ahora.
Todo era culpa de ese mocoso.
—No es una mascota, tarado, trátalo con respeto —demando Taehyung deseando encontrar cualquier excusa para salir de ahí, ni siquiera sabia que pasaba en la cancha por estar lidiando con infanterías—. Y si lo soy es porque sé la clase de persona que tengo por hermano.
—¿Consideras que podría hacer algo en tu contra?
—Estoy seguro.
—No te culpo.
—No entiendo cómo Kook se fijó en ti —seguía siendo una incógnita completa para él. La única vez que llegó a tratarlo bien fue la noche que lo conoció.
68 días. Esa era la cantidad exacta que Jungkook y Taesun estuvieron juntos, de los cuales 42 fueron en una relación completamente nefasta, poco más de un mes —según las cuentas hechas por los relatos de su hermano—, y en ningún momento fue amable de forma honesta, según las propias declaraciones de este, que eran respaldadas con varias conductas del chico.
—¿Celoso? —le sonrió con altivez, encogiéndose de hombros—. Yo tampoco lo sé, soy buen actor cuando quiero.
—Eres un manipulador, no un actor.
—Digamos que un poco de ambas —no tuvo reparo en admitir—. Soy lindo cuando quiero, ¿sí?
—Ajá, lo que digas.
No podía evitar ser apático al recordar la ligereza con la que Taesun contaba la manera en que jugó con Jungkook. Enganchó al niño en sus juegos y lo convirtió en un desafío absurdo. Era su hermano, lo sabía, fueron criados para amarse y apoyarse incondicionalmente; por eso Taehyung trató de hacerlo todo el tiempo, incluso pasando de largo como era con sus parejas sexuales, pero desde que se vio directamente involucrado y no tuvo de otra más que conocer hasta donde era capaz de llegar su gemelo por salirse con la suya, no se veía capaz de hacerlo.
Su madre se decepcionaría de sus pensamientos —aunque le iría peor a Taesun si se enteraba de sus acciones—, pues para ella la familia lo era todo, sin embargo, soportar a su gemelo era cada vez más imposible.
—ese mocoso te ha hecho tan aburrido —lloriqueó al aire el contrario.
Era una tortura para Taehyung tener al mencionado cerca sin poder deshacerse de él.
—Vuelve a llamarlo de manera despectiva y te juro que haré de tu cabeza una maldita pelota de tenis —amenazó entre dientes, no queriendo hacer una nueva escena, pero a nada de perder la compostura.
—Oh, qué atractiva propuesta, ¿por qué no lo intentas, corazón?
—Te lo advierto Taesun, deja de jugar con mi paciencia.
—¡Ya Taehyung, estás siendo muy llorón! —vociferó el castaño encarándolo ahora verdaderamente fastidiado.
Taehyung quiso gritarle de vuelta que lo tenía harto, sin embargo, su celular captó su interés nuevamente, esta vez tratándose se una llamada que mostraba el nombre de Kook en grande.
Taesun paso a segundo plano.
—Yo sí soy celoso y odio como ese tonto roba tu atención —murmuró este para sí mismo cuando se dio cuenta de quién se trataba.
La declaración dejo aturdido a Taehyung, que logró escucharlo, olvidado por un segundo la llamada, estando a nada de perderla.
Por suerte reacciono a tiempo.
—Honey —llamó con mimo Jungkook detrás de la lineal luego de contestar.
El agudo melódico del tono de voz del menor consiguió disminuir la rigidez de su cuerpo, sin embargo, todavía sentía el ambiente pesado envolverlo a él y a su hermano. Quería irse cuanto antes.
—Kook, hola —deseó no sonar tan tosco como le pareció. Quería ser dulce, pero Taesun lo tenía alerta a cualquier acción que pudiera meterlo en problemas.
—¿Estás bien? —preguntó este extrañado, sin duda notando algo inusual en el contrario.
—Sí, no te preocupes, ¿Qué hay de ti? —trató de cambiar el tema, estaba siendo muy incómodo hablar, sobre todo por la excesiva atención que Taesun le daba a la conversación.
—Bien, solo quería saber cómo ibas con tu hermano... ¿Taehyung, no?
Al oír su nombre no supo cómo sentirse. Era la primera vez que lo mencionaba. Seguro Taesun también le había dado esa información, pues él nunca tendría el descaro de mencionarse.
Su corazón se aceleró con tanta fuerza que lastimaba su tórax, pero tal vez no lo suficiente como para distraerlo del vacío en su estómago que le causo náuseas. La mezcla de sensaciones lo mareó. Le gustó demasiado como se escuchaba y la ansiedad por pedirle que lo repitiera en bucle hasta que el saldo llegara a su fin se instaló en la punta de su lengua; sin embargo, el terror por la mentira y la culpa pudrían cada mariposa que revoloteaba en su estómago, recordándole que debía encontrar un momento y lugar adecuado para ser honesto si quería no hacerle daño a Jungkook.
—N-no hablemos de eso, por favor —se apresuró a pedir, tragando el nudo que se formó en su garganta.
—Oh, yo no, yo, está bien, perdón, no quise molestar, quizás sea mejor llamar luego...
La cohibición de Jungkook activó sus alarmas. No pensó que su respuesta fuera a asustarlo.
Ash, qué estúpido era.
—No, lo siento, lo siento, no quise sonar grosero —se apresuró a disculparse antes de que colgara—. Todo va perfecto, pero, no me gusta el tenis.
—Deberías entonces proponerle otros planes a tu hermano, seguro aceptaría, no creo que se niegue.
—¿Tú tienes planes? —estaba odiando su forma de contestar, pero no tenía ni idea de cómo reaccionar ante la situación.
Pensó en irse de ahí, más se encontraba en medio de gradas enormes, rodeado por más de diez personas a cada lado, lo que sería demasiado incómodo y estresante —sin contar que existía la posibilidad de ser seguido por su gemelo—. Otra opción sería que aceptara hablar más tarde y colgar, pero eso pondría más ansioso al chico. Por lo que solo le quedaba tratar de actuar con naturalidad sin bajar la guardia.
—Sí... Saldré con Namu al veterinario, ya sabes, chequeos de rutina para su gatita —avisó Jungkook tratando de mantener la conversación.
—Oh, qué lindo —dijo Taehyung en medio de una risilla. Todavía no conocía al famoso Namu y eso por alguna razón le generaba un hormigueo molesto.
—Así es, quiere ir aprovechando que tú me dejaste libre —Jungkook brincó en la cama de su mejor amigo, bastante emocionado por ser un tío responsable, por poco olvidando la tensión entre la llamada—. Dice que me secuestras muy seguido.
—Jungkook —una voz detrás del mencionado invadió el momento, sacándole una pequeña carcajada al menor y un carraspeo al contrario.
—Y lo seguiré haciendo, mañana el día nos pertenece, sin amigos o familia —afirmó seguro, ignorando el gruñido de su hermano—. Y toda la semana también es nuestra, y también el mes, y...
—Tae, ¿Piensas raptarme de verdad? —interrumpió, mordiendo su labio inferior.
—No parece ser mala opción.
Ambos se quedaron en silencio sonriendo a la nada, no era incómodo, estaban disfrutando el escaso momento donde solo eran sus respiraciones llegando a los oídos opuestos, sin incomodidad, tensión. Nada.
No obstante, una almohada cayendo en la cabeza de Jungkook interrumpió el momento. Al alzar su vista, malhumorado y con intensión de devolver el golpe, encontró a Namjoon con Bora entre sus manos, advirtiéndole con la mirada que ya era hora de colgar.
Sin más remedio, suspiró devuelta en la llamada.
—Me tengo que ir, te quiero, Honey.
—Y yo a ti. Cuídate.
Al colgar se quedó observando la pantalla apagada por un par de segundos, metiéndose por completo en sus pensamientos. Algo lo inquietaba, Tae estuvo bastante extraño. Empezando porque no uso el apodo y él era quien más insistía en hacerlo.
—¿Y esa cara? —preguntó Namjoon, picando una de las mejillas abultadas del menor, tratando de que con eso borrara el puchero que se le formó.
—Tae estaba actuando... raro —murmuró, levantándose de la cama para arrebatarle a Bora y acariciarla un rato.
La pequeña se tensó por unos segundos, buscando de entender el nuevo estímulo y fragancia que lo rodeaba, calmándose una vez reconoció el aroma floral usual en Jungkook. Con cuidado de no estresarla, pasó sus dedos por los ojitos cerrados de ella, para reconfortarla. Aunque podía asegurar que el que lograba conseguir paz con ella era él.
—¿En qué sentido de la palabra? —preguntó Namjoon, dejándose caer a la cama. A sus ojos, Taesun era una completa rareza andante, basándose en lo que le contaba Kook, claro.
—No sé, Tae suele ser más dulce y atento, pero ahora se sintió... —tragó saliva pensando en lo que diría, no muy a gusto con su deducción— se sintió como antes.
Confuso. Esa era la palabra, a veces lindo, a veces tosco... ambiguo. No le gustaba sentirse así.
No era como que Tae actuara igual que semanas atrás, llevaba mucho sin ser ese, incluso empezaba a acostumbrarse a la nueva versión de él —como el mismo Tae solía llamarlo—. Se trataba más de ese miedo instalado de que en algún momento volviera el moreno indiferente que lo mantenía en un constante limbo.
—Koo... ¿Tú en serio estás conforme con él y su famoso "nuevo comienzo"? —volvió a inquirir, notando a su amigo taciturno.
—Sí, por supuesto —dejó a Bora en la cama, cuidando de que no quedara en el borde y corriera el peligro de caerse—. Tae ha cambiado demasiado. Incluso me manda fotitos de lo que está haciendo y me dice cosas lindas.
Anteriormente, la relación se limitaba a salidas que usualmente terminaban mal, siendo él culpado y señalado por su rechazo al contacto que el contrario proponía. Ahora, lo último que pasaba era eso y no podía sentirse más agradecido.
—Lo sé, bonito, pero las personas no cambian tan abruptamente
—Tae si, ¿bien? Parece una persona diferente. Sé que no es el mismo que me estaba haciendo sentir inseguro.
Es consciente de que Namjoon tiene razones para pensar de esa manera, en su momento también se le hizo complicado creer el cambio, pero las acciones de su pareja demostraban que no mentía, y con eso le bastaba.
—¿Y cómo estás ahora? —rebatió el moreno sin dejar su escepticismo.
—Es diferente, solo ha sido esta vez y creo que es más mi paranoia.
—¿De verdad? —se sentó apoyando su espalda en el respaldo de la cama, dándole el enfoque perfecto de un Jungkook concentrado en el piso, masticando su belfo inferior—. ¿Ya fuiste completamente honesto con él?
—Eso es tema aparte, Namjoon —aseguró, apresurándose hasta el escritorio del mencionado para tomar su buzo una talla más grande que la suya. De repente, una brisa le exigió ponérselo cuanto antes.
—No lo es, si ahora tienen la confianza que dices, hablar respecto a ti, tus miedos y secretos no deberían ser un problema —tal vez estaba yendo más lejos de lo que debería, pero no tenía muchas más opciones que ser directo y crudo si quería que de Jungkook saliera una respuesta.
Que no sé malentienda, él acepta y respeta la privacidad de su amigo, sin embargo, no soporta ver como se traga sus problemas y calla lo verdaderamente importante por miedo. Lo hace con él, lo hace con el tal Taesun. Jungkook siempre querrá aparentar estar bien para "no incomodar con sus tontearías" o "verse como un problema para los demás" como suele excusarse.
—Déjalo, no quiero hablar del tema —abrazando su propio pecho camino en círculos por el cuarto.
Lo que decía Namjoon era cierto, y si confiaba en Tae, pero todavía no estaba listo, y no quería sentirse presionado, no de nuevo, no cuando Taesun ya no lo hacía. Estuvo a punto de decirlo tantas veces, más su garganta se cerraba cuando quería explicarle, el temor a su reacción le agobiaba. Luego terminaban envueltos en discordias y malos entendidos que no ayudaban mucho a su deseo de hablar.
¿Qué pasaba si ser sincero traía de vuelta esos malos momentos?, ¿y si los hacía terminar?
—No te pongas así, no quiero incomodarte, sabes que no está mal...
—No lo digas —lo interrumpió, empezaba a sentir dolor de cabeza con la conversación—. No necesito que me recuerdes ese detalle —se abrazó con más fuerza.
—Kookie...
—Estoy bien con Tae, solo es cosa mía —en ningún momento detuvo su caminata, tratando de apaciguar su ansiedad. Concentrado en no pensar de más, no notó que Namjoon se había levantado de su lugar hasta que chocó con él de frente.
—¿Podrías tranquilizarte un poco? —Le pidió el castaño tomándolo por los hombros—. Me estás mareando.
—Perdón —respiró profundo y le sonrió con los labios sellados a su amigo—. Me llegaron algunas inseguridades, fue eso. Estoy bien.
—No, está bien, perdóname a mí, hable de más.
—Lo hiciste —Jungkook se quejó sin dejar la sonrisa, un poco más calmado, sacándole una leve risa al contrario.
—Ven —enredó sus brazos en un abrazo acogedor que fue rápidamente regresado por el pálido.
Jungkook no hablaba mucho de su relación con Taesun, y si lo hacía era superficial; sin embargo, eso no evitaba que Namjoon dedujera varias situaciones que lo dejaban intranquilo. No podía hacer mucho bajo esas circunstancias, más que apoyar a su pequeño y estar dispuesto a lo que sea que necesitara.
Lo único que esperaba era que Jungkook no saliera lastimado y roto. Verlo abatido era algo que no esperaba volver a presenciar.
—Habla con él, si de verdad ya no es un tonto, te ayudará a disolver tus inseguridades. Créeme.
—Lo haré. Y de verdad ya no lo es —le bufó, separándose de él, dispuesto a buscar a Bora para irse o terminarían perdiendo la cita.
—Eso lo decidiré yo cuando lo vuelva a ver —Namjoon también inició la búsqueda.
—Nam, no seas así.
—Oye, dame crédito, tengo que cuidarte de tu primer amor. Ese es el peor de todos.
—Ya, ya, estaré bien —le aseguró ahora importándole dar con Bora. Solía ser muy escurridiza cuando quería.
No parecía estar dentro del cuarto, así que se apresuraron a salir a dirección de las escaleras. A pesar de que la minina era experimentada, no podían evitar dejar de tener miedo de que en algún momento su nula visión consiguiera lastimarla.
Por suerte, Bora era más astuta que los dos y en vez de encontrarse al filo de los peldaños como esperaban, esta dormía plácidamente dentro de su transportador.
Ambos respiraron con tranquilidad, asegurando el pequeño maletín.
—Vámonos o se nos hará tarde —dijo Jungkook corriendo a la puerta, siendo seguido sin prisa por el contrario.
—¡Mi bebé, necesita varias cosas también, así que prepárate para una larga caminata luego de salir de su cita! —avisó cerrando la puerta de hogar, suspirando al ver a Jungkook dando brinquitos en lugar de pasos.
Lo único que quería era que su pequeño fuera feliz. Merecía serlo.
Holaaa, a que no me esperaban tan rápido JAJAJAJA
La verdad es que estaba emocionada por seguir la historia y como tuve unos días libres aproveche ❤¿Qué les pareció el cap? Me genera curiosidad su opinión 🤭Gracias por leer, por cierto, los quiero mucho y aprecio su apoyo 😭💗
Nos vemos luego, cuídense mucho y manténganse saludables 🫂💓
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