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CHAPTER 04 🤍

La situación estaba siendo divertida. Le era curioso ver a su hermano tan desesperado por alguien y, siendo honesto, le daba envidia, esa preocupación le solía pertenecer él. No le gustaba que se robaran la atención de Taehyung. Sin embargo, estaba ansioso por el caos que vendría gracias a la impulsiva bondad del mencionado.

Amara ser testigo de la tormenta que se avecina.

—¿Tengo que recordarte que Jungkook es un hombre, chico hetero? —se cruzó de brazos, jactándose del brillo de incertidumbre que bañaba el rostro del contrario.

¿Cuánto tiempo tardaría Taehyung en darse cuenta de que los hombres no son lo suyo y él mismo acabar con Jungkook?

No le daba ni un mes.

Todo terminaría tan, tan, mal.

—Ya sé que lo es. Tampoco entiendo qué está pasando —murmuró Taehyung, más para sí mismo, tratando de procesar lo que estaba haciendo; no parecía la mejor de sus ideas, pero seguía firme en ella, sin importar las miles de posibles consecuencias. Sacudió su cabeza, deshaciéndose de las dudas, enseriando su expresión al encarar a Taesun—. Pero no lo hablaré contigo.

—¿Me darás algo a cambio por dejártelo?

—No te voy a comprar a Jungkook, idiota, ni nada parecido—rebatió, viéndolo carcajearse sin molestia alguna—. Tú ni siquiera lo quieres.

—¿Siempre tienes que hacerme ver como un monstruo? —Taesun se cruzó de brazos, borrando su sonrisa pero con su tranquilidad inquebrantable.

—Es lo que eres. No estaría en esto de no ser por tu cinismo —le recordó apuntándolo con el dedo.

Taehyung se encontraba al límite de su paciencia, su cuerpo vibraba en la necesidad de lanzarse a agredir a quien era una mala imitación de sí mismo. Sin embargo, hacerlo arruinaría el avance que había conseguido, por lo que debía reconstruir su serenidad.

—No te obligue a que te engancharas del chico, menos que lo vieras por dos días más.

Respiró, contando al revés y analizando el color del techo, antes de poder contestar.

—Ese ya no es tu asunto. No te vuelvas a involucrar con él, yo me haré responsable de las consecuencias —recitó como si de un mantra se tratara.

Calma, paz. Jungkook lo valía, claro que sí.

—Seguirá creyendo que soy yo.

—Ese es mi problema ahora —¿por qué Taesun tenía que hacerlo tan difícil?—, me encargaré de resolverlo.

—¿Cómo harás con mi número, genio?

Sin molestarse en emitir palabra, desbloqueó el celular perteneciente a su gemelo —que seguía refugiando entre sus dedos —, oprimiendo el botoncito de llamada que hacía unos instantes lucho porque no se tocara.

Pronto solo él podría comunicarse con Jungkook.

—Precioso —saludó después de ser contestado al segundo pitido.

—¿Taesun? —el balbuceo de Jungkook develó su asombro por la llamada.

Bastó con escuchar las tersas notas de su voz para que las dudas se esfumaran de su cabeza.

—Solo dime Tae —Le recordó, no podría soportar escuchar ese nombre una vez más—. ¿Llegaste bien a tu casa?

—¿Me llamaste para eso? —la pregunta le robó una carcajada a Taehyung—, digo, no me molesta, es solo que nunca lo habías hecho...

¿Cómo era posible que Jungkook siguiera con alguien que no lo trataba como se merecía?

Taesun no es persona.

—Me gustaría decirte algo más, pero prometo que llamaré seguido para saber cómo te encuentras.

Una risita baja se escuchó detrás de la línea junto a un murmullo de afirmación.

—Llegue bien —aseguro Jungkook, aún aparentemente confundido—. ¿Qué querías decirme?

Los nervios se alojaron en las puntas de los dedos, que luchaban por no soltar el aparato. Este era el momento preciso de corte. Todavía existía una posibilidad de dar vuelta atrás, cambiar el rumbo y evitarse lo que presentía que sería el caos, sin embargo, no lo hizo. Siguió derecho, alejándose de ese camino fácil que Taesun le rogó tanto por seguir.

—T-tengo que cambiar de número —ojalá no se estuviera equivocando—, hay un par de mensajes y llamadas que quiero evitar de algunas personas y opte por qué sería la mejor decisión.

—¿Alguien te está hostigando o algo así?

Sí, su hermano. Tuvo el deseo de quejarse al tener a su mayor problema mirándolo con escepticismo y diversión, pero por su bien prefería pasarlo por alto.

—Algo así, bonito, pero tengo todo controlado. Te enviaré el número nuevo por chat y desactivaré este ¿Bien?

Luego de recibir respuesta se despidió, prometiendo comunicarse con él más tarde para explicarle mejor por qué el repentino cambio. Tendría que estructurar mejor su mentira.

Un «Jungkookie💜🌳» fue guardado en sus contactos tan rápido como el chico le escribió a su número enviado desde el chat de Taesun. Aprovechando para bloquearlo y eliminarlo del dispositivo de este y así evitar a toda costa que lo comunicara.

Lo conocía tan bien que prefería evitar que hiciera una estupidez.

Después de asegurarse de que no tendría ninguna forma de acceder al niño, le devolvió el teléfono móvil, arrojándoselo sin ningún tipo de cuidado.

Taesun, que hasta el momento fue observador pasivo, jactándose de todas las maromas que Taehyung hacía, lo recibió, revisando que tanto estuvo haciendo.

—No puede ser, ¡lo borraste de mis contactos! —Su carcajada casi le revienta los tímpanos al ajeno que pasaba por su lado para poder encerrarse en su estudio y no tener que seguir tratándolo—. Solo llevas tres días con él y ya te comportas como un posesivo.

—Contigo es necesario serlo.

—Agradece que no uso redes sociales —tomándolo de la muñeca, lo obligó a Taehyung a encararlo. Su risa divertida hacía un contraste excelente con la inexpresiva mirada de su gemelo. Amaba demasiado este giro de acontecimientos tan bizarro.

¿Quién diría que su heterosexual hermano estaría poniéndose en su contra por un niñito sin gracia?

—No las usas porque no te conviene —y es que si las usara más de un chico sabría la clase de calaña que es. Se zafó del agarre con brusquedad, no queriendo seguir tentando a su paciencia.

Sin esperar respuesta, continuó su camino directo a las escaleras, pero las palabras de Taesun volvieron a detenerlo.

—Le mientes por y para tu conveniencia. Eso no te hace muy diferente a mí —el tono seguía siendo de burla absoluta; sin embargo, el que tuviera algo de razón en ello le hizo correr un escalofrío por toda la columna vertebral, terminando por punzar su pecho en culpa.

Jungkook era un desafortunado al caer en las manos de ellos. Eran terribles seres humanos, si es que todavía tenían el derecho de llamarse así.

—Por desgracia nos corre la misma sangre por las venas.

Sin más, siguió su camino. Tenía un cuadro que terminar. 

Luego de ese tortuoso suceso, Taehyung trató de entender sus acciones y sentimientos, por lo que procuró tener cierta distancia con Jungkook mientras aclaraba su cabeza. Así evitaría que separarse fuera más difícil en caso de que las respuestas a sus dudas no fueran las esperadas.

Lo que no previó fue el hecho de que sus días se cerraran al chat con este o a llamadas largas donde solo lo incitaban a conocer más del chico. Casi podía olvidar que le mentía con quién era... hasta que Kook sin querer le recordaba alguna anécdota de su supuesto mes de relación o de las semanas que Taesun lo molestó. Fue obligado a preguntarle al idiota de su hermano por ese tiempo, pues no quería cometer ningún error. Y como no, salió mal.

Tuvo que luchar contra sus deseos de golpearlo luego de enterarse de lo cerdo y manipulador que fue con el niño. Ni siquiera quería recordarlo en ese momento.

Por suerte logró no hacerlo y consiguió no arruinar las cosas con Jungkook por el resto de días que siguieron.

Aunque, tal vez se había excedido con su excusa de ahogarse en trabajos universitarios, ya que Jungkook empezaba a ponerse un poco ansioso por la distancia.

¿Está todo bien entre nosotros? —preguntó el menor al otro lado de la línea.

La conversación había comenzado un poco tensa por parte de este. Taehyung al principio quiso pasarlo de largo, pero le fue imposible al sentirlo tan callado y dudoso de responder, por lo que luego de insistirle un poco en que hablara de lo que le sucedía, logró conseguir que se expresara.

—¿Por qué la pregunta? —sabía la razón, pero deseaba escucharlo de su boca.

En esos días hablando, Taehyung notó que Jungkook solía ser bastante complaciente y no expresaba lo que le perturbaba para no sentirse como una molestia. Quería mostrarle que expresar sus inconformidades no estaba mal.

Es que... no hemos salido, y tampoco nos hemos visto —su voz salió en un hilo, como no queriendo decirlo, cortando sus palabras tan rápido como pudo.

—Kook... —murmuró en un intento de incitarlo a hablar, lo cual consiguió luego de escucharlo suspirar.

Sé que antes de que te enfermaras nuestras salidas fueron un rotundo desastre... Y no puedo prometerte ir más allá, pero... —al oírlo sus cabellos se pusieron de punta.

—Kook, no... Perdón —se apresuró a decir antes de que siguiera. Sabía a qué se refería, Taesun le había comentado sin descaro alguno como terminaba discutiendo con el niño por no tener el acoston que quería y reducirlo todo a "besos tontos, sin una sola caricia", según sus palabras—. Nunca debí tratar de obligarte a algo que no estabas listo, lo siento, soy un imbécil. Eso no volverá a ocurrir ¿De acuerdo?

Cada momento con Jungkook incrementaba la necesidad de reponer todo el daño causado por su gemelo.

—De acuerdo.

Después de sentirlo un poco más calmado, se animó a continuar con lo que estaba molestando al menor.

—Y me encantaría salir contigo. Pasar tiempo solo tú y yo.

—¿Puedo planear algo?

—Por supuesto —La risilla contenta que llego a sus oídos le confirmó que no se estaba equivocando en lo absoluto al aceptar.

La semana transcurrió tranquila después de eso, dando la llegada del sábado y con ella a cita planeada por el niño en un parque natural localizado en el centro de la ciudad. Admitía sentirse nervioso al no saber qué tipo de expectativas tener, mucho menos tener idea de cómo actuar. Sus días los paso pensando en ese momento y no había servido como preparación en absoluto.

Claro que, Jungkook volvió a hacer de las suyas, dejándolo completamente perplejo al encontrarlo a pocos metros de distancia con una canasta de tamaño medianamente grande entre sus manos, vistiendo con ropas tan claras y adorables que opacaban cualquier rayo de sol que se le acercara; no parecían ligeras o cómodas para el clima, sin embargo, eso no lo quitaba belleza.

¿El chico podía ser más lindo y romántico?

—No te burles —fue lo primero que soltó Jungkook al llegar a su lado y notar su amplia sonrisa.

—¿Debería hacerlo? —preguntó sin dejar de sonreír encantado.

—Estas cosas no te gustan —Balbuceó, causándole un revoltijo a Taehyung, quien se acercó a besar su cabeza sin pensarlo mucho.

Esas ideas y miedos eran implantados por su hermano, lo sabía. Y se aseguraría de eliminar cada una de ellas, no sabía cómo, pero lo haría.

—Ahora lo hacen.

Sin emitir más comentarios al respecto, se adentraron en el parque, acomodándose en la zona más cubierta por sombra que encontraron.

Un pícnic. Nunca había estado en uno, ni siquiera recuerda haber estado en algún momento tan romántico y tierno como ese. No era por desmeritar a sus relaciones pasadas o algo similar, ellas habían sido lindas a su manera. El problema es que Jungkook lo era más, se trataba de esos chicos enamorados del amor, que romanizan hasta la más mínima casualidad de la vida.

Nunca pensó que se sentiría atraído por algo así; era más partidario del absurdismo y de dejarlo todo en manos de la suerte, pero desde que Jungkook llegó a su puerta sin preguntar, arrasando con sus barreras y cambiando su perspectiva de forma tan repentina, empezaba a considerar las fuerzas del destino y la belleza de solo amar sin preocupación y límite.

Tal vez por eso logró procesar con facilidad su atracción por un chico. Jungkook solo se había presentado como un ser humano digno de conocer y querer, el resto término por ser irrelevantes en contraparte con su espíritu encantador.

—¿Toda esta comida la hiciste tú? —preguntó el castaño al ver que, luego de una charla casual sobre la cotidianidad de Jungkook con su único amigo —el cual le generaba una curiosidad extraña por su aparente cercanía y cariño—, este sacó varios postrecitos de la canasta. Se veían decorados con meticulosidad y demasiado apetecibles.

—Por supuesto —Jungkook brincó en su puesto mostrando cada una de las cajitas que alojaba los dulces, estancándose en una de tantas que resguardaba varias galletas con un centro rojo vibrante y jugoso que incitaba a devorarlas—. Aunque la receta de las galletas es nueva, la vimos ayer en clase y no sé si te gusten

No tuvieron que pedirle probarlas cuando tomo una y la llevo a su boca; el dulce común de la vainilla empañó su paladar, para luego explotar en dulzor con el natural sabor de la fresa que tanto amaba, dejándolo completamente fascinado.

—¡Esto sabe delicioso!, ¡Jamás había probado algo así! —chilló con la boca aún llena y con sus manos tomando otras dos, no le importaba verse maleducado o hambriento, estaba encantado con el talento de Jungkook y no lo desaprovecharía—. Tu carrera es increíble, debes quedar lleno de tanto probar comida.

Jungkook rio bajo, negando con ternura ante la imagen de su novio con las mejillas llenas de comida y las comisuras de sus labios envueltas en migajas.

Nunca lo había visto siendo tan encantador, o alabando su trabajo más de la cuenta. Se sentía demasiado bien.

—Mis clases no se centran solo en cocinar, también debemos entender de negocios, finanzas y no es lindo cuando un platillo no queda bien —quiso aclarar, más que todo, para distraerse, conversando antes de que Taesun lo notara viéndolo demasiado y se aprovechará de eso.

No quería acabar con la magia de ese día por sus inseguridades y miedos que no se veía capaz de decir.

—Buen punto. Conmigo creen que solo debo hacer casitas en miniatura —Taehyung se encogió de hombros, analizando que otro postre probar, no notando la postura rígida e incómoda que adoptó el menor.

Por suerte, Jungkook logro recomponerse al notar que su pareja no tenía intenciones más allá de devorar lo que había traído para su pícnic.

—¿Qué no es eso lo único que hacen? —sonrió burlón, ganándose la atención de un Tae sucio de tarta de frutos rojos.

—¡Oye, no seas cruel, cocinerito! —su queja consiguió robarle una carcajada.

Amando la acción del azabache, lo empujó suave, fingiendo indignación, intensificando las risas de este, que se empujó de cuerpo completo a él, olvidando su pánico y terminando por caer en el pecho del mayor que, al no premeditar la acción, cayó en la manta puesta para evitar incomodarse por el pasto.

Taehyung lo envolvió en un abrazo por los hombros, dejando que el chico cruzara sus brazos entre ambos pechos, siguiendo las risas hasta que se fueron esfumando de a poco entre el viento.

—Creí que te perdería... —murmuró Jungkook segundos después de que el silencio se adueñara de la escena.

Taehyung tragó grueso al no saber qué decir. Su tórax pareció quebrarse a pesar de seguir intacto. En un intento de distracción, tomó una servilleta abandonada entre el mantel y limpió su rostro, siendo ayudado segundos después por el contrario y volviendo a la posición anterior aun sin saber qué responder. 

—Taesun...

—Tae, recuérdalo, solo Tae —le pidió, odiaba escuchar ese nombre de los labios del menor.

El dulce que antes bañaba su interior por los postres de Jungkook pareció agriarse con demasiada rapidez ante el recordatorio de que el chico no tenía ni idea de quién era y seguía creyendo que estaba con el animal que le daba migajas de atención en busca de beneficio propio.

Taehyung estaba seguro de no arrepentirse de nada; con ese tiempo hablando por mensajes, escuchando su voz en llamadas y ahora estando a su lado disfrutando de su presencia, sabía que asumirá cada consecuencia por tenerlo a su lado, así fuera fingir ser alguien más por el tiempo suficiente hasta que lograra decirle la verdad. Pero, aun con eso claro, sabía que debía ser realista.

Nunca sería capaz de dejar a Jungkook como lo hizo Taesun, sin embargo, quizás después de un tiempo todo terminaría; tal vez antes de que Jungkook supiera la verdad se cansaría de él y lo lanzaría lejos o no se entenderían y se separarían por mutuo acuerdo, tal vez lo harían cuando Jungkook supiera todo. Lo más probable es que llegaría a un final, como cualquier otra relación, por lo que deseaba que Jungkook no se atara a él, mucho menos a la imagen que tenía de su novio. Esperaba por lo menos tener una relación sana, dentro de lo que cabe, mientras dure.

Lo único que sabía con certeza en ese instante era que quería intentar darle su corazón a Jungkook. Aunque primero debía remediar los errores ajenos, antes de que se transformaran un trauma irreparable o arruinaran lo que apenas comenzaba.

—Kook... Yo no he sido un buen novio contigo —aseguró Taehyung, decidido, acariciando uno de sus mechones oscuros con la punta de sus dedos. 

—¿Qué?, ¿Q-que quieres decir con eso? —Jungkook se tensó entre sus brazos, viéndolo asustado.

Era a ese tipo de cosas a las que se refería, puede que no lleven hablando demasiado tiempo, sin embargo, ha logrado notar la ansiedad que carcome a Jungkook cuando él dice algo que parece negativo o poco agradable.

A este paso tendría que pedirle a su madre vivir en un apartamento aparte para no cometer homicidio en primer grado.

—Tranquilo, no te diré nada malo —llevó su palma a acariciar por completo el cabello de este en un intento por relajarlo, consiguiéndolo casi al instante—. Soy tu primera pareja y me comporté como un inmaduro, no atendí a tus sentimientos e ignoraba que te afectaban las estupideces que decía y hacía. Ni siquiera entiendo cómo sigues aquí, no deberías perdonar esas cosas, menos a mí.

—Pero, Tae... —Jungkook quiso quejarse, no obstante, fue callado por los dedos del contrario, quien acarició sus labios por un par de segundos.

—Fui un cretino. De alguna manera te traté como si fueras igual a los idiotas que estuvieron en mi pasado —no eran sus pecados, pero debía disculparse. Jungkook merecía incluso más que eso para poder seguir y para poder empezar de nuevo con él, con Taehyung, así creyera que eran la misma persona—. Y sé que esto que digo puede doler y entenderé si te enojas conmigo o no quieres seguir con esto, pero debo decirlo si quiero tu perdón.

Jungkook tragó grueso, sentándose en busca de una posición más cómoda para procesar el tema, atento a lo que le diría a continuación. El moreno repitió su acción. 

—Este mes que iniciamos, no estaba seguro de nada, no sabía lo que quería y eso te estaba lastimando. No mereces estar ahogándote en ansiedad por un inmaduro como yo —Taehyung desvió su mirada, evitando ver el ceño fruncido del menor al tener el deseo de dejar la conversación incómoda solo por no causarle malestar, y siguió—. No te merezco, y deberías dejarme por cretino.

—¡¿Qué?! —chilló Jungkook, amagando con levantarse alterado, de no ser porque Taehyung lo tomó de los hombros, reteniéndolo, y llevando sus manos a sus mejillas.

—Pero, si no lo haces, te prometo que seré completamente diferente —el menor parecía un gatito maltratado y asustado, viéndolo con ojos grandes a espera de que por fin terminará de hablar—. No seré el animal que tenías por novio hace un mes. En los días que cuidaste de mí entendí que quería intentar ser feliz contigo y quiero demostrarte que no soy ese de antes.

—Sé que no lo eres, has cambiado demasiado.

—Quiero cambiar por completo —besando la punta de su nariz, lo observó con atención—. No te puedo dar la garantía de que vamos a funcionar, pero me gustaría que iniciáramos de cero.

Podían no terminar amándose, quizás todo se trataba del calor del momento, la intensidad de la conexión inmediata que podía irse tan rápido como llegó, sin embargo, lo último que quería era dañar a alguien que le había regalado una experiencia nueva y tan llena de vida.

Estar a su lado sería significativo y un recuerdo lindo, así durará un par de semanas o media vida. Se encargaría de que fuera así. Tenía que compensarle de alguna manera esa nueva perspectiva de la vida que le había regalado.

—¿Cómo haremos eso? —Kook lo miró incrédulo y divertido.

—Olvidemos todo lo que pasó en nuestro primer mes, que no fueron cosas buenas ni sanas para ninguno, ¿O me equivoco? —La mirada de este calló a sus manos, negando con algo de timidez—. Finjamos que empezamos de nuevo desde el día que llegaste a mi casa, ¿estás de acuerdo con eso?

—¿P-prometes no volver a ser como antes? —Taehyung sonrió amplió al conseguir que Jungkook admitiera no querer volver a tener al mismo Taesun de regreso.

Ya era un gran paso.

—Ya no existe el idiota Taesun que no sabe lo que quiere, ahora solo está Tae el que quiere intentarlo y hacer las cosas bien, así que nada de eso se repetirá de nuevo.

—Bien, empecemos de nuevo, Tae~

No necesitaron más palabras, Taehyung se lanzó a sus labios, notando hasta entonces lo mucho que había querido volver a tener contacto con esos acolchados belfos. Tan suaves, humectados, con un tenue sabor a frutas; empezaba a creer que podía hacerse adicto a la sensación de besar a un chico, a ese chico.

—Deberíamos empezar poniéndonos apodos —mencionó Taehyung al separarse del contacto, consiguiendo una mirada incrédula de su, ahora, novio... Seguía sintiéndose raro pensarlo así, pero no era para nada incómodo—. Ya sabes, de esos apodos tontos que se ponen las parejas. 

—¿Tienes algo en mente?

No, no lo tenía. Se le ocurrió de repente al tener el pensamiento de querer volver con el ambiente romántico y cursi que tenían minutos antes.

Lo pensó por varios segundos, revisando su entorno, encontrando solo dulzura por cada lado donde Jungkook se rodeaba; todo el lugar gritaba ternura, desde la vestimenta que este traía de jeans oversize claros con camisa de tono celeste envuelta por un chaleco ancho de lana blanca, hasta la manta y la vajilla de colores lila que realzan el brillo auténtico que de por sí Jungkook suele tener.

Bello, sin duda bello, y dulce, muy dulce.

—¿Qué tal...? ¿"Honey"? —Jungkook no pudo evitar reír al escucharlo, tomando uno de sus postrecitos y llevándoselo a la boca para así apaciguar su reacción—. Ya sé que suena vergonzoso y tonto, pero las parejas hacen el ridículo por naturaleza, nosotros no podemos ser la excepción.

—Me gusta —asintió luego de tragar, acercándose a besar su mejilla—. Me gustas, Honey.

La repentina acción dejó a Taehyung como las cerezas que adornan los panecillos de Jungkook. No esperaba tal respuesta, pero logró reponerse rápido y repetir la acción, con la diferencia de que su beso fue sonoro y juguetón.

—A mí también me gustas, Honey.

Buenoooo, volví, perdón mi desaparición, días difíciles en la labor de estudiante, de hermana, hija, persona, de ser que respira y subiste. Pero en fin, no importa. Aquí les traigo el nuevo cap, espero les guste 😭😭

Cada que subo cap me pongo nerviosa de que de pronto no les guste o no sea lo que esperan jajajajaja 🤧🤧

No tengo mucho por decir, más que está historia tiene más cositas de las que aparenta así que le pido a todo lo existente por saberlo abordar y que sea del agrado de todos 🥺 no les prometo actualizar rápido por cuestiones de tiempo pero si que me esforzaré por traerles caps de calidad.

Sin más que decir, nos vemos luego 💓 cuídense muchoooo 🫂💕

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