One
La lluvia empezaba a caer en el tranquilo pueblo de Eodum, las luces de los postes alumbraban las calles y también a los pocos habitantes que se encontraban fuera de sus hogares. El reloj marcaba cerca de medianoche y el silencio ya se iba a apoderando del lugar.
Sin embargo, unos gritos desgarradores irrumpieron la paz de un sueño tranquilo, provenientes de la zona restringida del pueblo, una zona donde no estaba permitido ingresar, ya que antes era una fábrica de metalurgia y quedó completamente abandonada luego de un desastre, al regarse en uno de los toneles, reactivos nocivos, ocasionando una desastrosa explosión.
Por eso, casi toda la hectárea de terreno que comprendía lo que un día fue la fábrica, estaba cerrada con alambres de púas y los letreros de peligro, se encontraba cada diez metros.
Otro grito hizo estremecer a los habitantes, y ellos no podían diferenciar si el grito era de un hombre o una mujer, pero si sabían que eran desesperantes hasta que, nuevamente el silencio reinó. Con miedo algunos curiosos sacaron las cabezas por sus ventanas y otras se acercaron a la calle, para ver si desde ahí, se podría observar algo.
Las sirenas de las patrullas de la policía, se escuchaban más cerca, salpicando la carretera con el agua que ya se estaba empozando. La oscuridad de la zona restringida se vio iluminada hasta donde podía ingresar con las patrullas, dejando las luces a máxima intensidad de las patrullas.
Con unas linternas medianas se adentraron más a la zona, encontrando letreros de peligro y prohibido entrar. Hallaron una entrada en la cerca e ingresaron por ahí. Eran cuatro policías y harían parejas de dos para facilitar la búsqueda, aunque la lluvia no ayudaba mucho. Hoseok quedó con JiSung y SeokJin con MinHo.
Caminaron por los alrededores de la fábrica, hasta que encontraron el camino de carretera que conducía a las ruinas de la fábrica. El primer grupo se dirigió a una ambulancia deteriorada y oxidada, que quizás, en ese entonces se encontraba ayudando a las personas heridas cuando el desastre en la fábrica ocurrió. Se acercaron con cautela, con su mano izquierda sosteniendo la linterna y en la derecha, el arma por sí acaso salía algún maleante o el causante de esos gritos. Tenían que estar alertas.
El segundo grupo, entró a una de las bodegas de la fábrica, revisando con cuidado, por si ocurría un movimiento extraño o la presencia de alguna persona. Encontraron las cenizas de varios objetos que no se distinguían que habían sido originalmente, junto con metales carbonizados ya convertidas en chatarra.
Hoseok y JiSung no lograban identificar que tipo de ambulancia era porque una gruesa capa de óxido cubría el metal. Jung miró la parte delantera, pero no encontró nada, mientras su colega intentaba ingresar por la puerta trasera.
JiSung pateó con fuerza la puerta de la ambulancia varias veces, pero esta no parecía querer abrirse, ya que estaba como trabada o asegurada por dentro, difícil de definir. Pero luego de varias patadas más —por parte de los dos policías—, por fin se abrió, dejando helados al observar el cuerpo de un joven desparramado en el frío metal de la ambulancia.
No había camilla, ni los instrumentos de primeros auxilios que debían de encontrarse ahí. Por dentro también el óxido había hecho de las suyas más una capa gruesa de mugre. Que ahora se había colado en la ropa del joven inconsciente.
Hoseok avisó al otro grupo de policías a través de la radio y luego, a los paramédicos. Ya que al sentir el pulso del joven se percataron que aún seguía con vida y por último, pero no menos importante, el detective. Resguardaron la zona y evitaron tocar o alterar el lugar de los hechos, pero como si la naturaleza no los quisiera ahí, una torrencial lluvia empezó a caer, empapándolos por completo.
En pocos minutos las luces y sirena de la ambulancia llegó, adentrándose al lugar con mucho cuidado, revisando al hombre. Constataron que ya no tenía signos vitales y era nada más y nada menos que el joven cantante promesa del pueblo, Jeon Jungkook. El médico legista, criminalística y personal forense fueron llamados para poder realizar el levantamiento del cuerpo.
El detective llegó cuando los paramédicos se marchaban y la policía seguía resguardando la zona. Hoseok y SeokJin estaba en las patrullas para indicar por donde ingresar. Taehyung caminó con la cabeza bien erguida y los hombros más rectos posibles cubiertos por una capa negra que se ajustaba a su espalda, mirando por encima de su hombro a los policías que ya estaban esperando.
—¡El señorito no quería que lo vayan a levantar de la cama y lo traigan marcado!
Ese era Hoseok, un policía con más de diez años en el área, con un genio terrible y más si se trataba del detective Kim.
—Cállate, que así haya venido pronto, tienen que seguir esperando para levantar el cuerpo. Idiota —murmuró lo último con fastidio Taehyung.
—Ya deja de estar discutiendo Kim y empieza tu trabajo —interrumpió SeokJin, compañero y amigo de Hoseok.
Con los dientes apretados, Taehyung caminó más rápido, siendo acompañado por SeokJin hasta llegar a la escena del crimen. Criminalística llegó un minuto después y el simplemente no podía tocar o cambiar de lugar las pistas. Con sus implementos empezó a recolectar pistas, pero la lluvia ya había borrado quizás la mayoría de ellas.
La lluvia no amainaba y parecía como si una tormenta eléctrica los quería visitar. Nada prudente para ese momento. Analizó la posición del cuerpo y anotó en su libreta mientras estaba dentro de la ambulancia.
No habían pisadas cerca ya que todo era de hormigón y asfalto. Solo la entrada desde los alambres hasta la fábrica, pero tendrían que revisar el día siguiente con calma y rogar, no haber alterado nada.
Minutos después, el médico legista llegó y procedió a realizar el levantamiento del cuerpo, siendo trasladado al centro forense para la respectiva autopsia y constatar el origen de su muerte.
MinHo junto a JiSung se marcharon primero, ya que tenían que patrullar el pueblo y sus alrededores, quedando Jung junto a SeokJin, esperando poner el resto de señalización de prohibido ingresar cuando todos se hayan marchado.
Se encontraban empapados hasta los calzones y Taehyung se apresuró a la salida de la zona, quizás al día siguiente podía regresar y revisar bien el área, con la luz natural, todo era posible.
—Ya machotes —dijo el detective a los policías que conversaban —. Pueden ir a seguir su chisme en la patrulla, hay gente que si debe trabajar e ir a descansar —el comentario mordaz iba dirigido a Hoseok, con quien tenía pequeñas rencillas insignificantes desde la juventud, que se habían incrementado con el tiempo.
—¿No querrá también la señorita que la dejemos en su casa? —soltó con el mismo veneno que Taehyung.
—Hoseok… —la voz serena de SeokJin intentaba calmar a su colega, pero ocasionó que el detective se enojara mucho más.
—No gracias, no quisiera ver como se dan besos y eso… —frunció la nariz y torció los ojos para salir primero y dejando al par de policías atrás.
—Es que… si lo hubiera tenido más cerca lo estrangulaba por idiota —refunfuñó Hoseok.
—Basta, no vas a ahorcar a nadie y te vas a calmar, que debemos llevar al detective a su casa.
Con una sonrisa de satisfacción, Taehyung se bajó de la patrulla cuando estacionaron fuera de su hogar, para poder descansar, pero antes de eso, tendría mucho cuidado con las notas y pistas encontradas.
Esperaba que criminalística no fuera un grano en el culo y lo dejasen trabajar.
—Descanse detective —SeokJin se despidió.
SeokJin no entendía bien por qué la relación de su compañero con el detective era mala, si el sabía que Hoseok era muy considerado y buen amigo, desde el primer momento que lo conoció.
—Déjame en la comisaría, necesito tomar café y cambiarme de ropa —Hoseok habló cuando ya se alejaban de la casa de Taehyung —. Siento como si me hubiera meado y todo en mi ropa interior.
SeokJin rió, no era el momento de reírse justo cuando un joven lleno de vida y un futuro por delante, había sido asesinado.
—Ten una buena guardia que hoy yo iré a descansar en mi cama abrigada —SeokJin le guiñó el ojo.
—Discansir in mi cimi abrigidi —Hoseok repitió con fastidio fingido —. Lárgate que aún llevo la rabia de la presencia de ese detective.
—¡Entonces vuelo! —SeokJin condujo a su casa despidiéndose con la mano.
•••
La guardia en la estación de policía fue agotadora. Hoseok esa noche le tocó continuar su turno junto con Félix, que se había quedado en oficina por si ocurría alguna novedad.
Cómo en ese preciso momento, que Hoseok se estaba preparando una taza de café —mejor dicho, en un vaso de plástico —para poder resistir la noche, cuando dos personas aparecieron en la comisaría. Completamente mojadas por la lluvia.
Una de ellas era Park Jimin —estilista del pueblo y joven reservado—, siendo ayudado a caminar por SeungMin, el joven hijo del panadero.
—Yo-yo-yo lo encon-con-contre vagando por mi-mi casa —SeungMin dijo asustado, por eso tartamudeaba —. Tiene rastros de sangre —explicó.
Jimin estaba como ido, como si estuviera drogado o algo parecido. A simple vista, las manchas de sangre en la camiseta suelta estaban esparcidas por toda la zona del abdomen.
—Me asusté —dijo el joven mucho más calmado y nervioso —. Creí que debí traerlo aquí por lo que se escuchó hace un rato.
Hoseok revisó a Jimin. Sus pupilas dilatadas y desenfocadas le decían que no estaba en todos sus sentidos. Tenía unos cuantos rasguños en el cuello, varias golpes en su cuerpo, aparte de su nariz rota.
Tomaron la versión de SeungMin para después dejarlo ir a casa. Estaba a unas cuantas calles de ahí y no era peligroso. O eso se creía. Jimin se durmió en la silla, con su cabeza colgando y en una posición incómoda, hasta el día siguiente.
A primeras horas del día dejaron ir a Jimin, no sin antes preguntarle varias cosas y luego de realizarle unos análisis, todos eran sospechosos hasta el momento.
El color rubio clarísimo de Jimin, indicaba que recientemente se había hecho el tinturado, ya que sus raíces seguían del mismo tono parejo que en el resto del cabello.
Respondió que no se acordaba de nada, que estaba cerrando su local para ir a casa, cuando despertó ahí.
Cuando se fue, llegó un joven moreno y alto, en pijamas y con un semblante de haberse levantado recién.
—¡Mi amigo! ¡Me enteré que encontraron ayer a Jungkook! —dijo agitado —. Donde puedo…
Hoseok supo de inmediato de quien estaba hablando.
—Están investigando. Aún no hay responsable y hoy en la mañana se le realizaran los exámenes para determinar el motivo de su muerte.
—¡Muerto! ¡No, no, no! —negó alterado —. No puede ser cierto.
—¿Usted se llama…? —preguntó anotando en una libreta.
—Kim Namjoon, mejor amigo de Jungkook.
—Lo lamento tanto —de verdad lo sentía —. Pero sería importante si puede comunicarle a su familia.
—No tiene, es huérfano —señaló con tristeza.
Luego JiSung estaba charlando con Namjoon mientras Hoseok pasaba el informe a criminalística por la presencia de Jimin. Cualquier actitud sospechosa podía ser tomada como autores del suceso o cómplices. Nada estaba dicho.
Y ahora tenían a Namjoon que era el mejor amigo, sus declaraciones de donde se encontraban eran muy sospechosas. Hicieron calmar y sentarse a Namjoon, para ellos poder conversar alejados sin que los escuche.
—Lo mejor sería hacerle unas preguntas y dejarlo ir, es su mejor amigo y puede saber dónde estuvo Jungkook.
Unos minutos más tarde, Namjoon se marchaba de la comisaría para ir a agilitar los papeles de defunción de su amigo. Con el dolor en el alma tenía que hacerlo, no tenía a nadie más.
•••
Taehyung se levantó con un terrible dolor del cuerpo, su reloj marcaba las siete y con mucha dificultad se puso en pie. tenía que ir a la escena del crimen. Las pocas pistas que había encontrado las daría al laboratorio, donde de seguro coincidirán con lo de criminalística.
Llegó media hora después a la estación de policía, para obtener un permiso y poder ingresar a la escena. Porque desde el momento en que la policía acordonó el lugar, se prohibía el ingreso sin un permiso previamente verificado y ordenado. Para su suerte, Hoseok no se encontraba y SeokJin le dijo que tenía que esperar una hora, porque tenía que llegar el capitán para que firme el documento.
Taehyung bufó y salió de ahí diciendo que regresaría a la hora acordada y si no había alguien que lo acompañara, el iría solo, así tendría que ir contra la ley.
•••
En el centro forense se llevaba a cabo la autopsia del joven Jeon Jungkook y esclarecemiento de las causas de su muerte.
No resultó muy difícil al verle las marcas en su cuello, estrangulamiento con una cable. No tenía contusiones fuertes, pero si un pequeño hematoma ya visible en su brazo derecho. Los brazos y piernas se sentían suaves en ciertas zonas y suponían que se trataba de golpes que recibió a la hora de su muerte. Revisaron de manera detallada, encontrando tierra en sus uñas cortas y unas que otras romas, de seguro por intentar defenderse o salir de ahí.
Pero tenían la sospechas que lo habían matado de otra manera, al revisarle que su cuerpo no tenía la sangre coagulada como cuando ocurría con ahorcamiento. Su corazón estaba un poco más grande de lo normal y todos sus órganos en buen estado, como si estaban descansado, porque no lucían como las menudencias de los animales luego de morir. Sus órganos parecían que funcionaban sin moverse y eso causó mucha curiosidad en los forenses.
Al revisarle de manera más minuciosa el cuerpo de Jungkook, encontraron unos pequeñísimos orificios en la parte trasera de su cuello, por el nacimiento de la columna vertebral, que era cobijado por sus hebras negras.
Tomaron una muestra de esa zona, ya que estaba supurando aún estando sin vida y eso los extrañó mucho. Los análisis demorarían un poco, junto con la investigación de la escena de los hechos, pero aún no tenían un punto de partida para iniciar con algún sospechoso.
•••
Taehyung regresó a la estación y SeokJin lo acompañó, luego de que otros compañeros llegaron y tomaron su puesto. Los policías del pueblo eran alrededor de unos cincuenta, no necesitaban tanto personal para la reducida cantidad de habitantes, sin embargo por el extenso territorio del pueblo, era indispensable.
No demoró el viaje de ida y fue lo suficientemente educado con el policía, evitando de decir comentarios mordaz sobre Hoseok. Pero falló al regreso.
—¿Y tú novio?
—¿Novio?
—Si, el otro policía que vive pegado como garrapata tras de ti.
—Hoseok no es mi novio, tengo prometida —respondió —. Y no estoy mintiendo. Ella vive en otra ciudad y cuando se gradué yo pediré mi pase.
Taehyung no le creyó. Lo que le dijo fue para evitar que siga diciendo comentarios en contra de su colega.
—Entonces dices que Hoseok no es lo suficientemente bueno y por eso le hallaste reemplazo rápido. Me lo suponía, el amor que te profanó se lo llevó el viento —dijo con sorna.
—¿Amor? ¿Estás en drogas? —respondió burlón.
—Me das pena, menospreciando lo que siente tu amigo por ti —soltó mordaz.
—Si fuese verdad, ¿quisieras estar en mi lugar? No seas tan cerrado y se honesto contigo —SeokJin se atrevió a decir y observó la expresión del detective cambiar.
—Mi vida privada no le incumbe, policía —escupió Taehyung.
—Así como usted no le incumbe la mía —finalizó la absurda discusión que estaba armando Taehyung.
Taehyung no respondió porque no era gratificante seguir peleando con SeokJin, era muy diferente a discutir con Hoseok.
—Creo que nadie le comentó que el día de ayer apareció el estilista Park con posibles indicios de estar drogado. No estaba consciente y deambulaba por la casa de SeungMin. También en la mañana llegó el mejor amigo del joven Jeon.
—¿Y por qué recién me entero? —lo miró desconcertado —. ¿Acaso me están ocultado información?
—Lo ibas a saber cuando llegaras a criminalística, ya les pasamos el informe —respondió estacionándose en un semáforo —. ¿Dónde lo dejo?
—Dónde los idiotas de criminalística —gruñó.
•••
Namjoon se hizo cargo de los papeleos y esperaba que el cuerpo de su amigo fuera entregado pronto. Los habitantes estaban tan consternados por la terrible pérdida de un joven tranquilo y bueno.
Así que con todo en regla, al final de la mañana, Namjoon por fin podría velar a su amigo, ya hasta había contactado con una funeraria.
Los forenses ingresaron a la sala donde Jungkook permanecía tapado una parte de su cuerpo con una sábana luego de la necropsia. Lo notaron un poco diferente a como llegó, como si su piel estuviera resplandeciendo y su cabello brillando, su rostro se mostraba impecable, como si fuera un muñeco vivo de porcelana.
El cabello negro que le caía hasta la altura de su cuello, se veía sedosamente peinado, como si estuviera soltando destellos. Desconcertados, le tomaron el pulso y rectificaron que no tenía vida, así que llevaron la camilla para dejarlo en otro salón y que la funeraria se encargara de vestirlo.
Ellos también se encontraban apenados por irremediable perdida, por sus aspecto no dudaban que tenía alrededor de unos veinte, hasta menos y lo confirmaron, al ver sus datos. Era un joven con oportunidades perdidas.
Salieron de la sala sintiendo la tristeza del ambiente, no siempre pasaba eso ya que era parte de su trabajo y estaban acostumbrados. Sin embargo, la pérdida de personas jóvenes, les dejaba un mal sabor de boca y en este caso, más al saber la manera de su muerte.
Un ruido llamó su atención, pero en algunos casos sucedía que eran las energías de los muertos que ocasionaban aquello. Así que sin darle importancia, regresaron su rostro donde estaba la camilla con el cuerpo de Jungkook siendo cubierto por una sábana, pero para su grande sorpresa, este se encontraba sentado.
¡Qué demonios!
El grito que pegaron cuando el muerto giró su rostro y los vio, se escuchó en todo el centro forense, ya que no había nada de lozanía y resplandor que observaron minutos antes. Era todo lo contrario, rostro deformado y con las partes que conformaban la cara —ojos, nariz y boca—, en lugares un poco diferentes o chuecas, ojos completamente blancos, sin pupila, la piel tan escamosa y asquerosa que parecía que se caía en pedazos.
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