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Extra 1

4/4/2002

El pequeño cuerpo de aquella niña de cabellos negros, se ocultaba dentro del gran armario que adornaba la oficina de su padre, sus manitos se posaban cada cierto tiempo sobre sus menudos labios, tratando de callar las malévolas risitas que salían del fondo de su garganta, mientras esperaba pacientemente a que aquel niño de cabellos castaños la encontrase.

Los pasos de varias personas acercándose hacia su posición la alertaron, temiendo que su progenitor hubiese llegado más temprano de lo normal de su trabajo.

El chirrido de la puerta siendo abierta disparó todas sus alertas, pegándose más a la pared a sus espaldas y observar por el pequeño espacio abierto de las dos puertas a su padre junto a dos hombres, los cuales reían de algún chiste o comentario de su progenitor.

— ¿Entonces se mantendrá la fecha? — la incógnita del padre de Yoongi llega a oídos de la menor.

— Esta misma noche, y por fin, seremos más que ricos — el tono empleado por su padre la había desubicado, escuchando el latir de su corazón ante el miedo que comenzaba a crecer en ella — Hoy será nuestra cacería, pintaremos de sangre nuestras calles mientras varias cabezas ruedan loma abajo.

El chillido de la niña fue escuchado por los mayores, quienes asustados corrieron directo al sonido, encontrándose con la pequeña bolita que reposaba en un rincón del closet, siendo sacada por los temblorosos brazos de su padre.

— ¿Eun Ji? ¿Cuánto llevas ahí dentro? — el llanto de la infante era lo único escuchado por aquellos tres hombres, de los cuales dos estaban preocupados y uno enojado — ¿Mi princesa?

— ¡Te odio! — gritó saliendo de aquellos fuertes brazos y correr lejos de la oficina, encerrándose en su habitación y ser asustada por la espalda.

— Ji, es muy aburrido jugar contigo, te escondes en lugares que nunca lograré adivinar — murmuró entre lamentos el menor, deteniendo sus palabras ante el llanto de su amiga — ¿Ji?

Las pálidas manos de aquel niño se posaron en las mejillas de la chica, acariciando las mismas varias veces con sus pulgares y besar la frente de la contraria.

— Vengo ahora — susurró al tener sus frentes una contra otra e ignorando las negativas de su amiga, salió en dirección en busca de su padre y amigos, quienes él consideraba de la familia.

— Debemos matarla — su puño se detuvo en segundos al escuchar la voz de su padre, entre abriendo la puerta con extremo cuidado y observar el panorama — Sé que es tu hija, pero aún así nos podría delatar delante de toda la familia, es una amenaza en estos momentos.

El estruendo de un objeto siendo lanzado lo hizo sobresaltar en su lugar, intentando comprender las palabras empleadas por sus mayores.

— ¡No mataré a mi propia sangre! ¡Es una niña! — sus menudos ojos se abrieron ante la sorpresa de aquellas oraciones, retrocediendo entre el miedo y la decepción hacia su padre, y correr devuelta junto a Ji,  siendo las palabras de aquel hombre al que consideraba padre, lo último que escucharía.

— Si no lo haces tú, lo haré yo...

                            [•••]
8/4/2002

— ¿Iremos hoy a ver a Ji? — los tres almorzaban en silencio, hasta que este fue roto por el más pequeño, llevándose el silencio de su madre y un regaño de su padre.

— Hoy estaremos ocupados, y tú debes de estudiar — las palabras de su padre eran duras y aquel pequeño entendía lo que estas escondían detrás.

Enojado dejó a un lado la comida y corrió hacia su habitación, ignorando los gritos de su padre y madre. Colocándole el seguro a la puerta y tomar entre sus manos el dibujo que hacía unos días había realizado junto a EunJi, dejando caer aquellas traviesas lágrimas ante el miedo de perderla luego de enterarse del accidente que la pequeña había sufrido y aunque todos no tenían ningún sospechoso en mente, aquel pequeño sabía quien había sido el causante de tal incidente y más claro lo tenía aquella infante que ahora se hallaba en coma.

— ¿Hijo? Tu padre fue a trabajar — una pausa se escuchó seguido de un suspiro — ¿Quieres venir conmigo al hospital?

El pequeño que antes se rehusaba a responder, saltó de su lugar corriendo hacia la puerta y abrirla con rapidez, abrazando con fuerza a su madre y asentir con euforia.

La sonrisa de la mayor se ensanchó, agarrando la menuda mano de su hijo con la de ella y tomar camino fuera de aquella casa la cual poco a poco se adentraba al infierno.

                             [•••]
8/4/2002

Su cuerpo no se separaba de al lado de la infante, teniendo entre sus manos la de Eun Ji y besarlas a cada segundo que pasaba, ignorando cada palabra de los mayores en la habitación.

— Sé que puedes escucharme y sé perfectamente que fue papá el causante — susurró cerca del rostro de su querida amiga, evitando ser escuchado por los adultos — Enfrentaré a papá por ti.

Y con aquella mirada decidida, se había hecho la promesa de proteger a Eun Ji de cualquier peligro que enfrentase, pero, ¿cómo la protegería de sí mismo?

                            [•••]

12/4/2002

— ¿Por qué te enoja tanto escuchar el nombre de Eun Ji? ¡No te entiendo! — su menudo cuerpo se escondía en los escalones, observando entre temblores la pelea de sus padres.

— ¡Porque fui yo el causante de su estado! — las gruesas manos de su padre se apretaron en las mejillas de la mujer que ahora no hallaba la manera de responder — ¡Esa niña debería de haber muerto y no en un maldito estado de coma!

Sus lágrimas se deslizaron por sus pequeños ojos, limpiando las mismas con su mano y correr la mirada ante la bofetada que su madre le había propinado al que consideraba padre.

— Dime que esto es una broma cariño — murmuró entre llantos acercando su rostro al de su marido — ¡Dímelo!

Su cuerpo fue empujado, impactando con la pared de su hogar y detallar aquellos inocentes ojos que los observaban.

— ¿Cariño? — habló entre sollozos la mujer, acercándose al cuerpo de su hijo y verlo negar, agarrando entre sus pequeñas manos su mochila y correr fuera de casa ignorando los gritos de su desperada madre.

Pero su cuerpo retrocedió al impactar con el torso de un hombre, levantando su mirada hasta toparla con la sombría sonrisa del padre de Eun Ji.

— Hora de irse pequeño — murmuró con aquella voz gruesa que lo caracterizaba — Es hora de que los adultos hablen.

Y con aquella voz en mente, huyó lejos de casa con una esperanza de que nada ocurriese dentro de aquellas paredes.

Pero aquella fría mirada le había dicho lo contrario.

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Bien, esto es como una introducción al porque ocurre la muerte de el padre de Yoongi, y finalizando con lo que pasó antes del capítulo "Escaleras al infierno" que es donde Yoongi encuentra a su padre muerto y a su madre llorando.

Puede que haga un capítulo entre lo que sucedió dentro de aquellas paredes, nada seguro. Perdón si esperaban algo más largo :/

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