Un mes había transcurrido desde su estadía en aquella casa, un mes en donde no había tenido contacto alguno con sus padres, y en estos instantes, eran sus nervios mayores al no ser recibida por la voz de su madre a través de la llamada, dejando atrás los timbrazos y tomar camino hacia su abuela.

— ¿Lograste hablar con ellos? — negó colocándose a su lado y prestar atención a sus acciones.

— ¿Puedo ayudarte?

Se llevó una afirmativa a su pregunta, llenando el pequeño espacio de sonrisas junto a risas sin prestar atención a las figuras masculinas a sus espaldas.

— ¿Se divierten? — ambos cuerpos se sobresaltaron ante la voz, observando al cuerpo de su abuelo acercarse a ambas y dejar un dulce beso en los labios de la mayor.

— ¿Es lindo, no? — sus marrones ojos se posaron en el pelirrojo a su lado — Que se amen con la misma intensidad de cuando jóvenes — y ella no podía de estar más de acuerdo con él.

— Tienes razón — murmuró prestando atención a las manos del hombre — ¿Qué le ocurrió a tus manos?

Ambos ojos se encontraron entre sí y los labios contrarios sólo pudieron dejar ir una pregunta.

— ¿Cómo te diste cuenta? — la joven sonrió para sí misma.

— Soy muy observadora y presto atención a los mínimos detalles.

— ¿Debería de asustarme?

— ¿Tienes algo que esconderme? — el hombre negó confundido ante la rapidez con la que Eun Ji había dado respuesta — Entonces no debes de preocuparte.

—  Fue un pequeño accidente en el trabajo, nada más — su rostro se había desviado al decir aquello, causando curiosidad en la joven.

— ¿Dónde trabajas?

— Cerca del pueblo en una pequeña tienda — soltó ocasionando una risita en la chica a su lado y observarla serio — ¿Qué te causa gracia?

Pero la menor no quería confesar que sabía que era mentira aquella supuesta profesión.

— ¿Piensas que me burlo por tu trabajo? — el pelirrojo alzó sus cejas mientras cruzaba sus brazos.

— No sé, dímelo tú — comentó acercándose a su cuerpo — Tus acciones demuestran lo contrario a tus palabras.

— Hoseok,  sé que mentiste, pero tranquilo, no haré que me digas la verdad — dejó ir una sonrisa para preparar los vegetales que descansaban en la meceta — Te mencioné que me fijo demasiado en los mínimos detalles y tu solo te delatas — explicó al ver la sorpresa en el chico y reír.

— Me sorprendes Eun Ji, ¿acaso eres asesina también? — y todos sus movimientos se detuvieron.

¿Asesina?

No escuchaba aquella palabra desde se estadía con sus abuelos y de sólo recordar que debería de volver a enfrentarse a esa historia de su vida, le aterraba.

— ¿Te encuentras bien? — la pelinegra asintió, limpiando sus manos y correr hacia su habitación, siendo perseguida por un pelirrojo que continuaba preguntando por su estado.

Sus abuelos habían comprendido su repentina actitud, pero aquel joven no estaba enterado y no sabía lo que había provocado sus palabras.

Ambos cuerpos corrían hacia la habitación de la chica, sumándole a su frustración un poco de ira dirigida al joven que no comprendía nada.

— ¿Era necesario que me siguieras hasta aquí? — su cuerpo se giró hacia el de él, encontrándose con una mirada vacía haciéndola retroceder — En serio, no me ocurre nada.

— ¡Claro que sí! ¡De un momento a otro tu sonrisa se pierda, dando paso a un sentimiento conocido como el terror y tus manos tiemblan, y aún así me dices que por qué estoy aquí!

Ambos ojos se posaron entre sí, dejando al silencio de protagonista por unos leves segundos.

— No es de tu incumbencia nada de esto — cortó con sus palabras dándole la espalda al pelirrojo de nombre Hoseok.

— ¡Eres mi amiga! Llegaste hace semanas aquí y ya te considero parte de mi familia, ocupas un lugar en mi corazón y ¿me dices que no me incumbe?

— Nos conocemos hace un mes, no puedes tener tanto afecto hacia mi persona , es imposible.

— ¡Pues yo lo hice! Confío en ti, desde el momento en que pisaste esta casa confié en ti — su cuerpo se acercó al de ella, agarrando con sus manos las mejillas de la contraria, quien ya se imaginaba lo que ocurría con el joven, y sus ojos solo pudieron cerrarse ante esa situación.

— Creo...que estamos demasiado cerca — su murmuro salió flojo, causando una risa en el chico y abrir sus ojos.

— Creo que estamos perfectos así — susurró desviando su mirada hacia los rosados labios de la chica — ¿Sabes cómo estaremos mejor?

Eun Ji negó y cuando menos lo esperó, los labios ajenos impactaron contra los suyos, varios sentimientos salían a flote conforme se desenvolvía aquel intercambio entre ambos, mientras uno experimentaba la felicidad, ella comenzaba a sentir algo nuevo.

Pero la duda estaba entre dos palabras... ¿Amor o cariño?

Un sonido los hizo separarse a ambos, sintiendo el rubor extenderse por los pómulos de la joven que tomaba entre sus manos aquel teléfono y ver el nombre que sobresalía en pantalla..

Min Yoongi.