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Capitulo 14: Enfrentamiento


El día no terminaba, aun nos quedaba la fiesta donde conoceríamos la pareja de Bianca. Decidimos invitar a Alana, aun cuando la rubia desconfiaba de su presencia. Al principio de la tarde nos mostró hostilidad hacia ella, pero lentamente fue mostrándose más comprensiva por la delicada situación que atravesaba. Nos preparamos en el departamento de Bianca aprovechando para tomar algo y cenar. Pronto llamamos el transporte y al llegar bajamos para ver el sitio.

Era una estancia estudiantil, Como decoración tenía colgados por doquier había pequeños faroles y luces de colores. Como se encontraba alejada del centro tenía un gran parque, donde personas aprovechaban para hablar reunidos en pequeños grupos. Dentro la música seguramente debía ser muy alta como para escucharse, aunque por fuera se escuchaba a un volumen tolerable. Bianca tomo nuestras manos llevándonos con ella al interior. Frente al puesto del Dj personas bailaban con energía, otras solo estaban sentados bebiendo o jugando juegos y otros desaparecían escaleras arriba por una diversión distinta

-Síganme muchachas –Hablo Bianca con cierta emoción perceptible. Bianca se abría paso guiándonos ágilmente entre la multitud buscándolo. Pero de repente alguien, la tomó por la cintura atrayéndola, ella al darse cuenta de su identidad lo abrazo por el cuello dejando un beso en sus labios. Bianca intento hablar, pero él respondió señalo que no podía oírla. Frustrada nos señaló y saludamos con las manos mostrando una sonrisa. Él le hizo señas de que lo siguiéramos, así que caminamos hasta unas puertas de vidrio por las que salimos a un lugar más tranquilo. La fiesta continuaba en el borde de la piscina en el patio trasero, había unas bocinas con música pero a un volumen más tolerable y una barra donde bebidas se servían como pan caliente.

-¡Bianca, me alegra mucho que vinieras! –Le sonrió con amplitud dejando un beso en sus labios rodeándola por la cintura, la rubia correspondió tomándolo por las mejillas. Pero el giro la mirada hacia nosotras- y trajiste amigas.

-¿Hacemos las presentaciones? –Pregunte arqueando una ceja adelantándome un paso, divertida me cruce de brazos sonriendo ladinamente- O si quieres, les damos algo de privacidad. Nosotras podemos esperar. –Soltó una audible risa y Bianca se cruzó de brazos murmurando por mis insinuaciones.

-Las presentaciones mejor. –Respondió separándose un paso de Shawn para tomar la palabra e introducirnos de manera burlona- Chicas les presento a Shawn. Y Shawn, te presento a las tara... digo mis amigas. Alice es de la infancia, Azul es de la carrera y Alana, nuestra última adquisición.

-¡Un gusto chicas! –Nos sonrió y estrecho nuestras manos mientras volvía al lado de la rubia tomándola por la cintura. Ella se giró a verlo muy cómodo con nuestra presencia, decidió molestarlo tan solo un poco.

-No te dejes engañar, están aquí para examinarte precioso. –Bianca escondió su sonrisa con satisfacción de ver como él se giró a vernos nervioso. Ella acaricio su mejilla con ternura susurrándole al oído- Ya sabes lo que dicen, la opinión de las amigas cuenta en un 95%.

-Díganme ¿quieren algo de beber? –Se apuró a preguntar mirándonos de una en una, aguantamos una risa con Azul y asentimos para que se sintiera tranquilo.

-Con unas cervezas estaremos bien. –Respondió Azul con una sonrisa mientras se acercaba a Bianca jalándola con nosotras, pero intente molestarlo también un poco.

-Debemos estar lucidas –Bromee, la música me hacía mover un poco instintivamente. El asintió y beso la mejilla de Bianca para desaparecer y conseguirlas. La rubia lo miro irse con una característica sonrisa, cuando no muestra sus dientes, tiene una mirada perezosa y sus pómulos sobresaltan un poco más.

-Entonces hasta ahora ¿qué les parece? –Pregunto por lo bajo con girándose a nosotras, se acomodó un mechón rubio y sonrió con nerviosismo.

-Es guapo, pero no lo tortures tanto. –Respondió Azul con una sonrisa pero viéndolo en la barra al otro lado de la piscina pidiendo las bebidas.

-Es un buen chico y tiene tanta paciencia para tus abusivas bromas. –Solté con mucha diversión causando que ella frunciera el ceño amenazándome con tirarme a la pileta. Deteniéndola continúe con una observación. – A demás te vi hacer "la sonrisa".

-Por mi parte, es temprano como para que mi opinión valga algo –comenzó a hablar tranquilamente Alana- Percibo que de verdad le gustas, de verdad se esfuerza por caernos bien y creo que es muy tierno de su parte –Lo señalo haciendo malabares para traer cinco vasos repletos de cerveza.

-¡Ve a ayudarlo idiota! –Empuje a la rubia hacia él y casi cae a la pileta, pero lo alcanzo tomando dos vasos sonriéndose mutuamente- ¡Nuestra niña está enamorada! –Fingí que enjuagarme una lagrima haciendo reír a las dos.

-Yo diría que no es la única, esos mensajes no tardan ni dos segundos en ser respondidos. –Busco el apoyo de Alana ya que en casa de Bianca, fue testigo de lo mismo. Suspire buscando cambiar de tema encontrando la excusa perfecta- ¿Y que tal tu horizonte amoroso Alana?

-¿Yo? –Pregunto pensando con nerviosismo si responder o no. Justo la pareja llego y repartían las cervezas preguntando de qué hablábamos. Alana decidió responder sin más problemas- Bueno, Dalila jamás se enteró, pero tengo novio aproximadamente hace dos años.

- ¡¿Tienes novio!? –Nos sobresaltó Bianca con el tono de su pregunta haciéndonos tirar parte de la cerveza. Murmure un molesto "Gracias" a la rubia que ignoro. – y no se lo dijiste, ¿porque?

-Digamos que las veces que tuve se lo dije me hacía escenas de celos, y si llegaba a presentárselos, los seducía para demostrarme que no eran buenos para mí. –Bebió su primer trago largo de cerveza con el ceño fruncido, luego respiro profundamente y sonrió con relajación- Pero él, es completamente diferente.

-Nos interesara saber un poco más. – Comento Azul colocándole una mano en su hombro con una sonrisa- Pero olvidemos todo lo malo ahora mismo y vamos a divertirnos un poco.

-Verdad, ¡muévanse! –Comencé a llevarlos junto a Azul cerca de las bocinas, donde la música sonaba y había grupos o parejas bailando. Nos unimos por algunos temas a ellos dejando a la pareja bailar justo en el centro. Estaba terminando mi vaso de cerveza, bailando creí ver un rostro que entre tanto movimiento, me mi miraba muy fijamente. Mire buscando con mayor atención, logro asustarme un poco ya que se trataba del chico del boliche, Bill. Pero al parecer tan solo mi imaginación me tranquilice. Continúe bailando junto a nuestro grupo hasta que Shawn pareció saludar a alguien que se acercaba en nuestra dirección, le dijo algo al oído y Shawn nos habló consiguiendo rápidamente nuestra atención.

-Chicas parece que me necesitan adentro –Rodeo a Bianca con sus brazos y dejo un beso en su mejilla con calidez susurrándole- Regreso en un segundo linda. –Se fue en compañía de aquel muchacho dentro de la casa. Las chicas se sentaron en el borde de la piscina para descansar pero yo me acerque a la barra, quería pedir algo más antes de irme. Cuando esperaba mi bebida mire hacia las ventanas de vidrio y veía las luces estroboscópicas iluminando a los que bailaban como si hicieran poses. Pero una imagen en particular no me supo tan bien. Corrí hasta mis amigas con el enojo invadiéndome.

-¡Bianca, ven debes ver esto! - La levante y la lleve hasta la puerta seguida de las chicas preocupadas por mi repentina seriedad. Bianca miro y abrió su boca sorprendida cuando las luces cambiaron mostrando a su chico besándose con chica, pero no cualquiera porque cuando se separaron, vi el rostro sugestivo claramente. Dalila. Mire a Bianca y sin esperar entramos buscando separarlos.

-¿Qué demonios crees que estás haciendo, Shawn? –Grito hacia el con tal enojo, que ni la música basto para acallarla. Su amigo intento levantar a la rubia caída por mi empujón. El chico enmudeció y no sabía que contestar, por lo que ella decidió presionar- ¡Respóndeme!

-¿Qué creías que hacía? Recibía el mejor beso de su vida. –Respondió Dalila sarcásticamente acomodándose el cabello, se colocó en medio de la pareja para enfrentar a Bianca, pero yo volví a empujarla para que se alejara.

-Escúchame Dalila, será mejor que desaparezcas. –Sugerí tomándola de su brazo haciendo presión en el agarre firme, cuando hizo el intento de golpear a Bianca por los insultos que le decía. Azul y Alana ni bien llegaron se encargaban de controlar a Bianca quien gritaba a Dalila dejando salir su enojo. Volví a gritarle con más ganas- ¡Hazme caso, porque tengo suficientes excusas como para golpearte esa cara de estúpida, y no arrepentirme!

-¿Quién te crees para amenazarme? –Comenzó a reír fuerte, algunos chismosos miraban o grababan la escena. Shawn no sabía qué hacer y desapareció entre la multitud asustado. Dalila me tomo con la misma fuerza por la muñeca mientras la miraba fijamente. Era la oportunidad para descargar toda la tensión que tenía por verla cerca de Tom, pero llego Alana mirando con desprecio a Dalila.

-Escúchame Alice, no vale la pena, tan solo vámonos. –Murmuro en mi oído. Yo mire a Dalila con su asquerosa y soberbia actitud deseando quebrarla a golpes, pero Alana tenía razón, me solté de su agarre con un firme movimiento, me gire para ir con Azul, quien tenía a Bianca gritándole cosas a un desaparecido Shawn.

-Eso, váyanse de aquí pestes inmundas. –Negué ayudando con Bianca quien hacia intento de volver para golpearla. Pero sin querer callarse Dalila alzo la voz con un tono de desprecio dirigido hacia nosotras. – ¡Después de todo, con qué facilidad te cambian los que se hacen llamar tus mejores amigos! –Una cabellera negra pasó a mi lado, tan rápido, como se escuchó una exclamación de sorpresa. La música había parado y la gente se silenció para que se escuchara lo último de la pelea con Dalila caída en el suelo por la fuerza del golpe y Alana frente a ella sobándose el puño.

-¡Despierta Dalila, estás sola! Si no fuera por mí, lo hubieras estado hace mucho. Solo supiste pensar en ti, en tus caprichos y en comprar amistades con dinero. ¿Traicionarte yo? Tú hiciste mal las cosas y despreciaste a otros. –Soltó una muy alta risa mientras ampliaba su sonrisa regresando con nosotras- ¡Ellas en pocas horas me demostraron más cariño, que tú vete a saber en cuántos años! –Dalila veía su amiga frunciendo el ceño aún más por las palabras con las que era enfrentada- Parece que te molesta verme feliz y libre de tu estupidez. ¿Pero sabes qué? Si no piensas cambiar digo ya basta y hasta nunca.

-¡Ahí las tienes entonces, disfrútalas! –Grito con enojo levantándose en medio de aquella multitud mientras nos veían desaparecer por la puerta principal.

Rodee por los hombros a Bianca y Azul se encargó de Alana, desde la salida estuvieron demasiado silenciosa. Todas presentes sabíamos todas muy bien porqué de cada una e intentamos reconfortarlas de la mejor manera. Caminamos por la calle hasta una parada de taxis esperando a que pasara alguno. Alana ofreció su hogar para que pasáramos la noche siendo lo más cercano. Subimos cuando el taxi llego y Alana dio la dirección sentada al frente, cuando empezó el recorrido, Bianca rompió a llorar aferrada a nosotras dos mientras la abrazábamos con fuerza. Alana desde el frente tomaba su mano todo el trayecto dándole todo nuestro apoyo emocional.

En unos cuantos minutos llegamos a casa de Alana, era tan grande que fácilmente ocuparía una cuadra entera y tan hermosamente construida y cuidada que parecería salida de alguna novela literaria. Pero era a lo menos que prestamos atención en ese momento, bajamos y subimos los escalones de la puerta. Fuimos recibidas por un hombre quien miraba con cierta curiosidad los nuevos rostros.

-Bienvenida señorita Alana, tiene compañía esta noche. –Hablo con todo respeto mientras se hacía a un lado dejándonos pasar. Alana se acercó para hablar con él pero dejándonos pasar a nosotras indicándonos que comenzáramos a subir la escalera.

-Ellas son amigas de la universidad. –Respondió mirándonos pasar una a una presentándonos a él, pero con cierto nerviosismo disimulado- Alice Lund, Bianca Bristow y Azul Dubois. Pasaran la noche aquí de ser posible.

-Tranquila, los señores no se encuentran y no creo que vengan esta noche. – Le hablo de una manera menos formal y ella pareció respirar un poco más tranquila. El sonriéndole ampliamente continuo- Viendo el estado de la señorita Bianca, ¿Necesitaran de algo más?

-Solo una, mucha comida chatarra y helado –Miro a Bianca quien intento sonreír un poco entre mis brazos por la molestia- que sea mucho helado.

-Claro que sí.- El asintió llevando su mano a los labios haciendo una seña de silencio, guiñándole el ojo desapareció por la puerta a su lado para poder encargarse del pedido.

Nos alcanzó en la escalera y camino por un largo pasillo, hasta la puerta permitiéndonos entrar. Era muy espaciosa habitación, las paredes estaban pintadas con líneas horizontales en color blanco, gris y rosa pastel que se repetían, del techo colgaba un candelabro de cristales. La cama era lo que más llamaba la atención por su tamaño, tenía mantas gruesas y una de piel terminando de ser coronada por almohadones prolijamente acomodados. Destacaba siempre el blanco de los muebles: el gran armario, el tocador, un escritorio empotrado a la pared junto a dos estanterías que tenían con algunos libros y fotos. Luego pedias ver dos puertas más cerradas, suponiendo que una sea la del baño desconocía a donde dirigiría la otra. Pero al lado de la cama había un gran ventanal que daba a un balcón.

-Lindo cuarto –Alago Azul adentrándose. Alana animo a Bianca meterse a la cama abriendo las mantas para ella, la rubia se quitó sus zapatos sentada en el colchón para recostarse y esconderse entre las mantas. Me senté a su lado permitiéndole usar mis piernas de almohada como de pequeñas, use mi mano para acariciar su cabello cariñosamente. Unos toques en la puerta hicieron que Alana regresara con dos bolsas de compras repletas de comida y una extra con cuatro tarros de helado.

-Ya tenemos todo lo que necesitamos para pasar la noche –Comento Azul mientras repartía el helado. Nos sentamos rodeando a la rubia y colocamos su música favorita. Nos sentamos rodeándola mientras la charla comenzaba a fluir respecto a lo que había pasado, lo que parecía extraño era la manera que actuaba Alana para haber perdido una amiga de prácticamente toda la vida. Cuando la música se volvió más divertida, Bianca busco distraerse y comenzó a explorar el cuarto de nuestra nueva amiga. Una manera peculiar de hacerlo.

- ¡Demonios cuanta ropa! –Exclamo Bianca al ver en su ropero miles de prendas ordenadas meticulosamente. Pero Alana respondió chasqueando su lengua.

-¿Sabes lo peor de eso? –Pregunto Alana con demasiado mal humor- No digo sea fea o no me agrade la ropa. Pero si fuera por mí, me vestiría totalmente diferente. Alana decía que eran consejos, pero de verdad me estaba vistiendo a su antojo.

- ¿Porque no hacemos una depuración? –Pregunte obteniendo la atención de todas para que explicara- Simplemente deshazte de lo que no quieras. Encuentra toda cosa que te recuerde a ella, hacemos dos pilas, venta y donación. Con lo que obtengas te compras un nuevo guardarropa, justo a tu gusto.

-Y otra pila que diga Bianca –Comento girándose con diversión al ver uno de los vestidos modelándolo para ellas- ¿Porfis? –Pregunto juntando sus palmas rogantes. Alana sonrió asintiéndole a la rubia que festejo comenzando a separar sus prendas- Este, esta y esta claramente.

-De hecho no es mala idea vender y donar, tienes buenas prendas aquí que te darán dinero suficiente. No digo que te falte, solo que es una lástima que se desperdicien. –Respondió Azul pensativamente. Miro a Bianca con su celular en mano ya que estaba callada de repente. Lo miro un largo rato con la luz parpadeante que indicaba notificaciones. Azul extendió su mano a Bianca colocándola sobre el celular- ¿Quieres que yo me encargue?

-Si –Dijo perdiéndose en un susurro dejándose caer sentada entre la ropa que sería para ella. Azul en poco tiempo bloqueo en número del chico que insistentemente mandaba mensajes, lo elimino de toda red social devolviéndoselo a alana. –Así será mejor.

-Oye Alana –Me miro a su lado, estábamos sentadas en la cama mientras comíamos el helado. Las chicas regresaron a la cama para acompañarnos antes de que se derritiera su helado- Yo mañana visitare a mis padres el fin de semana y las chicas cuidaran a mis mascotas. Si quieres puedes unirte para que no estén solas, mi casa es tu casa.

-¡Vendrás con nosotras y lo pasaremos genial! –la abrazo por los hombros Azul con una sonrisa divertida.

-Yo ya encontré algo que hacer mientras Alice no está. –Soltó Bianca mirando con mucho interés a su próxima víctima de depresión, Alana reacciono confunda- El sábado venderemos todo y el domingo te daremos una nueva imagen. –Me acerque a azul mientras Bianca comenzó a explicarle con una sonrisa divertida a Alana mareándola aún más.

-Protege a nuestras chicas en mi ausencia por favor –Le dije a azul haciéndola reír, asintió para que me despreocupara de ello. Bianca y Alana ahora se estaban llevando increíblemente bien. Toda la desconfianza había desaparecido, al escuchar las palabras de Alana enfrentándose a Dalila. Ahora se encontraban apoyándose mutuamente tras la pérdida de alguien importante, en mayor o menor medida.

Se hizo demasiado tarde y era hora de ir a casa. Aun no había empacado y no me podía quedarme a pasar la noche con ellas, si no quería perder el tren con los horarios tan ajustados que me esperaban el viernes. Por lo menos si quería llegar, empacar, dormir, asistir a la universidad, volver a casa corriendo a tomar las maletas y luego tener que ir a tomar el tren. Diciendo que no me preocupara de nada, Azul prometió cuidarlas echándome ni bien llegar el transporte. Pero antes de irme, como no sabía si las chicas asistirían, me adelante para entregarles una copia de llave para que se instalaran desde el viernes. 

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Vale la aclaración de que aparece "Shawn Mendez" porque mi hermana rompió los huevos porque quería ver a "Sabrina Carpenter" / Bianca con el, lo que no se esperaba era que iba a pasar esto... ¿Porque? No hay porque.

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