Al día siguiente, desperté en el pecho de Yoongi. Me levanté cauteloso y adolorido, pero nada que no pudiera soportar, así que tomé mi celular. No tenía llamadas perdidas de mis padres, pero decidí llamar para avisar que estaba bien. Llamé a mi padre omega porque sentía que mi papá alfa sería capaz de venir a buscarme inmediatamente. Él respondió de inmediato.

—Sí, buenos días, hijo.

—Papá, ayer me quedé en casa de un amigo.

—¿Y ya tienes alfa?

—¡Papá! —dije con pena.

—Por favor, hijo, es lo que más anhelo, y un nieto.

—Papá, estás loco.

—¿Usaste protección?

—Hablamos en casa —dije, colgando y sintiendo mis mejillas arder. Luego entré al baño y vi la marca de alfa que me dejó Yoongi. No podía creer todo lo que había pasado, pero en mi mente había una pregunta: ¿qué soy para él?

Desperté y, al no ver a Jimin, fui a buscarlo. Lo encontré en el baño, preparándose para el día.

—¡Buenos días! —dije con una sonrisa.

—Buenos días, Yoongi. Ya me voy a bañar para irme —respondió mientras ajustaba la temperatura del agua.

—¿Ir a dónde? —pregunté, sintiendo una punzada de preocupación.

—A mi casa —dijo, sin mirarme.

—Entonces iré contigo —dije, decidido.

—¿Para qué o qué? —preguntó, frunciendo el ceño.

—Te he marcado como mi omega, Jimin, y debo hacerme responsable de eso y también pedir tu mano —dije, tratando de sonar firme.

—¿No crees que es demasiado rápido? —respondió, con una mezcla de sorpresa y duda en su voz.

—¿No quieres ser mi omega? —pregunté, sintiendo un nudo en el estómago.

—Es que siento que todo ocurre muy rápido —admitió, bajando la mirada.

—Entonces, ¿qué te gustaría? —pregunté, suavizando mi tono.

—Tal vez que tengamos un noviazgo —sugirió.

—Está bien, si eso quieres, entonces seamos novios. Pero igual iré a dar la cara a los tíos —dije, decidido a hacer las cosas bien.

—No es necesario —dijo, negando con la cabeza.

—¿Estás huyendo de mí o algo así? —pregunté, tratando de entender su resistencia.

—Yo... yo... —el timbre sonó, interrumpiendo nuestra conversación.

—Iré a abrir —dije, caminando hacia la puerta. Al abrirla, me encontré con los padres de Jimin y los míos—. ¿Qué hacen ustedes aquí?

—¿Dónde está Jimin? —preguntó su padre, con una expresión seria.

—Está arriba —respondí, sintiendo la tensión en el aire.

—Entonces que baje —dijo su padre, con una sonrisa forzada.

—Está bien, iré por él —dije, subiendo las escaleras rápidamente—. Jimin, tus padres y los míos están aquí.

—¿Quéeee? —exclamó, con los ojos muy abiertos.

—Me quedé igual que tú, pero pidieron que bajes —dije, tratando de calmarlo.

—Está bien —dijo, tomando una profunda respiración. Bajamos juntos, con cierto nerviosismo.

—¡Siiii! —gritaron ellos emocionados al vernos.

—¿Qué está pasando? —pregunté, sintiendo que me perdía algo importante.

—Estamos felices por ustedes. Ya queremos planear la boda —dijo mi madre, con una sonrisa radiante.

—Jimin no quiere eso —dije, tratando de proteger sus deseos.

—¿Por qué? —preguntó su padre, frunciendo el ceño.

—Es muy pronto, somos muy jóvenes aún —respondió Jimin, con voz firme.

—Nada de eso, ya queremos nietos. Hemos esperado mucho —dijo su padre omega, con una mirada de determinación.

—¡Ya cálmense! La decisión es de Jimin y, si él no quiere, nadie tiene por qué obligarlo —dije, tratando de poner fin a la discusión.

—Me da risa que pienses así, amigo, cuando tú y yo somos alfas y sabemos perfectamente lo que empezará a suceder ahora que él ha sido marcado —respondió el padre alfa de Yoongi.

Cubrí mi cuello, avergonzado. —Perdónenme, padres, yo... —mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude continuar.

—No pasa nada, cariño. Tu tía y yo pasamos por lo mismo. Cuando llega el alfa que es, no hay educación que haga desaparecer los sentimientos y la necesidad de estar con su destinado. No pensamos mal de ti.

Ver a Jimin así me hizo sentir mal. Tal vez me apresuré a hacer algo que él realmente no quería, y mi autoestima estaba pendiendo de un hilo. —Perdón, Jimin, todo esto es mi culpa.

—No, Yoongi, no es eso. No te sientas mal; la verdad es que tengo miedo de que ahora vayas detrás de alguien más.

—Eso jamás pasará. Eres mi omega y te respetaré siempre. Si quieres que tengamos un noviazgo, así será —respondí, tratando de calmar sus miedos.

—Gracias por entender.

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Seis meses después...

—¿Amor, por qué me citaste en este parque? —preguntó Yoongi, intrigado.

—Porque tengo algo para darte —respondí con una sonrisa misteriosa.

—¿Y qué es? —preguntó, curioso.

—Toma —dije, extendiéndole una caja.

Yoongi tomó la caja y la abrió. Dentro había unos zapatos de bebé y una prueba de embarazo positiva. —¿Es en serio? —preguntó, con los ojos muy abiertos.

—Sí, lo es —respondí, emocionado.

—¿Cuándo lo supiste? —preguntó, aún en shock.

—Hoy. Tengo 8 semanas —dije, con una sonrisa radiante.

—¿De verdad, amor? —dijo, sintiendo una ola de felicidad.

—¡Siiiiiii! —respondí.

Yoongi me cargó y me besó. —¡Seremos papás! —exclamó, lleno de alegría.

—No sé cómo le diremos a nuestros padres, más que dije que no quería que nos casáramos aún —dije, con una pizca de preocupación.

—No te preocupes, amor. Vayamos a mi casa —dijo, tratando de calmarme.

Cuando llegamos a casa, vimos a trabajadores entrando y saliendo con paquetes. —¿Qué está pasando aquí? —preguntó Yoongi, confundido.

—Se van a mudar. Este lugar quedará pequeño con nuestros nietos —dijo su madre, con una sonrisa traviesa.

—¿Cómo saben ustedes? —pregunté, sorprendido.

—Tenemos el mismo médico de familia. ¿Qué esperaban? —respondió su padre, riendo.

—¡Ay, no! —dije, llevándome una mano a la frente.

Todos nos reímos, especialmente Yoongi y yo, disfrutando de ver a nuestros familiares felices.

El fin.

Esta fue una historia corta. Si les gustaría más desarrollo, déjenmelo saber. Espero que les guste y gracias por darle la oportunidad.

Atentamente, MinMillys