Extra Pt. 2
—... Y entonces ella simplemente me besó. ㅡ finalizó el chico.
— Nooo — rió.
— De verdad, de la nada, y yo estaba como — hizo una expresión de sorpresa con su cara — Sólo pude apartarla para que mi vómito no le cayera a la cara.
Jungkook aplaudió, divertido con la anécdota que el granjero le contaba — No pudiste hacerlo, no pudiste — sostuvo su estómago, echando la cabeza hacia atrás.
— No lo podía creer, le acababa de decir que me iban los chicos y ella sólo va y me besa, o sea, ¿qué?
— "Lo que pasa es que no te has topado con una verdadera mujer" dijo ella, y tú sólo waaaaag — aplaudió.
— Lo sé — se cruzó de brazos, dejando de reír, limitándose a observar al otro.
Jungkook notó la mirada sobre él y dejó de reír para verlo también — ¿Y admitir eso no te trajo problemas?
— Obvio sí, la sociedad es una perra, no conseguía trabajo en ningún lado hasta que mis abuelos dijeron que podía ayudarlos con el campo.
Se acomodó sobre la silla — ¿Entonces no vives aquí?
— A veces, pero no — se apoyó en el respaldo — Vivo en la ciudad, tengo mi casa ahí, mis padres no fueron tan malos conmigo y por lo menos me dejaron seguir usando la casa.
— Es es bueno, por lo menos, en el fondo, sabes que tu familia estará ahí si la necesitas.
— Muuuy en el fondo, lo sé. Tengo muy buenos amigos también, tú deberías unirteme — estiró su mano hacia él, pasando su dedo por debajo de su mentón, sacándole una sonrisa.
— Eso me encantaría... — miró el cielo y notó que la noche se acercaba. — Eres muy divertido, pero ya debo irme, es una pena. — se paró — ¿Ahora sí me dirás por dónde debo ir?
Mordió su labio inferior, levantándose también — ¿Te parece si me alcanzas hasta mi casa? Yo podría dirigirte.
Jungkook soltó una risilla vergonzosa, mirando al suelo — Te diré qué — lo miró ladeando su cabeza — La he pasado más genial que nunca hoy. Me has hecho sentir mejor, así que, sí, yo te llevo.
— Entonces, déjame arreglar algunas cosas y salimos.
[…]
— Realmente no recuerdo haberme desviado por este camino — Jungkook siguió la ruta que el otro marcó.
— ¿Cómo vas a recordar si ni siquiera prestabas atención? ¿O será que ya me habías visto antes y al fin pudiste dar con mi granja?
— Eres muy lanzado, ¿sabes?
— Cuando algo me gusta...
Jungkook rió y siguió conduciendo, extrañamente, no se le hizo incomodo ese comentario.
— ¿Vives en el centro o...?
— No. A decir verdad, es un poco antes de ingresar a la ciudad. Apuesto a que tú sí vives ahí.
— Cómo negarlo. — lo miró, el castaño observaba por su ventanilla las luces de la ciudad.
— Es aquí doblando. — indicó.
Llegaron al fin y frenó, observando con cuidado la casa — Vaya, no es una mala casa, incluso tiene ático.
— Gracias — sonrió — ¿Sabes? No me has preguntado mi nombre.
Jungkook lo miró — Y yo aún no te digo el mío.
El granjero achicó la mirada — ¿Estás en alguna relación?
Arqueó las cejas ante la pregunta repentina — No realmente.
— ¿Eso qué significa? — rió. — ¿Qué la tienes en tu imaginación?
— No, no tengo — apretó la nariz del otro.
— Ya~ — apartó su mano — Entonces si te digo mi nombre, ¿Vas a decirme el tuyo?
— No me interesa saber tu nombre — dijo burlon.
— Yo sí quiero saber el nombre que voy a gemir.
Mantuvieron sus miradas conectadas y el silencio duró hasta que Jungkook sujetó al castaño por el brazo, llevándolo a su regazo.
Sus respiraciones eran agitadas y ambos ponían de su parte para que sus cuerpos rozaran.
Sí, Jungkook era gay, él lo sabía. Para su desgracia, su padre también lo había notado. Él jamás había presentado a ninguna chica como su novia o se lo había visto con ninguna, sin embargo, siempre estaba demasiado cerca a otros hombres y se lo veía muy indiscreto con éstos.
Los pantalones de ambos ya no fueron un impedimento y rápidamente, Jungkook ya tenía sus dedos dentro del otro, sacándole suspiros entre el dolor y el placer.
—... Ya basta, ya ba-basta, sólo hazlo, hazlo... — pidió, comenzando a devorar los labios del pelinegro, quien obedeció sin ánimos de perder más tiempo. Quería enterrarse en él.
— ¡Ah!~ Dios, eres...eres enorme — rió, quedándose quieto por un momento para acostumbrarse al tamaño.
Jeon volvió a tomar su boca y se besaron suavemente, hasta que se separó — Es Jungkook... — se relamió — No vayas a olvidarlo y gritalo bien fuerte. — El otro asintió frenéticamente y Jungkook comenzó a moverse, siendo bien seguido en su ritmo.
Dentro del auto, sólo se pudieron escuchar gemidos y ruidos sucios de piel contra piel, rozando, chocando, disfrutando.
— ¡Mierda! ¡Cariño, sigue así! — gruñó el pelinegro ante las sentadillas que el castaño daba sobre su miembro, dándose plaser al mismo tiempo cada vez que el pene de Jungkook daba en su punto débil.
—... Eso.. Eso... Grita más, más... — sujetó los cabellos de su nuca y apoyó su frente contra la de Jeon, mirándose ambos a los ojos. El castaño tenía una sonrisa algo sádica y eso le encantaba.
— No-No pares, ya, ya casi~ oh... Bebé, eres... Ah... Eres perfecto... Cariño, dime tu nombre, quiero... ¡Ah!.. Quiero gritarlo... — pidió entre gruñidos. — ¡Ah, mierda, precioso! — demasiado tarde, ya había llegado a su punto.
Sin embargo, el otro aún no. — ..De hecho, esos nombres me gus... ¡Ah, oh, Dios, ahí! ~! —gritó, echando su cabeza hacia atrás en cuanto Jeon tomó su miembro y empezó a bombear —.. ¡Jungkook, Jungkook, jodido Jungkook!.. Estoy por... ¡Ah! — terminó, escupiendo su semilla sobre su mano. Exhausto, apoyó su frente sobre la curvatura del cuello de Jungkook.
— Cariño... ¿No ves que el jodido eres tú? ¡Ah! ¿Qué haces? — preguntó entre risas, las manos del granjero comenzaron a hacerle cosquillas — ¡Para ya! — tomó sus manos y lo detuvo, el otro se enderezó con una gran sonrisa, mirándolo — Eres todo un caso, ¿ah? — le sonrió igual, llevando su mano a la mejilla del castaño, alcanzando con su pulgar los labios, trazando caricias en ellos — Eres precioso — dijo con seriedad — Gracias por este día...
El castaño sonrió enternecido y dejó un beso sobre su pulgar — ¿Tienes que volver a casa?
— Tal vez un poco a la realidad — el otro rió suave — Pero no tiene que ser esta noche.
— Esta noche quedate conmigo... Y tal vez, otras más.
— Quiero algo a cambio — el castaño alzó las cejas, ¿qué querría?
— Dime tu nombre, ya no me vuelvas loco.
— Soy Taehyung.
— Taehyung, no lo olvidaré jamás...
— Eso sería imposible, cariño, estoy tatuado en tu piel ahora.
Soltaron otras risillas y se acercaron para besarse una última vez antes de acomodarse y entrar a la casa.
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