Extra Final
— ¿Es broma? — rió — Dijiste que... Tú dijiste... Jungkook, me dijiste que ibas en serio...
— Perdoname... — su mirada seguía en el suelo. No podía verlo llorar o ya no aguantaría sus propias lágrimas.
— ¿Que te perdone qué?
—...
— ¿Qué cosa, Jungkook? — insistió.
— Yo...
Taehyung se acercó a él y tomó con brusquedad sus mejillas entre sus dedos, haciendo que alce la cabeza y lo vea — ¡Mírame cuando vas a decirme lo mentiroso que fuiste, hijo de puta! ¡¡Mírame cuando estás rompiendome el corazón!! — lo soltó y apartó. — ¡Te creí, maldito infeliz, te creí! ¡Creí que eras distinto, lo creí! — gritó, caminando con furia de acá para allá — ¡Dijiste que me amabas! — lo señaló, acusándolo.
Jungkook comenzó a llorar — Y lo hago, amor, te juro que lo hago...
— ¡¿Y por qué?!
— ¡Ella lo sabe! Dijo que te dañaría si no lo hacía. Tuve miedo. Yo no podría soportar que te lastimara. ¡Les diría a todos que eras el culpable también! ¡Te odiarían, Tae!
Taehyung quiso entenderlo y se acercó, tomando sus manos — No quiero que te alejes de mi. Te amo tanto, contigo no le temo a nada. Por favor, no hagas esto, no quiero ocultarlo más.
— Tengo miedo — tomó las mejillas del castaño — Si llegan a enterarse, serás dañado.
Lo miró fríamente — ¿Qué crees que estás haciendo tú? — se alejó.
— Taehyung, por favor...
Le dio la espalda, cruzandose de brazos — Si te vas, no quiero que vuelvas.
— Por favor, no hagas esto, sabes que yo-
— Si te vas, olvidate de mi, Jungkook — cortó, volteando hacia él con dolor en la mirada — Haz de cuenta que estoy muerto y continúa con tu vida. — salió de la sala, caminado hasta su cuarto, donde se encerró.
[...]
El tiempo había pasado.
Cuando recibió la primera carta, la abrió y leyó... Lloró, ¿por qué le decía eso? ¿Con qué derecho le decía que no lo odiara, que lo entendiera? ¿Cómo podía?
— Tranquilo, Jungkook, yo no te odio... — guardó la carta en su cajón — Pero debo continuar...
Todo se prendió fuego. Cartas viejas, fotos y recuerdos de sus momentos junto a él. Todo.
Mientras veía el humo ascender hacia el cielo nocturno, lloró otra vez. Él en verdad lo amó tanto, que ahora dolía, dolía a morir. Aún así, creyó que estaría bien, sin saber que sólo era un pequeño paso hacia la depresión que sufriría.
Por parte de Jungkook, todo era apariencia. Porque de puertas hacia adentro, la pareja no podía ni verse.
— Jungkook, es hora de que vengas a la cama ya... — exigió desde el marco de la puerta del estudio que Jungkook tenía en su nueva casa. — En algún momento vas a tener que poner de tu parte, querido, yo sola no puedo crear a un niño.
— Dame un momento... — mañana era un día especial. Él quería terminar esa carta.
— Cómo sea, apresurate, por favor — bostezó y se fue.
En el momento que se quedó solo, Jungkook comenzó a llorar. Lágrimas cayendo sobre la carta. Él no era feliz, para nada lo era. Todos a su alrededor parecían serlo. Todo a su alrededor parecía funcionar.
Pero, ¿cómo iba a hacerlo él? Solamente al lado de Taehyung funcionaba.
[...]
Taehyung sostuvo la carta entre sus manos, pensando en si debía abrirla o no. La verdad, es que no quería leerla y hacerse más daño.
Él quería avanzar, sin embargo, no podía.
Guardó la carta en el cajón y fue rápidamente a atender a sus amigos en la sala.
Él no tenía ánimos para festejar nada. Estaba muy mal anímica mente. Pero ellos se habían esforzado en hacerle una buena fiesta. Lo mínimo que podía hacer por ellos era finjir una sonrisa, y asegurarles que estaba bien, a pesar de que por dentro moría cada día un poco más.
[...]
—... Jungkook... Ah.. No está... — lo empujó. — Jungkook...
— ¿Qué pasa ahora?
— No está funcionando, ¿no ves? — se sentó. — Quiero tener un hijo, Jungkook, entérate de eso de una vez. Pero si tienes problemas, vamos a tener que hablar con un especialista.
Jungkook se sentó en el borde de su cama, dándole la espalda. — Yo no tengo problemas..
— ¿Y por qué no tienes una ereccion?— pronunció molesta.
— No estoy de humor.
— Ja, bien que si fuera el anormal de Taehyung, sí se te pararía. — gruñó. Jungkook se volteó hacia ella con furia — ¿Crees que no sé que le envías castas? — rió — Asco me dan los dos — se levantó de la cama, yendo hasta la puerta — Ya te advertí lo que pasaría si no terminabas con él. Parece que lo querés por las malas, pobre chico — abrió la puerta, pero fue cerrada bruscamente por Jungkook, quien corrió con enojo — Ah, ¿ya estás de humor? — se burló.
— No vuelvas a nombrarlo, oíste — la empujó contra la pared, besando sin delicadeza sus labios, llevándola hasta la cama para tomarla con brusquedad. Le daría lo que quería, pero no tendría ningún reparo con su cuerpo.
Mas Eunha, tan sádica como era, lo disfrutó.
Otra carta fue enviada al otro día. Necesitaba hablarle. Lo extrañaba tanto.
[…]
— ¿Y tú qué quieres aquí? — jamás imaginó verla tras la puerta cuando fue golpeada.
— Vaya, sabes quién soy. — se jactó victoriosa.
— Se ve que tu también sabes quién soy — Eunha perdió su sonrisa — ¿Qué quieres?
— Te ves pésimo — dijo haciendo alusión a los cabellos desordenados de Taehyung y las pronunciadas ojeras que se asomaban bajo sus ojos. Sin mencionar que había perdido varios kilos también. — ¿Sí puedo pasar? — sin esperar permiso caminó hacia adentro y el castaño se movió de la entrada por inercia, dejándola entrar.
La observó bien, esa chica era decidida y parecía comerse el mundo, sin mencionar que era de una alta gala y se comportaba como tal. Ella volteó a verlo — Estoy embarazada. — soltó sin más.
Taehyung tragó saliva — ¿Qué?
— Jungkook y yo tendremos familia, dah. Quería que fueras el primero en enterarte.
Su respiración se agitó — ¿Qué tiene eso que ver conmigo?
— Quiero que dejes en paz a mi esposo.
— Yo no he hablado con él. No sé de qué-
— Estás en su cabeza, todo el maldito tiempo. El estúpido llora todas las noches, y no hay día en que no escriba alguna carta para ti. — empezó a caminar — Encuentro algunas en sus escondites y las rompo, pero él vuelve a lo mismo. — lo miró — Tal vez no estés físicamente, pero estás metido en su mente, y eso debe acabar — se acercó a él — Debes dejarnos en paz. — lo enfrentó.
Taehyung rió — Cariño, si él no puede olvidarme, no es culpa mía. Soy imborrable, soy lo que él quiere, lo que necesita. No quiere a una mujer como tú, él necesita a un hombre como yo-Uhg — su cabeza se inclino hacia un costado cuando ella le dio un cachetazo que resonó en toda la sala.
— Eres un perro, eso es lo que eres. — retrucó. Taehyung la miró, sujetando su mejilla — Él es una rata inmunda también, pero aún lo necesito. Y estoy segura que en cuanto tú te vayas, en cuanto tu existencia se esfume, al fin podremos ser una familia. Cuando mi hijo nazca, él sabrá verdaderamente lo que vale la pena. Él sabrá que sólo fuiste una distracción, una piedra en su camino. Alguien que sólo lo confundió.
— Él me ama, yo-
— ¿A ti? — rió — Mirate vago, ¿qué tienes tú para ofrecerle? Yo tengo todo lo que necesita, y ahora le daré la familia que merece... Eres un asco. Eso es lo que eres... ¿Quieres hacerlo feliz? ¿Quieres que él continúe con su vida? Deja de ser una distracción y desaparece.
Es más.. ¿Por qué siquiera sigues aquí? — sonrió satisfecha cuando Taehyung comenzó a llorar, sin poder retrucarle nada — Espero que la próxima vez que oiga de ti, sean buenas noticias para mi. — caminó hasta la salida y se fue.
La respiración de Taehyung se agitó y lloró como nunca. Esa mujer lo hundió, tenía razón. En todo, ella tenía razón.
¿Qué estaba pensando? ¿Qué estaba esperando? Jungkook no estaría con él, no volvería, no podía. Estaba igual de atrapado que él.
No era libre aquí, no era feliz, no lo era. La gente a su alrededor no importaba, si no tenía lo que necesitaba.
Rápidamente corrió hasta su mesita, tomando las cartas y guardandolas en una caja. Todo, todo lo relacionado a Jungkook que hubiera quedado, lo guardaría ahí, en esa pequeña caja.
Corrió con ella hasta el ático y la dejó ahí. Su vista se viró hacia la soga que había preparado hacia un tiempo ya, la que no tuvo el valor de usar.
Lloró y lloró porque no sabía si era lo correcto, pero sí estaba seguro de que nada podía hacer aquí.
Él lo amaba. Lo amaba mucho. A pesar de todo, lo amaba, y sabía que Jungkook también lo amaba a él.
Se arrepentía de haberle dicho eso aquel día, se arrepentía. Porque sabía que debió insistir más. Debió luchar más junto a él, pero no lo hizo. También tenía miedo.
Tomó un pedazo de papel y una pluma, sólo pensando en ellos dos.
"Si no es en esta vida, será en la próxima"
Dejó un beso sobre la carta, y antes de arrepentirse, antes de que la razón llegara a él, lo hizo.
Todo se oscureció.
[...]
Taehyung abrió los ojos un poco asustado y estiró su mano entre toda esa oscuridad, sintió su cuerpo del otro lado.
— Amor... — su mano fue tomada y entrelazada con los dedos del otro — ¿Te sientes bien? — encendió el velador y lo observó. Taehyung lo miraba sin decir palabras — ¿Bebé? — se preocupó, acariciando su mejilla — ¿Qué pasa?
— Te amo mucho, Jungkook...
— También te amo, mi vida. — lo atrajo hacia él, abrazándolo, la cabeza de Taehyung descansando en su pecho. — Mi vida...
[💕]
Gracias por leer u.u
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