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- No no no y no.

- Porfavor Hoseok.

- Te cubri la semana pasada rose, yo también tengo cosas importantes que hacer.

- Hace semanas que no veo a mi familia, quiero verlos porfavor toma mi turno nocturno.

- Yo también veré a mi familia.

-¿Tienes familia?

- Obvio, no apareci mágicamente. Además estoy muy cansado quiero ir a casa.

- Una última vez Hobi porfavor.

Hobi.

- Pero será una última vez, sabes que no me gusta quedarme solo.

- Gracias, te prometo que cuando termine la cena vendré.

Dijo abrazandome pero la aleje de mí, no me gustaba el contacto físico, se despidió y me quedé ahí, volví a ponerme el mandil y a abrocharme el chaleco.

Mi trabajo era fácil, solo tenía que llevar los pedidos de comida y mostrar una sonrisa falsa. Trabajar en un restaurante que abre las veinticuatro horas no es fácil.

Salí corriendo para tomar las demás ordenes y así seguí, corría de la cocina a las mesas, por suerte no se me caían las cosas pero recibía uno que otro insulto por "tardarme tanto".

-¡Jung Hoseok!

- ¿Que?

- He recibido otra queja, dicen que te tardas demasiado si sigues así tendré que hecharte.

- Trato de no tardarme pero hay mucha gente.

- Otra queja más y te vas.

Me dijo mi jefe, odiaba cuando me gritaba porque me daba ganas de mandarlo lo más lejos posible.

Será otro día. Solo tranformate y cometelo

- Callate maldito pulgoso

Aveces me irritaba escucharlo hablar, solo se había despertado para eso, se la pasaba rodando y molestandome todo el día.

Camine hacia el salón y seguí con mi trabajo, termine de recoger unos platos y vasos, los coloque en mi charola y estaba a punto de ir a la cocina para dejarlos.

El sonido de un cristal chocando en el suelo me hizo mirar hacia la mesa de sonde había sido tirado, deje mi bandeja y camine rápidamente.

Me agache y comencé a recoger los pedazos de cristal, solo escuchaba como el hombre pedía disculpas una y otra vez pero solo me concentre en recoger todo y no cortarme.

- Te estoy hablando.

Me dijo tomandome del hombro y girandome bruscamente, por instinto le quité su mano de mi hombro pues era el lugar en donde se encontraba mi cicatriz.

- E-eso.

- Porfavor no vuelva a tocarme, solo estoy haciendo mi trabajo.

Le dije terminando de recoger y levantandome, tome mi bandeja y me fui de ahí para terminar mi trabajo.

Lo hubieras matado.

- No soy tan malo como tú.

Si tanto te molesta tu marca matate.

- No hay que llegar a esos extremos, además no recuerdo haberte pedido tu opinión.

-¿Con quien hablas?

Me gire y ví a uno de mis compañeros de trabajo, Minho, un tipo agradable para todos pero no para mí, se me hacia un tipo irritante y sobre todo entrometido.

- No es de tu incumbencia.

- Hoseok solo quise saber no es para que me trates así.

- Si no quieres que te trate así no te metas en mis asuntos.

Le dije y deje las cosas en el fregadero para que las lavaran, ví el reloj de mi muñeca y se había pasado rápido el tiempo, solo faltaba una hora para que terminara el turno.

Tenía un pequeño descanso y decidí ocuparlo, me fuí al sanitario y me encerre ahí, me acerque al espejo y descubrí mi hombro.

La cicatriz seguía ahí, se veía espantosa, seguramente por eso se había asustado el comensal, y quien no lo haría, parecía como si alguien me hubiera cortado con un enorme cuchillo.

Volví a cubrirla y decidí arreglarme un poco el cabello, escuche como se abría la puerta de un sanitario y salió otra vez Minho.

- Si no la tratas bien se infectara.

- No te pregunte.

- Dejame verla.

Dijo acercando su mano hacia mí cuello, la aparte y abroche mi camisa mirándolo mal, esa mirada de molestia, la veía todo el tiempo, y me agradaba.

- Simplemente evitate problemas Minho.

- Solo quise ser amable.

- Pues no lo seas.

Le dije y camine a la secadora de manos, tome una toalla también y la tire en el cesto de la basura para después caminar a la puerta.

- Eres el típico marica.

Me detuve, ¿Acaso este tipo me dijo marica?, aleje mi mano de la puerta y me di la vuelta viendo su estúpida sonrisa.

-¿Me llamaste marica?

- Si, si lo hice.

- Dejame decirte algo. Podrás decirme marica y todo lo que quieras pero soy más hombre que tú. Y si llegará a ser gay es muy problema mío.

- Entonces si lo eres.

- Si lo soy y no me avergüenzo. Alejate de mí o-

-¿O que?

O te mataré maldito infeliz.

- O atente a las consecuencias.

Por esta vez coincidí con mi lobo, quieria arrancarle la cabeza ahora mismo pero no podía hacerlo.

Salí de ahí y seguí trabajando, solo era soportar una hora más y ya, me concentre en mi trabajo y así evitar cambiar de parecer sobre ir a matarlo frente a todos.

Las doce, por fin, mi turno terminaba a las ocho pero como cubri a rose término a las doce.

Deje los últimos platos en el fregadero y camine a los vestidores, saque la llave del mío y lo abrí, evitaba cambiarme en el trabajo pues no dejaría que nadie me viera el cuello.

Saque mi abrigo y lo cerré, guarde la llave y me lo coloque, camine a la puerta trasera y salí.

Esa noche hacia frío, guarde mis manos en las bolsas del abrigo y comencé a caminar.

Lo hubieras matado.

- Si lo mató sería un asesino.

Nos agredió y no harás nada, genial humano idiota.

- Te hubiera dejado morir aquella vez.

- Te encontré.

Me gire viendo que al parecer alguien me había seguido, las calles estaban solas, eso no ayudaba en nada.

-¿Quien eres?

Una sombra se movió y después se dejó ver, era el tipo del restaurante, el mismo que me había descubierto el hombro, sabía que algo andaba mal con ese sujeto.

- Al principio creí que era un error pero al ver la cicatriz supe que eras uno de ellos.

- No se de que habla.

- Un Omega con dones concedidos por la Luna, un Omega con la fuerza de un Alfa. Pero también era un Omega con el lazo roto, creía que solo era una leyenda pero ya veo que no.

¡Matalo!

Me grito mi lobo, y esta vez le haría caso. Nadie tenía que saber que estaba vivo y mucho menos dejaría que fuera a contar sobre mí.

Sus ojos se tornaron rojos y sus colmillos comenzaron a aparecer mientras yo solo lo veía esperando.

Su lobo había tomado el control, se lanzó hacia mi pero lo esquive evitando su ataque.

- Tranquilo, tu muerte será rápida.

Le dije mientras veía como corría hacia mí dispuesto a lanzarme su mordida que seguramente iría a mi cuello.

Espere a que se acercara y sin más lo lancé, mis dones se habían corventido en un arma para mí, un arma de doble filo.

Ví como caía a unos cuantos metros y comencé a caminar, toque las bolsas de mi abrigo y encontré lo que buscaba.

Era fácil, si mataba a alguien con mi don no tenía que parecer que fue alguien como yo, si no que una muerte muy común en la noche, dejando de lado el enorme hueco en el suelo, dejaría que se crearan nuevos rumores.

Llegue hasta él y ya no era un lobo, era obvio que moriría, pero parecía que no tendría que usar mi arma.

- E-ella te encontrara.

- Nadie lo hará.

- L-la gran señora te matará.

¿Una mujer? Tonterías, era algo ilógico que solo decía mientras dejaba de respirar, me di la vuelta y seguí caminando para llegar a casa, no tenía tiempo para pensar en eso.







-¿Es él?

- Sí, parece que lo encontramos.

- Vayamos a darles la noticia a los demás.
































Bueno mis ✨estrellitas✨ espero les haya gustado no se olviden de votar y comentar 😉.

Las quiero, muak 💕

- Jungyuli3312💜

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