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21 - 聞いてください...

escucha por favor...

—Felix...

—No.

—Felix...

—Ya te dije que no.

Jisung finalmente perdió la paciencia y tiró de las sábanas hasta que logró hacer que Felix se cayera de la cama.

—No es una cuestión de si quieres o no. Tienes que ir a la escuela y punto.

—No voy a ir más a la escuela. De hecho... puedes decir que me atropelló un camión, que me ahogué en un charco, no sé...inventa algo.— Felix, aun en el suelo, se envolvió entre las sábanas, como si la suave tela fuera un escudo que le impidiera a Jisung alcanzarlo.

Obviamente ese no era el caso. Su amigo lo pateó en un muslo.

—¡Ayy!— Felix se retorció, tratando de sacar su cabeza del amasijo de sábanas.— ¿Por qué me golpeas?

—Deja de ser tan imbécil y vístete, ya son las seis y media.

—No estaba bromeando cuando dije que no iba.

Jisung le dedicó una mirada asesina.

—Felix, no jodas más. Vas a ir al hospital, igual que siempre, y sí, Minho va a estar ahí. No te estoy diciendo que corras a sus brazos en cámara lenta, lo abraces con todo el amor de tu corazón, y le digas que estuviste equivocado y que lo amas. Solo te digo que vayas y te disculpes por ser un hijo de perra con él. Punto. Es lo único que debes hacer, al menos por ahora.

—Eso es exactamente lo que no quiero hacer.

—¿Crees que es correcto que dejes las cosas así?— Jisung se cruzó de brazos.— Claramente estás huyendo. Tienes que tomar responsabilidad por las cosas que haces.

—¿Cómo? ¿Cómo puedo responsabilizarme por eso?

—Solo tienes que pedirle disculpas.

—¿Y después? ¿Qué hago después de que le pida disculpas? ¿Me doy media vuelta y sigo con mi vida?

—¿Quieres hacer eso? ¿Quieres arreglar el asunto y no volver a saber de Minho? ¿Es eso? Sé sincero contigo mismo por una vez en tu vida, Felix.

Felix miró al suelo, sus labios fruncidos mientras pensaba, dejando que la tensión saliera de su cuerpo.

—No, no es eso lo que quiero.

—¿Qué quieres entonces?

—No sé... quiero que no esté molesto conmigo, quiero volver a ser capaz de hablar con él, quiero sentir de nuevo su mirada, su voz, todas esas cosas que solo hacía conmigo. Incluso preferiría que siguiera regalándome por todo. Si pudiera tener su atención de nuevo, probablemente reaccionaría de forma distinta.

—Entonces solo tienes una cosa que hacer.— Jisung le extendió su bata, ya limpia y seca.

Felix se puso de pie y tomó la prenda. Jisung asintió con un suspiro y sonrió complacido. Le dio una palmada en el hombro y se dedicó a recoger la cama mientras Felix se vestía.

Entrar a la sala ese día se sintió como algo asfixiante para Felix. Estaba nervioso. Increíblemente nervioso. Su mirada se paseaba de un lado a otro en búsqueda de cierto residente rubio. Mientras estrujaba sus dedos, iba pensando en una forma no muy tonta de disculparse, tragando en seco cada cinco segundos y deglutiendo así, poco a poco, los trozos de su orgullo.

No se tardó en verlo. Minho salió de uno de los cuartos con un par de historias clínicas en sus manos. Se veía un poco cansado, su cabello le caía sobre la cara, algo desarreglado y, a través de sus lentes se podía notar que su mirada estaba algo decaída. Probablemente usara los espejuelos para ocultar sus ojeras. Aun así, hacía las cosas con la misma energía de siempre, sin que se notara en sus acciones el cansancio, sin perder un ápice de concentración.

Sin siquiera alzar la vista, Minho continuó su camino hasta el cuarto médico, ignorando la presencia de Felix al final del pasillo. Este era el momento, después sería muy difícil hablar a solas con él. Así que Felix decidió ir por sus propios pies, olvidando con cada paso, las palabras que había logrado conformar en su mente. Se acercó con cuidado y se asomó a la puerta. Minho estaba allí, revisando papeles, como era usual, Felix abrió la boca para decir algo, las palabras se atoraron en su garganta. Respiró profundo, tratando de calmarse y organizarse. Sin embargo Minho se giró, dispuesto a salir de nuevo, era imposible que no lo hubiera visto, pero simplemente pasó de largo a su lado.

—Si no vas a decir nada al menos no te metas en el medio.— le dijo sin mirarlo y continuó con su trabajo.
Felix se quedó inmóvil allí. El tono de Minho había sido áspero, casi rudo. No lo había mirado a los ojos ni una sola vez. Sintió una presencia a sus espaldas y se giró rápidamente, esperando que fuera Minho de nuevo, pero, para su desagradable sorpresa, solo se trataba de Changbin, quien acababa de llegar.

—Vaya...— lo miró con una sonrisa burlona.-...Luce como una buena mañana.

Felix frunció los labios y se retiró antes de que Changbin le dijera algo más. Entró a su cuarto donde Jisung ya estaba examinando a los pacientes. Cerró la puerta y apoyó su espalda allí. Aun con los labios apretados.

—Supongo que no te fue bien.— le dijo Jisung sin mirarlo mientras auscultaba la espalda de Lu Han.

—Simplemente no me fue.

Jisung terminó lo que hacía rápidamente y se quitó el estetoscopio de los oídos. Lu Han lo miro con curiosidad pero Jisung se concentró en Felix.

—¿No pudiste hablar con él?— Felix negó con un movimiento de su cabeza. Jisung acomodó de nuevo el pijama de Lu Han y lo ayudó a acostarse.— Entonces...

—Entonces nada. Ni siquiera me miró. Solo me dijo que saliera del medio y siguió su camino.

—Okey...

Felix apretó sus puños.

—Me revienta un poco sabes...— su voz empezó a adquirir un matiz cínico.— Uno viene, después de armarse de valor y de luchar contra la vergüenza, dispuesto a disculparse y el muy... ni siquiera puede saludarlo a uno.

—Felix, no es por joder, pero yo tampoco te saludaría si fuera él. Nadie dijo que iba a ser fácil. Si quieres disculparte, vas a tener que insistir.

—¿Sabes qué?— Felix se separó de la puerta y la volvió a abrir.— Tienes razón.— salió del cuarto con bastante impulso, pero enseguida volvió a entrar, con miedo reflejado en su rostro.

—¿Qué pasó?

—Nada. El jefe de la sala estaba en el pasillo hablando con él.

—¿El doctor Kim?

—Sí, ese tipo me da miedo.

—A ti y a todos los mortales.— Jisung se acercó a él después de anotar la parte de respiratorio en la evolución de Lu Han. Ambos se asomaron por la hendidura de la puerta.-Espera a que se vaya y vuelve a intentarlo, y esta vez habla, di algo, que estoy seguro que te quedaste en blanco la primera vez.

—Vale.

Cuando el jefe de la sala pasó frente a ellos rumbo a la salida, Felix decidió salir y volver a intentar hablar con Minho. Sin embargo, esta vez también le fue imposible. Se acercaba el pase de visita, así que sus compañeros de curso lo atosigaban a cada rato preguntándole dudas o pidiéndole que firmara sus evoluciones. No dejándoles un instante a solas en ningún momento.

—Mierda.— Felix volvió a entrar a su cuarto. Jisung ya había terminado de examinar a los tres pacientes y estaba escribiendo.

—¿Ahora tampoco pudiste?

—No, y para colmo él lo sabe. Es imposible que no notara mi presencia. Me está ignorando, Jisung. ¡Me está ignorando!

—Bueno...— Jisung se encogió de hombros y continuó su trabajo.

—¿Solo eso me vas a decir?— Felix se extrañó ante el poco interés de Jisung.

—Es que...— iba a hablar, pero se detuvo a mitad de la frase y, en cambio, le hizo un gesto a Felix para que se acercara.— Mira esto.— bajó el volumen de su voz y le mostró los resultados del último hemograma que le habían hecho a Lu Han.

—¿Qué tiene?

— Mira la hemoglobina. Siguen en cinco y tanto.

—¿Aún sigue con anemia?— Felix se agachó para quedar a la altura de Jisung y poder mirar mejor. Las cifras de hemoglobina de Lu Han habían estado muy bajas desde su ingreso y, a pesar del tratamiento, no parecía haber mucha mejoría.

—Sí. Hoy lo examiné y está adquiriendo tintes un poco cianóticos en los dedos. Además de que sus mucosas se están empezando a poner amarillentas. No creo que deba evolucionar así, se que solo lleva un día aquí pero luce mucho peor que ayer.

—Eso no es normal.— Felix agarró la historia y buscó la discusión diagnóstica.— Aquí dice que el diagnóstico que tiene es de anemia ferropénica.

—Sí, pero...— Jisung tomó la historia de vuelta.— Yo no sé mucho de eso, pero no creo que sea posible llegar a ese diagnóstico sin haber hecho ningún examen hematológico más específico, como conteo de reticulocitos, lámina periférica o...

—O dosificación de ferritina incluso.— completó Felix.— ¿Quién hizo esto?— Felix buscó la firma, enseguida su rostro adquirió una mueca ligeramente desagradable.— Seo Changbin. ¿Cómo es posible que nosotros sepamos eso y él no?

Jisung también vio la firma.

—¿Qué se estará pensando este tipo de la vida? De verdad que lo tengo entre ceja y ceja. ¡Imbécil! Así se hace llamar interno y se pasa el día mangoneándolo a uno cuando ni siquiera puede hacer bien su trabajo.

—Entonces... ¿Ambos coincidimos en que esto está mal?

—Claro, y lo peor del caso es que están tratando a Lu Han de una enfermedad que no tiene.— ambos giraron sus cabezas para ver al chico, pero este se había girado sobre su costado y se había vuelto a dormir. Se notaba en su semblante que estaba cansado y débil.

—Pobre...— Jisung lo miró con lástima.— Me dijo que se sentía cansado. No tenía apetito, lleva varios días así, desde antes de ingresar incluso. Es tan joven...

Felix se puso de pie bruscamente, con la historia clínica en sus brazos.

—¿Qué haces?— Jisung estiró el cuello para mirarlo, Felix lucía muy decidido.

—Voy a enseñarle esto a Minho.

—Pero...

—Pero nada, si de paso consigo hablar con él, felicidades, pero no puedo dejar pasar esto por un problema estúpido entre él y yo. Los pacientes no tienen la culpa. Y tanto tu como yo sospechamos lo mismo. No podemos seguir perdiendo tiempo.

—Está bien... Jisung esbozó una sonrisa maternal.— Ve, hijo mío, ve.

—No seas tonto.— Felix rodó los ojos, y se dio la vuelta, dispuesto a buscar al susodicho residente.

De nuevo lo encontró en el cuarto médico y, por suerte para él, en ese instante no había nadie más allí. Una vez que estuvo adentro, cerró la puerta, haciendo que Minho alzara la vista y notara su presencia.

—Tengo que hablar contigo.— Felix puso la historia clínica de la cama dos sobre la mesa.

—Ahora no, Felix.— Minho devolvió su atención a las indicaciones que estaba pasando.

—No vine a hablarte de ese asunto.— Felix rodeó la mesa y puso la historia frente a Minho, abierta en la página de la discusión diagnóstica.— Es sobre esto.

Minho miró el documento.

—¿Tú también te diste cuenta?

—¿O sea que ya lo sabían?— Felix lo miró, sorprendido.

—Sehun se dio cuenta ayer...— Minho se quitó las gafas.— Le extrajimos sangre para hacerle algunos complementarios más, dependiendo de lo que resulte, tendremos que hacerle una biopsia de médula ósea para confirmar la existencia de otro diagnóstico.

—¿Entonces es cierto? ¿Changbin hizo mal el diagnóstico?

—Exactamente. No hay forma de que sea una anemia ferropénica. Y, aunque lo fuera, le era imposible saberlo sin otros exámenes.

—¿Pero qué demonios le pasa? Pensé que había una posibilidad de que fuéramos nosotros quienes estábamos mal pero si incluso tú lo notaste...

—¿Ustedes se dieron cuenta solos?

—De hecho fue Jisung.— Felix se acarició la nuca.— Notó que el paciente estaba empeorando al examen físico así que revisó toda la historia y notó esas incongruencias entre el diagnóstico y los complementarios.

—Los felicito entonces.— Minho tomó la historia clínica y se puso de pie.— Están haciendo un buen trabajo. ¿Ya terminaron las evoluciones?

—Sí, pero...— Felix intentó detenerlo al ver que se iba.— Minho... yo quería...

—Te dije que no, Felix.

—¿Ni siquiera vas a oír lo que te quiero decir? ¿Quién está siendo cobarde ahora?

—No estoy siendo cobarde, en absoluto. El error aquí es tuyo por pensar que siempre voy a estar dispuesto a oírte. No puedo funcionar según tus caprichos, Felix. Ya soy un poco mayor como para dejarme llevar por tus malcriadeces.

—¿Disculpa?— Felix fingió no entender.— ¿Mis malcriadeces?

—Sí, Felix, tus malcriadeces. ¿Hasta cuándo pensaste que te iba a aguantar? Por mucho que me gustes todo tiene un límite.

—Espera...— Felix se dio cuenta de algo en ese momento.— ¿Eso significa que ni siquiera vas a oírme?

—Al menos no hoy.

—¿Entonces cuando?

—No sé. No quiero seguir siendo algo con lo que crees que puedes jugar.

—Nunca jugué contigo. Solo... solo fue un malentendido. Tú tampoco me aclaraste nunca las cosas.

—No podía aclarar un malentendido que no sabía que existía. ¿Cómo iba a tener idea del complejo de idioteces que pasaba por tu mente?
Felix no pudo pensar en nada que contestar a eso.

—Solo déjame tranquilo.— concluyó Minho, saliendo, y dejando a Felix allí, de pie, en medio del cuarto médico, sin saber exactamente que podría hacer.

—Pero es que cada día lo haces mejor y mejor.— Changbin entró después de que Minho saliera, aplaudiendo lentamente con una sonrisa de autosuficiencia. Felix lo miró, por primera vez se reflejó odio en su mirada.

—Tú... ¿Cómo te las arreglas para aparecer en los mejores momentos?

—¿Algún problema con eso?

—¿Qué demonios está mal contigo? ¿Por qué haces las cosas que haces? Discúlpame, pero alguien que dice disfrutar la medicina interna como lo haces tú no puede haber hecho semejante diagnóstico.— Felix señaló la historia clínica que aun reposaba sobre la mesa.

—¿Estás hablando de Lu Han?— Changbin se sentó sobre la mesa.— Ese día puede que estuviera un poco distraído.

—Tiene un mal diagnóstico. Ahora tendremos que esperar varias horas, tal vez incluso días, hasta poder hacer un diagnóstico de certeza, mientras tanto, él seguirá sin un tratamiento adecuado. ¿Eso te importa tan poco?

—Ese es mi problema. No el tuyo.

—En serio sigo sin entender lo que pasa por tu cabeza.

—No necesitas entender nada. Solo necesitas saber dónde está tu lugar y permanecer allí.

—¿A qué te refieres?

—Lee Minho. A eso me refiero.

—¿Qué hay con él?

—Yo no soy tan estúpido como tú, Lee.— Changbin se puso de pie nuevamente y se acercó peligrosamente a Felix.-Yo sí me llevo los pases. No pienses que no he notado todo tu asunto con él. Si no conoces tu lugar, ya te lo aclaro yo. Tu lugar está lejos de él. Punto.
Felix se mordió el labio.

—No me gusta que me hables así.

—¿Y qué vas a hacer al respecto? No creo que Minho venga a ayudarte ahora mismo.

—No necesito de la ayuda de nadie. Como mismo no necesito a nadie diciéndome cual es "mi lugar".— Felix le sostuvo la mirada.— Creo que, quien debería dejar el pasado en el pasado eres tú. Solo digo... no creo que seas precisamente la persona favorita de Minho este año.

—¿Quieres que te cuente un secreto? Creo que tú tampoco. Al menos a mí no me ignoran en el pasillo.

—Yo no estaría tan seguro.

—Mira, Felix. Aclaremos algo. Si hay algo que no quieres hacer, es tener problemas conmigo. Así que solo escucha lo que te digo y aléjate de Minho de una vez por todas. Vuelve con tu novia, ser homosexual no es para ti. Déjale eso a quienes saben como se hace.

—¿De qué estás hablando ahora?

—¿Cómo crees que se sentirá Ji Ann si se entera de que la dejaste por un hombre, y mucho mayor que tú, además?

—No metas a Ann en esto. De hecho... -Felix cayó en cuenta.-¿Cómo sabes que ella existe siquiera?

—Solo basta con que sepas que conmigo no te debes meter. Sé más de lo que piensas.

—No tengo nada que esconder.

—Pero si tienes mucho que perder.

—Todo esto se resume a que quieres a Minho para ti. ¿Tan siquiera lo amas?

—Eso no es lo que importa. Lo que importa es que nadie, absolutamente nadie, me puede hacer quedar en ridículo. Y Minho no es diferente.

—Tus razones son un asco.

—Las tuyas no son mejores. ¿O me vas a decir que tú sí lo amas?

—Al menos yo...— pero Felix interrumpió sus palabras.

—¿Al menos tú que, Lee?

—Al menos yo no quiero lastimarlo.
Changbin solo elevó las comisuras de sus labios en una sonrisa de superioridad y se dio la vuelta.

—Solo recuerda lo que te dije.— se despidió dejando de nuevo a Felix solo.

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