17 - 話したい...
necesito hablar...
Felix sonrió, pero no agregó nada más. Cuando llegaron al quirófano, Minho le indicó que se pusiera la ropa antiséptica y la máscara para poder entrar a la zona donde se llevaba a cabo la cirugía.
Estaba realmente ansioso, no es que la cirugía fuera algo que le interesara mucho, pero no hay ningún estudiante de medicina en este mundo que no quiera ver o participar en una. Según le había comentado Minho, lo que iban a ver era una apendicectomía. Una cirugía bastante rápida y sencilla, pero que, aun así, era bueno que la viera, al ser un procedimiento bastante común. En el interior del cuarto donde se llevaba a cabo la operación solo había unas cuatro personas, dos estaban trabajando directamente sobre el paciente, otro estaba a un lado, pasando material, aspirando y realizando cualquier otra labor sencilla, y la última persona estaba filmando todo con una cámara de mano. Cuando Minho y Felix entraron, los cuatro pares de ojos se volvieron a verlos.
—¡Eh! ¡Minho! ¿Y eso que decidiste rebajarte y venir aquí con los cirujanos?— lo saludó uno de los que estaban operando, sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.
—Solo vine a mirar. Traigo un estudiante de tercero.— Felix permanecía detrás de Minho, sin saber bien qué hacer.
—¿Y no piensas trabajar?
—Creo que hay suficiente gente aquí para eso.
—Pues Hyunjin ya hizo las primeras incisiones, no lo puedo mandar a cerrar también. ¿Harías los honores?
—¿Tienes idea del tiempo que hace que no realizo una sutura?
—Mejor... así practicas.
Felix se fijó mejor en el chico que estaba pasando material, reconoció su rostro, aún por debajo de la máscara. Era Hyunjin, el interno con quien había realizado su guardia la semana anterior.
—¿Quieres quedarte a hacer las suturas conmigo?— sintió que Minho le susurraba.— Te dejaré ayudarme.
Su rostro se volvió a iluminar con una sonrisa, aunque esto era apenas perceptible por debajo de la máscara azul que tapaba su cara desde la mitad de su nariz hasta su mentón. Asintió en respuesta, a lo que Minho le dedicó una mirada complacida.
—Pues si insisten, yo cierro.— aceptó finalmente, dirigiéndose a los demás.
—Ok...— el doctor que había hablado con él se centró por completo en lo que hacía.— Eso significa que al menos podremos almorzar a tiempo.
Minho se acercó más, tirando de Felix para que este pudiera observar. Aquello no se parecía en nada a lo que había visto en el cuerpo de guardia. Había sangre, sí, pero esta era muy poca, todo estaba controlado. La incisión en la que estaban trabajando no medía mucho más de diez centímetros, y, a través de esa pequeña abertura, realizaban todo el trabajo. Aquellos doctores hacían eso como si fuera extremadamente sencillo, con pericia. Felix nunca había visto el interior de una persona, pero, en ese ambiente tan controlado, no resultaba para nada traumático, era de hecho, interesante. Seguía sin ser su vocación, pero no podía negar que la cirugía era algo extremadamente fascinante.
—¿Ves eso?— Minho se acercó a su oído para hablarle sin levantar su voz. Se refería a lo que estaban a punto de cortar en ese momento.— Ese es el apéndice. Lo tienen que extraer debido a que esta inflamado. Lo que todo el mundo conoce por apendicitis, es el resultado de una inflamación del apéndice debido a un cuadro séptico producido por algún microorganismo o por cualquier otra causa, no sé, irritativa... produce un abdomen agudo y es necesaria su extracción urgente.
Felix asintió quedamente mientras miraba con atención todo lo que los cirujanos hacían.
—... ¿Ves?— Minho señaló.— Primero realizan una ligadura, luego cortan y cauterizan. Así se evitan hemorragias y otras complicaciones. En realidad es algo sencillo.— Minho estaba demasiado cerca del oído de Felix y ya esto estaba haciendo que al chico le fuera un poco difícil concentrarse. Además, no era solo cerca de su oído, Minho estaba completamente pegado a él. En otro momento no le hubiera molestado mucho, al menos no de la manera que lo estaba haciendo. Pero ahora...
—Ahora solo queda limpiar toda la zona peritoneal y empezar a cerrar.— le comentó Minho una vez que hubieron terminado la extracción.— Ahí entramos nosotros...— tomó su mano y lo llevó de nuevo fuera del quirófano.
—¿A dónde vamos?— le preguntó, tratando de ignorar el hecho de que Minho estuviera sujetando su mano, rozádole la palma con la yema de sus dedos, irrealmente suaves...
—A lavarnos y ponernos guantes. Si vamos a entrar tenemos que asegurarnos de que todo este aséptico.— se quitó su máscara y le dedicó una mirada burlona a Felix.— ¿O planeas participar en una operación después de haberle dado setenta vueltas a un hospital y haberte llenado de cuanto bicho hay por ahí?
—Bueno... no.— Felix respondió lentamente.— Espera... ¿voy a participar?
—Un poquito, sí.— Minho fue hasta la zona donde se debían lavar las manos, indicándole a Felix que hiciera exactamente lo mismo que él.
En ese momento Hyunjin entró, dispuesto a quitarse la ropa aséptica.
—¿Qué hay, Minho?— lo saludó dándole una palmada en el hombro.
—Hola.— le contestó, terminando de lavarse las manos.— Ayúdame con los guantes... ¿Ya está todo listo para cerrar?
—Sí, ya puedes ir.
—Bien, ayuda a Felix también.— le pidió mientras se dirigía de vuelta al quirófano con los brazos flexionados frente a él.
Hyunjin se dirigió a donde estaba Felix y lo ayudó a terminar de lavarse.
—¿Es tu primera cirugía?— le preguntó con una sonrisa.
—¿Se nota?— Felix le contestó, sacudiéndose, un poco nervioso.
—Estas eufórico... es bastante obvio. ¿Te gusta la cirugía?
—La verdad es que no, pero es interesante. Además, nunca he participado en una y Minho me va a dejar ayudarle a cerrar. ¿No es genial?
—Supongo. Yo también estaba así de contento como tú cuando vi mi primera cirugía.
—¿Sí?
—Sí, aunque en mi caso fue en primer año. Desde que me convertí en alumno ayudante.
—Wow...
—Sí, ya he visto más cirugías de las necesarias, aunque aún no me dejan hacer la gran cosa.
—Aun así es genial.— Felix extendió los brazos para que Hyunjin le pusiera los guantes.— Digo... se nota que te gusta y le has dedicado mucho tiempo... yo aún no tengo idea de a qué me voy a dedicar.
—No te preocupes por eso. Tengo compañeros que, también estando en sexto, siguen sin saber que especialidad pedir, o si se van a quedar como médicos generales.
—¿No se supone que ya en sexto debes tener esas cosas claras?
—Bueno... el sexto año es como un repaso de toda la carrera, digamos que es la última oportunidad que tienes para decidirte. Aunque no soy el único que lleva toda la carrera sabiendo lo que quiere. Uno de mis compañeros de año, Changbin, ha estado interesado en la medicina interna desde el principio, recuerdo que peleábamos mucho por eso. No sé si has notado que los cirujanos y los internistas no tienen precisamente las mejores relaciones.
—¿Changbin?— Felix mostró un súbito interés.— ¿Te refieres a Seo Changbin?
—Sí, ese. ¿Lo conoces?
—Está rotando por mi sala, es el interno de mi cuarto.
—Pues te compadezco.— Hyunjin terminó con los guantes y se giró para buscar otra máscara.
—¿A qué te refieres?
—Digamos que... Changbin no es muy bueno en lo que se refiere a las cosas docentes, y su personalidad no es la mejor tampoco. No lo digo por lo que te comenté de cirujanos e internistas... es solo que... sé que le gusta la clínica, pero sus verdaderos interese siempre me han resultado un poco turbios. Me refiero a que le gusta mucho obtener lo que quiere, sea cual sea el método que tenga que usar. No creo que esa falta de escrúpulos sea algo que un médico deba tener... además esta ese otro asunto...
—¿Qué asunto?
—No creo que tengas que saber esas cosas...— Hyunjin estiró la máscara frente al rostro de Felix, dispuesto a ponérsela.
—¡Espera!— Felix se echó hacia atrás.— ¡Cuéntame!
Hyunjin dejó caer sus brazos y miró a través del cristal que separaba ese cuarto del quirófano, ya Minho estaba allí, asegurándose de tener todo lo necesario y esperando a que los otros cirujanos salieran. Volvió su vista a Felix, el chico lo miraba fijamente, su semblante denotaba la intensidad de su curiosidad.
—Ya debes haberlo notado... si no me equivoco, hay algo entre tú y Minho ¿Cierto?— Felix pestañeó varias veces. Era obvio que esa afirmación lo había tomado por sorpresa.
—No, no hay nada.— Hyunjin enarcó una ceja. ¨Sí, como no¨ parecía querer decir con su expresión.
—Algo hay, Felix. Sea lo que sea. Aunque tú finjas que no, es más que obvio que Minho tiene algún tipo de interés en ti. Pero ese no es el asunto. Lo que sucede es que, Changbin y Minho... no sé si deba decirte esto, pero hubo algo entre ellos. En el pasado... cuando estábamos en tercero. Minho era residente de primer año. Y... no sé los detalles, pero él y Changbin tenían algo. Cuando las cosas terminaron, Changbin lucía realmente inconforme. Fue un asuntito bastante intenso, ¿sabes? Changbin es del tipo al que le gusta hacer escenitas. El asunto se elevó un poco y a Changbin le llamaron la atención seriamente, por eso está tratando de mantener un perfil bajo desde entonces, no se puede arriesgar a que haya otro escándalo o probablemente lo echen de la carrera, y es muy jodido que te echen en sexto año ¿sabes? Aun así no creo que se haya dado por vencido, ahora tiene a Minho a su alcance todos los días, y como obviamente Minho prefiere dedicarte su atención, puede que Changbin la coja contigo. Así que solo te digo que te cuides de él.— Hyunjin miró a ambos lados y se acercó un poco a Felix para susurrar.— Es un verdadero hijo de perra, te lo digo yo.
Felix se quedó en silencio, procesando todo lo que Hyunjin le acababa de decir. Hyun aprovechó el momento para finalmente ponerle la máscara y empujarlo por los hombros rumbo al quirófano.
—Aquí tienes.-. Le dijo a Minho una vez que hubo dejado al chico allí.— Yo me voy.
—Nos vemos.— le contestó el residente. Felix permaneció inmóvil en su lugar, mirando fijamente al piso. Minho se le acercó, se notaba que había muchas cosas sucediendo en su mente.
—¿Qué te pasa? ¿No quieres hacerlo?— Minho rozó su frente junto con la de Felix, no podía usar sus manos, pero quería tocarlo de alguna manera.— ¿Tienes miedo?— Felix negó, aun rozando sus frentes juntas.— ¿Entonces qué sucede?
Felix alzó la vista, sus rostros peligrosamente cerca.
—¿Podemos hablar? ¿Después?
Minho se separó un poco, lo suficiente como para verlo bien. El chico lo miraba con seriedad, la preocupación reflejada en su expresión. Le dedicó una suave sonrisa, muy ligera, casi invisible por la máscara.
—Claro. Ahora ven... hay una persona con su abdomen abierto esperando por nosotros.
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