05 - これわ最悪です...
esto es lo peor...
El colmo de los colmos.
Felix no encontraba otra forma de describirlo. Siguió corriendo mientras sentía su teléfono volver a vibrar dentro de su bolsillo. Seguro era otra llamada de Jisung. ¿Por qué seguiría insistiendo? No porque lo llamara más veces iba a llegar más rápido.
Sí, iba tarde, bastante tarde. No era para menos cuando había estado dando vueltas en la cama casi hasta las tres de la mañana. Su mente había estado viajando frenéticamente de un lugar a otro, incapaz de conciliar el sueño. Ahora solo era un despojo humano cansado y ojeroso, corriendo por la acera con su bata blanca aun sin abotonar y su mochila colgando descuidadamente de sus hombros. Sin embargo, una vez que entró al hospital enseguida se sintió en su lugar, allí era donde debían estar los despojos humanos ojerosos, a eso se resumía ser un estudiante de medicina ¿no?
Subió a la sala en un abrir y cerrar de ojos, aprovechó para componer su vestuario en el elevador y entrar más o menos presentable. Cuando abrió las puertas de la sala lo recibió una multitud aglomerada en medio del pasillo. Todos los demás estudiantes parecían estar atentos a algo que decía el doctor a cargo de la sala. Felix se acercó al gentío notando la presencia de Jisung a unos pasos. ¿Cómo era posible que aquel chico irradiara tanta felicidad? Parecía recién salido de un anuncio de pasta dental, era una sonrisa con patas. Notó que Jisung tenía la vista fija en un punto más allá del doctor que hablaba. Felix siguió la dirección de sus ojos, notando un par de caras nuevas. Uno de ellos era un doctor al cual nunca había visto antes, permanecía de pie, cerca del rincón, pero aun así su presencia era imponente, tenía el cabello negro, brillante y una expresión seria y responsable, lucía bien, al menos era lo que se esperaba en un médico: buen porte e inspirar confianza. La vista de Felix viajó al otro doctor. Ese doctor...
Diablos.
...
...
...
Ese doctor era Minho.
¿Qué demonios hacia Minho en su sala vestido de doctor?
De repente los demás estudiantes comenzaron a aplaudir sin armar mucho alboroto para acto seguido dispersarse. Felix aprovechó para acercarse a Jisung, quien continuaba sonriendo deslumbrantemente.
—¿Qué demonios está pasando?
—Ah, hola. Al fin llegas. Te llamé como diez veces.
—Sí, sí, lo que sea. ¿Qué hace él aquí? — Inquirió señalando a Minho que conversaba animadamente con otros doctores a unos metros de distancia.
—¿No escuchaste?
—No, estaba muy ocupado estando en shock. — respondió Felix sarcástico
— Pues bien merecido te lo tienes. No estuvieras en shock ahora si me hubieras dejado hablar ayer. Te informo, ahora que ya quieres saberlo, que Lee Minho es uno de los residentes de esta sala. Tanto él como el otro doctor son los residentes que estaban en un seminario en el extranjero y por eso no se habían incorporado.
Felix se quedó en blanco.
Era mentira ¿cierto?
— No puede ser...— dijo finalmente.
— ¡Hola!— Minho se acercó a los chicos sin que ninguno lo notara y los saludó efusivamente.
— Hola, doctor Minho. — respondió Jisung con cordialidad. Felix solo resopló y se alejó del lugar rumbo a la habitación que le tocaba atender.
—¿Le sucede algo? Ayer se fue sin decirme nada. — Preguntó Minho genuinamente preocupado. Jisung sonrió con picardía
—Digamos que no se está tomando muy bien todos los sucesos de esa noche.
—¿Eh? ¿Por qué?
—¿Qué sucede? — Chan se acercó y pasó una mano por los hombros de Minho notando repentinamente la presencia de Jisung. -Ah... ¡Hola! Te estaba buscando. Quería saludarte. Luces muy bien con tu bata. — se separo instantáneamente de Minho, ya no le importaba para nada lo que le había preguntado. -¿Cómo te va aquí?— dejó al pelirrojo con la palabra en la boca, toda su atención estaba ahora concentrada en Jisung.
Minho pensó que lo mejor sería dedicarse a otra cosa. Se dirigió al cuarto al que había visto entrar a Felix. Era la primera habitación de la sala. De las tres camas que había, solo dos estaban ocupadas. En la primera había un chico que se comenzó a arreglar el cabello al notar su presencia. Y en la última estaba un señor mayor que dormitaba. Junto a aquella cama estaba Felix, quien solo había alzado la vista brevemente al verlo entrar para luego seguir escribiendo en la historia clínica, ignorándolo por completo.
Minho decidió ser cauteloso. Aun no entendía bien el porqué de la actitud de Felix. Tomó la historia de la primera cama y la hojeó. Los estudiantes de tercer año, a aquel nivel del curso académico, sólo tenían autorización para realizar las evoluciones médicas de los pacientes cada mañana. Así que buscó la evolución más reciente para revisarla. Se trataba de una letra elegante y redondeada, aun bastante fácil de entender. Solo notó un par de errores, en su mayor parte de redacción.
Decidió entonces ir hasta donde estaba Felix. Notó que con cada paso que daba más cerca, los dedos del chico se crispaban alrededor del bolígrafo, e inconscientemente iba retrocediendo contra la pared. Rodeó la cama y se puso del lado contrario al que se encontraba Felix. Examinó el pulso del paciente y lo tocó en búsqueda de fiebre. Finalmente le dirigió la palabra a Felix.
—¿Cómo se encuentra este paciente? — su voz era neutral.
Felix no lo miró. Sólo contestó con un tono demasiado agrio
— En unos minutos terminaré la evolución. Puede leerla entonces.
Esto bastó para hacer que la ceja de Minho vibrara. Podía lidiar con la mala cara y el tonito irritante, pero no iba a aceptar mediocridades en el trabajo con los pacientes. Ya la actitud de Felix lo estaba sacando de quicio. Se aprovechó del hecho de que los residentes debían encargarse también de la docencia de los estudiantes de tercer año para poner a Felix en su lugar. No iba a permitir que una simple malcriadez lo llevara a salirse con la suya.
—Preséntame el caso entonces. — insistió.
Felix alzó la vista desafiante.
— Aun no estamos aptos para hacer presentaciones de casos.
— Pues dime lo positivo que encontraste al examen físico. — Si Felix quería guerra, pues se la iba a dar.
Jisung entró en la habitación, unos minutos después, acompañado de Chan que reía como si hubiera acabado de escuchar el chiste más gracioso del mundo. Sin embargo, ambos notaron enseguida la punzante tensión en el ambiente. Felix y Minho seguían de pie junto a la última cama enfrascados en su debate. Jisung se acercó al chico de la primera cama y rozando levemente su mano, llamó su atención.
—¿Qué está pasando?
El chico dejó de mirar la escena y se volvió hacia él.
—No sé, ese doctor ha entrado de repente y le ha empezado a preguntar cosas a Felix. Pero creo que no le ha gustado su actitud y ya lleva un buen rato haciéndole preguntas difíciles.
Jisung se giró a ver a Chan.
—¿Normalmente Minho es así?
El pelinegro se encogió de hombros.
— No le gusta la mediocridad, pero tampoco es un abusador. No sé que le puede haber pasado.
Jisung decidió acercarse entonces a ellos dos.
—...si me dices que tiene estertores, entonces me tienes que explicar dónde, en qué plano y de qué tipo son. No resuelvo nada con que me digas que detectas estertores a la auscultación si no me dices nada de eso. -Minho prácticamente le estaba gritando a Felix mientras lo señalaba con el estetoscopio que acaba de usar para examinar al paciente.
Felix rodó los ojos. Obviamente estaba incómodo con la repentina evaluación de conocimientos. Además, la actitud de Minho también lo estaba alterando.
Minho le arrebató la historia clínica de la mano con un gesto brusco, mirando brevemente lo que Felix llevaba escrito. Sin la más mínima contemplación arrancó la hoja que tenía la evolución a medio hacer y, estrujándola, la lanzó a la basura.
—Eso está mal. — se revolvió los cabellos. -Si vas a hacer mierdas, mejor no hagas nada. Pero mientras estés aquí vas a tener que hacerlo, y hacerlo bien. — le devolvió la historia, golpeando su pecho con ella. -Asegúrate de poner todo lo que te dije. La quiero lista antes de las once de la mañana.
Se retiró después de esto mientras se acomodaba el estetoscopio en el cuello. Chan y Jisung lo dejaron salir en silencio. No traía una cara amigable en lo más mínimo. Felix en cambio estaba vibrando de la rabia. Parecía a punto de coger el bolígrafo que tenía entre sus dedos y partirlo en mil pedazos. Las venas de su cuello se marcaban y sus orejas estaban rojas. Chan se acercó un poco a él y le puso una mano suavemente en el hombro.
—¿Por qué no vas y tomas algo para que te refresques un poco? Después haz la evolución y me la enseñas a mí. Yo te la revisaré con calma. ¿sí?
Felix tragó en seco y asintió brevemente para retirase de la habitación en silencio.
Jisung quiso seguirlo, pero pensó que lo más probable era que quisiera estar solo. Él también era estudiante y entendía lo frustrante que podía ser cuando algún profesor devaluaba tu trabajo de aquella manera.
—Creo que Minho se ha pasado un poco... -Chan había recogido el papel estrujado que contenía la evolución hecha por Felix. -Esto no está tan mal hecho. Hubiera sido mejor si sólo le señalara lo errores. Se supone que ustedes aún están aprendiendo.
Doblo el papel y se lo dio a Jisung.
— Yo iré a hablar con Minho. Ustedes solo terminen lo que tienen que hacer y recuerden darme las evoluciones a mi primero ¿sí? — se despidió brevemente sacudiendo el pelo de Jisung.
—Esta bien, hyung. — el chico le dedico una de sus sonrisas brillantes.
Chan salió de la habitación y se encontró a Minho en el cuarto médico donde unas estudiantes casi lo habían acorralado para enseñarle una placa de rayos x. Minho sonreía amablemente mientras les explicaba lo que tenían que mirar cuidadosamente en la imagen. Al parecer su problema no era con los estudiantes en general, sino solo con aquel chico.
—¡Minho! — lo llamó. Las chicas se volvieron y al verlo comenzaron a sonreír y a hacer algunos comentarios entre ellas.
Personalmente detestaba cuando las chicas hacían eso, parecían un enjambre de insectos molestos.
—¿Necesitas algo? — Su compañero alzó la vista de lo que hacía y lo miró.
—Ven conmigo un momento.
Minho se excusó con las estudiantes y salió del cuarto médico junto a Chan. Caminaron hasta la zona de descanso y se pararon frente a las grandes ventanas que daban al patio interior del hospital.
—¿Qué fue eso de hace un momento?— Le preguntó sin rodeos
—¿A qué te refieres? — Minho esquivaba su mirada.
— Al bullying didáctico que acabas de hacerle a aquel chico. ¿Qué te pasa? Has dado docencia antes, no es común que un estudiante te saque de tus casillas.
—Su actitud me molestó. Solo eso...
—¿Solo eso? Minho, arrancaste su evolución de la historia clínica y le dijiste que lo que había hecho era una mierda. ¿Cómo te hubieras sentido tú si algún residente te hubiera hecho eso cuando estabas en tercero?
—Eso y esto son cosas distintas...
—Tienes algún problema personal con ese chico ¿cierto?
—Más que un problema personal, es un choque de personalidades. — Minho miraba por la ventana mientras jugueteaba con el estetoscopio, Chan sabía que hacía eso cuando estaba incómodo. — Mira Chris., soy consciente de que me pasé un poco, no debes preocuparte, no se lo haré a ningún otro estudiante.
—Pero a él si se lo volverás a hacer. ¿No?
—Solo si se lo busca.
Chan lo miró cuidadosamente, era obvio que tenía algún asunto con ese estudiante en particular, y él sabia mejor que nadie lo testarudo que era Minho. Claramente no iba a obtener más nada hablando con él.
—Solo piensa dos veces antes de actuar cuando estés con él. ¿Sí?
—Vale...
Minho se dio la vuelta y volvió a sus asuntos. Sin embargo, su mente seguía divagando. Era difícil concentrarse y eso, para un médico, era inadmisible. Sin embargo, no se podía dejar de preguntar por qué demonios Felix estaba actuando así con él.
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