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CAPÍTULO 6

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Peter se asomó para ver detrás de su asiento, en la filas traseras estaba Brad con la atención puesta en su teléfono móvil. Cuando volvió su mirada hacia el frente, se encogió en su asiento y se puso las gafas. Sarah esta vez iba en otro asiento junto a Mandy. 

—¿EDITH? 

—Hola Peter. ¿En qué puedo ayudarte?

—Hola. Un chico de mi salón va a arruinar todo con Becky... 

—Peter, tengo dificultades para oírte. ¿Puedes hablar más alto?

—Brad Davis —Peter repitió—. Tiene una foto mía...

—Brad Davis. ¿Se considera un blanco?

Ante la pregunta, Peter se giró y los lentes mostraron que Brad veía la foto del desafortunado malentendido con la agente de Fury. A su vez el chico no podía dejar de mirar a Sarah quien reía de alguna cosa hilarante que soltó Mandy,

—Sí, es el blanco, es el blanco. 

—Entendido —Las gafas mostraron varias fotografías de Brad, sus datos y un mapa satélital—. El blanco es Brad Davis. Iniciado ataque. 

Peter parpadeó confundido—. ¿Iniciado qué, perdón?

—Punto de intercepción determinado. Lanzando vehículo letal.

—EDITH —Peter abrió y cerró la boca varias veces, conmocionado. Gracias a las gafas pudo ver el vehículo acercándose al autobús—. No puede ser...—gimió antes de que Flash le quitara las gafas.

—Que gafas tan finas, Parker —se las puso—. ¿Cómo las pagaste?

—¡Flash, dámelas! ¡Qué me las des! —exclamó bajo, estirando su brazo mientras Flash reía y resistía. 

Sarah dejó de escuchar el relato de Mandy al ver la aparente discusión entre Flash y Peter. Frunció el ceño inconscientemente, no era extraño que Thompson molestara a Peter y ella saltara para defenderlo.

Peter apretó los dientes y levantó la mano con intención de quitarle las gafas a Flash, pero su mano golpeó el rostro de su compañero demasiado fuerte provocando que quedara inconsciente.

Los ojos de Peter se abrieron de par en par y mantuvo la boca abierta en estado de shock.

—Perdóname —Peter susurró, agarrando los lentes para nuevamente ponérselos—. ¡EDITH! ¡No mates a Brad!

—Peter, ¿quieres cancelar el ataque de dron contra Brad Davis? 

Brad se levantó de su asiento, dispuesto a acercarse a Sarah quien también se levantaba de su propio asiento. 

—¿Golpeaste a Flash? —preguntó una de sus compañeras.

—No —respondió rápidamente.

—Disparando.

Peter lanzó una red al volante y lo jaló, haciendo que el autobús se desviara y el disparo del dron impactara contra el espejo lateral. Sarah dejó escapar un pequeño grito cuando fue empujada hacia la ventana, pero antes de que pudiera golpearse el rostro puso la mano contra la ventana con demasiada fuerza causando que se agrietara.

—¿Estás bien? —preguntó Mandy con los ojos abiertos de par en par.

Sarah no respondió y miró a través de la ventana, percatándose de un dron preparándose nuevamente para atacar el autobús.

Dimitri desvió el autobús hacia el carril, golpeando el autobús contra la barandilla de metal. Todos en el autobús nuevamente exclamaron asustados. 

—¡EDITH! —Peter exclamó cuando se puso de pie, solo para darse cuenta de que no tenía las gafas. Mirando a su alrededor, los vio en los escalones de la puerta.

Peter se los volvió a poner.

—Comenzando el segundo golpe.

—¡Peter, pon las pompis en tu asiento y ponte el cinturón! —ordenó el Señor Harrington.

Peter extendió su mano, señalando hacia la ventana—. ¡Miren cabras monteses bebé! 

Todos se volvieron sorprendidos. 

Sarah vio a Peter saltar de la escotilla superior del autobús y derribar el dron que los atacaba, para rápidamente volver al vehículo como si nada hubiera pasado. Todos se giraron hacia Peter cuando aterrizó sobre sus pies.

—No veo cabras monteses.

Peter asintió con el cabello alborotado—. Se las perdieron.

—Sé que tú crees que nadie lo notó Peter... —dijo Betty, entrecerrando los ojos dándole una mirada sospechosa.

Peter parpadeó, inclinándose hacia adelante.

—¿Qué?

—Pero tu nuevo look... me encanta —Betty sonrió, asintiendo con orgullo—. ¿O no bebé?

—Sofisticado, con estilo y muy europeo—Ned estuvo de acuerdo con ella automáticamente. 

Peter se dejó caer a su asiento y soltó un suspiro cerrando los ojos por unos segundo. 

—Hagamos otro intento.

Cuando los volvió a abrir, Sarah estaba a su lado y no mostraba su sonrisa usual, más bien lo miraba seriamente y con el ceño fruncido. Peter parpadeó un par de veces, tenía el cuerpo congelado por la sorpresa.

Tragó en seco—.¿Becky?

—¿Qué diantres fue eso?

Peter quiso idear alguna excusa, pero contrario a lo que estaba acostumbrado, la mirada de la rubia le producías escalofríos.

No podía mentirle, entonces golpeó las yemas de sus dedos nerviosamente y señaló los lentes sobre su cara—. Puede que haya enviado a la IA de Tony a matar a Brad.

—¡¿Tú que?! —Sarah casi chilló, antes de que Peter le pusiera la mano sobre la boca y la callara.

Sarah retiró la mano y le susurró: —¿Qué caracoles, Peter?

Peter evitó pensar lo tierno que era la autocensura de Sarah y trató de defenderse.

—¡No sé cómo lo hice! ¡Fu-fue una confusión! —se defendió, mirando alrededor para cerciorarse de que nadie los hubiera escuchado. Sarah agudizó su mirada y Peter suspiró antes de empezar a explicar lo sucedido.

—Dios, ¿en verdad pensabas que caería en las malas intenciones de Brad? —Sarah suspiró, acomodándose en el asiento.

—Lo lamento —se disculpó Peter.

—Olvídalo, pero la próxima vez habla conmigo —Sarah sonrió y apoyó su cabeza contra el hombro del castaño, quien se tensó por un segundo pero la calidez de Sarah hizo que casi se derritiera en su asiento—. Yo confío en ti, Peter —murmuró antes de cerrar los ojos.

El castaño bajó la mirada sonriendo quedamente ante el rostro sonrojado de Sarah.

Mandy tocó un par de veces la ventana agrietada con sus nudillos y miró hacia adelante donde las cabezas de Peter y Sarah reposaban juntas. 

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Fue casi al anochecer que llegaron a Praga. Todos miraron a su al rededor con asombro el vestíbulo del lujoso hotel. Era espacioso, las paredes blancas y algunos detalles dorado. Parecía ser demasiado caro.

—Wow, este hotel si tiene clase —comentó Betty, sonriendo.

—Sí, ¿qué hacemos aquí? —respondió otro estudiante.

—¿Porqué no hablas por ti? —intervino Flash negando con la cabeza—. Esto es lo mío.

Mandy rodó los ojos al pasar junto a él.

—¿Qué les digo? ¡Al que madruga Dios lo ayuda a conseguir mejoras! —exclamó el Señor Harrington—. Instálense, descansen. ¡Esta noche, sorpresa, es el Carnaval Anual de Luces de Praga!

Los estudiantes se mostraron entusiasmados de asistir al carnaval. Peter sintió su teléfono vibrar en su bolsillo, se apartó de Sarah y se alejó del resto del grupo.

—¿Hola?

—Parker, soy Hill. Tu traje tiene un audífono, póntelo y espera instrucciones. Asegúrate que Rogers haga lo mismo. ¿Entendiste?

—Sí, señorita —asintió cuando Ned y Sarah se acercaron. Entonces colgó el teléfono.

—Oye, bro. Te pido perdón si parece que estoy más preocupado por mi relación de pareja—mencionó Ned, haciendo que Sarah bajara la mirada sonriendo para sí misma—, pero sigo siendo tu amigo de la silla. 

Peter negó con la cabeza—, No, no, no. Todo en orden. No te preocupes. 

—Okay, gracias —Ned suspiró aliviado.

—Estás en Europa con la chica que te gusta, Ned. Nadie te culparía —lo animó Sarah—. Creo que es lindo y mereces disfrutar de tu amor en un lugar maravilloso como este. 

—Tú también —soltó sin querer.

Peter tragó nervioso y Sarah parpadeó confundida—. ¿Yo qué? 

—No nada, ¿Qué han sabido de los Elementales esos? ¿Dónde va a pasar? —preguntó Ned, mirando entre los dos.

—Uh, aquí ... en la ciudad.

—¡Peter, estamos aquí!

—Lo sabemos, Ned. No se ve bien —Sarah respondió para tranquilizarlo. Miró hacia atrás por encima del hombro y vio a Mandy y MJ hablando entre ellas mientras los miraban. Ella frunció el ceño y volvió a mirar nuevamente hacia Ned.

—Estamos viendo que hacer —respondió Peter sin mucho ánimo.

—Ustedes tienen que hacer algo. Por favor. Todos contamos con ustedes.

Sarah suspiró y sonrió divertida. 

—Sí,  sin presiones. Gracias, Ned.

—Ned —llamó Betty desde lejos. Ned asintió hacia ella antes de despedirse de sus amigos e ir al lado de su novia. 

Los dos adolescentes lo observaron antes de que los hombros de Peter cayeran. Sarah puso su mano sobre el hombro del castaño y lo empujó para que volvieran al grupo.

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—¿Parker? ¡Parker!

Peter se giró rápidamente hacia Nick Fury, tanto él como Sarah se habían escabullido para encontrarse con Fury, Hill y Quentin Beck.

—¿Sí señor?

—Esa cosa va a estar aquí en unas pocas horas —Nick informó, sentado en una silla de oficina—.¿Te estamos aburriendo?

Peter miró a Sarah, que estaba de pie con los brazos cruzados al otro lado de la habitación.

—No está aburrido. Está pensando en cómo lo raptó a él y a Sarah —Quentin agregó, casi suspirando a Nick. 

Nick miró al hombre—. Tenían obstáculos y yo los eliminé de su camino.

—No quieren evacuar la ciudad —mencionó Maria con cierto pesar.

Nick sacudió la cabeza con un suspiro—. Idiotas... Entonces, ¿cuál es el plan, Parker?

—Sarah y yo estaremos en la torre de la catedral, viendo si aparece el monstruo de fuego. Cuando lo veamos, los contactaremos. Y luego, Sarah, el Señor Beck y yo...

—Mi nombre es Mysterio —Quentin interrumpió, luciendo serio antes de abrir los ojos para mostrarle a Peter que estaba bromeando. Sarah rió, entonces Peter permitió mostrarse menos tenso.

—Y entonces Mysterio, Sarah y yo lo atacamos.

—Ahora escúchenme con atención —Los dos adolescente miraron hacia Quentin—. La mejor opción para su mundo, la única opción, es detenerlo. Sin importar el precio. Aléjenlo de los civiles, pero lo más importante, manténgalo alejado del metal.

—¿De metal? —Sarah preguntó entrecerrando los ojos.

Quentin la miró—. Si crece demasiado va absorber el poder del núcleo de la Tierra. Después de eso, ya no podremos detenerlo.

Peter miró a Nick y Maria, seguidamente a Quentin—. Mis amigos están aquí y no puedo dejar de pensar que los pusimos en peligro.

—¿Te preocupa que nosotros lastimemos a tus amigos? —Nick se quejó de repente, levantándose de su asiento—. ¿A ti? ¿Que enviaste un ataque de drones contra tu propio autobús escolar?

—Señor Fury, fue un accidente.

—¿Estaba hablando contigo? —respondió Nick, señalando a Sarah, haciéndola sobresaltar. El hombre del parche soltó una risa sin gracia—. Mírate, eres la hija del primer vengador y la mujer más odiosa que he conocido, la aprendiz de la asesina más letal del mundo y lo único que puedo ver es un conejito asustado.

Los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas y rápidamente sacudió la cabeza frenéticamente, mirando hacia otro lado en la habitación.

Nick volvió a mirar a Peter, quien casi abría la boca para defender a su amiga.

—Stark te dio miles de millones de dólares en un sistema RA de inteligencia táctica. Y primero que haces con él es hacer explotar a tus amigos. Me queda muy claro que tú no estabas listo para esto.

Peter no pudo responder.

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Peter se sentó en la terraza, casi disfrutando la vista noctura de Praga. Parpadeó confundido cuando la figura de Mysterio apareció frente a él.

—Fury me pidió que subiera a ver como estás, creo que se sintió mal por haberte gritado.

—¿En serio?

—¿Si conocen el sarcasmo en esta tierra, verdad?

Peter rió.

—¿Cómo te sientes?

—Uhm, creí que no tendría que salvar el mundo en mis vacaciones. Eso me hace sonar como un idiota, pero... —el adolescente suspiró— Tenía un plan con la chica que me gusta y pues ya quedó arruinado.

Quentin se sentó a su lado, quitándose a la vez el casco de su traje.

—No eres un tonto por desear una vida normal —reconoció el hombre mayor—. Es un camino difícil. Las personas te admiran y aunque ganes batallas, a veces mueren. Tú me caes bien, Peter, eres bueno —ambos sonrieron—. Y una parte de mi quiere decirte que tomes a tu chica y des la vuelta, y otra parte de mi sabe lo que vamos a combatir, lo que está en riesgo y me alegra que estés.

—A mi también.

—Pero te preocupan tus amigos —afirmó.

Peter asintió lentamente.

—Siento que siempre los estoy poniendo en peligro.

—Mira, sólo haz que no salgan, mántenlos a salvo unas pocas horas y estarán bien.

—Me gusta esto, tener con quien hablar de superhéroes.

—Cuando quieras. Y oye, si sobrevivimos a esto tendrás todo el verano para matar a Brad —Quentin bromeó.

Peter sonrió más animado.

El sonido de la puerta hizo que ambos se giraron. Sarah avanzó hacia ellos.

—Perdón, me detuve hablando con la señorita Hill—mencionó en voz baja, casi desanimada.

—No te preocupes —sonrió Peter y miró hacia Mysterio—. Nos vemos allá —se despidió antes de saltar.

Sarah simplemente sonrió hacia el hombre mayor y saltó del balcón para luego caer sobre sus pies junto a Peter. Una pareja de ancianos que paseaba de la mano se asustó al verlos.

—Promin —se disculpó la rubia en checo.

Ella y Peter se mantuvieron en silencio mientras veían a la pareja de ancianos alejarse. 

—¿Estás bien? —preguntó Peter.

Ella asintió—. Sí, lo estoy.

Él frunció los labios para nada convencido. Sarah siempre había sido una chica feliz y sonriente. No pudo evitar sentirse culpable y molesto a la vez. Sarah había sido víctima de los regaños para nada amables de Nick Fury sólo para defender su estupidez. Nadie tenía el derecho de hacerla sentir así de triste.

—Todo estará bien, estamos juntos en esto—trató de animarla, pero ella dio una sonrisa triste—. Deberíamos hacer algo para mantener a salvo a nuestros amigos.

—¿Tienes algo en mente? —preguntó la rubia enarcando una ceja.

Peter lo pensó poco y sacó las gafas de su mochila—. ¿EDITH?

Los lentes se iluminaron con normalidad.

—Hola, Peter. 

—¿Cómo mantengo a mis amigos sin salir unas horas?

—Déjame ver que puedo hacer.

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NOTA

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Escribí esto en un par de horas en el suelo de mi nuevo departamento 

porque aún no tengo sofá

Espero poder actualizar más seguido

¡Les mando un abrazo!