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¿Cómo se suponía que JongIn dejara pasar aquello? Había comprendido que lo que había estado dándole vueltas era real, aquel sueño no era en realidad uno, habían sido noches en las que su gato se había transformado y le había susurrado palabras de amor.
Para Kim aquellas valiosas palabras, aquellos sentimientos tan intensos expresados en cortos segundos pesaban mucho, tanto que sentía que no podría volver atrás.
Él también le había dicho que lo amaba, pero había sido a su gato, a Sirius, no a KyungSoo. Le había dicho a su gato en un momento feliz donde se sentía cómodo, no al muchacho que se enroscaba a su cintura por las noches.
Aquello le tediaba y también lo hacía sentirse nervioso, había estado mal que JongIn no marcara la línea delgada de la privacidad con KyungSoo, lo había dejado pasar porque a final de cuentas se había tragado su propia mentira de que «no pasaba nada», pero sí que pasaba y ahora comenzaba a verlo o más bien a querer aceptarlo.
El que KyungSoo le recibiera con los ojos brillantes, que le saltara encima y que se acomodara en su pecho mientras se sentaba en el sillón, que le llamara cuando estaba en la ducha para que le enjabonara la espalda y que le besara la mejilla con tanto esmero antes de dormir, el tomarlo de la mano o el haberlo impuesto a dormir con él en lugar de haberlo dejado en el sillón.
Había sido su culpa, JongIn había borrado la línea y ahora KyungSoo estaba claramente confundido, el moreno lo sabía, porque no podía aceptar aquellas palabras, pensar en ello lo hacía sentirse intranquilo, el corazón le pesaba y su cuerpo se volvía un desastre, como si lo hubiesen arrollado a alta velocidad.
JongIn no quería herir los sentimientos de KyungSoo, no quería que aquel corazón saliera lastimado después de tantas cosas que había pasado, pero tampoco podía evitarlo, no podía dejarlo creer que era correspondido, aunque el muchacho se confesó sin saber que era escuchado, aunque el cambia formas se guardara sus sentimientos en palabras dentro de sí, lo cierto era que ahora, con los ojos bien despiertos, JongIn veía el enamoramiento implícito en sus acciones.
Cuando KyungSoo lo tomaba de la mano mientras caminaban hacia la tienda, cuando se colgaba de su brazo orgulloso o cuando lo abrazaba antes de dormir aunque le diera la espalda, el bajito simplemente le dejaba un beso ahí, en su columna vertebral, haciendo que el cosquilleo se expandiera por doquier.
No era una sensación bonita, lo quemaba y estaba mal, JongIn lo sabía.
Cualquiera podría decir que JongIn era un estúpido, incluso él mismo lo pensaba, era un cobarde pero aunque lo había intentado infinidad de veces, no había podido decirle a KyungSoo que lo había escuchado, que sabía de sus sentimientos y que lo lamentaba, pero que no podía corresponderle.
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Lo cierto era que en realidad no lo había pensado bien, algunas veces como esa, JongIn tomaba decisiones a la ligera que podían hacer una diferencia, pese a que algunas veces salía bastante mal ㅡla mayoría de las veces, para ser honestoㅡ esperaba que esa vez fuera diferente.
Lo único en lo que JongIn pensaba era en hacer una pequeña diferencia, un cambio notorio en su situación, en la situación en la que estaba viviendo con KyungSoo.
Así que cuando EunJeon, un compañero de trabajo que había sido muy amable y muy coqueto con él, lo invitó a salir aquella tarde, JongIn simplemente le sonrió y asintió. En alguna otra ocasión el muchacho le había pedido acompañarlo al cine o a comer, pero JongIn solo sonreía y se disculpaba amablemente, diciendo que debía ir a casa a estudiar, o a alimentar a su gato.
Y aunque KyungSoo lo esperaba siempre, decidió que no pasaba nada si salía un rato. Si veía otros lugares y otro ambiente para despejar la mente. Por ello había accedido.
EunJeon era bastante carismático, le gustaba sonreír y le gustaba verlo reír a él también, así que siempre estaba diciendo algunas ocurrencias o le hacía cosquillas, JongIn se dejaba llevar por el momento y reía, porque pasaba un buen momento, no pasaba nada.
Aunque sabía que en realidad sí pasaba, porque EunJeon era bastante claro también, le había dicho mientras caminaban por una de las avenidas rumbo a casa, lo que ya sabía y tenía que enfrentar a la vez.
ㅡ JongIn, me alegra mucho que te decidieras a venir conmigo, la he pasado genial.
ㅡ También la he pasado genial. ㅡ asintió el moreno, mientras la mano del muchacho le palmeaba la espalda.
La mano de EunJeon se dirigió hacia su otro hombro y lo abrazó, caminando ambos por la vereda transitada por la gente que comenzaba a salir de sus trabajos, JongIn se sintió un poco incómodo pero no le importó, prefirió observar el cielo y el atardecer tras los edificios enormes de la ciudad.
ㅡ Pero creo que sería bueno decirte, que me has gustado siempre, no espero que seamos una pareja, no todavía, pero quiero que lo tengas presente. Me gustas, me gustas mucho.
JongIn tragó saliva y asintió, porque lo había pensado un par de ocasiones, cuando en la semanas anteriores el chico había sido contratado y lo había inundado de sonrisas y de miradas. Para JongIn aquello podía pasar como amabilidad, pero había tenido sus dudas.
EunJeon era apuesto, de su estatura, complexión delgada y piel blanca, lechosa, su mano era muy varonil y se sentía cálida sobre la suya, con sus dedos entrelazándose mientras él seguía callado, porque aunque no había una emoción fuerte como esperaba, simplemente creía que aquello podía ayudarle a aclarar la situación que estaba viviendo.
Así que cuando llegó a casa, JongIn intentó no pensar en ello, se portó amable con KyungSoo y a su vez procuró poner cierta distancia, para que el muchacho no malinterpretara su relación. El cambia formas estaba confundido, no había manera de que estuviera enamorado, era solo porque lo había ayudado tanto. Eso debía ser.
JongIn en verdad no lo pensó bien, cuando un par de tardes después, invitó a EunJeon a pasar la tarde con él y ambos decidieron comprar algo de frituras en la tienda antes de dirigirse al departamento del moreno. Esa tarde KyungSoo debía ir con BaekHyun a comer, al menos eso se suponía era lo que le había comentado su amigo, aprovechando que él estaría trabajando. Y aunque su turno ya había terminado, JongIn sabía que el cambia formas tardaría en regresar, además de que no tenía nada de malo invitar a alguien a su propia casa.
No pasaba nada.
ㅡ Tu casa es muy bonita ㅡ EunJeon murmuró mientras se dejaba caer en el sillón, escudriñando desde ahí el lugar.
JongIn le sonrió y asintió, agradeciendo el cumplido. ㅡ ¿Qué vamos a ver?
EunJeon extendió la mano, ofreciéndola para que JongIn la tomara y cuando finalmente lo hizo, lo atrajo hacia él para que se sentara a su lado. Los ojos del muchacho brillaban con cierta intensidad, haciendo que JongIn se sintiera nervioso, que sintiera que todo a su alrededor estaba temblando y no precisamente de la emoción.
Temblaba, su pecho vibraba con el transcurso de los segundos mientras la mirada intensa del muchacho se posaba sobre su rostro, JongIn se sentía extraño y no podía evitarlo, no lo esperaba aunque debió hacerlo, cuando lo había invitado a su casa de todos los lugares a donde podían haber ido.
¿No era aquello lo que quería? Sintió que todo a su alrededor estaba al bordo de colapsar cuando la mano de EunJeon le acarició la pierna con detenimiento y el muchacho se inclinó hacia él para chocar su nariz con la suya.
JongIn cerró los ojos y pensó que debía ser valiente, Lee era bastante guapo, sus labios eran delgados y se adaptaron a los suyos rápidamente y sus manos temblorosas se aferraron a la mano traviesa del muchacho que jugueteaba en su pierna. JongIn lo escuchó soltar un suspiro y todo estalló.
El muchacho se abalanzó sobre él y JongIn no podía reaccionar, sentía el peso de su cuerpo sobre el suyo, ambas manos acariciándolo mientras profundizaba el beso segundo a segundo, JongIn sentía que hervía, se sentía demasiado sumergido en sus pensamientos como para concentrarse, como para pensar en lo que estaba realmente ocurriendo.
Estaba tan concentrado en mover sus labios contra los del otro, que no se dio cuenta cuando la puerta se abrió, ni mucho menos cuando KyungSoo los observó detenidamente, con el rostro crispado y los ojos bien abiertos, porque quería corroborar que era su JongIn quien besaba a otro en su hogar, en su lugar especial, con el chico sobre su regazo y sobre su pecho, donde él se había acomodado tantas veces.
Debía haberlo sabido, que algo andaba mal con JongIn cuando en esas últimas semanas se sentía distante, no era más el JongIn cariñoso que había aprendido a ser, era porque JongIn no lo amaba como le había dicho alguna vez.
Era porque JongIn besaba a alguien más y él, no tenía nada que hacer en ese que hasta entonces había llamado su hogar.
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Upsi~
:c gracias por leer
La verdad es que he estado un poco triste y enferma también, pero aquí seguimos.
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