Capítulo 6. Across the Nile.
-Dejad marcado ese perímetro para cuando vengan a la inspección-ordenó Yoongi a los trabajadores señalando el lugar exacto. Jimin lo miraba absorto, cruzado de brazos un poco más atrás, con una sonrisilla tierna instalada en su cara.
A pesar de los acontecimientos de los días anteriores, las idas y venidas firmando trámites, clausurando pozos en la excavación y clasificando cada hallazgo de última hora, Yoongi no mostraba el cansancio real que acumulaba. Jimin lo había estado observando esos días, después de la reunión, habían hablado durante horas hasta bien entrada la madrugada sentados en los jardines del hotel o en el césped en aquellas insoportables noches de la primavera egipcia que iba tornándose en verano a pasos agigantados. Yoongi le había hablado de su pesar por dejar Hadid Saqtara, pero le había manifestado a la vez su inquietud y sus ganas de comenzar con la nueva excavación y comenzar a buscar en un nuevo lugar. Y Jimin lo había observado en profundidad, tanto que sin saber como se había encontrado deseando observarlo durante horas, buscando tontas excusas para tener esas largas conversaciones en las que salvaban el mundo entre sonrisas. Y sin querer le puso nombre a las corrientes, las tensiones y las mariposas en el estómago.
-Señor Park ¿está usted cansado?-dijo la voz de Yoongi sacándolo de sus pensamientos. Jimin abrió los ojos y sacudió la cabeza.
-Estabas ahí empanado, espero que al menos te estuviese agradando la vista-comentó arrogante acercándose hacia el más joven pasándose la mano por el pelo echándoselo hacia atrás.
-Cállate idiota, estaba mirándote ser un sargento con todo el mundo-dijo Jimin a la defensiva viéndose descubierto. Había sido demasiado obvio al quedarse mirándole fijamente.
-Eso tienes que aprender, Jimin, a ser un sargento y a ser como yo, el mejor-bromeó Yoongi acercándose a su lado.
-Dios me libre...-murmuró arrancando una carcajada al arqueólogo que caminaba a su lado. -Tenemos que ordenar las últimas cajas que clasificamos ayer, vendrán a llevárselas en un rato, y deberíamos comenzar a recoger todos los mapas y libros para llevarlos a la nueva zona-dictó el moreno enumerando todas las actividades que aún les quedaban por hacer antes de cerrar definitivamente Hadid Saqtara.
-¿Y no podías hacerlo sin mi?-comentó Yoongi seriamente ganándose una mueca incrédula de parte del chico. Sonrió al ver su cara y el otro negó con la cabeza agachándose para recoger algunas cajas y poner rumbo hacia las afueras de la excavación. -Perdón, perdón, estoy de broma-aclaró el rubio acercándose corriendo hacia el chico y cogiéndole de las manos algunas de las cajas que llevaba para aliviarle el peso.
-Estas idiota, eso es lo que estás...-aseguró Jimin mordiéndose el labio para no reírse. Yoongi abrió los ojos exageradamente. Mientras caminaba lo más rápido posible hacia el aparcamiento para liberarse del peso.
-Segunda vez que me llamas idiota ya hoy, ¿Qué hago contigo?- comentó apoyando las cajas que llevaba en las manos en el capó de su todoterreno. Sacó un par de hojas de autorización de su bolsillo y se apoyó sobre el coche para firmarlas.
-Lo que quieras-susurró Jimin con una sonrisa tonta para el cuello de su camisa mientras dejaba a su lado las otras piezas.
-¿Dices algo?-preguntó el arqueologo sin apartar la vista de su tarea.
-Nada, estaba contando en bajo-se excusó Jimin intentando no reírse mientras se encaminaba de nuevo hacia el lugar de donde venían para recoger las últimas dos piezas halladas entre las arenas de Hadid Saqtara.
-Ya pensaba-murmuró Yoongi ajeno a lo que realmente había insinuado el menor.
Jimin caminó altivo con una sonrisa en sus labios mientras cargaba con aquellas cajas de tesoros de nuevo hacia donde se encontraba su compañero que se giró a mirarlo apoyado en el todoterreno.
-Ahora nos vienen unos días de descanso, podrás relajarte, ¿has pensado algo que hacer?-preguntó el arqueologo.
-No, solo quiero dormir y supongo que me dedicaré a dibujar todo lo que no he dibujado desde que llegué aquí y alguien me esclavizó-Yoongi rodó los ojos ante las palabras y la sonrisilla de Jimin se extendió aún más por su cara.
-Voy a hacer que no te escucho...¿Crees que podríamos hacer algo estos días?-preguntó Yoongi colocando un par de almohadillas entre las piezas para poder colocar una caja encima de la otra sin que aquellos maravillosos tesoros sufriesen daño alguno.
-¿Estos días? ¿Entre excavación y excavación? ¿Tu y yo?-preguntó todo de carrerilla el moreno.
Yoongi lo miró confuso levantando la vista de las cajas que estaban apilando. -Si...un viaje corto de un par de días, cumplir algo de tu lista...no sé, me gustaría que conozcas bien la capital sin ser únicamente por trabajo, y algo me dice que tu alma de turista está pidiendo por salir tranquilo a conocer lugares y hacer cosas de turista. Además estaremos solos, Sammi se va a España a visitar a la familia antes de empezar con la excavación de Meryatum-explicó mientras veía cambiar la expresión de su compañero a una sonrisa radiante.
-Vale, ¿y qué propones?-volvió a preguntar esta vez más intrigado que nada.
-Pues...como tampoco tenemos muchos días había pensado en Giza, llevarte a ver las pirámides, la esfinge...llevarte a comer a mis lugares favoritos, a que veas el gran mercado y llevarte a sacar fotos por la ciudad-propuso el chico gesticulando bajo la mirada maravillada de Jimin que se estaba acalorando solo pensando en lo que le estaba proponiendo ese chico.
-Me encantaría-murmuró emocionado. Yoongi lo miró fijamente viendo ese sentimiento plasmado en aquellos ojitos tan dulces y algo muy intenso le caldeó el corazón.
-Muy bien, pues acabemos esto cuanto antes para poder ir a reservar todo lo necesario y planear todo lo que quieras-dijo Yoongi con una enorme sonrisa. Jimin asintió y llamó por teléfono a los encargados del museo para que recogiesen todas las piezas que estaban ya en las cajas. Esa misma noche Sammi les ayudó a preparar y reservar todo lo necesario para su pequeño viaje mientras ella reservaba su vuelo a España.
Un par de días después, demasiado pronto en la madrugada Jimin canturreaba emocionado en el asiento del copiloto con Sammi acompañándole desde el asiento trasero y con Yoongi contemplando incrédulo el concierto que esos dos le estaban ofreciendo.
-Por favor, solo son las seis de la mañana, necesito salir de aquí-se quejó un poco más alto para que ambos lo escuchasen. Sammi frunció el ceño y golpeó su hombro mientras seguía cantando. Por el contrario Jimin se acercó más a él y cantó más alto.
Bufó molesto y maniobró para meterse por las calles vacías a esas horas de la capital egipcia mientras sus dos amigos pasaban a otra canción.
A lo lejos el aeropuerto le dio la bienvenida con su habitual ajetreo a pesar de la hora.
-Aparca bien-pidió Jimin chinchando al mayor.
-A que te embarco en el mismo avión que a Sammi y me dejas tranquilo-contraatacó Yoongi con una adorable sonrisa hacia el chico. Frenó en seco y todos escucharon el parachoques del todoterreno chocar levemente con el bordillo del aparcamiento.
Samara se carcajeó y Jimin soltó una leve risilla mientras los tres se bajaban del vehículo y Yoongi cargaba con la maleta de Sammi hacia la entrada del aeropuerto.
La chica se dedicó a poner todo en orden y sacar su tarjeta de embarque. Durante más de una hora esperaron a que les diesen paso y cuando el vuelo de Samara apareció en las pantallas comenzaron las despedidas como si no fuesen a verse en mucho tiempo. Primero Jimin la atrajo hacia si con cariño.
-Descansa estos días ¿vale? Y pásalo bien con tu familia-pidió Jimin abrazándola de nuevo.
-Gracias Chim, mantenme informada de cualquier cosa y pasadlo muy bien, no dejes que Yoongi te martirice-comentó su amiga para intentar picar al mayor.
-Ya estamos, que malo es Yoongi-dramatizó este levantando los brazos y quejándose en alto.
Sammi le sacó la lengua y luego se abrazaron con cariño. -Ten buen viaje pesada- deseó el chico dejando un beso en la frente de su amiga.
-Os aviso en que llegue-afirmó la chica. Ambos asintieron y se despidieron una vez más para luego verla darse la vuelta hacia la zona de control.
Ambos se quedaron allí viéndola marchar y cuando iba a perderse tras pasar el control de su equipaje se volvió hacia ellos con una enorme sonrisa y se despidió enérgicamente con la mano en alto.
Se dieron la vuelta cuando perdieron de vista a su amiga y Yoongi miró la hora en su móvil. -Es temprano, ¿te parece si vamos a dejar todo en el hotel?-propuso el mayor caminando por el aeropuerto.
-Si claro, tu diriges-dijo Jimin con una bonita sonrisa en la que Yoongi se vio totalmente envuelto.
-¿Nervioso?-preguntó el arqueologo por como Jimin abría y cerraba las manos continuamente.
-Un poquito, llevo toda mi vida soñando con ver Giza y pasear por delante de la gran esfinge-afirmó con la ilusión de un niño plasmada en sus ojos.
-Hoy es el día por fin-comentó Yoongi con ilusión. El moreno solo sonrió y asintió con energía ante esas palabras.
Charlando animadamente se metieron el el coche y condujeron por la capital que comenzaba a despertar hasta un céntrico hotel con vistas al desierto y a las enormes pirámides erigidas en él. Se registraron y arrastraron sus maletas hacia el ascensor.
-Hay muchísima gente para ser finales de Mayo-comentó el más joven contemplando como salía del aparato un numeroso grupo de personas a pesar de ser temprano en la mañana.
-No te creas, es temporada alta aquí en Egipto y más acercándose Kayinat Haya, los turistas vienen por estos días y se quedan hasta que pasan las festividades-aclaró Yoongi.
Jimin asintió dándose cuenta de como había pasado el tiempo y de como sin casi darse cuenta se encontraban a final de mes a punto de entrar en Junio. Cuando llegaron a la segunda planta salieron hacia el extenso pasillo y buscaron el número de la habitación correspondiente.
-Siento no haber podido encontrar dos habitaciones, está todo hasta arriba de gente-se disculpó el arqueologo introduciendo la tarjeta para abrir la puerta que chirrió un segundo y luego les dejó paso.
-No te preocupes, estaremos cómodos-afirmó Jimin pasando detrás del arqueólogo arrastrando la pequeña maleta que llevaba mientras se fijaba en la habitación. No era muy grande pero seguro que era cómoda para ellos dos solos. Tenía un baño justo a la entrada y un gran ventanal al final que iluminaba toda la habitación. Pegadas a la pared tenía dos camas individuales adornadas con livianas sábanas azules y unas bolsitas de jabones aromáticos en sendas almohadas.
-En media hora nos recogen abajo para el primer viaje del día-anunció Yoongi comprobando el mensaje que acababa de recibir para luego mirar a Jimin que estaba dejando su maleta a los pies de la que se había adjudicado como su cama.
-Me muero de ganas de verdad, desde que era un niño le decía a mi madre que algún día estaría aquí y cuando empecé a tener aquellos sueños, ella decía que estaba conectado con este sitio y ahora estoy aquí y todavía no me lo creo-comentó mientras se sentaba sobre el mullido colchón.
-¿Tu madre sabía lo de tus sueños?-preguntó intrigado el mayor sentándose con las piernas cruzadas en la cama encarando la cama contigua donde Jimin se había sentado.
-Mi madre sabía todo de mi-afirmó con un atisbo de pena en su mirada.
-¿La echas mucho de menos verdad?-inquirió Yoongi casi afirmándolo. Lo había visto en sus ojos y sabía de primera mano lo que era aquel sentimiento.
-A todas horas Yoon, a todas horas, desde su partida no hay un día en que no piense en ella-confirmó el chico elevando un poco la mirada para fijarla en el arqueologo.
-Estoy seguro de que allá donde esté está muy orgulloso de quien eres-comentó él mirándole fijamente.
-¿Crees que me ve desde donde sea que esté?-preguntó con una sonrisilla tímida. Yoongi se quedó pensativo ante esa pregunta que no esperaba.
-¿Crees en el más allá y en la reencarnación, Jimin?-preguntó misterioso. A partir de ese momento aquella habitación se volvió durante largos minutos en un intenso debate acerca de creencias, mitos, vida y muerte donde los dos jóvenes disfrutaron conociendo un poco más el pensamiento del otro. Su conversación duró incluso bien entrado su viaje, cuando un par de Jeeps los recogieron en la puerta del hotel y los internaron en las desérticas planicies de Giza.
Jimin emocionado sacó varias veces su móvil y fotografió el camino para subirlo a sus redes sociales. Pensó un momento en sus amigos y su familia y por un momento deseó que pudiesen estar allí siendo conscientes de como estaba viviendo su sueño.
Durante toda la mañana se dedicaron a pasear como turistas por la gran explanada de las pirámides, a hacerse fotos con la esfinge o a desfilar por la enorme pasarela ceremonial que presidía el lugar. Comieron algo ligero a la sombra de unas carpas preparadas para los turistas y descansaron durante un rato charlando de todo lo que se les ocurría.
-Te tengo una sorpresa, traes tu identificación como te pedí ¿verdad?-preguntó el rubio levantándose del banco a la sombra en el que se encontraba sentado y guardando la botella de agua congelada de la que había estado bebiendo.
Jimin asintió ilusionado sacando aquel papel plastificado que le estaba abriendo tantas puertas. Yoongi sonrió con felicidad ante la efusividad de aquel chico y lo guió con fascinación hasta la base de la gran pirámide de Keops
Habló con un par de personas que estaban custodiando la entrada y cuando les enseñó tanto su identificación como la del más joven, sonrieron amablemente y se apartaron dejándoles paso.
-¡NO!-chilló Jimin llamando la atención de los dos hombre que rieron al ver su cara de asombro.
-Pues claro que si, de algo tendría que servirte que te haya esclavizado durante tanto tiempo-comentó Yoongi con sorna haciendo burla de lo que le había dicho él unos días atrás.
-Estamos entrando en la gran pirámide-murmuró casi sin aire. Yoongi se colocó detrás de él y lo empujó un poco para que siguiese caminando.
-Si, eso parece. ¿Quieres que te diga algo que te va a alterar aún más ese corazón de arqueologo empedernido que tienes?-preguntó tan pegado a su oreja que a Jimin le sobrevino un escalofrío. Asintió sin palabras, mirando a todos lados con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.
-Es solo para nosotros dos-susurró como si fuese un secreto.
-Ay Yoongi que creo que me muero-dramatizó parándose de golpe y llevándose la mano al pecho. Una carcajada se hizo eco en aquel lugar por parte del arqueologo más mayor y se dio cuenta de que no paraba de reír con ese chico y que su felicidad le hacía a él inmensamente feliz.
-Tira anda, solo tenemos un rato antes de que nos echen de aquí-pidió dándole un pequeño empujoncito hacia la barandilla que indicaba la entrada al primer túnel.
Se deslizaron por la entrada y subieron por los apretados pasadizos hasta la cámara del rey donde a Jimin se le saltaron las lágrimas por estar comprobando aquel espectáculo con sus propios ojos. Absorbió todo aquel maravilloso lugar y se dejó embriagar por todos los relieves y las policromías que allí se conservaban.
Cuando volvieron a por ellos y les dijeron que tenían que salir, ya era bien entrada la tarde y ninguno de los dos sabía explicar muy bien como había pasado tan rápido el tiempo, así que para terminar el día se acercaron hasta el gran mercado de la ciudad y compraron algunas cosas para sus familias y un regalo para Sammi. Entre sonrisas y miradas pasaron la tarde y cenaron un riquísimo plato de koshari en un puesto cerca del hotel con vistas a las pirámides.
Cuando llegaron a la habitación el ambiente se volvió un poco más espeso por el cansancio acumulado de todo el día y probablemente porque desde que se conocían nunca se habían quedado solos en una situación así.
Jimin suspiró más tranquilo cuando por fin se tendió en la cama con Yoongi en la otra dispuestos a descansar.
-¿Lo has pasado bien?-preguntó el arqueologo trasteando en su teléfono mientras miraba de reojo al chico.
-¿Estas de broma? Bien es poco Yoon, ha sido literalmente un sueño-comentó Jimin entusiasmado girando hacia él.
-Me alegro muchísimo de verdad, me ha encantado verte sonreír todo el día-dijo tímidamente.
-Gracias en serio-volvió a decir emocionado. Yoongi asintió en respuesta.
-¿Apago ya la luz?-preguntó.
-Por mi bien-respondió Jimin echándose una liviana sábana por encima.
-Buenas noches, Jimin-deseó el arqueologo estirando su brazo para apagar la pequeña lamparita que quedaba encendida.
-Buenas noches-contestó el mayor. Se quedó un segundo en silencio pero luego sus labios hablaron por si solos.
-¿Jimin?-preguntó en la oscuridad.
-¿Si?-contestó el otro.
-Tienes una sonrisa preciosa-dijo simplemente.
Se quedó allí mirando el techo oscuro por un rato con las palabras de Yoongi retumbando en su cerebro hasta que el sueño lo venció por completo y se sumió en los brazos de Morfeo.
"Aquellas manos, no podía verlas pero sabía que eran sus manos, esas que lo volvían loco y que lo atormentaban a partes iguales, tenía los ojos cerrados y aunque lo intentase, no podía abrirlos.
-Ahmet...sabes quien soy, mírame pequeño-escuchó a su lado en una súplica mientras las manos acariciaban sus brazos suavemente.
-Ahmet, te amo, no te vayas...mi príncipe...-volvió a suplicar aquella gruesa voz.
Luego todo se volvió un sinsentido de gritos y voces que se fundieron en un eco lejano."
Jimin se despertó sobresaltado y empapado en sudor. -Joder-murmuró mirando al techo. Era la primera vez que no podía visualizar en su sueño aquellas manos que tantas veces había visto y era la primera vez que la escena de sus sueños y las palabras habían cambiado, como si algo lo estuviese llamando...como si el sueño estuviese evolucionando por algo.
-No-susurró Yoongi en la cama contigua a la suya sacándolo del trance en el que se había sumergido. Al principio Jimin pensó que había sido un sueño pero se dio cuenta de como el arqueologo se removía incomodo en sus sueños. Se incorporó un poco con los codos y lo contempló allí, como si estuviese indefenso, con la cara contraída como si estuviese sufriendo. -No por favor, no me alejéis de él-dijo un poco más alto como si luchase contra una fuerza invisible que lo retuviese. Jimin se asustó e inmediatamente se incorporó y bajó los pies al suelo. Caminó descalzo por la habitación y se arrodilló al lado de la cama de Yoongi que seguía moviéndose nervioso. -Por favor, no, no...-pidió de nuevo casi en una súplica.
-Eh Yoon-susurró Jimin poniendo delicadamente su mano en el hombro del contrario. -Yoon, tienes que despertar-volvió a murmurar apretando un poco su agarre y moviendo al chico. Con un respingo el chico abrió los ojos y se incorporó sudando aún con la respiración agitada. Posó sus ojos sobre Jimin que lo miró con lástima.
-¿Era uno de tus sueños?-preguntó en susurros. Sintió el impulso de pasar la manos por sus mejillas y limpiar el sudor perlado bajo sus ojos instalado allí por la pesadilla.
Yoongi asintió pero cuando Jimin iba a hablar sintió las manos del arqueologo apegarse a su cuello y atraerlo hacia si. Allí en la oscuridad de la noche Yoongi lo abrazó contra su cuerpo y sollozó en silencio sobre su hombro. Conmovido por las lágrimas desconsoladas de Yoongi, el joven no pudo hacer otra cosa que devolverle aquel febril y desesperado abrazo. -Ya está, ya ha pasado todo-murmuró acariciando dulcemente su espalda para consolarlo.
Pasaron así un buen rato hasta que a Jimin comenzaron a dolerle las rodillas por la incomoda postura, así que sin romper el abrazo se incorporó y se sentó sobre el colchón con los brazos de Yoongi aún entrelazados tras su cuello. Jimin lo contempló durante segundos con unas incipientes mariposas en el estómago mientras analizaba detenidamente el estado de Yoongi que había parado de temblar.
El mayor elevó su mirada y la conectó con la de suya en la oscuridad. -Lo siento-murmuró solamente disculpándose como si tuviese la culpa de algo.
Como si un imán le obligase y no pudiese pararlo, esta vez Jimin elevó la mano y con sus nudillos secó una pequeña lágrima que mojaba el pómulo del chico que seguía enganchado a él sin intención de moverse. -No me pidas perdón por esto, por favor, hubieses hecho lo mismo si hubieses sido tú el que te hubieses despertado antes-pidió Jimin mirándole fijamente a los ojos intentando distinguir cualquier variación en su expresión.
-¿Estabas soñando tú también?-preguntó Yoongi enarcando una ceja con confusión. El más joven asintió en la oscuridad.
-Por eso me he despertado, después te he oído y me he asustado, he creído que tenías fiebre y delirabas pero luego he conectado y me he dado cuenta de que se trataba de uno de tus sueños-explicó Jimin con un ligero temblor en el labio recordando su sueño. El mayor quiso tranquilizarlo pero no supo como así que afianzó un poco más sus brazos alrededor del chico.
-Siento haberte asustado-Se disculpó de nuevo el arqueologo. Jimin negó levemente y lentamente se recostaron sobre el cómodo colchón sin dejar de mirarse en la oscuridad.
Se acomodaron en silencio el uno cerca del otro y Yoongi se sintió protegido con el corazón latiéndole desbocado por la presencia de Jimin a su lado
-Jimin, si que hubiese hecho lo mismo-murmuró entrelazando sus manos encima del colchón. El corazón de Jimin aleteó ante ese simple gesto y se puso tan nervioso que se quedó totalmente sin palabras. Respiró hondo con los ojos cerrados y rezó para que Yoongi no notase el leve rubor que cubría sus mejillas.
-Lo sé, cierra los ojos y descansa ahora, me quedaré aquí hasta que te duermas-susurró después de un rato apretando sus manos unidas.
-Gracias-dijo simplemente el mayor.
-Gracias a ti-murmuró como siempre hacía cuando Yoongi le daba las gracias por algo. El otro abrió la boca para quejarse pero Jimin fu más rápido y golpeó con cariño su mejilla. -Shh calla, te dije que te daría las gracias aunque no supieses porqué-interrumpió para que no pudiese hablar. Yoongi solo asintió ligeramente y cerró los ojos bajo la somnolienta mirada de Jimin que lo buscaba en la oscuridad. Cabeceó durante unos minutos negándose a abandonar al arqueólogo que parecía estar sumiéndose de nuevo en un sueño plácido y tranquilo.
Al día siguiente un molesto pitido entró por los oídos de Yoongi que apretó los párpados y se estiró perezosamente en la cama. Al estirarse hacia la mesilla de noche y apagar la molesta alarma se extrañó al sentir una leve pesadez en su costado izquierdo y cuando se giró levemente y abrió los ojos se encontró de pleno con el angelical rostro de Jimin descansando en la almohada contra su hombro. Sonrió por inercia e inmediatamente todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente en tropel. El sueño, el despertar, Jimin consolándolo. Su corazón dio brincos como un idiota al recordar el abrazo que había compartido con el chico y giró un poco más para encontrarse cara a cara con él que aún seguía durmiendo. Lo contempló durante minutos con la necesidad imperiosa de acariciar su rostro pero sin atreverse a ello mientras daba vueltas a la cabeza pensando una y otra vez como era posible tal similitud, como Jimin podía hacerle sentir de nuevo, como después de tantos años parado, su corazón tuviese ganas de latir de nuevo gracias a ese chico tumbado en su cama. Con una sonrisa tonta instalada en la cara zarandeó ligeramente su hombro para despertarlo.
-Jimin...despierta-susurró aún con voz grave.
-Ya voy, dos minutos más-murmuró dándose la vuelta para darle la espalda al arqueólogo que intentó no morirse de risa allí mismo.
-Bueno, pues el globo se irá sin ti-chinchó picando un poco las costillas del menor con los dedos. Jimin abrió los ojos y se incorporó mirando fijamente a Yoongi que sonrió encandilado por el pelo revuelto y los ojillos ilusionados del chico.
-¿Globo?- preguntó sin saber si había entendido bien. El arqueologo sonrió y asintió sentado con la piernas cruzadas sobre la cama. -Yoongi, no me digas que...-balbuceó Jimin evitando tirándose encima del mayor y abrazarlo hasta asfixiarlo.
-Estaba en tu lista, supuse que te gustaría, te prometí que cumplirías todo lo que pusieses en tu lista si dependía de mi-explicó el mayor pasándose la mano tímidamente por el pelo.
-¿Yoongi es en serio?-volvió a preguntar con el corazón golpeando fuertemente en su pecho.
-Que si hombre claro que es en serio-volvió a decir Yoongi con una sonrisa. -Ve a ducharte, luego me ducho yo y nos vamos a desayunar-añadió el arqueologo dándole paso para que ocupase primero el baño.
Jimin asintió enérgicamente. Se levantó entusiasmado y se dirigió hacia la pequeña maleta que le había dejado Sammi para coger algo de ropa para cambiarse y sus productos de aseo y con todo en la mano se dirigió al baño bajo la atenta mirada de Yoongi. Sin pensarlo dejo todo sobre el lavabo y se volvió sobre sus pasos saliendo del baño para dirigirse de nuevo a la cama donde el mayor estaba sentado revisando su móvil. Se inclinó un poco y dejó un tímido beso en la mejilla de este que lo miró asombrado.
-Gracias por hacer todo lo que haces por mi-dijo simplemente. Después se dio la vuelta y se metió corriendo en el baño dejando al arqueologo con el corazón acelerado y la mejilla caliente allí donde Jimin había depositado su beso.
Escuchó el agua correr inmediatamente tras la puerta y se llevó la mano al lugar en su cara que había sido besado por Jimin. Sonriendo como un idiota se dedicó a contestar a sus amigos que le habían estado escribiendo últimamente por el reciente compromiso de dos de ellos.
Un rato después mientras Yoongi charlaba animadamente con sus amigos, Jimin salió del baño con el pelo mojado y alborotado y unos bonitos colores en sus mejillas por el calor de la ducha y propiciados también por su anterior impulso. Compartieron un par de palabras y enseguida el arqueólogo ocupó el lugar que había dejado libre Jimin en el baño.
Por su parte, este se sentó en su cama durante unos minutos y decidió mandarles un mensaje a sus amigos para contarles lo estúpido que se sentía por lo que acababa de pasar mientras esperaba a que Yoongi saliese para ir a desayunar.
-Soy tonto-escribió rápidamente por el grupo de sus amigos que no tardaron en aparecer.
-Si lo eres-contestó Taehyung acompañado de un emoji de sonrisa.
-¿Que ha pasado?-preguntó Jungkook en la conversación.
-Le he dado un beso a Yoongi-escribió tecleando muy rápido. Miró el mensaje allí en la pantalla y le dio a enviar.
Y entonces el grupo se volvió un caos, con Jungkook mandando stickers y emojis de gritar y Taehyung escribiendo en mayúsculas, Jimin pudo imaginárselos a los dos en sus respectivas casas tirados en el sofá o en la cama gritando como dos marujas con el otro al teléfono mientras entre los dos sacaban de contexto todo. Rodó los ojos y escribió rápidamente en su móvil para aclarar la situación.
-No, a ver, calmaos, ha sido un beso en la mejilla, pero aún así, no se que demonios me ha pasado-explicó el joven como pudo entre todos los mensajes que le estaban llegando seguidos.
-¿Que te gusta?-Escribió Jungkook rápidamente. Jimin se sonrojó y el grupo se quedó extrañamente quieto mientras el joven arqueólogo mantenía la vista fijamente en la puerta del baño donde el agua seguía cayendo.
-No es gustar, es diferente, no se que me pasa con él, es como una conexión diferente que no había tenido nunca con nadie, es como si nos conociésemos de toda la vida, hemos cogido mucha confianza el uno con el otro...-volvió a decir.
-Quizás es él el hombre de tus sueños-leyó que había escrito Tae. Algo dentro de su alma revoloteó pensando en su sueño.
-No seas idiota Kim Taehyung por favor, ya sabes que no tiene nada que ver con eso...-contestó él rápidamente para que dejasen de divagar.
-Aún así me alegro de que tu corazón vuelva a latir por alguien que no sea una incertidumbre-escribió Jungkook. Jimin suspiró frustrado y volvió la vista hacia el teléfono para contestar.
-No estáis ayudando, os digo que no me gusta, es diferente, es simplemente que no se porque pero no es como todos los hombres que he conocido...Yoongi no me es indiferente-explicó de nuevo.
-Te ha pedido una lista de deseos, te ha llevado a cumplir todo lo que está en su mano...creo que tú a él tampoco le eres indiferente...-añadió Jungkook seguido de una sonrisita. Se dio cuenta de lo muchísimo que necesitaba a sus amigos cuando se vio necesitando abrazar a su joven amigo para aplacar todos los sentimientos que cargaba consigo.
-Por cierto, a ver cuando nos enseñas alguna foto de tu guapísimo arqueologo, que nos tienes en sequía-escribió Taehyung interrumpiendo sus pensamientos y acompañando esa frase de un par de emojis
-Tae por favor, en primer lugar no es MI arqueologo-escribió remarcando en mayúsculas el pronombre. -Y en segundo lugar, ya lo has visto mil veces, en la tele y en las revistas...-añadió. Lo revisó una vez más y lo mando justo en el momento en que la puerta del baño se abría y revelaba a un Yoongi ya cambiado que se frotaba el pelo intentando quitarse el exceso de agua con una toalla blanca.
-Joder, que guapo-pensó Jimin para sus adentros. Se quedó mirándolo unos segundos embobado con el móvil vibrando sin parar en su mano.
-¿Estás listo?-preguntó el rubio devolviendo la toalla al baño y saliendo para encontrarse con Jimin que se puso en pie inmediatamente y asintió.
Contestó a sus amigos que seguían riéndose e insistiendo en recibir una foto del arqueologo y ellos se despidieron diciéndole que iban a prepararse para ir al cine y después a cenar. Jimin se cargó con su mochila y Yoongi lo imitó guardando el móvil en el bolsillo.
Desayunaron en un ambiente tranquilo y ninguno de los dos mencionó lo que había pasado la noche anterior a excepción de un par de veces donde Jimin mencionó que era la primera vez que su sueño cambiaba y Yoongi que le preguntó por ese cambio. Por lo demás pasaron cerca de una hora charlando acerca de todo lo que les quedaba por hacer en aquel improvisado viaje mientras el arqueologo le contaba como había conseguido alquilar un globo en tan poco tiempo.
Pasearon hombro con hombro charlando y riendo por las calles de El Cairo y a la hora acordada cogieron un autobús que los llevó hacia una zona apartada que compartía paisaje desértico y una bonita zona de arboleda cercana al Nilo. Llegaron un poco antes del comienzo de la actividad así que se sentaron cerca de los globos desinflados y las enormes cestas a esperar.
Jimin revisó su móvil y recibió un nuevo mensaje de Taehyung y Jungkook que le recordaban que querían una foto. Rodó los ojos y rió por lo bajo mientras rebuscaba en su mochila y sacaba su preciada cámara. No iba a discutir que el también quería una foto del chico para poder guardarla en su cuaderno.
-Yoon-llamó simplemente Jimin para tener la atención del arqueologo sobre él y poder cumplir su cometido. El chico se volvió hacia él y lo observó cámara en mano.
-No Jimin...-se quejó el arqueologo haciendo amago de levantarse.
-Venga porfa, tengo que alimentar a tus seguidores...-Pidió Jimin poniendo un puchero en sus labios. Yoongi no pudo resistirse a aquella carita y bufó frustrado con el más joven viéndose ganador.
-Solo una-advirtió el arqueólogo incapaz de negarle nada. Jimin asintió enérgico y miró por el objetivo. Su corazón se sobresaltó por tener aquella mirada intensa sobre él. Disparó la fotografía y la cámara hizo un sonidito empezando a revelar la foto, pero por un segundo sus miradas se mantuvieron fijas en la del otro a través del objetivo.
-Luego no te quejes si te saco fotos a ti-contraatacó Yoongi rompiendo aquel tenso silencio que se había creado en esa atmósfera tan cargada. Jimin sonrió ampliamente.
-No voy a quejarme si quieres tener fotos mías en tu móvil-comentó posando la fotografía revelada en una piedra para poder subirla a Instagram con un fondo bonito.
Yoongi se estremeció y se acercó felino hacia donde el chico lo miraba altivo mientras subía la foto sin retirar tampoco su mirada.
-Buenos días, perdonen la tardanza-dijo una voz detrás suyo. Maldijo por lo bajo y Jimin se levantó como si tuviese un muelle. Un hombre de mediana edad se acercó a ellos y los saludó. El hombre comenzó a preparar todo con Jimin a su lado siguiendo muy atentamente sus indicaciones y con Yoongi a su lado totalmente perdido en el perfil del más joven. Definitivamente si, quería tener fotos de ese ángel en su móvil, así que disimuladamente sacó su teléfono y disparó una cuantas veces fotografiando al chico que seguía absorto en las indicaciones para aquel viajecito en globo. Sin pensarlo dos veces seleccionó la que más le gustaba y la subió a Instagram sabiendo que luego tendría que dar explicaciones a sus amigos.
-Si no tienen ninguna pregunta, estamos listos para empezar el paseo-indicó el instructor. Yoongi asintió y apoyándose en unas pequeñas escaleras de madera que el hombre había sacado de la cesta del globo se internaron en esta que era mucho más ancha de lo que parecía desde fuera.
Lentamente emprendieron el ascenso. Jimin se dedicó a abastecerse de fotos para toda una vida mientras hacía reír a Yoongi con sus ocurrencias y no paraba de subir fotos a su Instagram y de mandarlas a sus amigos y su padre ilusionadísimo.
-Mira-gritó Jimin entusiasmado después de un buen rato de haber empezado su travesía señalando justo por donde estaban pasando mientras contemplaba embelesado el paisaje. Yoongi siguió la trayectoria y contempló todo aquello con algo en el estómago. Se desplazaban lentamente en el globo sobre las aguas tranquilas del uno de los ríos más largos del mundo, aquel río que había visto crecer y evolucionar a una de las más grandes civilizaciones y que con sus aguas había bañado tantos momentos. Yoongi se removió incómodo. Estaba seguro de que ese río enorme y peligroso jamás hubiese jurado ser testigo de lo que estaba a punto de hacer.
-Jimin...en tu lista estaba asistir al festival de Kayinat Haya en Abu Simbel...-dijo titubeante volviéndose ligeramente hacia el chico que casi flotaba más que el propio globo.
El joven lo miró extrañado y asintió con el corazón revoloteándole en el pecho por aquella mirada profunda que le traspasaba hasta el alma.
-Me preguntaba si te apetecería ir conmigo...es decir...si te apetece...si prefieres ir solo o con Sammi lo entenderé...yo...es solo que me gustaría...-empezó a decir Yoongi tartamudeando y trabándose con las palabras. No sabía hacer aquello, habían pasado muchos años desde que su corazón se había parado en seco y había dejado de sentir, pero aquel chico reavivaba su llama, luchaba por aferrarse a las paredes de su alma con uñas y dientes, peleando con aquella sonrisa dulce y aquel temperamento valiente. Jimin dio un respingo con las mariposas en el estómago revoloteando como locas. Asintió despacio y una sonrisilla tímida se instaló en su cara.
-Yoongi...-murmuró incrédulo. -Estaré encantado de ir contigo-contestó apenas en un susurro tímido. El arqueologo sonrió ampliamente y ambos se giraron de nuevo y en absoluto silencio hacia el imponente paisaje que se desarrollaba bajo sus pies.
Con las miradas perdidas en el horizonte, los brazos demasiado pegados, dos enormes sonrisas en sus rostros y las manos buscándose en aquel reducido espacio del globo que los transportaba, continuaron aquel paseo con algo demasiado cálido en sus corazones.
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Hola a todos :)
Ya estamos de vuelta y madre mía que vuelta...necesito saber si estáis empezando a atar cabos, si veis por donde va la cosa y si veis ese algo tan intenso y tan raro que hay entre ellos. Comentadme que estaré encantada de leer.
Ese final...no sabéis cuánto me ha costado escribirlo para que esté como yo quería pero al final me gusta incluso más de lo que pensaba...
Y bueno pues una vez llegados aquí, quiero dedicar este capítulo a la persona más especial de mi vida. ¿Lo ves? tu lo consigues todo mi niña. Te adoro.
Espero que no me cueste tantísimo escribir los siguientes capítulos ahora que ya estoy más relajada, más tranquila y que soy libre por todo el verano.
Espero que os haya gustado y como siempre os digo, nos leemos en el siguiente :)
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