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xɪɪɪ. ᴘᴇᴅᴀᴢᴏꜱ




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Capítulo editado

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Después de tan incomoda e inusual situación en el supermercado, Lex estaba recibido múltiples invitaciones por parte de Hotch para que se quedara con ellos por un tiempo o hasta que ella se sintiera segura. Sin embargo, ella no quería poner en peligro al pequeño Jack o incomodar a la pareja con su presencia, siendo acompañada de su jefe para que pudiera revisar que el lugar no fuera invadido.


—Creo que todo esta en orden, ninguna cerradura o ventana parece estar forzada y no hay nadie escondido.—informo Hotch dándole un ultimo vistazo al lugar.

—Gracias, pero estaré bien, aquí tengo a mi guardián.—Lexie trataba de tranquilizar la situación mientras acariciaba al cachorro.—Puedo cuidarme sola.

—Si, eso lo se, pero no estas sola.—contesto Aarón tratando de poco a poco quitar esas capas que había puesto para ocultar su verdadero ser.—No dudes en marcarme por cualquier cosa . . . no importa si solo es un ruido.


Alexandra asintió una vez más, prometiendo que informaría a cualquiera del equipo si algo más sucedía. Tomó su teléfono en un movimiento rápido para enviar un mensaje a Ed e informarle lo ocurrido. Sabía que tal vez no lo vería en ese momento debido a la hora, pero sentía que debía intentarlo. Esa noche no logró dormir; daba vueltas en su cama, intrigada por los pensamientos que rondaban su mente. ¿Quién era ese hombre? ¿Era posible que fuera su padre o tal vez algún tío? ¿Estaba su madre involucrada en una relación llena de violencia, y por eso huyeron de todo?

No supo cuánto tiempo pasó hasta que por fin se quedó dormida; sin embargo, sus pensamientos quedaron atrapados en sus sueños, haciéndola revivir esa horrible pesadilla de su infancia. Recordaba el momento exacto en que su madre perdió la vida por su culpa, lo que hizo que Lexie despertara sobresaltada, con el corazón latiéndole con fuerza, mientras el eco de los gritos de su madre aún resonaba en su mente. Al parecer, el sonido de su celular la sacó de sus sueños.


—Rivera.—Alexandra contesto la llamada de Hotch, sintiendo que tal vez solo estaba marcando para saber como estaba.

—Tenemos un caso en Los Ángeles.—el azabache informo de manera rápida produciendo mucho ruido del otro lado de la línea.—Nos vemos en una hora en el Jet, no lleves a tu pulgoso esta vez.

—Ya tengo quien lo cuide gracias.—contesto la melliza antes de colgar la llamada. Se dio media vuelta para enterrar su cara en la almohada y soltar un grito ahogado.—Ya no quiero ser adulto.


En ese momento volvió a sonar su teléfono, Penélope le había enviado información sobre el caso, detallando a las actrices asesinadas junto con lo poco que ya había reunido Gideon y Spencer.

El simple hecho de que mencionaran al genio provocaba una sonrisa tonta No podía negar que sentía algo más que amistad y tal vez debería de decírselo como lo sugería Elle. La comodidad entre ambos y la conexión que compartían le hacían pensar que había algo especial entre ellos. 


—Tengo el presentimiento que podría conseguirte un padre mi pequeño Nova.—le murmuro a su cachorro antes de correr con la vecina para que lo cuidara mientras ella salía a trabajar.


Lo único que odiaba de vivir sola es que tenía que moverse por transporte publico debido a que el auto era de su hermano. Sin embargo, en el trayecto a las oficinas de UAC checaba su celular constantemente esperando alguna respuesta por parte de su hermano, pero aún no había nada.


—Tranquila . . . esta ocupado, no puede estar en el teléfono todo el día.—pensó Alexandra antes de ponerse los audífonos para distraerse.


Aunque, una parte de ella se preguntaba, ¿Si ese hombre le hubiera hecho algo malo? También tardaría en enterarse o lo hubiera descubierto hasta que llegara a Quántico. Era inevitable sentir que había pasado a un segundo plano en la vida de su hermano. Aunque estaba feliz por el y su nueva paraje, dolía su trato. Ya no podía hablar con él hasta altas horas de la madrugada y solo lo veía en el trabajo. También se llenó de dudas sobre si él la extrañaría tanto como ella a él, o si lo que dijo esa noche era verdad: que ella ya no era su responsabilidad.



—¡ALEXANDRA!—Elle la espanto al momento que salió del metro soltando una carcajada.

—¿Qué te pasa? . . . pudo darme un ataque.—se quejo la melliza sintiendo su corazón latir al mil por hora.

—Ohhh, la bebé tiene corazón.—se burlo Greenaway entrelazando su brazo mientras veían al equipo reunido a lo lejos.—¿Alguien te ha dicho que pareces un zombie cuando estas desvelada.

—Ja . . . Ja, eres muy graciosa.—contesto Lexie recordando que no había tapado sus ojeras.—Solo pesadillas . . . Bueno, no he tenido noticias de Eddie desde que se fue y estoy preocupada.

—Hay niña, niña, son hombres . . . idiotas por naturaleza y tu hermano es el doble.—Elle aclaro poniéndole sus lentes oscuros a su amiga para disimular.

—Creo que no puedo discutir ante tu lógica.—murmuro la castaña antes de empezar a correr cuando los vio subiendo al Jet.


El vuelo fue algo tranquilo, Hotch la asigno con Elle para que en cuanto llegaran comenzarán a investigar el pasado de las víctimas o sobre si tenían algún vínculo. Dejándola dormir un par de horas para que su cara tuviera un mejor color. Y cuando llegaron se dedicaron a recolectar toda la información posible, hasta que ambas mujeres se dieron cuenta de las victimas habían sido asesinadas después de quedar elegidas en algún papel, y la chica que quedó como semifinalista en ambos casos era la misma: Lila Archer.


—Iré a decirle a Hotch . . . tu aprovecha para ver a tu amado.—se burlo Elle al señalar el pasillo donde había visto a Spencer.

—Él no es mi amado.—la melliza se quejo caminando a su mochila sacando un pequeño tupper con cupcakes que le había horneado para el genio.—Ni siquiera se si le gusto, tal vez solo me ve como amiga y confundo su amabilidad.

—Niña, eres la única que no ve que los dos se gustan.—comento Greenaway recordando como interactuaban los dos.—Solo es bastante tímido para dar el primer paso.

—Es que aún inicio era un hombre que se siente incómodo hablando con chicas y no puedo evitar sentir que estoy perdiendo mi tiempo.—murmuro Alexandra jugando con sus dedos.—¿Qué pasa si no soy el tipo de chica que necesita? . . . Fui criminal, solo termine el instituto mientras que él tiene cuatro doctorados . . . ¿De que podemos hablar?

—¿En serio estás pensando así?—respondió Elle antes de darse la vuelta y golpear su cabeza .—Reid puede ser un genio, pero te apuesto que ni él hubiera podido atraparte. Lo he visto en su mirada cuando te mira, anímate niña.


Alexandra asintió antes de salir del lugar para buscarlo, camino por algunos pasillos hasta que logro verlo en una oficina cerrada una sonrisa involuntaria se formó en su rostro, realmente lo extrañaba. Olvidaba como se veía su cabello alborotado, la manera en la que jugaba con sus manos cuando estaba nervioso.


—Spen . . . —las palabras de Alexandra se quedaron atoradas cuando noto mejor la escena de lo que ocurría.


Él sostenía la mano de otra chica que estaba visiblemente angustiada. Normalmente ella se alegraría al ver como maneja la situación o admirar su nueva habilidad brindando apoyo o consuelo a una víctima, pero esta vez era diferente y lo supo gracias a su mirada. Porque era la misma que tenía cuando fueron al acuario, en la convención y ahora con ella.

Alexandra estaba atrapada en un dilema interno. No era celos, al menos no de la forma en que normalmente se piensa. Pero esa mirada . . . esa mirada era diferente y no pudo evitar sentir una punzada de inseguridad. Camino hasta un baño cercano para echarse un poco de agua y poder aclarar su mente. 

Sin embargo al mirarse al espejo fue como si todos esos defectos resaltaran en ese momento. Sus ojeras, esos kilos de más que había ganado desde que se unieron a la UAC, sus uñas cortas, la vestimenta poco femenina que usaba, en ese instante sentía que no era nada a comparación de esa mujer.






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Un par de minutos pasaron y el equipo estaba reunido en una pequeña oficina de conferencias. Tenían una breve discusión sobre los hechos, mientras la mayoría de los presentes comían los cupcakes que Lexie había llevado, mintiéndoles de que era para todos. 

Con forme recopilaban información se dieron cuenta que Lila podría ser la próxima víctima. La gravedad de la situación pesaba en el ambiente. Mientras Spencer y Morgan se ofrecían para escoltar a Lila en su trabajo, Lexie se ofreció para ir en búsqueda de un reportero relacionado con el caso. Pudo notar como Spencer le dirigió una mirada, tal vez estaba extrañado en toda la tarde ella estaba pegada a Elle, ni siquiera había tenido la oportunidad de saludarla.


—Voy con ella.—dijo Greenaway notando que las cosas no habían salido bien para la chica.

—Esta bien, solo dense prisa.—pidió Hotch viendo como ambas mujeres caminaban afuera de la oficina, notando el distanciamiento de Alexandra con Spencer decidió salir detrás de ella.—Lex, un minuto por favor.


Lexie asintió caminando unos pasos hacía donde estaba su jefe, esperando que no le pidiera que mejor fuera con el genio. Pero lo único que hizo fue darle su saco, acomodándolo a su al rededor de manera que no le quedara tan grande debido a la diferencia de estatura.


—Hace frío a fuera y siempre olvidas tu suéter.—Aarón recordó sonriéndole de manera ligera. Sin embargo al sentir la mirada de Elle se recompuso.—Lo que menos necesito es un agente menos.

—Gracias . . . debería sonreír más.—murmuro la castaña recordando que casi no lo hacía.—Aún inicio creía que le faltaban todos sus dientes.

—Mejor vete antes de que te deje papeleo extra.—bromeo el azabache volviendo al lugar de donde había salido.


Ella solo se dio la vuelta para irse con su compañera, sintiéndose extraña ante las atenciones de su jefe. Últimamente él y su esposa eran muy amables, enviando comida casera, asegurándose de que estuviera comiendo de manera adecuada.


—¿Quieres que golpeé a Reid?—pregunto la otra mujer mientras entraban al auto, siendo consiente de su comportamiento ante la actriz.

—No . . . no lo se, solo conduce.—pidió la melliza viendo al castaño de lejos con Lila, la iban escoltando a una camioneta.

—Aún puedo atropellarlos.—bromeo Elle antes de poner en marcha el motor del auto, sacando una barra de chocolate para la chica.—Si le dices a alguien que soy amable contigo te matare, ¿Entendiste?


Alexandra solo negó con la cabeza riendo de lo que dijo antes de perderse entre la vista de Los Ángeles. Sin embargo, el viaje no duro mucho y al llegar al lugar de destino se dieron cuenta que el reportero estaba acosando a Lila tomando fotos en diferentes ángulos y situaciones. 

Elle se lo comunicó a Hotch y al parecer dedujeron que el reportero sabe dónde vivía la mujer a juzgar por las fotos, así que lo más probable es que estuviera ahí, así que sin tener otra opción y siendo ordenes de Hotch se dirigieron hacia allá.

—Se que lo que menos quieres es verlo, pero concéntrate.—murmuro Greenaway haciéndole una señal para separarse.

—Un motivo, solo necesito eso para atravesarle el cráneo a esa . . . rubia oxigenada.—dijo Lexie en voz baja mientras comenzaba a avanzar de su lado. 


La melliza se movía con sigilo, tratando de no hacer ruido por si el reportero estaba cerca del lugar. Mientras avanzaba por el jardín, su mirada se detuvo en la piscina iluminada por la luz de la luna. Y ahí, frente a sus ojos, vio algo que le rompió el corazón en mil pedazos. Spencer estaba compartiendo un beso apasionado con Lila en medio del agua. Un latido doloroso resonó en el pecho de Alexandra mientras observaba la escena.

Su mente se llenó de inseguridades que jamás había tenido. ¿Será que esa mala actriz es más interesante que ella? ¿Acaso Spencer jamás se fijaría en ella debido a su pasado criminal? ¿El hecho de que ella tuviera traumas lo alejaría o tal vez no era lo suficientemente atractiva ante sus ojos? ¿No era demasiado inteligente? ¿Qué le faltaba?

Él odiaba el contacto físico, pero cuando comenzaron su amistad poco a poco fue aceptándolo. Ella sentía que tenían algo especial, que podía confiar en él y que en algún momento él se daría cuenta de lo que sentía por él. Tal vez había sido su imaginación, quizás solo lo había sentido ella y quién sabe. Tal vez en otra vida ella seria su chica, esa chica que estaba besando de esa manera.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y un nudo se formó en su garganta. Las esperanzas que había tenido sobre que el pudiera mirara de otra manera parecía desmoronarse en ese momento. Se ocultó detrás de un arbusto, para recomponerse al sentir que le faltaba la respiración y el leve temblor de su cuerpo.


—¡LO TENGO LEXIE!—grito Elle desde el otro lado, provocando que la pareja se separara de inmediato.

—¡ENTENDIDO!—contesto Alexandra limpiando sus lagrimas fingiendo que era cansancio del caso lo que estaba experimentando.

—Hotch quiere que lo lleve a la estación, ¿Vienes?—pregunto Greenaway mirándola fijamente antes de notar sus ojos rojos.

—Si, seré de más ayuda allá.—respondía Lexie caminando sin cruzar miradas con Reid, no quería verlo, no era tan fuerte.

—¡LEX!—grito el genio desde una distancia considerable, pero ella jamás se detuvo, continuo su camino sin mirar atrás.


Sabía que él no tenía la culpa, nadie la tiene. Bien dicen que en el corazón no se manda, pero en ese momento solo quería arrancarse el dolor, apagar sus sentimientos y seguir como si nada. Pero ahora, ¿Cómo podría verlo a los ojos sin revivir esa imagen que la lastimó?

Lexie no supo nada de lo pasó en esa casa y para ser sinceros no quería saberlo. En el camino al Jet evito cualquier contacto visual, aunque sentía como Hotch la miraba 'discretamente' desde el retrovisor. Intento distraerse revisando su celular, pero aún no tenía respuesta de su hermano.

Sin embargo, al abordar el jet, ocupó el mismo asiento de siempre para no levantar sospechas. Aunque por dentro, estaba rezando para que Spencer no se sentara a su lado u buscara otro sitio para poder hablar de esa actriz de quinta. Afortunadamente, Hotch se sentó junto a su melliza. Era como si supiera que ella no quería estar cerca de Reid y que solo necesitaba un momento de paz. Su atención se fue a su teléfono cuando sintió la vibración en su bolsillo, era el mensaje que tanto esperaba.


"Alex, tal vez no te diste cuenta, pero solo fuiste una victima de esas bromas para el internet. No es para tanto, estabas en un lugar publico y nada malo paso. Regresare en unos días, recuerda háblame para verdaderas 'EMERGENCIAS'."


—Idiota.—Alexandra murmuro para si misma antes de guardar su teléfono de nuevo.



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Ese día en particular todo estaba tranquilo, el ambiente a Viernes se sentía en el aire a pesar de la enorme distancia que la melliza puso con su amigo en un intento de revivir ese momento en cuando viera a Reid, pero parecía imposible quitarse a esos dos de su mente debido a que había logrado aparecer en portadas de algunas revistas con esa chica, quería a su amigo, pero todo se estaba derrumbando. 

Ahora no tenía con quién hablar, con quién desahogarse. Su hermano últimamente no estaba tan presente en su vida, lo que confirmaba que todas ese palabras que dijo por 'accidente' eran verdad. Y ahora, ¿Cómo podría hablar de lo triste que estaba por Spencer con Spencer? Era todo muy irónico.


—Hola Lexie, ya es viernes. ¿Qué planes tienes para este fin de semana?—mencionó Spencer emocionado mientras le ofrecía uno de sus chocolates favoritos.

—Reid . . . Bueno, terminare de pintar mi cuarto.—respondió Alexandra no pudo evitar notar la sonrisa de Spencer, así que decidió preguntar.—¿Y tú?

— Quería que fueras la primera en saberlo. Lila y yo decidimos darnos una oportunidad. Estoy realmente feliz y creo que es un paso en la dirección correcta — comentó Spencer con una sonrisa demasiado grande.


Alexandra se maldijo internamente por preguntar. Trató dar una sonrisa, aunque sea forzada. Una parte de ella se alegraba de que él fuera feliz y otra deseaba que ella fuera el motivo de esa estúpida sonrisa.


— ¡Oh, wow, Spencer! Eso suena genial. Estoy muy feliz por ti — fue lo único que se limitó a decir. Ella no quería detalles.

—Esto no cambia nada entre nosotros, eres mi mejor amiga, siempre estaré para ti, será difícil ya que estaré viajando a los Ángeles para verla, pero cuando ella venga a Quántico podríamos salir los tres, ¿No crees?—propuso Reid al ver un cambio leve en la cara de Lexie

—¡Oh! No te preocupes por eso, yo entiendo.—Lexie trato de tranquilizarlo mientras ella trataba de tranquilizarse también.

—Significa mucho para mí que puedas compartir mi alegría. Debo decirte que esto ha sido posible gracias a ti.—expreso Spencer antes de acercarse a abrazarla.

—¿A mí? ¿Por qué?—pregunto la melliza confundida.

—Recuerdo cuando hablamos sobre mis dificultades con el contacto físico. Tú fuiste paciente conmigo, me diste tiempo para sentirme cómodo. Eso me ayudó a superar ese miedo, y me di cuenta de que podía estar cerca de alguien de una manera más íntima. Fue contigo que aprendí a confiar y a permitirme sentir.—respondió el genio checando rápido en su reloj que aún estuviera a tiempo para su vuelo.


Claro, ella le quitó el miedo. Hicieron que el otro viera las cosas desde otro punto de vista, y alguien más iba a aprovecharlo, alguien más iba a ser feliz con ello. Se alegraba de que gracias a su amistad pudiera acercarse más a las personas, aunque no con ella de la manera que quería.


—Me alegro mucho por ti, de verdad lo estoy.—Lexie trato de sonreírle, aunque podía sentir el nudo en el pecho.

—Si alguna vez necesitas hablar o simplemente estar en compañía, estaré aquí para ti, como siempre lo has estado para mí.—dijo el castaño separándose de ella listo para tomar sus cosas.

—Gracias, Spencer. Lo aprecio mucho — contesto Alexandra antes de comenzar a recoger sus cosas también.


El trayecto a su casa fue bastante tranquilo, era una noche lluviosa hacía que no habían muchas personas en el transporte o en la calle. Llego a su casa con ganas de dormir no quería hablar con nadie o tal vez sentía que se estaba ahogando en un vaso de agua. 

Intento hablar con su hermano, pero solo desviaba las llamadas, se quedo viendo su hogar por un momento, no era ni la mitad de lo que había construido alguna vez. Las paredes de su cuarto estaban a medio pintar, no tenía tantos muebles como en su antiguo hogar. Había decidido vivir de manera legal y lo que paso es que se sintiera más sola que nunca.

Cuando era criminal siempre tuvo a su hermano junto con dos mujeres que le ayudaron a tener esas habilidades de estafar. Sus manos comenzaron a temblar, su respiración se volvió irregular entra más pensaba en lo que sentía, en un momento su mente jugó para mal. Porque comenzó a hacer comparaciones entre la actriz y ella.

Ella jamás había sido insegura, ni le había importado estar sola en cuestión romántica. Además de que siempre estaba con su hermano, pero ¿Ahora? . . . Eduardo estaba ocupado en cosas más importantes. Retrocedió hacía la sala hasta que perdió el equilibrio, comenzó a sentir que la habitación se volvía más pequeña, comenzaba a ver borroso y sus manos temblaban. Nunca había estado en una situación así. El pequeño Nova llegó a su lado y ella intentó contar las caricias que le daba para tranquilizarse.


—Tenemos que ser rápidos.—Alexandra le susurro a su cachorro antes de levantarse y tomar sus maletas para volverlas a llenar.—Conozco a alguien que nos puede esconder unos meses . . . te van a agradar.


Sin embargo sus acciones fueron interrumpidas por el sonido de la puerta, pero ¿Quién podría ser a esa hora? ¿Eduardo? No lo creía. ¿Spencer? No fue a ver a Lila a Los Ángeles. No tuvo más opción que ocultar su equipaje para atender a su visita.


—Hotch, que sorpresa.—Lexie saludo de manera casual intentando actuar con normalidad— ¿Qué te trae por aquí tan tarde?

—Ve por un suéter y sube al auto, tomaremos tu sesión hoy.—Aarón contesto antes de regresar a su vehículo.

—Genial . . . lo que me faltaba.—Alexandra murmuro cerrando la puerta y caminar detrás de él.


¿¿Una sesión por la noche?? era una locura, no compartieron ninguna palabra en todo el camino fue solo cuando noto un letrero que decía "Usted está saliendo de Quántico".


—¿A dónde me llevas? ¿No vas a matarme y tirar mi cadáver lejos, verdad?—preguntó Lexie con un tono curioso, pero no recibió respuesta hasta unos minutos después.—Prefiero regresar a mi casa . . . tengo muchas cosas que hacer.

—Sé lo de Spencer, sé que te dolió. Sé que estás pasando mucho tiempo sola. Sé que planeabas huir y sé que no lo harás — dijo Hotch con voz seria.

—Eso no lo sabes.—respondió Alexandra mirando al otro lado, como si buscara el mismo valor que tenía cuando empacaba.—Solo dime una razón por la cual deba quedarme.

— Porque sabes perfectamente que, si tú huyes, yo estaré en problemas. No dejarías a Jack sin padre, lo sé — contestó confiado — Sé que quieres gritar, que quieres sacar tus frustraciones. No estás sola. Somos una familia. Tal vez te distanciaste de tu hermano, pero estoy aquí, y no solo yo, Hailey también, e incluso Jack— contestó Hotch.

—¿Cómo sabes lo de Spencer?— preguntó Lexie, sus ojos buscando los de Hotch con una mezcla de curiosidad y sorpresa.—Trato de ocultarlo . . . o actuar de manera natural.

— Soy perfilador, uno de los mejores, aunque voy a admitir que el primero que lo notó fue Gideon — contestó Hotch con una sonrisa— Ya no estás siendo tú misma, estás irritable, todo te molesta, tus cambios de humor son peor que los de Elle.


Alexandra suspiro al darse cuenta que era verdad, ella odiaba hablar de sus sentimientos con otra persona, pero ahora estaba aquí con Hotch hablando de sus mal de amores.


— No me gusta sentirme así — confesó Lexie, su voz temblorosa mientras luchaba por contener las lágrimas que amenazaban con salir — Cada persona que entra en mi vida se termina alejando, mi mamá, Richard bueno Jackson, mi hermano y ahora Spencer. Odio sentirme culpable, odio creer que hay algo mal en mí.


Hotch asintió comprensivamente, su expresión tranquila y solidaria. Se tomó un momento antes de responder, eligiendo sus palabras con cuidado.


— Lexie, todos tenemos momentos en los que enfrentamos desafíos personales y emocionales. No hay nada mal contigo. A veces, las circunstancias y nuestras propias luchas internas pueden hacer que nos alejemos de quienes nos rodean. Pero eso no significa que debas culparte. A veces, es necesario tomarse tiempo para sanar y encontrar el camino de regreso a uno mismo.


Alexandra bajó la mirada, sintiendo la sinceridad en las palabras de Hotch. Se sentía vulnerable al compartir sus sentimientos de esta manera y más con su jefe. Entendía que el tenía mucho que perder si ella escapaba, pero quería pensar que su preocupación era sincera, que en verdad quisiera un bien para su salud mental.


— ¿Cómo haces para lidiar con todo esto?— preguntó Lexie, mirando a Aarón en busca de orientación.—Se que tienes muchas responsabilidades en tu trabajo, pero tienes esposa y un hijo pequeño. ¿Cómo equilibras todo eso? ¿Cuándo haces cosas que te gustan?

—Bueno, tienes que reconocer y aceptar las debilidades . . . eso es un paso importante, pero también tienes recuerda que mereces descubrir quien eres, lo que te gusta, cuidarte y ser amable contigo misma.—comento Aarón recordando como la había visto intentar su forma de vestir.—No eres la primera ni la única que ha enfrentado obstáculos e inseguridades, créeme que no necesitas ser una mala actriz para tener la atención de alguien . . . tener altibajos es parte de ser humano.

—Lo intento, juro que lo intento, pero no se a donde ir . . . siento que se hace pedazos todo que se derrumba todo lo que conocía.— comentó la castaña con un suspiro derrotado pasando sus manos sobre su cara.— incluyéndome.


Aarón la miró mientras manejaba con un poco más de urgencia, reconociendo el dolor en sus palabras.


— Entonces tomaremos esos pedazos para construirte de nuevo — respondió Hotch con una determinación tranquila mientras conducía.


Minutos pasaron cuando estacionó el auto en un lugar que parecía alejado de una ciudad, la melliza miró a su alrededor, confundida. Personas gritaban desde el interior del lugar como si algo malo les hubiera pasado.


— ¿Qué es este lugar?— preguntó Lexie, sin estar segura de qué esperar, notando como su jefe apagaba el motor y se volvió hacia ella con una pequeña sonrisa.

— Es un cuarto de la ira —explicó— Pagamos en caja, tomamos un bate y rompemos todo lo que podamos. Es un lugar donde puedes sacar todo lo que sientes, dejarlo salir de una manera controlada.


Alexandra parpadeó un par de veces, sorprendida por la inesperada propuesta. Observó el lugar a través de la ventana, notando la puerta con un cartel que decía "Cuarto de la Ira" junto con un par de personas formadas.


—¿En serio? ¿Esta es mi sesión?—la melliza cuestiono todavía sorprendida ante la idea de destrozar de manera legal, viendo un asentamiento por respuesta.

—A veces, liberar la frustración de una manera segura puede ser terapéutico. No es necesario llevar todo eso contigo, puedes dejarlo aquí.—el azabache sugirió antes de salir del vehículo y caminar hacia el lugar en cuestión.


Lexie consideró la idea por un momento y luego asintió lentamente, sintiendo que tal vez esta fuera una oportunidad para liberar la tensión que había estado acumulando. Camino detrás de él antes de entrar al lugar.

El lugar estaba diseñado como una habitación demasiado espaciosa y despejada, rodeada por gruesos muros que parecían estar insonorizados. Estantes repletos de objetos que iban desde platos y hasta objetos de cerámica. Cada uno de estos objetos esperaba cumplir su destino en manos de alguien que necesitara liberar su tensión acumulada.

Lexie miró a su alrededor, observando las opciones disponibles. Se acercó cautelosamente a uno de los estantes y tomó un plato de vidrio. Sintió la textura lisa en sus manos mientras evaluaba su peso. Era como si sostuviera una oportunidad de liberación en sus manos.


—Todo debe de ser con protección.—informo Hotch poniéndole unos lentes de seguridad y entregándole un bate de béisbol.—Tal vez no sea tu estilo debido a tus antecedentes, pero debemos intentar salir con los dos ojos.

—Bueno, en mi defensa esa profesora se lo merecía.—contesto Lexie con una risas poniéndose unos guantes de construcción.—¿Puedo empezar a romper o una vocecilla dirá cuando?

—Esto no es televisión . . . solo comienza a destrozar.—Aaron se alejo de ella con un gesto amistoso, como si le diera permiso para comenzar.


Lexie inhaló profundamente y levantó el bate de beisbol sobre su cabeza, dejando que todas sus frustraciones y emociones negativas se concentraran en ese simple objeto. Con un grito que fue liberación, golpeo el plato con todas sus fuerzas. El sonido del vidrio rompiéndose en mil pedazos resonó en la habitación, y una oleada de liberación la inundó.

El azabache, por su parte, observaba a la melliza antes de acercarse a una pila de objetos de cerámica. Con movimientos controlados, comenzó a golpearlos uno tras otro, liberando su propia tensión en cada impacto. Los objetos estallaban en fragmentos, como si se llevaran una parte de la carga emocional que había estado cargando.

Aunque no intercambiaron palabras, compartieron una pequeña sonrisa; una conexión estaba presente. El agente Hotchner estaba seguro de que no se alejaría de la melliza, cuidaría de ella y la protegería, incluso de sí misma. Tal vez Strauss tenía razón en querer ser la figura paterna que les faltó. Quería guiarla por el camino correcto.

Mientras que Alexandra tenía la vista fijamente en un espejo destrozado, aún podía verse en el, pero no de la misma forma que aún inicio irónicamente representaba su sentir en ese momento.






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