Latidos

Todo comenzó en la fiesta de Antonio, entre los sonidos alegres de la gente, los bailes, la música.

Las risas y diversión.

Miles de sonidos que los oídos de una mujer de tes chocolate y risos definidos tras ese peinado con el moño carmesí podía detectar.

Tanto que escuchar.

La familia alegre, bailando y divirtiéndose, aún después de aquel inconveniente con Maribel.

Pero, sin embargo, un sonido destacaba de entre todos ellos.
El latido de un corazón, uno que latía tan alto, tan fuerte, tan voluble.

Y

el sonido de una voz tan temblorosa que pronunciaba el nombre de su hermano, en un saludo nervioso que no tenía respuesta.

—¿Quizá no me escucho?—. Susurro de esa voz suave.

¿De dónde venía esa voz?.

Buscar con la mirada era imposible, su hermano caminaba de un lado a otro tomándose con todo el pueblo, mientras.

Ningún solo rostro lamentándose, ningún rostro decepcionado ¿Como saber de quién se trata?

—¿Te gusta mucho Camilo ¿No es así?—. Hablo otra voz femenina, perdiéndose entre la multitud.

—Mucho, me gusta desde que soy una niña de cinco años—. Respondió esa misma voz.

Una voz que sonaba gentil, dulce.

—¿Camilo?—. Hablo finalmente Dolores —Oye..

El chico solo la miro sin decir mucho, a decir verdad no dijo nada.

—Hay una chica que suspira por ti.

—¿Una chica?—. Respondió mirando por todos lados esperando mirarla

—Si, ya no la escucho cerca, creo que ya se retiró, sus pasos se escuchan distantes.

—¿De... Acuerdo...? ¿Al menos la viste? ¿Cómo es ella?

—No lo se, solo puedo decir que su voz es suave y gentil.

—¿Suave voz y gentil?

—Si, te saludo un momento atrás, dijo que le gustabas desde los cinco años.

—Ya veo... ¿No la escuchas?—. Pregunto con una risita relajada.

Un momento todo para escucharla y dar una sonrisa.

—Esta hablando con alguien, al parecer planea ir mañana con Luisa, suerte.

Agrego Dolores dejando a Camilo pensando.
Si, era una persona conocida, y si, muchos le andaban y le querían como a todos en aquel pueblo, más era la primera vez que alguien decía que aquél chico le gustaba.

Y si todo iba bien... Mañana sabría quien es