capitulo 5
Tres días
🍎🦎🌻🎶🎼
Si alguna vez el había pensado que el baile era algo siempre, que solo importaban sus dos o tres pasos repetidos en un baile simple, estaba equivocado.
Poco a poco los pueblerinos lo buscaban cada vez más, en un solo día habían asistido cuatro personas en búsqueda de su ayuda, y este simplemente decí amo poder, y no porque no quisiera ayudar, claro que le gustaría, pero también necesitaba ser el mejor en lo que era su nueva meta, su nuevo propósito.
La abuela, su hermana, sus padres, incluso Maribel tocaba la puerta en su búsqueda, esperando a que esté respondiera rápido, que saliera de ese nido que llamaba habitación, incluso Bruno que no era muy adepto a inmiscuirse en la vida de sus sobrinos fue a tocar para asegurarse de que estaba bien, pues, el ver qué no bajaba a cenar en el primer día preocupo.
¿A caso se sentía mal? Nadie lo creía, es decir, si se sentía mal simplemente iría con su tía Julieta.
¿Que le pasaba a ese muchacho? No salía para nada, bajaba muy temprano por la mañana a robar comida o raramente bajaba a comer en esos dos días que nadie lo vio, comía como roedor y corría a su habitación, o por el contrario subía si comida para no ser molestado.
Tranquilos la familia se encontraba al ver que su apetito no había cambiado como mínimo.
Pero aún si el clima cambiaba tan bruscamente, aún si la casa temblará y la comida se acababa el no salía de su habitación, y tampoco nadie entraba, nadie que no fuera una persona.
No quería sacar provecho de António, pero... Necesitaba su ayuda, en realidad ni siquiera a él se le había ocurrido, todo fue idea de ella, de aquella chica de inicial "_", quien en el momento en que miro a António corrió a el pidiéndole el gran favor de ser sus amigos los animales quienes ayudarán a entregar las cartas, algo que por una parte le resulta a mejor, pero por otra... Le molestaba, le molestaba que cada vez más personas supieran cómo era ella, quien era ella y el simplemente no.
Con los rizos pegados a la frente por el sudor, las mejillas coloradas por el calor y una mirada cansada, así es como aquel chico se veía.
Bajando por las noches de esa forma a ver el televisor, mirando horas de novelas y películas donde se bailará en pareja, novelas que en primer instancia eran ridículas y absurdas pero que servían bien.
Analizar en el televisor cómo se veían, y regresar a su habitación practicando con una almohada, seguramente Dolores no estaría durmiendo bien.
Cuánto esfuerzo por una sola noche.
Las cartas sobre su escritorio con la última que resivo abierta y sin leer.
Camilo.
Yo sé a qué te refieres con eso, pero vamos, son solo niños, buscan con que divertirse no seas malo con ellos yo recuerdo que de niño eras diez veces peor, te veía a lo lejos, incluso mamá me prohibió jugar contigo en ese momento por decía que me causarias problemas.
No te esfuerces mucho practicando quieres terminarás por lastimarte, si lo se yo, en una ocasión casi me fracturó la pierna intentando un movimiento tan intrépido que ni tú Camilo, que nos tus padres podrían imaginar.
Pero como sea, te dije que sería una mejor solución así, no me atrapadas con vida aún ricitos de canela, aún no.
Yo no hice mucho, solo hice un muñeco, me tomo mas de lo que pensaba pero allí está, espero que te guste, nos vemos después, descansa y toma agua.
Con cariño
🌻_🦎.
Junto a la carta un pequeño peluche de un camaleón, con bellos bordados a los costados, flores, girasoles para ser más exactos y hijas, de ojos de botón color café y el nombre del chico bordado en la cola de este mismo.
Dos horas más, solo eso pedía, dos horas más practicando y era todo lo que necesitaba.
Respirando hondo, mirando el pequeño camaleón junto a la carta, intentando leer sin parar y de pronto, solo las patas del escritorio y la almohada sobre el.
—Camilo—. Se escuchó la voz de su hermana tras la puerta tocando varias veces —Ya es hora.
¿La cena? No, le gustaría que eso fuera, en su lugar tenia que caminar directo a la casa de Mariano, solamente porque a su hermana se le había ocurrido la magnifica idea de que podía y quería ir a verlo.
—¿No podías ir tu sola?—. Pregunto este caminando tan aflojeradamente que no podía decirse caminar encorvándose tanto que parecía que el gran peso de su espalda lo estaba matando.
—No—. respondió su hermana caminando tranquila —Mira, allí viene _____.
¿Cuantos años habían pasado sin verse, sin saber uno del otro?. O algo así, mejor dicho de el no saber nada de ella, la ultima vez que se habían hablado fue solamente para romper su amistad, y por romper se refería a que ella había roto con su amistad, dejándolo tan desconcertado que tampoco quiso saber nada mas de ella por un tiempo, pero ese tiempo se volvieron en meses, y después en años.
El siempre lo admitió, le gustaban esos ojos misteriosos y felinos que la chica tenia.
No le dio tiempo de pensar, solo se transformo en quien creyó que seria conveniente, en su hermanito Antonio, mirando como se acercaba, mas alta de lo normal, ¿Cuando su cabello había crecido tanto? El la recordaba con ese cabello a la altura del hombro y ahora, fácilmente llegaba al final de su cintura, siempre con esas ropas en tonos alegres y cálidos y esos vistosos bordados de camaleón, su animal favorito.
—Dolores.... ¿Que haces aquí?—. tenia mucho sin escucharla hablar, su voz era mas fina, mas elegante, suave, sutil, tranquila —Es demasiado tarde, y miren a quien tenemos aquí, Antonio, que lindo te vez el día de hoy, ven aquí—. Dijo sosteniéndolo entre sus brazos.
Dejando sus rostros a una altura muy similar, llenando de miles de besos por todo el rostro, algo que hacia reír siempre al niño, dejando la palma tendida para el, algo que respondió con cierto descontento, sus hermanos eran unos traicioneros, ellos aun le hablaban y a el ni un hola le dedicaba, y eso se daba a notar en la manera en la que arrugaba ligeramente su nariz dejando esa pequeña mueca en sus labios.
—Oye, Antonio... ¿Como esta tu hermano?—. Pregunto en un susurro junto a una sonrisa —¿Que hace ese bruto?
¿Que podía hacer?, si hablaba podrían descubrirlo, Antonio hablaba con ella, y ella nunca fue tonta, sabia como hablaba Camilo, si decía algo que no sonara al niño terminarían metiéndole un gran golpe en la cabeza por mentir, aun tenia muy presente que a ella no le gustaba que se transformara cuando estaba con ella, lo recuerda tan bien.
Solo sonrió y se encogió de hombros dejando a la chica con ese rostro, ese que hacia tiempo atrás con el chico cada vez que decía una tontearía y eso solo hacia que su mirada se acentuara aun mas, dejando caer al niño de bruces al suelo sin consideración, dejando un golpe en su cabeza.
—Eres un tonto Camilo Madrigal—. Dijo esta con los ojos iluminados por lo que parecía una amenaza de una película ligera cristalina que esperaba salir, y ese ligero ronquido de su voz.
—¿Yo? Yo ni siquiera se que hice, yo no hice nada, tu eres quien dejo hablarme en primer lugar y yo soy el tonto—. Agrego levantándose del suelo solo para señalarla con un dedo —Les hablas a mis hermanos, y no me sorprendería que le hablaras a mi familia, pero a mi no.
—Cállate quieres...
—¿Porque estas tan enojada conmigo, yo que hice?
—Ash, como siempre eres un tonto, me largo, te veo en la fiesta de Luisa, Dolores, Hasta luego.
Hablo por ultimo marchándose del lugar, dejando un rastro sutil de su aroma a melocotón y fresas, algunas cosas no cambiaban.
—Sabes Camilo.. Tu le gustas...—. Hablo de la nada Dolores mirando como la chica daba la vuelta hecha una furia.
—No digas tontearías Dolores, ella me odia, ademas vamos ya, vamos ya, no quiero estar mucho tiempo fuera de casa, mamá se enojara si se da cuenta de que o volvimos para la cena.
Ambos se dedicaron una mirada siguiendo su camino, el hecho podía ser tan adorable o tan gracioso, todo dependía de los ojos del espectador, quienes veían como su hermano llevaba en hombros a su hermana solo para que esta se pudiera besar en el balcón de Mariano.
Una completa tontearía, una tontearía que le mantendría la boca cerrada a su hermana por un momento.
Por un momento se sentía extraño, era demasiado tiempo el que el tenia sin mirarla, sin saber nada de ella, sin saber cómo es que había podido vivir sin ella todo este tiempo cuando bien eran buenos amigos, inseparables, y como es que el había sobrevivido tantos tiempo sin ella.
El camino era callado, intentaba analizar eso, el verla de nuevo le había puesto a pensar sobre que había hecho mal en primer lugar, así hasta llegar a casita, dónde los esperaban para la cena.
Y más que esperar la cena, esperaba por Maribel, quien entraba animadamente hablando con Bruno sobre no se que cosas.
—Mirabel... ¿Puedes enseñarme a bordar? Y a cocer... Quiero hacer un muñeco...
La chica solo lo miro, acentando tantas veces y tan rápido como pudo, le entusiasmaba mucho, sabía que no aprendería de la noche a la mañana pero si se esforzaba sería pronto.
Risas, bromas, platicar sobre su día y los planes para la fiesta de Luisa, todo se escuchaba espectacular, y lo que más le emocionaba a Camilo, deja do de lado la gran cantidad de comida y pastelillos que habría, era que si la chica misteriosa se descuidaba sabría quien era y finalmente dejaría de escribir tontas cartas.
Cartas que una vez terminada la cena se dedicaba a escribir.
Chica misteriosa.
Podría decirse que en una semana te volviste mi amiga ¿No?.
Quizá puedas responder algo ¿Crees que soy tonto?
Tenía una amiga, una mejor amiga cuando niños, solíamos robar pastelillos, bueno, ella solía hacerlo, era sigilosa como un gato, yo solía decirle que era mi Luna, porque casi siempre la veía fuera de casa por las noches a escondidas para tener más tiempo para jugar, pero un día, simplemente dijo que no quería ser mi amiga...
Y desde ese día ella está molesta conmigo ¿Crees que alguna vez me reconcilie con ella? Cuando está enojada es un poco brusca y puede lastimar con sus palabras, pero siempre se mide, jamás dirá que eres un esto o un aquello, y cuando no, es dulce, como un pastel.
¿Tu que dices?
Pdt: gracias por el peluche, me gustó mucho mucho, siempre me dan cosas de camaleón ¿Es por mi don? ¿Que animal es tu favorito?
A veces, la gente era tonta y descuidada...
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