Soñar
🦎💤⭐💀

La mañana siguiente, el balde de agua helada sobre los dos, despertándonos con un gran susto, sin saber que es lo que estaba pasando, el rostro burlón de Isabela de fondo mientras mirabel sujetaba la cubeta intentando no reiréis, estaban dadas por muertas, lo sabia en el momento en que el rostro de ____ cambio de uno asustado a uno furioso, y esos ojos felinos que tenían enamorados a muchos brillaban con intensidad, la cabeza en el fondo de todo de Luisa intentando no reír.

Fue cuestión de segundos, fue tan rápido todo que no se como siguiera pude prevenirlo, desde la cocina podías escuchar los gritos de Mirabel junto a Isabela mientras pedían ser salvadas.

La forma en que ella se retorcía en la cama, intentando zafarse de mi agarre entre gritos molestos, recibiendo uno que otro codazo accidental, codazo que dolía en el alma.

Las ropas húmedas, el cabello estilando, pegándose a su cuerpo, mientras el mio caía de manera pesada sobre mi cara, el desgarre de su garganta al gritar, esa voz delicada ya no era para gritar, poco a poco se volvía ronca.

—Cálmate—. Pedía Luisa intentando soportar la risa —Anda, no pasa nada, solo fue una pequeña broma, el día de ayer todos estaban buscándolos, se desaparecieron, y cuando los encontraron pues... Olvídalo, no paso nada, es solamente agua.

—Si, vamos ___ Solo es agua, ya nos vengaremos.

—¿Vengarnos?—. Pregunto volteando su rostro a mi, quedando tan cerca que era imposible no sentir su aliento chocar contra mi, la sensación de que me faltaba el aire, un nudo en la garganta y una sensación de nerviosismo, una sensación incomoda pero agradable a la vez en mi pecho, la mirada sobre mi, esa mirada que hipnotizaba a cualquiera, y esa sonrisa con un toque de malicia, mientras la presionaba mas contra mi pecho sin querer —Quiero venganza y la tendré tarde o temprano...

—Si, tranquila.

Cuando juntabas a dos chicos de dieseis años en busca de venganza no surgía nada bueno, lo único que podías esperar era caos por montones, y en ese caos, el vinculo de afecto se convertía en uno mayor, solo un poco.

—Yo... te veo abajo —. dijo luisa dejándonos un momento a solas.

Esa mirada que no se despegaba de mi, zafándose de mis brazos solo para sentir como sus piernas me tenían cautivo, como sus rodillas se posicionaban a cada lado de mis piernas y tomaba el cuello de m camisa con propiedad, sin tirar, sin tomar fuerza, solamente acercándose a mi rostro, tan peligrosamente, que su nariz chocaba con la mía, mientras esos ojos me examinaban, como si con ellos pudiera ver a través de mi alma y buscar las intenciones que tenia.

El golpe en mi pecho, mas fuerte, podía sentir como el tono de mis mejillas se esparcía por todo mi rostro —Quiero.... Venganza...—. Dijo una vez mas, por un segundo pude sentir como al decir la ultima palabra su labio rozo con el mio.

—Véngate de mi—. Pedí en un momento de locura, dejando en ella un rostro extraño, confundido, fue, solo algo de segundos, tan rápido como un parpadeo que la tome de la cintura, estrujando bajo la ropa la piel, impulsando con la otra mano su cabeza acercándola a la mía, necesitaba sentir esa sensación de sus labios en los míos, fue solo un impulso tonto, aprovechándome de ese momento para saborear, para disfrutar esos labios carnosos, esos labios que lograron hacer que me sintiera... Diferente, un beso tan desesperado que no había manera de que ella se separara de mi.

Un beso que fue tan intenso que la sensación de corriente que recorrió mi cuerpo al instante de sentir sus manos en mi mejilla, aferrándose a mi, se intensificara, separándonos solo un segundo para tomar aire, su rostro de repente rojo, dando un pequeño brinquito.

—Eso que sentí  fue tu...

El trueno de mi madre, un trueno lleno de molestia, un trueno que se convirtió en una tormenta en la habitación de Mirabel, con un susto por de medio, un susto que me hizo bajarla de la manera mas brusca posible, haciendo que se golpeara en la cabeza con la pared.

La verdad es que eso no estaba en mis planes, no estaba en mis planes besarla así como no estaba en mis planes que mi madre llegara a interrumpirnos, sus gritos, los tirones de orejas para ambos, dejando ver a mi padre tras de ella, diciéndole que no nos molestara, que solamente eramos dos jóvenes queriendo experimentar el amor.

Silencio, fue de un momento a otro que el silencio se hizo presente, mis padres ya no figuraban mas en la habitación, los únicos que se encontraba ahí, eramos nosotros dos, ___ y yo.

—Vamos a tu habitación—. Dijo ella tomándome de la mano, pudiendo ver a través de su ropa humana un poco de piel, dejándome sentir  su tacto cálido, la forma en la que brincaba a mi, en la forma en que sus labios se volvía a unir con los míos, con desesperación —Espera aquí—. Susurro cerrando la puerta tras ella.

No estaba entendiendo que es lo que estaba pasando, solo sabia que me estaba gustando, me gustaba lo que estaba pasando y lo necesitaba.

Sus labios sobre los míos, el tacto gentil de sus manos, la dulzura de sus labios, la exquisitez de su cuello suave al besar, al morder, el suspiro e mi oído, el susurro de mi nombre seductor mientras los besos iban en incremento.

El sentir del desgarre de mis labios, estaba a su merced, su piel rosando con la mía, la forma en que ella me guiaba entre carias a la cama, despojándonos poco a poco de las prendas húmedas, dejando al descubierto su piel cremosa, la guía de sus manos en su piel, trazando un camino gentil hasta parar en las colinas prohibidas, esas colinas que podía moldear a mi gusto, rebatando suspiros, las marcas rojas sobre sus piernas, las caricias, los suspiros, la necesidad de poder sentir su calidez, los ojos felinos opacados por el deseo del contacto, la intimidad húmeda, sus manos recorriendo mi cuerpo mientras tiraba gentilmente de mi cabello, susurrando al oído el permiso para hacer con ella lo que necesitaba.

El rastro transparente que dejaba desde su pierna hasta la zona prohibida, una zona que solo yo podía tener, que solo yo podía recorrer, que solo yo podía rebatar, la entrada cálida, mi piel abriéndose bajo sus dedos, el suspiro de mi nombre.

Amar esa mirada seductora, esa forma que tenia de despojarme de la cordura.

La entrada estrecha, la cavidad cálida, una cavidad que no dejaba nada que desear, los movimiento tortuosos que me provocaban una sensación  de ardor, como si mi piel ardiera por el calor, un calor que poco a poco estaba en incremento.

La forma en que su pecho subía y bajaba, en la forma que respiraba, en la manera que de su boca salia mi nombre, me estaba enloqueciendo, el vaivén delicado que poco a poco se transformaba en uno velos, en uno sin cordura, sin poder detener el deseo de satisfacción.

Sus piernas temblorosas, como amaba esa forma que tenia de mirarme, esa forma en la que me pedía me alejara de la ternura, que me dejara guiar y disfrutara del momento, las posturas, mirar su cuerpo desnudo, ese cuerpo que me estaba perteneciendo solo a mi.

—Camilo...—. Escuche una vez mas su nombre cerca de mi, donde su aliento chocaba con el mio.

—Arranca de mi, mi cordura, derrite mis cadenas, deléitame con tu cuerpo seductor—. Dije en su oído dejando besos aun mas desesperados, entrando una vez mas, dejando escapar un desgarrador gruñido, sentir la lengua sobre mi cuello, una sensación nueva que amaba y que no me cansaría de experimentar.

Una necesidad de saciar esa sensación de placer que comenzaba a tener poder sobre mi.

—Camilo—. Dijo una vez mas con un gemido entre sus labios —Camilo... Despierta..

Despertar, estaba hablando de despertar cuando yo podía sentir claramente su piel en la mía, esa sensación de calor, mirando como ella recostada en la cama me provocaba con esa mirada.

—Despierta Camilo—. Dijo una vez mas levantándose un poco, dejando un beso húmedo en mis labios —Despierta...

Despertar... La mano que me movía suavemente, una mano que conocía bien, la mano de mi padre moviéndome de un lado a otro con una risita nerviosa.

Fue cuestión de segundos el poder procesar que todo lo que paso con ella fue un sueño, un sueño que jamas había tenido y que, ahora me tenia en conflicto, dejando a relucir un pequeño problema doloroso.

—¿Donde esta___?—. Pregunte asustado, cubriéndome como podía con las sabanas

—Se fue anoche, se fue con sus papás. am... Hijo creo que hay un tema del cual te tengo que hablar, ¿Sabes como nacen los bebes?}

No... No...¿Porque tenia que ser justo en este momento? ¿Como es que mi padre se había dado cuenta? ¿Me abría escuchado ___?  temía por mi vida ¿Como es que la vería ahora a los ojos sin recordar ese sueño?, podria darme por muerto....