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Capitulo 10

Luz
☀️🦎🌻📝🍑

La mañana siguiente parecía más alegre, el cielo ya no era gris, el cielo era de un azul celeste, brillante, despejado.

La gente salía poco a poco de sus casas listos y alegres para hacer sus actividades diarias, entre risas y diversión, pronto llegaría la fiesta del chico, estaban a un día de su cumpleaños número dieciséis.

Y entre esas personas alegres estaba el propio chico que corría detrás de los arbustos que funcionaba como telón buscando como divertirlos, entre historia contadas dónde el era todos los actores.

Todo parecía que estaba tranquilo, que nada podía estar mal con ninguno en el pueblo, si no fuera por esa mirada triste y ropas de colores apagados de _____ que caminaba entregando pan, el último día de su trabajo, ya había obtenido el dinero suficiente para comprar aquello que había visto en el aparador aquella vez y con con un gran entusiasmo había apartado con el poco dinero de sus ahorros.

Mirándola pasar, sin pena ni gloria, sin compañía, ignorando la presencia de los niños y por ende también de el, siguiendo esos pasos pequeños y suaves, como si no quisiera marcharse.

—¡Ella fue!—. Grito de pronto señalándola, donde los niños voltearon la mirada —Ella se robo el diamante, sin mi diamante no podre regresar a mi castillo.

El grito que daba, de na damisela en apuros, de alguna u otra manera la haría decir una palabra o hacerla reír, lo que fuera primero, y a ella le gustaban los niños por lo tanto se alegraría ¿No es así?, Los niños que hasta ahora se encontraban viendo la obra de teatro de una sola persona salieron corriendo en dirección a una ___ confundida, exigiendo que les regresara el diamante.

¿De que diamante hablaban?

Tantas manos pequeñas que tiraban de su ropa, de la canasta, incluso la aventaban ligeramente para que caminara al chico y confesara su atroz crimen, pero ella o decía ni una sola palabra, solo se quedaba allí mirando a los niños, intentando no lastimarlos, pisarlos o caerles enzima hasta quedar frente a ella.

—Bien ladrona, devuélveme el cristal mágico o mis amigos los duendes te llevaran al calabozo.

Hablo con una sonrisa extendiendo su mano, esperando que dijera algo, un regaño, un "estoy ocupada" lo que sea, pero no, solo recibió un pan y lo siguiente fue verla marcharse.

—¿Se enojo tu novia?—. Pregunto una niña de coletas esponjosas y vestido rosa.

—Ella no es mi novia—. Contesto  regresando a su forma original, con esa nariz ligeramente arrugada.

—Claro que si, se vestían iguales, mi hermana tiene un novio, y a veces se visten similar, con los mismos colores y cosas así, y a veces pelean y no se hablan, pero su novio siempre le da flores y un beso y con eso se pone feliz mi hermana y dejan de estar peleados —. Continuo diciendo lucia, mirando como todos los niños ponían esa cara de asco al pensar que dos personas se podían besar —Y ustedes se vestían igual, los dos usaban colores similares, y siempre usaban camaleones, si eso no es ser novios entonces no se que es.

A veces los niños hablaban con bastante inocencia y honestidad brutal.

Ahora ya no eran amigos, ni conocidos, ni nada, era como si jamas se hubieran conocido, era como antes de re encontrarse, solo que en esta ocasión se sentía diferente, la ausencia de las cartas, de topársela aquí y por allá arrojándose palabras sarcásticas hasta que uno se enojara le daba una sensación de vacío extraño, y lo ameritaba a la culpa que sentía, había dicho palabras que le habían lastimado y no había como hablar con ella, no siendo el al menos.

Al transcurso del día una idea audaz, magnifica, extraordinaria se le vino a la mente.

Hacerse pasar por Luisa, ya le había funcionado una vez, así que una segunda vez también podría funcionar, caminando por todo el pueblo en su búsqueda, evitando las personas que buscaban a su prima para ayudarles en tareas como llevar a los burros al corral o llevar aquellas cosas impensables de un lado a otro.

Desde su casa hasta los limites de encanto, sin un rastro de la chica, desesperado y cansado de parecerse a su prima su ultima alternativa que debió de ser la primera era el rio, al que se escabullían de niños, y allí estaba.

Allí estaba ella, sentada mirando una caja envuelta en tonos amarillos y moño tejido, preguntándose si seria una buena idea.

—¿Estas bien?—. Pregunto acercándose con cautela —¿Porque no hablas conmigo, soy tu amiga, puedes decirme que es lo que esta pasando ¿Porque apagaste tus colores y dejaste de hablar, oye se que... mi.. primo a veces puede ser muy torpe, pero, no lo dijo con intensión, quizá solo estaba molesto pero, por sus palabras no deberías de actuar así, estas siendo demediado extremista, porque , bueno, dejarse de hablar solo por eso...

El chico se sentó a su lado mirando, mirando al rio, sintiendo la cabeza de la chica sobre su brazo, agotada, necesitaba dormir un poco antes de volver a casa ¿Que debía de hacer?, curioso la miro, miro como sus manos se aferraban al obsequio que tenia, la mejilla suave tocando su piel, el susurro de su aliento, de la suave respiración de la musa que comenzaba a dormitar a su lado, acariciando el sonido del arrullo, la apiñonada piel, los ojos misterioso y mejillas de tono rosado.

El cabello que caía por su rostro, Su nariz respingada, la tenue curva de su cuerpo y la translucidez de la piel con el reflejo del agua. Nostalgia, una nostalgia terrible y tremenda le hizo pensar en lo que estaba haciendo, la primera vez había resultado fácil olvidar todo y comenzar de cero, pero ahora, ahora que necesitaba ser mas fuerte simplemente no podía.

Respirando profundo con el ligero golpe de su corazón contra el pecho, negando una y otra vez la necesidad del tacto.

Cuando supuso que esta estaba completamente dormida dejo esa transformación para ser el mismo, que fuera su verdadera piel el que tocaba el de ella, con el latido suave de ____ a su lado, apartando el cabello de su rostro solo para poder mirar mejor y desviarla al mismo tiempo en que se daba cuenta de que había cometido un error.

Ella en verdad era linda, y no solo por fuera, si no por dentro, aunque algo mentirosa, seguía siendo lindo, y ahora que miraba la caligrafía sobre la caja se dio cuenta de que ne verdad nunca lo había dejado, todos sus cumpleaños tenían presente un regalo de su parte, un regalo sin remitente.

El arrullo era tan suave que incluso se había contagiado, pero no podía dormir, no aun no, necesitaba alejarse, quería reconciliarse, pero no tener un contacto así de cercano, mirando las mariposas y los pájaros viajar sobre ellos. La ruana de nuevo puesta en ella con cuidado de que no despertara, la carta que había escrito la noche anterior en caso de que se acobardara en su bolsillo.

—¡CAMILO!—. S escucho a la distancia a su padre.

Si el se acercaba despertaría a ____ quien lo vería allí, y entones se daría cuenta de que no era Luisa y aquello que tanto le reprochaba no tendría validez, el estaba haciendo lo mismo, con miedo en sus manos, temblando al ritmo de sus latidos y de esa garganta nerviosa que evitaba el paso a decir algo mas, la recostó sobre el pasto, agradecía internamente el sueño pesado que tenia cuando estaba agotada.

Acariciando una vez mas el rostro de azúcar de la chica, dejando sobre la frente un beso pequeño y tímido, uno raro para el, estaba poco acostumbrado y el hormigueo que le causaba en los labios era ciertamente incomodo y placentero al mismo tiempo, junto a la carta que había escrito.

Una ultima mirada a la chica tendida en el pasto dormida, cubierta por la ruana para salir del lugar corriendo tan rápido como sus pulmones se lo habían permitido.


Querida ______

Lamento las cosas que dije, no eran enserio, tu voz no es molesta, tu no lo eres, solo estaba enojado, creí que estabas jugando conmigo y con mis sentimientos, pero, ahora que te veo me doy cuenta de que no fue así, ya no tienes esos colores brillantes que te hacían destacar entre la gente y esos complejos bordados sobre tu falda, tampoco tus labios brillan con ese color cereza que solías cargar, tu aroma ya no es mas el de frutos rojos, de fresas y melocotones que solía tener, en su lugar ahora solo es tristeza y soledad, no hagas caso a las palabras de un niño tonto que se deja guiar por sus emociones, hice al y lo lamento, espero poder hablarte sobre ellos y que puedas hablarme de nuevo, no quería que te alejaras de mi familia, Antonio esta triste porque no le hablas mas, porque cada vez que lo vez sales corriendo.

Se que las palabras escritas no cuentan, si no que las acciones, y se que tu también estas arrepentida de actuar así, o eso es lo que quiero creer, sabes, cuando las escribías y las leía, me sentía cómodo, una comodidad que tenia contigo cuando eramos niños, y ahora escribiendo esto, me doy cuenta de que jamas te alejaste, me llamabas como solías hacerlo de niños, que solo tu decías, te describías como cuando teníamos doce, todos me decían que eras tu y yo no les creía, porque, creí que podía ser una chica diferente, una que no dejaría de hablarme de la noche a la mañana sin saber el porque, en fin, son demasiadas palabras por ahora, creo que ya dije lo que tenia que decir, y eso solo era un lo siento, mi intención no era romperte el corazón.

Tu una vez me dijiste, que cuando mas oscuro estaba, es porque el amanecer estaba por llegar, y creo que ya fue demasiada oscuridad para los dos, ¿No lo crees? ya llegamos al punto en donde debe de amanecer, volvamos hacer amigos, como antes, como cuando eramos niños.

¿Me perdonas?

Atte:

Camilo Madrigal


Ya se había disculpado, ahora solo falta la segunda parte, volverse a ganar la amistad destruida de la chica y tenia un plan, uno que comenzaría a efectuar desde mañana.



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