Después de tanto escándalo, la boda se ha efectuado con mucho éxito. Muy darks y elegante al mismo tiempo, vinieron a vernos nuestras bandas amigas y hasta mis suegros que nunca conocí hasta ahora, kemosion.

The Candy Factory NO se presentó a pesar de que los contactamos y no quisieron dar ninguna excusa, ésto me empieza a dar muy mal rollo.

Fue muy hermoso todo.

A pesar de que Lars ni yo tuviéramos mucha fidelidad a alguna creencia religiosa, optamos por casarnos por la iglesia porque... bueno, por el civil sería muy peligroso hacerlo.

Me atrevo a decir sin miedo a que fue uno de los mejores días de mi vida. Digo... ¿cuántas veces tienes la oportunidad de casarte con la persona que más amas? Es un momento precioso, luego de haber sufrido tanto en mi infancia para luego vivir la vida loca y comportarme de forma madura de una vez para formar una familia y casarme con el hombre de mis sueños.

Yo tanto que me las daba de que me las sabía todas, que ya era madura al escapar de mi país natal... Já, dulce palomita era yo. Ahora de verdad que necesito madurez para afrontar la cagada de proporciones bíblicas que me he mandado.

La ceremonia, el baile, el festín... todo lo que incluía el casamiento fue perfecto, no hubo ningún inconveniente. Parecía sacado de un cuento de hadas, eso era lo que me gustaba, vivir en una fantasía épica llena de altos y bajos muy extremos. Así decidí vivir y así me mantendré.

Todo lo que correspondía a este día tan especial cesó, era la madrugada en un hotel cinco estrellas de California, vamos, que la boda la hicimos en la playa porque... bueno, es un bonito lugar, hubiera sido más bonito si nos hubiéramos casado en la playa en que me picaron las medusas. Pero no... bueno, reitero: aún así fue maravillosa toda la cosa.

Ni hablar de la noche de bodas, ya saben, en donde se supone que yo debería perder la virginidad.

Ups.

Bueno, todos somos pecadores de cierta forma, iremos al infierno y conviviremos con Satan y miles de putas, ¿quién dijo que allá abajo era algo malo?

Besos, caricias y demases existieron aquella lujuriosa noche, lo malo, es que una vez alcanzado el preciado orgasmo, la culpabilidad de todo mal cometido me invadió. Es decir... el golpe que me devolvió a al realidad fue grande. Bonito cuento de hadas y lo que quieran, pobre Lars... tanto tiempo siendo engañado, me da muchísima pena.

- Amor... -susurré, observando hacia el techo, él hacía lo mismo hasta que lo llamé, sus verdes ojos brillaban sobre la oscuridad y dirigían la luz hacia mi.

- ¿Sí? -se le veía tan inocente, yo quería mantenerme seria y proseguí mirando el techo- Devvorah, ¿pasó algo? -asentí- ¿Bueno o malo? -hice una mueca, llena de desilusión- Oh, malo...

- Perdóname, Lars... -mordí mi labio inferior, estando al borde del llanto.

- ¿Uh? ¿Por qué, linda? ¿Hiciste algo malo?

- ¡Muy, muy malo! -cogí la sábana y me tapé hasta arriba, avergonzada.

- Pero... ¿por qué? ¿Qué haz hecho? Dímelo.

- No puedo, la culpa me come viva desde que nacieron nuestros hijos... Me odiarás, yo lo sé...

-No, linda, vamos, dime, ¿qué tan terrible puede ser? Suéltalo así no más, juro que no me voy a enojar -tomó la sábana y descubrió mi rostro con lágrimas desprendiéndose.

- L-lo siento, Lars... te haz casado con una farsante...

- ¿Ah? ¿Cómo? -se le notaba muy confundido, maldita sea.

- Que... yo no soy quién tú crees que soy. No me llamo Devvorah, no soy de Texas... soy una farsante que le gustaba jugar a ser estrella de rock.

- ¿Qué? ¿De-de qué hablas?¿Eso explica lo de usar peluca? -se separó bastante de mi y ahora se veía bastante sorprendido, a la vez un poco enfadado- ¿Pero... cómo? ¿Es decir que yo me enamoré de un personaje público solamente y que la verdadera tú nunca la conoceré? ¿Eso me quieres decir?

- Sí y no... Lo de la peluca es verdad... y no, yo creí que te habías enamorado del personaje y no es así, todas esas veces que dijiste que yo era hermosa tal cual era; con el cabello largo y negro, los ojos desmaquillados... La personalidad entre personaje y yo nunca varió, sólo el aspecto físico.

- Oh, bueno, entonces... no es tan terrible, ¿o sí? -negué, volviendo a llorar, él se acercó a mi y limpió mis lágrimas- ¿Qué más me ocultas?

- Que huí de mi país natal, que falsifiqué mi nombre y otras cosas más que entregué para poder ser la estrella de rock que soy ahora. Me he casado, tengo dos hijos... he entrado a países de forma ilegal... ¿Sabes que Pam fue a la cárcel sólo por hacer lo último? Yo iré a la cárcel, tú también por "pedofilia" y nuestros hijos a un orfanato... ¡La he cagado y de proporciones bíblicas!

Mierda, que el pobre ha quedado con tragedia. Más que ira, era angustia y decepción lo que expresaba su mirada.

- Devvorah... o como sea que te llames, ¿quién eres en realidad?

Le tuve que explicar absolutamente todo mientras lloraba, él me consolaba y escuchaba con suma atención lo que yo confesaba. Saber que íbamos a separarnos tras una tan bella boda de cuentos de hadas, me dolía mucho.

- Déjame entenderlo bien... -asentí, luego de que él limpiara por enésima vez mi rostro- Huiste de tu país natal, te metiste dentro de una caja para enviarte a Texas, te fuiste a vivir con tus tres compañeros de banda, te creaste una nueva identidad creyendo que apenas salgas a la luz ibas a ser libre cuando cumplas los dieciocho...

- Pero terminé yendo al concierto de Metallica, uniéndome a la gira con ustedes y enamoradísima de ti, lo que desató todo el caos que debemos pagar ahora.

- Entiendo,entiendo... Al menos, ¿podrías decirme tu verdadero nombre? Es lo mínimo que requiero saber si me he enamorado de la vagabunda de familia numerosa y pobre que afirmas ser.

Se lo susurré bien despacio en el oído.

- Hey, bonito nombre -sonrió.

- Sí, aún así, por favor, llámame Devvorah... aunque yo siga siendo la vagabunda en el fondo, odio recordar mi verdadero nombre, nadie me ha llamado así desde hace un año, la costumbre a Devvorah la tengo muy bien puesta y no me la pienso en quitar.

- Ah, ok... espera, ¿todo este asunto es la razón por la que no quieres registrar aún a nuestros hijos? -asentí, deprimida- Pues... a este paso, con la multa que debemos tener... cuatro meses de multa, es mucho, amor... Supongo que ahora piensas revelar tu secretito ese al mundo.

- Sí, creo que sí.

- Eso o directamente entregarte a la policía guardando la mayor discreción posible para que nadie acabe afectado todavía, dime, ¿qué dices?

- Creo que me entregaré a la policía... sería lo mejor, la gente me sigue buscando allá en mi país, mientras que la gente aquí me admira por ser una gran "ídola" de la música, oh, que pena doy, por dios...

- Amor, lo mejor, insisto, en que apenas acabe nuestra supuestamente romántica luna de miel, te entregues, ¿sí?

- Lo haré, mi amor, lo haré...

- Ahora, es cosa de azar si el destino nos quiere a los dos juntos o separados, si quiere que cuidemos de nuestros niños o alguien más "responsable", veamos.

Nunca mejor dicho, es cosa de azar. Veamos si la señorita Grohl es capaz ahora, ante la ley, de salirse con la suya.