Capítulo 45: Regalos del gobierno y el reencuentro con TCF.
El tiempo pasó y ya era el mes de noviembre, a mi me dieron de alta hace rato pero recién hoy he podido tener al cien por ciento a mis hijos entre mis brazos. Para los que se preguntan de ciertas cosas... no, Kirko y Arlandria no están en el registro civil todavía, sólo están registrados en el hospital en que nacieron y no hay datos sobre mi, los pocos que hay, son los que ya están falsificados.
Sé muy bien que la multa que me va a llegar por no registrar a mis mellizos va a ser re dura, aún así, falta para que yo cumpla los dieciocho y pueda dar la noticia de que soy madre. Es decir... no hay forma en que Lars se libre de la cárcel si el secreto cae en malas manos.
Un mes casi han estado internados mis pobres bebés, en incubadora o conectados a diferentes máquinas... como eran medios agresivos -ahre, igual que el padre-, los cables tenían que ponérselos en la cabeza y por ello estaban ahora rapaditos los dos.
El dolor de la pérdida de Rosemary persiste, eso nunca va a desaparecer, lo peor de todo era que mi culpa era la razón de su fallecimiento, mi falta de madurez me hizo pagar con algo tan cruel...
Lars y yo agradecimos que habíamos comprado ropa en tonos pasteles neutros y para los ambos sexos, no nos veíamos venir la idea de que fueran trillizos originalmente pero nos hemos preparado de puta madre.
Anoche por fin regresamos con nuestros niños... Arlandria tendrá complicaciones para tomar objetos más adelante y Kirko por ahora, es ciego... es una lástima que todo ésto ocurra por no cuidarme y preferir vivir al límite.
Tuvimos que dormir Lars y yo con ellos porque recién hoy llegaban los putos regalos del gobierno, lo que implicaba...
- Amor, yo no voy a cuidar de los dos -puse cara de culo ante las palabras de mi novio y ahora de nuevo, mi prometido-. Son muy pequeños y lloran por todo, y si lloran, no sé qué es lo que quieren...
- Joder, si lloran, huele pa' ver si se cagaron, si no se cagaron, arrúllalos con una canción de cuna y si aún así lloran, dales leche -señalé los biberones ya preparados que estaban sobre la mesa del comedor.
- Ehh...
- ¿Qué tan difícil puede ser?
- ¿No puedo ir yo a firmar para recibir las cosas? -negué.
- Debe ser la madre... aparte, joder, si te ven a ti firmando por regalos del gobierno, la prensa se enterará y eso no es bueno.
- Ah, verdad, está bien... no más no te demores tanto que me va a dar soponcio si tengo a los dos llorando al mismo tiempo.
No le dije nada y me fui de allí, a esta hora los dos duermen, así que... dudo mucho que haya escándalo. Aparte, tampoco es que vaya demasiado lejos... sólo bajé en ascensor y debo esperar afuerita a que llegue un camión, más rato firmo para que unos tipos suban las cosas hasta el departamento y listo, no es nada del otro mundo.
De milagro no se demoraron tanto estos sujetos y comencé a leer y firmar papeles por todas partes para decretar que yo recibí aquellos famosos "ajuares". Monitoree todo el asunto hasta que acabaron de subir las miles de cajas, no hallaba a mi novio ni a mis niños por ninguna parte, pasee por todo el departamento y... me llevé una sorpresa tremenda:
Lars sin camiseta, cargando en cada brazo a un bebé, teniendo los biberones pegados a los pezones con cinta adhesiva a su vez que los pequeños bebían del chupete a punto de quedarse dormidos.
No sabía si reír o llorar con eso.
- Lars... ¿qué carajo estás haciendo?
- ¿Así no se les da de mamar a los bebés? -negué, con un facepalm épico- Oh... ¿Ups?
- ¿Y cuándo yo le he dado pecho a mis niños si el hospital decretó que por tanto consumo de alcohol y drogas, yo no podía hacerlo?
Sí, eso último era una jodida lástima. Porque a cada rato sufro fugas de leche y eso duele mucho.
- Ups... bueno, al menos lo intenté.
- Ahhh, ahora que me recordaste el trauma de que no puedo alimentar a mis hijos, ahhhh -comencé a sobarme loh peshoh de forma disimulada.
- ¿Te loh shupoh?
Arrojé el lápiz con que firmé los papeles hacia la cara de mi novio.
- ¡Cochino ordinario roto picante! -repliqué- ¡Anda a nuestra habitación y entretiene a los niños, mientras que yo armo estas mierdas! -ordené refiriéndome a las cajas con muebles y otras cosas.
- Pero si sho soy el macho here, ¿por qué haces tú el trabajo pesado?
- Porque soy una mujer fuerte que puede con todo y quiero que aprendas a ser un buen padre padre, vamos, que cuando regreses al estudio con Metallica estarás muy alejado de nuestros hijos.
- Ah, buen punto ese... Ok, no obstante, si algo malo pasa, gritaré como niña para que vengas a ayudarme.
- Como sea...
En medio del lapso en que armaba la cuna, ahhh, ¿adivinen qué? ¡Fugas! ¡Fugas!
No sabía qué era peor: el inmenso dolor de tetas que te queda, que andes derramando leche con residuos tóxicos de varias drogas y bebidas alcoholicas o que para solucionar eso me tenía que poner una maquinita que los absorbe y aumenta el dolor hasta que se acaba. Creo que todo era incómodo a mi parecer.
Al acabar de absorber el líquido que parecía cualquier mierda menos leche -ésto es culpa del negro por seducirme con su sensual droga-, me arreglé la camiseta y oí que tocaron el timbre. Traté de arreglarme lo más decente posible y fui a abrir la puerta.
¿Adivinen quiénes eran? AY KEMOSIÓN.
- ¡¡AY WEONAAAS!! -chillé y abracé a los de mi banda.
- ¡¡Devvorah!! -exclamaron y me apretujaron con fuerza.
- Weona, nos contaron que ya fuiste mother -comenzó Zack y asentí- ¡Ay, kemosion, weona!
- ¿Y el hijo es de...? -Alan dejó la pregunta a medias para no hacer mención de... bueno, el anterior escándalo.
- De Lars -contesté-. Mis dos hijos son de Lars.
No quería contarles de la pérdida todavía, ya saben, es una instancia emotiva y no quiero cagarla con cosas que me depriman.
Los tres me abrazaron, joder, el hecho de que hayan salido blanquitos y de ojos verdes hace que la cosa sea más sencilla.
- Esperen... ¿cómo que dos? -interrumpió Damien- ¿Y el segundo de dónde salió?
- Pues de las bolas de Lars también -interceptó Zack.
Los otros dos hicieron un facepalm.
- Vale, si lo vemos de esa forma... tiene razón -reí un poco-. Vamos, no se queden en el puto marco de la puerta y pasen, no hagan tanto ruido porque los niños duermen casi todo el día.
Pasaron dentro del departamento y me entregaron un par de regalos, aww, que tiernos. Se los agradecí y les fui presentando el lugar en donde resido. Les expliqué la cosa de que recién llegaron los regalos del gobierno, de que estuve enferma por una semana y los bebés cerca de un mes.
Llegamos a la habitación en que duermo y pillamos a Lars -todavía con los biberones pegados a los pezones- durmiendo abrazadito con los mellizos.
- Aww, pero si son un niño y una niña -chilló en voz baja el glammer-. ¿Cómo se llaman?
- Kirko y Arlandria -respondí.
- ¿Y por qué coño le haz puesto Kirko? -la cara de WTF que tenía la pasiva me daba risa.
- En honor al tío Kirk que se pasaba desmayando en medio del parto.
Ellos rieron y trataron de aguantárselo un poco para no hacer tanto ruido. Salimos de la habitación y les di un poco de cerveza que había en el refrigerador -vamos, que esa la bebía Lars mientras yo estaba muriéndome en el hospital, hijoeputa, y todavía sobraba un montón-. Nos sentamos en los sillones del living para tomar decisiones importantes...
- ¿Entonces no regresarás al estudio con nosotros?
- Joder, Alan, tengo a dos niños enfermos, no puedo dejarlos. Hay que esperar un tiempo.
- ¿Cuánto?
- Un par de años...
- Joder... -bufó de brazos cruzados.
- Yo propuse separarnos hace tiempo y nadie me escuchó -susurró Zack por lo bajo.
- ¿Será eso posible?
- De hecho -comenzó explicando el blacker-, es más viable que nos separemos a que forcemos a Devvorah para que entre al estudio o esperar dos, o más años para que las cosas se mejoren.
- Comencé en la banda alejándome de una familia para terminar formando la mía, quién lo diría -rodé los ojos-. Opino igual que Damien, sería lo más justo.
- ¿Y cómo se lo explicamos a los fans?
- Alan... -suspiré- Por ahora no diremos nada, cuando cumpla dieciocho, me haya casado y haya admitido mi verdadera identidad, lo que significa inscribir también a mis hijos en el registro civil de aquí... ahí recién podemos decir que nos separamos porque así las revoluciones de la situación van a bajar.
- ¿Y cuando sería todo eso?
- Entre febrero y marzo del próximo año... -él me miró feo- ¿Qué? Mi cumpleaños no es hasta finales de enero, ustedes pueden irse de parranda el tiempo que quieran. Yo estaré aquí cumpliendo mi rol de madre, nos saltamos el hecho de ir de gira y cosas de la prensa, ustedes pueden gastarse los millones en lo que quieran, joder... ¿por qué tanto escándalo?
- No es tan así -suspiró Damien-. El asunto con Pamela, últimamente no ha sido el mejor.
- ¿A qué te refieres? ¿Qué pasó con ella?
- Tenemos una jodida multa por haberla llevado de forma ilegal a todos los países que visitamos en la gira, ella también tiene una multa por haber huido sin identidad a dónde quisiera... Hasta ahora hemos pagado sólo la mitad, ella afirmó que pagaría el resto pero yo no le creo tanto.
- ¿Cómo? ¿Está bien ella?
- Fue a la cárcel por un tiempo -Alan terminó de beber su cerveza y dejó la lata vacía sobre la mesa que hay frente al sillón-. Zack insistió en que le pagáramos la fianza, así que ahora anda libre y haciendo trabajo comunitario... Ya sabes lo que te espera, Devvorah.
- Eso y que Lars acabe en la cárcel también por pedofilia -agregó Zack.
- Joder, ya verán cómo controlaré el asunto.
- ¿Ah, sí, señorita Grohl? ¿Cómo planea hacerlo? ¿Cómo planea salirse con la suya? Ésto es la ley, es algo mucho más diferente.
Joder, puto Alan, sigo teniendo ganas de querer empujarlo por la ventana.
- Ya verán, dije.
Así que... The Candy Factory si separa para siempre, nosotros cuatro seguiremos siendo amigos pero nada de formar una banda hasta que mi asunto se mejore.
Más tarde ellos se fueron y yo desperté a Lars para que me ayudara a armar todo este revoltijo de cajas que nos dieron. Y como era de esperarse... me lamenté de no haber dormido con mis hijos y mi novio, ¿por qué? Porque es ley: si el bebé duerme, debes dormir con él o sino... olvídate a dormir en las noches.
Fastidiaba oír como lloraba uno a mitad de la madrugada y luego lloraba el otro porque se despertó, a ver... arrullarlos un poquito, darles besitos, un biberón y a dormir de nuevo... claro, ojalá fuera así de fácil, hasta tres horas despiertos para tranquilizarlos.
Joder, ¿cómo mierda Lars en medio de una borrachera y muy drogado iba a tener las bolas tan poderosas para dejarme a tres críos? Eso no me lo quito de la cabeza.
Fuera de eso... ¿quién dijo que ser padres era fácil?
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