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Capítulo 44: Querida Rosemary, tu padre es...

El dolor empeoró de la noche a la mañana, sabía que, por experiencia de ver a mi madre embarazada cuando yo era niña, en ciertos momentos del embarazo, se te hinchan las piernas e incluso el resto del cuerpo, que la mejor solución para evitar el dolor agonizante de esa hinchazón era ponerse patas para arriba afirmándose en una pared.

Llevaba dos horas en esa incómoda posición, más contracciones y vómitos continuos que parecían querer matarme.

- Amor... ¿estás bien? -le puse cara de culo a mi novio, en serio, lo iba a matar si seguía haciendo preguntas estúpidas.

- Devvorah, ¿estás mal? -puto Kirk, si así actúa cuando YO estoy mal, no quiero saber cómo actuará en caso de que él sea el padre de lo que tengo en la puta panza.

- ME ESTOY MURIENDO, HIJOS DE PUTA.

- Lars, creo que tu novia está mal...

- Sí, eso creo... -puto Lars.

- ¿Se puede pasar? -dijo James mientras tocaba la puerta de la habitación, Kirk fue a abrir- Joder... -me miró impresionado- ¿Y qué pasó acá? -señaló la habitación- Ésto está más hecho mierda que el ojete de Zack.

- ¿Pasó algo? -prosiguió Jason, entrando también al lugar.

Cubetas de vómito por doquier, yo de cabeza contra la pared, Lars limpiando mi vómito del suelo y Kirk ordenando la ropa recién planchada -que él mismo planchó como el reverendo culo, ropa que manché anoche tras vomitar tanto ggg-, era un revoltijo total.

- Devvorah creo que está un poquitín mal -aclaró Lars.

- ¿Y por qué mierda está de cabeza? Con un simple descuido se puede romper un brazo y...

- NO ME ESTOY AFIRMANDO CON LOS BRAZOS, IDIOTA -corregí-. ME ESTOY AFIRMANDO CON LA CABEZA Y LOS ANTEBRAZOS, TAMBIÉN CON EL PECHO... CUANDO ME CANSO ME PONGO DE ESPALDAS Y DESCANSO LAS OTRAS EXTREMIDADES... UZEAH, BAKA NYA NYA.

- Mierda, creo que está mal...

Me dio una contracción tan fuerte que me hizo caer de espaldas sobre la cama, me coloqué en posición fetal a su vez que me sobaba la panza por el dolor.

- ¿Cuántos meses llevabas embarazada, Devvorah? -consultó Jason.

- Hoy justo se cumplen siete... ay.

Él hizo un facepalm.

- Llévenla al hospital, rápido -ordenó, todos le miramos con cara de WTF.

- No quiero... -reproché como un niño pequeño que no quiere comer sus vegetales.

- Creo que te está subiendo mucho la presión, si no vamos a un centro médico rápido, puedes hasta perder a tu hijo.

Contemplamos a Jason para meditarlo bien, luego Lars y yo intercambiamos miradas en busca de una respuesta telepática: Newkid tenía razón.

Hemos entrado al metalli-móvil -aka uno de los tantos coches de James que siempre lleva en todo puto viaje que hace- a máxima velocidad para dirigirnos a algún hospital, mientras yo pensaba en excusas que dar para no entregar papeles que nunca falsifiqué. Para rematar, el tráfico era terrible y el puto cinturón de seguridad no me alcanzaba a cerrar por la puta panza, más encima... Jason conduce demasiado lento, estábamos en medio de una calle muy congestionada.

- AHHH MI CONCHA ME DUELEEE -me quejé tras una contracción muy fuerte.

- Cabros, ¿hay mucha gente sobre la vereda? -consultó mi novio.

- No -James se asomó por la ventana-, curiosamente la calle está vacía.

- Ok... Gayson, sale cagando de ahí que conduciré.

- Lars, no creo que sea una buena id... -Jason no acabó de hablar porque lo interrumpí.

- AYY WEONA LA CONCHA ME DUELE.

Jason abrió la puerta y Lars lo empujó para hacerlo caer al suelo, luego se sentó en el puesto de conductor y Jason entró a sentarse atrás.

- Devvorah, cuídate la pancita lo más que puedas porque lo que voy a hacer, va a ser jodidamente extremo.

Miré a mi novio horrorizada, él posó sus manos en la palanca de cambios y en el volante, cambió la dirección del vehículo hacia la vereda y aceleró a 120 km/h, tocando la bocina con gran constancia para advertir a la gente de que nosotros íbamos a pasar. Demasiado rápido para mi gusto y el de mi hijo que no paraba de patear.

- WEONAAA VOY A VOMITAR.

- VOMÍTALE AL NEGRO POR FOLLARTE SIN CONDÓN -ordenó Lars.

- PERO SI TÚ TAMBIÉN HICISTE LO MISMO.

- ¡SHHH...! QUE LA MIERDA ERA SECRETO.

- DEVVORAH PLZ VOMITA POR LA VENTANA -se quejó Kirk.

Y eso hice. Al limpiarme la boca, percibí un líquido que emanaba de mi nariz, oh, oh...

- AMOOOR ESTOY SANGRANDO DE NARICES.

- LÍMPIATE CON ÉSTO.

Dejó solamente un pie en el acelerador y se sacó el zapato, luego el calcetín con olor a rata muerta y me lo entregó.

Teníamos confianza, así que nada pasaba.

Una vez que llegamos al hospital teniendo yo el calcetín tapándome los orificios nasales que no paraban de sangrar, entre los cuatro me cargaron hasta la sala de urgencias -peso demasiado, joder, ni Lars podía cargarme al cien por ciento sin tener que caerse al suelo y hacer una fuerza sobrenatural para mantenerme en sus brazos que solían temblarle mucho-, metimos un montón de amenazas de que si no me atendían pronto, yo me iba a morir o cosas así.

En una camilla me llevaron fuera de allí, me pusieron una mascarilla que me hizo quedar inconsciente, al despertar, un montón de doctores/enfermeras me rodearon y mi peluca junto a mi ropa usual no estaban, yo estaba con una gorra que cubría mi cabeza entera y vestía con la bata de interno del hospital.

- ¿Qué mierda pasó? -me alarmé y me senté sobre la camilla, habían unas máquinas conectadas a mis brazos y eso me aterraba.

- Usted sufre de hipertensión gestacional, señorita -contestó una enfermera.

- De inmediato le notificamos a sus acompañantes de lo sucedido, por cierto... el padre puede pasar para tranquilizarla un poco, no podemos suministrarle somníferos porque empeorarían su estado -advirtió un doctor.

- KHÉÉÉ? PERO SI YO NO SÉ QUIÉN CHUCHA ES EL PADRE, AHHHH DÍGALE AL NEGRO Y AL BLANQUITO QUE VENGAN.

Éste asintió y salió de allí junto a otra enfermera.

Otro doctor me miró y después me entregó unas especie de pastillas.

- KEJESO?!??! -imposible era tranquilizarme, no sabía nada de lo que podía pasar ahora.

- Son para que usted se deshinche un poco, nada más, las contracciones van a aumentar eso sí.

- NO QUIERO.

Y por la fuerza con ayuda de varias enfermeras me obligaron a tomármela, sabía a culo esa weá.

Al rato llegaron Kirk y Lars, junto al doctor principal que me había explicado lo de la hipertensión.

- Bueno... -nos miró extrañados a los tres- Como ella dice que no sabe quién es el padre, les digo a ustedes dos frente de ella, cuyo nombre ni sabemos porque su situación era muy crítica... les notifico que en unas horas más van a tener que firmar los tres y dejar registrada la identidad de ella como el del primogénito.

KHÉ.

- ¿Y eso por qué? -interrumpió desconfiado mi novio.

- Porque la única solución a la hipertensión gestacional es el parto prematuro.

- ¿Es decir...?

- Que la señorita va a parir ahora.

- KHÉ? -gritamos Lars y yo.

Mientras que Kirk... abrió la boca IMPAKTADO y de paso, se desmayó.

- NEGRO MARICÓN NI CREAS QUE VAS A HUIR -amenacé.

Unas enfermeras lo recostaron cerca de allí para atenderlo mientras el doctor continuaba explicándonos que sí o sí mi hijo debía nacer ahora.

- AHHHH WEONA QUIERO CAGAR -chillé tras sentir un dolor de culo y en la tripa.

-No, tranquila, señorita, es parte de los efectos secundarios de las pastillas, al rato usted va a dar a luz y...

- QUIERO CAGAR DIJE.

- ¿Puede ir al baño ella? -me defendió Lars.

- No, eso es parte del proceso, creerá que quiere defecar cuando en realidad es parte del parto, debe esperar tranquila y... ¡Oiga, vuelva aquí!

- ¡CHÚPELO! -levanté el dedo de en medio y salí de la camilla, quitándome esos cables feos.

Salí corriendo de la sala en busca de un jodido baño, mierda, está que se me sale el mojón y me niegan el derecho a cagar, que insensible es esta gente.

Al llegar al baño de mujeres, me senté e hice todo el show de pedos que quise. Y la cara que puso Lars al encontrarme allí fue épica, tapándose la nariz me dijo:

- Amor, ¿cómo estás?

- Cagando, ¿qué no me ves, cochino? ¡Ya! ¡Sale pa' fuera!

Agarré el sopapo que estaba a un costado del váter y se lo arrojé a la cara, él cerró la puerta y continuó:

- Amor, creo que los burritos de ayer estaban vencidos... -y por como habla, supongo que sigue tapándose la nariz.

Al acabar de cagar me limpié bien limpiecito el culo y tiré la cadena... Ups, creo que tapé la cañería, ggg.

- ¡AMOOOR PÁSAME EL SOPAPO!

- ¿TAPASTE EL BAÑO, WEONA?

- SI, WEONA.

- DÉJALO AHÍ NO MÁH, VAMOH A LA SALA ANTES DE QUE NOS MATEN POR ESTAR ACÁ.

- ¿Y QUÉ HAGO CON LA MIERDA DE AHÍ? ¡SE ESTÁ INUNDANDO EL BAÑO, WEONA!

- QUE LA 'EÑORA DE LA LIMPIEZA LO LIMPIE GGG.

Salimos de allí como si nada y de nuevo a la sala, en dónde todos nos miraron raro.

- ¿ADIVINEN QUÉ? -volví a acostarme- ¡TAPE EL VÁTER, WEONAS!

- ¿No dio a luz? -otro doctor quedó impresionado.

- QUE NO, WEONA, QUE QUERÍA CAGAR DIJE.

- Bueno -el doctor principal interceptó, entretanto las enfermeras volvían a ponerme cables y me dejaban expuesta de las caderas para abajo-, dentro de una hora será el parto, porque todavía quedan cosas que chequear aquí.

- Ah, supongo que la cesárea no va a salir tan compleja, ¿verdad? -consulté, más relajada porque me estaban inyectando cosas que me dejaban media drogada.

- ¿Cesárea? No, va a ser parto normal.

Oh, oh...

- ¡¡ME VA A DOLER CONCHETUMAREEE!!

Iban pasando los minutos y me seguían suministrando sustancias desconocidas, a través de una pantalla vimos lo que tenía en mi pancita.

Y justo a tiempo para que Kirk recobrara la consciencia y le explicaran todo lo que pasó -incluyendo mi cagadera-, entre los tres admiramos en la pantalla lo que parecía ser... KHÉ?

- ¿POR QUÉ CHUCHA VEO TRES CUERPOS ALLÍ? -señalé mientras me sentaba, una enfermera me empujaba para que me acostara.

- ¿No sabían? Van a ser trillizos.

Con eso, Kirk volvió a desmayarse. Puto maricón, ojalá y no huya cuando nazcan los tres.

Al rato dejaron pasar a James y a Jason, pero ellos no participarían del parto, sino, cuidarían del Kirk que pasaba desmayándose y estarían con él viéndome parir.

Lo bueno es que me anestesiaron de la espalda baja hasta los pies, así no lo sentiría tan fuerte, eso sí, las contracciones era muy fuertes y las ganas de cagar regresaron, no me dejaron salir de allí, la hora había llegado y antes de cualquier cosa, tuve que soltar lo más filosófico que he pensado en mi puta vida:

- ¡¿QUIÉN CHUCHA TIENE EL SEMEN TAN PODEROSO PA' DEJARME PREÑADA DE TRES ALIENS?!

Y con eso, tomé la mano de Lars, estrujándola para comenzar a pujar... me desesperaba que todos los de Metallica al mismo tiempo gritaban la misma mierda.

- ¡¡PUJAAA WEONAAA!!

- PERO SI ESO ESTOY HACIENDO, ¿QUÉ WEÁ LES PASA?

- Señorita, puje más fuert...

- ¡¡CÁLLESE!!

- ¡AMOR, ME VAS A ROMPER LA MANO!

- CHÚPALO, ESO TE PASA POR CULEAR SIN FORRO.

Al sentir la primera cosa salir de mi, me relajé tanto... ni me dejaron verlo porque fueron a limpiarlo de inmediato, no obstante, oír el primer llanto me relajó... se me pasó al recordar que me faltaban dos críos más que expulsar.

Proseguí pujando hasta finalizar con el tercero, ahora si que la calma reinó en mi porque los tres lloraron, es decir, que todo se encontraba bien.

Cuando acabaron de limpiarlos, examinarlos y que los doctores entre ellos tuvieran una charla, me los han entregado a los tres retoños envueltos en una gran manta.

- Van a tener que quedarse en incubadora por un lapso incierto de tiempo, puesto que hemos visto serias complicaciones...

- ¿Qué complicaciones, doctor? -acaricié con suavidad a mis niños sobre la manta, sin observarlos, quería llevarme la sorpresa para saber de quién era.

- La más grave es... la que nació con nariz desviada, a ella no le calculamos más de siete horas de vida, nació con severas obstrucciones respiratorias.

Me deprimí mucho por eso.

- ¿Y los otros dos?

- Uno no logra abrir los ojos todavía, creemos que podría ser ciego y la otra no desarrolló bien sus dedos de ambas manos. Sin embargo, no se preocupe tanto, la esperanza de vida de estos dos es alta.

Oh, algo bueno al menos.

Los doctores se fueron y por fin me sentí libre de observar a mis hijos, apenas vi sus rostros llenos de inocencia y pureza, varias lágrimas se desprendieron de mis ojos por felicidad. Dos niñas y un niño eran.

- ¿Cómo son? -Lars intentó asomarse a ver a los bebés, yo se lo negué.

- Son tan hermosos como su padre -sonreí y besé la mejilla de cada uno de ellos.

- ¿Eso significa que...?

Hice señas para que se acercara a observarlos: pálidos, de ojos verdes y cabello castaño oscuro, casi llegando el negro, nariz respingada en dos casos y en el tercero -como dijo el doctor- era la niña que no viviría más de siete horas con su naricita mal formada.

- ¡¡SIIIII!! ¡¡FOOOCK YEAAAH!! -exclamó Lars, cogió a los niños con sus brazos y se los enseñó a los chicos- ¡¡SON BLANQUITOS COMO YO, NEGRO ALCAHUETE, DEJA DE LLORAR QUE SON MÍOS!!

- ¡¡OHHH SII, WEONAAA!! -Kirk gritó en victoria.

Los trabajadores del centro asistencial nos miraron feo.

Se nos acercó una enfermera con un documento y un lápiz que me entregó:

- Ahora que saben de quién es... ¿pueden firmar acá y escribir los nombres para cada niño? Cada hoja trae una fotografía de cada niño para que los diferencien, en un rato más vengo para recoger los papeles.

Estuvimos un buen rato debatiendo por los nombres para cada niño.

- Oye, no voy a ponerle Kirk al único varón, merece llamarse como muáh -se señaló a si mismo.

- No le voy a poner Lars a ese niño... Necesita tener una identidad propia y no ser una sombra de su padre.

- Ah, si le ponemos Kirk tampoco va a ser muy original que digamos.

- Pero puede ser de recuerdo por su tío que folla sin condón -señalé al negro-. Vamos, ¿a qué no sería genial que cuando sea más grande, poder cagarle la infancia explicándole porqué se llama como su tío?

Lars rió.

- Vale.

- ¿Esperen, qué? ¡COMO YO NO!

- Bueno, ya, le ponemos Kirko entonces -dije a su vez que escribía en la hoja.

- Ok... -Lars observó a las niñas- ¿Cómo les ponemos? Porque tengo como veinte ideas en mente para cada niña.

Con papel, piedra, tijeras resolvimos todo.

Al final, la más sanita con dedos pequeñitos la hemos llamado Arlandria y la que, lamentablemente, no vivirá mucho tiempo, la hemos llamado Rosemary.

Eran sinceramente hermosos, los tres, estaba dispuesta a no arrepentirme de nada por sólo cuidar de mis hijos.

Han llegado los doctores para quitarme a mis hijos, he aceptado que se vayan dos y a Rosemary pedí quedarme con ella a solas, ya saben... si no hay forma de que ella sobreviva, prefiero que perezca en mis brazos y sentirme agradecida de poder pasar tiempo con ella.

Costó convencerlos de que me dejaran con mi hija, aún así aceptaron. Se llevaron a Kirko y a Arlandria a una incubadora, mientras que yo llené de besos y mimos a Rosemary, no quería quedar con el pensamiento de que fui mala madre con ella.

Permití que sus tíos de Metallica se unieran para darle amor a la chiquilla, a la pobre se le notaba la gran dificultad para respirar y eso me partía el corazón.

Horas transcurrieron y el período de visitas expiró. Yo con Rosemary fuimos redirigidas a la sala de maternidad, nos quedamos solas en cama. Yo no podré salir del hospital hasta una semana más y mis dos hijos aún no lo sé, sólo se tiene claro que será bastante tiempo puesto que mientras más los examinan, más problemas les hallan.

Mañana Lars regresará a visitarme y a traer ropa para los niños, entre otras cosas.

En completa soledad, he visto a mi progenitora: Rosemary, perecer en mis brazos, cuando sus latidos y su respiración cesó, vinieron enfermeras a quitármela y el llanto que tuve durante la noche no me lo quitó nadie.

Sabía que perder a un hijo dolía mucho porque la madre suele tener un apego de años hacia el niño, le vio crecer... en mi caso, fueron las seis horas con cuarenta minutos más bellas de mi vida, disfrutando de las hermosas cosas que me dio la vida, lo hermoso que fue dar vida.

Y lo terrible que fue ver cómo se iba.

Querida Rosemary, oh, por siempre quedarás en mi corazón, lo juro, por favor.

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