Capítulo 40: Adiós mundo musical, hola vida normal.
Ya teníamos todo preparado y listo, Lars y yo estábamos acabando de empacar nuestra ropa. No saben lo horrible que ha sido la puta horda de fans en crisis porque la gira se ha cancelado y que ninguna de las dos bandas no piensa en regresar hasta el... ¿94'? ¿95'?
Nos iremos por nuestros propios caminos: Metallica y Jane se irán a San Francisco. The Candy Factory se irá a Texas. Pam a Inglaterra para entregarse a la policía y seguir su vida normal, dejando de ser una indocumentada. Mientras que Lars y yo a Seattle, todavía siendo yo una indocumentada que no es capaz de decirle a su novio que no es quién aparenta ser.
- Lamentamos, por enésima vez -dije en la última conferencia de prensa, casi quedándome ciega por el constante flash de las cámaras-, tener que comunicar que nuestra decisión no cesará. Cada banda se irá por su camino, no podemos seguir soportando tanta mierda que nos tiran, Metallica quizás regrese por un nuevo disco en estudio, quién sabe... The Candy Factory, pues... llevo enferma del estómago por más de tres semanas, no me hallo en condiciones para dar conciertos hasta que me recupere al cien por ciento y cuando lo haga, me iré al estudio con mi banda, no se molesten en querer cambiar nuestras opiniones, insistimos, gracias.
Miles de preguntas surgieron apenas me levanté, me negué a responder. Salí de allí corriendo hasta meterme a la limusina -ahre que millonarios somos ggg-, en el aeropuerto de primera clase, no más Jets privados, nos despedimos entre todos, joder, no negaré que cada uno estaba llorando como marica en ese momento, no nos volveríamos a ver en no sé cuánto tiempo más, era terrible el tema ese, cagada hasta por las patas estaba yo por el hecho de que cuando yo esté en el parto... ¡tengo que entregar miles de papeles que aún no falsifico! Registrar a mi hijo en el civil y un montón de mierdas más, claro, si es que el pobrecito no muere...
Vuelo a Seattle en primera clase y con eso, me refiero a un enorme avión en dónde solo estamos Lars y yo, el resto de la gente que va para ese destino, son los grungers que con suerte tienen para tercera clase. Yo continuaba con mis ojos húmedos e hinchados, deseando volver a llorar.
- Amor, tienes que relajarte un poco... dos o tres años... ¿no son tanto?
Le miré con cara de culo.
- Bueno, sí, es mucho, pero hay que salir adelante. Si andas tan angustiada... -posó una mano sobre mi vientre- para tu niño o niña va a ser peor...
Joder, como odio que diga "tu hijo", sólo quiero que nazca de una vez para saber de quién es, no me arriesgo a hacer las pruebas de paternidad pre natales porque de por sí, ya son peligrosas para mi y el bebé, en el caso actual... sería matarme a mi o al bebé, hablamos de algo crítico, sí, me informé bien de eso, por ello llegamos a la conclusión de comprobarlo después del parto.
Y como dijo mi novio... con sólo ver el color de piel se sabe de quién es.
Es racista y cruel, pero es la verdad.
- A todo ésto... -le miré confundida- Lars, ¿para que trajiste esa guitarra? ¿De cuándo que sabes tocar?
- Desde que me di cuenta que hubo un momento en que estuve a punto de perderte. Necesitaba impresionarte de una que otra forma.
- Ok... -sonreí, esperando que me sorprenda con algo- ¿Qué planeas hacer ahora?
- Tengo como mil sorpresas para ti, ésta es una... no, mentira, es para mantenerte con las orejas tapadas todo el viaje, sé que canto fatal aún así lo hago porque sé que tú amarás ese detalle.
- Ah... adelante, déjame sorda.
Ambos reímos y él comenzó a tocar la intro de Nothing Else Matters.
Me estremecí un poco y luego sonreí como tonta enamorada que soy. No era tan malo con la guitarra, aunque estemos hablando de una canción sumamente sencilla.
- So close, no matter how far... -comenzó a cantar, un poquitín desafinado sin embargo sonaba bien de todas formas, o tal vez sólo me sonaba bien a mi porque me lo cantaba él- couldn't be much more from the heart... Forever, trusting in who we're. And... -me sonrió con ternura- No tienes madres...
Reventamos en risa, los dos.
- Sabía que tanta seriedad no podía haber, joder... -me sobé la pancita de tanto reírme- Ay...
- ¿Qué? Al menos lo intenté -dejó de lado la guitarra y me abrazó por la cintura.
- Le robas una canción que era mega personal de James y me la cantas para al final ni pronunciar bien el título... -él rió y besó mi mejilla.
- Ya sabes... lo intenté.
Y bien entretenida me mantuvo en el viaje, que no fue taaan eterno después de todo, en realidad, unas buenas horas como máximo, sólo fuimos de extremo a extremo del puto país. Me hacía reír con chistes realmente aburridos y que me daban jocosidad aún así porque... bueno, él me gusta y las cosas que él haga siempre me harán feliz.
Cuando por fin fuimos libres de esta mierda, salimos fuera del aeropuerto, joder, y lo primero que hace mi novio, a su vez que soltaba las miles de maletas con nuestra ropa...
- ¡TAAACSIII! -asomó una pierna tratando de hacerse el sexy y el primer taxi que pasó le tocó la bocina y aceleró.
Mierda.
Me cagué de la risa igual.
- Amor, de esa forma, vamos estar hasta la medianoche buscando un puto taxi.
Sin contar que la puesta de sol era bien marcada a esta hora.
- Ok, ok... ando re creisi hoy.
Le miré con cara de "no me digas".
Ahora si nos paró un taxi y en el camino, Lars se fue cantando Like a Virgin de Madonna, siendo lo más desafinado posible. Obvio, con intención de hacerme reír para evitar deprimirme por alejarme tanto de los chicos.
Llegamos a un edificio enorme y nos fue a abrir la puerta del taxi un tipo de cabello medio rubio largo y ondulado, sin un brazo además.
- Oh, veo que ya llegaron, ¡bienvenidos!
Lars salió primero y me tomó la mano para salir también, chocó los puños para saludar al tipo y algo incómoda, le saludé de la misma manera.
- Devvorah, él es mi amigo Rick, Rick ella es mi novia Devvorah -ahora estrechamos manos de manera más amistosa-. Ella vocalista de The Candy Factory, él baterista de Def Leppard, ella embarazada y él lisiado de un brazo, ¿he hecho una buena presentación?
- Eh... creo que sí -encogí los hombros.
- Un gusto, Devvorah -sonrió-. No temas por tu secreto que tu novio lo ha dejado en buenas manos... o buena mano mejor dicho.
Oh, chiste cruel, intenté no reírme por eso.
- Ah, está bien -sonreí más tranquila, a su vez que ellos dos sacaban las miles de cosas que metimos al maletero-... Por cierto, Lars...
- ¿Sí?
- Si supuestamente odiabas el Glam/Sleaze... ¿por qué tienes tanto amigos de esa onda?
- En realidad no los odio, cariño, cuando uno se hace famoso suele decir estupideces para acaparar la atención de la prensa, créeme que tengo más amigos Glam/Sleaze de los que tendrá el marica de Zack en toda su puta vida.
Reí un poco con eso, era demasiado cierto.
Bueno, conocía a Def Leppard muy bien, no catalogaban al cien por ciento por "glam" pero si como "sleaze" que era un subgénero de éste, o al menos eso me dejó por aclarado la pulga de Zack.
Y éstos dos, cargando tanta maleta, quise ofrecer mi ayuda porque me daba pena por Rick que tenía un solo brazo y cargaba todo como se las ingeniaba, uzeah, ellos se negaban porque como tengo un "Alien" metido en la panza, si hago mucha fuerza puedo perderlo y mierdas así.
Bueno, al final, agradecí que ellos llevaran las cosas porque el ascensor estaba averiado y tuvimos que subir dieciséis pisos en escaleras... La falta de ejercicio se les hizo notar a kilómetros, si tiraron al suelo y mi novio me entregó unas llaves.
- La habitación 1666... -tosió mientras jadeaba- Ábrela, please.
- ¿Están bien? -le puse cara de culo y asintieron, levantando el pulgar.
Busqué la habitación al final del pasillo, vaya, que número más jarcor el que compramos. Abrí la puerta y mi expresión de asombro no tenía precio, estaban las cosas que compramos más otras "sorpresas" más que dijo mi novio, muy bien decorado y el lugar era gigante, cuando oí por primera vez a mi novio hablando de "departamento" me imaginaba algo más pequeño y no... ¡tiene hasta segundo piso! Digo, es un "loft", para sonar más refinada. Exploré como niña pequeña la residencia nueva, hubiera sido emocionante si en mi penosa infancia habría vivido en un lugar así.
- ¿Te gusta? -asentí ante la interrogante de mi novio- Que bueno, ¿crees que será un ambiente grato para tu hijo?
Mil veces mejor que el que tuve yo.
- Sí -sonreí maravillada.
Rick también fue muy amable en ayudarnos en desempacar nuestras miles de prendas para vestir, y guardarlas. Después, los tres salimos a la calle para pasear sin llamar mucho la atención de los paparazzi, era de noche y pasamos también a una cafetería a comer alguna mierda. Sin contar que también pasamos al supermercado para comprar... comida, sí, mucha comida y ah, cosas de sobrevivencia mínima, pero, sobretodo y más importante para nosotros, la comida, joder, ¿qué seríamos sin ella?
El departamento era habitable, perfecto en el mayor sentido de la palabra, creí que debíamos seguir comprando más cosas y no, Lars ya tenía todo bien planeado, me contó que mientras él compraba y compraba en internet (vaya, que tecnológicos estamos), Rick recibía todo y lo llevaba para acá con los chicos de su banda, sin duda, son muy buena gente por ayudarnos en esta causa.
Era cerca de la media noche y nos despedimos de Rick, Lars y yo fuimos la cama para dormir, bien abrazaditos, agotados además por la ajetreo de este día.
Día 1 como persona normal, superado.
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