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1. 5. being strong for you

¦ ° 🦋 ;× 💌꒱ ⸼ ۫
SEASON 1❟ EPISODE 5❟ REAL LIFE + MESSAGES :
〔❛ SIENDO FUERTE POR TI ❜〕

warning: cuando las letras estén
en cursiva, es porque los personajes
están hablando un idioma que no
es el suyo (depende del contexto).



MARAH HABÍA LLEGADO A LA CASA DE JULIA PARA ASALTAR LA ALACENA, había comido galletas, chatarras y crema batida como maniaca después de la abstinencia de su fin de semana en el hospital donde sólo le servían sopa desabrida, gelatina y jugo de manzana. Se había quedado dormida en el sofá después de platicar sobre todo menos lo que sucedió con un cansancio extraño en ella a los ojos de la mayor considerando que siempre la había visto como una bala disparada a todas direcciones.

Entre Moira, Antonio y Julia les tocó cargarla a la habitación de huéspedes al final del pasillo junto a la habitación de su hermana donde la diseñadora siempre tenía una cama extra para las emergencias como cuando Moira tenía un fin de semana libre y le apetecía quedarse a una noche de chicas o donde Rani y Suraj se quedaban en temporada de festividades.

Abrió las cortinas con cuidado de no perturbar la poca paz que su amiga había conciliado la noche anterior después de todo lo que había ocurrido, Julia se había asegurado de hacer el menor ruido posible para no despertarla al hacer todos sus rituales para comenzar el día y dejando la bandeja del desayuno especial para su amiga, se sentó al borde de la cama acariciando su cabello para despertarla con gentileza.

──Buenos días flojita, ¿descansaste? ──preguntó Julia una vez Marah dio señales de estar despierta.

Vio a la pelinegra tallarse los ojos y rascarse levemente la cabeza con la maraña de cabellos alborotados, entrecerró los ojos para acostumbrarse a la luz y miró a Julia quien tenía una sonrisa apenada por despertarla a las diez de la mañana en martes. Dio un largo suspiro acompañado de un bostezo a medias hasta que vio el delicioso pan tostado con mantequilla de maní y jalea con unos waffles bañados en miel y una malteada de fresa, su favorita.

──Sabía que era buena idea venir aquí ──dijo para tomar el tenedor después de acomodarse en la cama y degustar la deliciosa comida de Julia──, tu siempre sabes qué hacer.

En cuanto probó bocado, Marah supo que estaba en un lugar seguro, a salvo de todo lo que acarreaba ser una O'Connor y su vida escandalosa. Se sentía tan a salvo bajo la mirada de Julia que no pudo evitar comenzar a llorar mientras se forzaba a tragar la comida en un intento por consolarse a sí misma a través del desayuno, frustrada y cansada, Marah sollozó limpiando sus mejillas con la pijama prestada de corazones amarillos en tela de algodón que Julia le había prestado.

Marah sintió como se le quitaba el peso de la charola de las piernas y su acompañante la envolvía en un abrazo maternal con unas suaves palmadas en la espalda para que pudiera desahogarse y aliviar un poco del sufrimiento que tanto se había esforzado por ocultar de sus amigas.

──Es que... No sabes lo feo que es... ──murmuró entre sollozos aferrándose al calor del suéter de peluche de Julia en esa lluviosa tarde de primavera.

Moira, quien se había quedado en el cuarto de Lucy por si algo se ofrecía las vio por el marco de la puerta para saber si todo estaba bien, al conectar miradas con Julia supo que no podían dejarla ahora que las necesitaba. La familia O'Connor siempre había sido muy complicada, sobre todo en situaciones como estas donde la salud mental era un tema tan tabú para generaciones que estaban estancadas en el pasado. Marah necesitaba alguien que la apoyara, que la ayudara a salir adelante y tratarse en lugar de ser recriminada por no sentirse bien todo el tiempo.

──Tomate tu tiempo, bubbles, estamos contigo ──Moira se acercó a ella arrodillándose al pie de la cama para abrazarlas a las dos mientras Marah lloraba.

──Perdón por no haberles dicho nada, no quería preocuparlas y Lucy me dijo que te llamara antes pero no lo hice por pena ──se disculpó Marah con ambas, cosa que para las mayores estaba de más por lo que sólo se quedaron en silencio con una mirada comprensiva.

──No hay nada qué disculpar, ya pasó ──le reconfortó Julia antes de que continuara con su desayuno.


chat
julia & henry

Julia
Hola Henry,
¿cómo estás? :D

Henry
Mejor desde que
hablo contigo, July♥️

lista para la cita
del viernes?

Julia
Sobre eso quería comentarte
No podré asistir, estoy cuidando
a una amiga mía y me necesita,
espero puedas entender.

Henry
Qué amiga?

cuidarla de qué?

de qué estás hablando?

Julia
😐
Bueno, es mi amiga Marah,
supongo que habrás visto
en las noticias que está pasando
un momento difícil, necesita mi
ayuda.

Henry
July, es una adulta, puede
cuidarse sola🙃
No eres su mamá para estar
al pendiente de ella en su casa
como si fueras su enfermera

Julia
No, yo no me cambié, de
hecho ella se está
quedando en mi casa.

Es más cómodo para ella
y quiero que se sienta
en un lugar seguro😊

Henry
Y a fuerzas tiene que ser
en tu casa?🤔

o sea, ni yo me he quedado
en tu casa🙄🙄

por qué ella si puede?😒

Julia

Henry
No seas inmadura, July
te estoy hablando bien,
deja de usar tus stickers
que sabes que no me
gustan.

Julia
A mi tampoco me gusta
que me digan "July", pero
no todos obtienen lo que
desean.

Henry
Hay algo que me quieras decir?

porque no entiendo tu actitud

Julia
Uy si, varias cosas en realidad.

En primera, yo invito a mi casa a
quedarse a quién yo quiera, cuando
yo quiera porque es mía y si no
quiero que te quedes, mis razones
tendré, respétame.

Segundo, Marah es mi mejor amiga,
mis amigas son mi familia y siempre
estaré para ellas sin importar qué,
nadie te obliga a que te quedes,
respeta a mi familia porque para mí
son prioridad.

Y por último, si tan inmadura te
parezco por hacer o decir lo que me
gusta, entonces creo que no tenemos
nada de qué hablar.

Henry
Si, mejor hablamos después
cuando te calmes



──¿Pasó algo? ──preguntó Moira dejando la taza de café en el lavaplatos cuando terminó. Podía leer en el rostro de Julia que algo pasaba.

──Es Henry ──y con ello, su mejor amiga entendió.

──¿Todavía te dice "Julie"? ──preguntó con una sonrisa sabiendo lo mucho que detestaba Julia que le dieran apodos.

No es que sonaran mal, en la mente de Julia su nombre ya era lo suficiente corto tanto en letras como fonéticamente para reducirlo a dos sílabas, le desesperaba escuchar que se dirigiesen hacia ella como "Juls" o "July", era tan sencillo respetar tres simples sonidos 'yu-li-a'.

──Y lo escribe con 'y' griega para acabarla ──se quejó acomodando sus lentes dejando saber a Moira que le incomodaba ──le cancelé una cita que tendríamos el viernes para cuidar a Marah, quiero que se recupere pronto y la soledad no es una opción.

Moira era una gran observadora al igual que su mejor amiga, podía reconocer de inmediato las señales corporales de Julia al ser una mujer de pocas palabra, sus gestos en ocasiones eran oro puro y en su opinión muy "memeable". Era reconocido por ambas que tenían stickers de whatsapp una de la otra.

──No te sulfures ──pronunció Moira despreocupada confundiendo a la morena quien no le había entendido──, ¿qué te dijo como para que pongas esa cara? ──la castaña oprimió sus labios para evitar reír.

──¿Qué es 'salvuris'? ──dudó Julia entrecerrando los ojos y retrayendo su rostro.

──Es una frase que usa Tony, estoy retomando mis clases de español porque vamos a visitar a su familia en México pronto y mínimo le quiero entender a su abuelita chimuela ──sonrió con orgullo.

Marah, quien se encontraba bajando las escaleras decidió aparecer a tiempo para escuchar lo que Julia diría.

──¡No Moira! ──dijo Julia con un tono decepcionado, bajó la mirada para reprimir una risa que la castaña no contuvo encogida de hombros por ese último comentario. ──La cosa es que me recriminó por qué ella sí se puede quedar en mi casa y él no ──rodó los ojos cerrando su libreta rosa con fuerza──. Marah es una prioridad, si él quiere enojarse porque esté aquí es su problema, no mío──soltó con tono de queja.

Marah era una chispa apasionada envuelta en una poderosa tela roja granate con destellos, como el fuego mismo, ardiente y salvaje en todas sus formas. Su alegría, su tristeza y su enojo eran arrasadores en todo sentido ya que era demasiado sensible, en cuanto escuchó que tal vez ese pequeño sitio seguro era un lugar donde podría estorbar se sintió descolocada, como una carga sobre la espalda de una persona que nada tenía qué ver con sus problemas.

──No tienes qué cuidarme si no quieres ──pronunció Marah con culpa, haciendo voltear a Moira y Julia al mismo tiempo.

──No, yo sé que no tengo, pero quiero hacerlo ──se levantó Julia de su banquito para acercarse a la pelinegra, la cuál se apartó y subió las escaleras para encerrarse de nuevo en la habitación de huéspedes.

──Tss, creo que te toca ──Moira le dio unas palmadas a su amiga en medio del salón antes de acomodarse la chaqueta──, Tony ya vino por mí así que me mandas mensaje luego, cualquier cosa que necesiten tú o Marah no dudes en llamarme.

Ella asintió con la cabeza antes de verla desaparecer detrás de la rústica puerta. Subió cuidadosamente las escaleras para acercarse a la puerta blanca de madera, al pegar su oído al material pudo escuchar los sollozos acallados de la pelinegra incrustarse en sus tímpanos, si supiera un poco más sobre el contexto tal vez no lloraría de esa forma. Dos toques a la puerta fue lo que necesitó para avisar que iba a entrar.

──¿Puedo pasar? ──preguntó asomando la cabeza, haciendo chocar sus lentes con el umbral de la puerta.

Se adentró más en la habitación encontrando a Marah enroscada bajo el edredón blanco para tratar de esconderse inútilmente de la confrontación.

──No quiero ser una carga para nadie ──expresó Marah tragando saliva fuertemente──, no quiero causarte problemas, eres mi mejor amiga ──la joven sintió una suave caricia sobre su brazo.

──Lo sé y no eres nada de eso, quiero apoyarte ──le hizo saber la mayor sonriendo aunque no podía verla──. Lo que escuchaste está fuera de contexto ──al mirar a su amiga, Marah supo que había toda una historia detrás de esas palabras.

Con esfuerzo trató de cortar sus lágrimas y contemplar lo que su amiga tenía para decir por lo que asintió un par de veces desde su posición para indicarle que continuara.

──Henry y yo estamos teniendo citas desde enero para tratar de, ya sabes, ver si funciona ──Julia agachó su mirada al suelo, acción contraria a la de Marah quien se reincorporó para saber el tan aclamado "chismecito".

──Ajá, ¿qué más? ──insistió.

──Bueno, ash, no está saliendo nada bien ──admitió aligerando los hombros y recostándose en la cama para darle una atmósfera de distracción──. El otro día vino a mi casa y entró al estudio.

──¡No! ──exclamó Marah alarmada alargando la 'o'── , ¿y qué te dijo o qué?

Todos, sin excepción y pecando de ser una generalización a punto de ser ley, todos sabían cuán importante era ese estudio para la diseñadora prodigio. Ese estudio era su hábito, su mantra, su vida, su alma e incluso su templo, un lugar sagrado al que sólo sus clientes lograban entrar, era Platón en el Mundo de las Ideas, perfecto e inmaculado, aún con todo esto, Henry sólo atinó a decir:

──"Bonitas costuras" ──imitó el acento soso con el que lo dijo consiguiendo una expresión de asco con una arcada fingida de Marah.

──Vetado quedó ──decretó la pelinegra pasando un mechón de cabello detrás de su hombro.

Al intentar hacer sonar sus uñas acrílicas como cuando el chisme lo ameritaba, recordó que la habían obligado a quitárselas en el hospital cuando su madre la internó. Julia pudo ver su rostro decaído, razón suficiente para estirar su inflexible agenda en un día libre por completo.

──¿Qué te parece si vamos por chicken mcnuggets y de ahí al salón de belleza? Te puedo contar todo en el camino ──sonrió ella con calidez. 

──Pero, ¿y tus post-its? ──preguntó achicando los labios en una mueca, volviendo a pensar en que el que todo se acomodara fuese una imposibilidad.

De inmediato, Julia se levantó de la cama dejando a Marah con el rostro confundido. Se escucharon los pasos apresurados e incluso cómo se cayó algún objeto en el piso de abajo antes de que la morena volviera con todos sus post-it pegados anteriormente a su refrigerador entre sus delgadas manos. Frente a ella comenzó a romperlos todos y amontonar los trocitos en el bote de basura excepto uno.

──Aquí dice "chicken mcnuggets con Marah (no cancelar)" ──le aseguró extendiendo el papelito para que la pelinegra pudiese leerlo también.

En efecto, no sólo decía eso, sino que había alegrado drásticamente el día de su amiga quien de inmediato se levantó de la cama para ponerse los tenis que había dejado en el suelo de la habitación.

──Ay no, no te pongas eso ──se quejó Julia viendo lo que iba a hacer──, espérame aquí, te traeré ropa de mi estudio.

──¿De verdad? ──preguntó Marah con ingenuidad.

──Claro que sí, ve a darte una ducha y yo te dejo la ropa para cuando estés lista ──salió de la habitación bajando cada escalón hasta que recordó el diminuto detalle por el que se devolvió a media escalera──. Recuerda abrirle primero a la caliente y después a la fría porque no funciona el calefactor ──sonrió la morena con pena en el marco de la puerta.

──Enterada ──asintió Marah.

Julia comenzó a bajar las escaleras de nuevo hasta que a medio viaje fue cortada por el llamado de Marah, razón necesaria para devolverse de nuevo al marco de la puerta del fondo.

──Julia, gracias por ser una amiga ──agradeció Marah, dándole un abrazo.

[ aaliah's notes. ] ¡!

hola mis queridos lectores, la verdad estoy atravesando por un proceso creativo bastante difícil ya que tengo muchas cosas por fuera de la plataforma que cuando quiero sentarme a escribir no puedo darme tanta soltura como desearía, pero creo que pronto pasarán estas malas rachas. ahorita tengo un poco de tiempo libre y quiero aprovecharlo no sólo para actualizar sino también para responder comentarios porque nomás digo que lo haré y no pasa nada:((

extraño mucho comentar y actualizar como antes, espero pronto volver a tener el tiempo del que disponía.

sin más qué decir, disfruten su lectura y nos leemos pronto mis corazones, los re quiero y muchas gracias por seguir votando y comentado. 

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