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1. 1. where we first met


¦  ° 🦋  ;× 💌꒱ ⸼ ۫
SEASON 1 EPISODE 1 REAL LIFE : 
〔❛ DONDE NOS CONOCIMOS ❜〕

🌍 PRONÓSTICO DE HOY: 🌤️
📍 🏡 CASA DE JULIA, FEBRERO 2018.

ESTIRÓ AMBOS BRAZOS RETORCIÉNDOSE EN SU CAMA COMO CADA MAÑANA, su reloj marcaba apenas las seis en punto cuando bostezó como acompañamiento de su adormilada faz, su cabello estaba no sólo despeinado sino enmarañado, de no ser porque ya estaba acostumbrada se habría quejado. Se quedó un rato envuelta entre las cobijas de su cama con el celular entre manos para ver si tenía notificaciones nuevas en la cuenta de la casa de moda, alcanzó con su mano su lámpara de noche y la apagó para levantarse finalmente viendo que los primeros rayos del sol ya rosaban su ventana.

De su buró, sus lentes reposaban en su estuche abierto, los acomodó en el puente de su nariz y caminó descalza hasta el baño, una mala costumbre infantil que mantenía muy viva. Cada aspecto de su día estaba dictado por una estricta agenda que debía cumplir al pie de la letra para que fuese un día perfectamente productivo. Después de toda su rutina de preparación estaba en su cocina comiendo cereal, con cada bocado leía de cara los post-it que había pegado en la puerta del refrigerador con pedidos de alta costura, citas de negocios y el compromiso que tenía con la universidad de su hermana ahora que habían terminado las vacaciones de invierno. Respiró hondo disfrutando del delicioso silencio que le otorgaba su vida solitaria, sin el estruendo molesto de...

──Julia ¡No hay agua caliente! ──gritó su hermana bajo el chorro de agua fría que la descolocó.

La gente.

──¡Te dije que no abrieras la fría! ──gritó Julia de vuelta.

Escuchó los pasos descalzos y mojados de la muchacha bajar por las cortas escaleras de la modesta casa con prisa, dejando rastros de agua a su paso hasta que vio la menuda figura con una bata de baño como tamal mal envuelto.

──¡Estaba hirviendo! ¿Qué querías que hiciera? ──preguntó Lucy haciendo fricción en los brazos para no sentir el frío──, neumonía, tú quieres que me de una neumonía──. Acusó apuntando con su dedo índice.

──A ver, primero deja de gritar ──señaló exasperada──, en segundo, ¿por qué no te secas antes de salir del baño?, ya mojaste todo el piso ──preguntó casi chillando── y tercero, vas a trapear cuando termines de bañarte.

Julia subió las escaleras sin pisar los pequeños charquitos, acomodó las llaves del agua que tenían "maña", la verdad era que la mujer no había querido cambiar el calefactor porque se había quedado corta de dinero desde hace unos meses, no había tenido una sola colección exitosa desde hace dos años y sobrevivía a base de colaboraciones con catálogos, bendito sea Sears y sus consumidores presuntuosos.

──¡Ya está! ──anunció la mayor sin obtener respuesta── ¡A ver a qué horas!

──¡Voy!

Escuchó nuevamente sus pasos apresurados y vio en el pasillo a Lucy con una manzana en la boca.

──¿Ya no está hirviendo?

──No y no vuelvas a salir así, no quiero que te enfermes ──pidió quitándole la manzana.

──Okay mommy ──pronunció en su aún pobre acento inglés con sarcasmo rodando los ojos.

Cerró la puerta tras ella y bajó a lavar su plato, dejó la manzana en el refrigerador para evitar que se oxide por si Lucy aún quería comerla y suspiró mirando hacia la ventana, observando al mismo ciclista de siempre dejar la propaganda de la semana en la caseta. Los post-it sugerían que hoy iba a revisar la cartera de clientes en su estudio, tan sólo a unos metros de su casa. A Julia le gustaba la privacidad, no había nada mejor que la soledad que ofrecía el campo, con un sol precioso en verano o el olor a tierra mojada en invierno si es que no había nieve. 

Salió cuando se dio cuenta de que ya no había nadie y desde que tenía muy pocos vecinos, era más fácil para ella pasar desapercibida, estaba teniendo una de esas rachas donde simplemente no tenía paciencia para tratar con el humor de las personas además del propio, y aunque ser grosera no era algo que gustaba de sí misma, no podía evitar en algunas ocasiones sonar involuntariamente mezquina. Al volver a entrar, checó el primer post-it que debía revisar, el de su psicóloga, tenía cita con ella en una hora no obstante, esto coincidía con la hora en que debía llevar devuelta a Lucy a la estación.

Escuchó el sonido de botellas cayéndose, por lo que no dudó en ir a investigar.

──¿Qué haces? ──inquirió, viendo a la menor tratar de reordenar botellas de detergente en el cuarto de lavado.

──¿Qué te parece que hago? ──contraatacó── , sólo quiero limpiar los charquitos.

Julia le dio una mirada comprensiva, sabía que Lucy no quería ser una carga. Lo sabía porque había tratado siempre ━y desde que tenía posibilidades de elegir━ de estar en escuelas que tuvieran modalidades de intercambios o instalaciones para habitar, justo estaba por terminar estudios en un internado universitario.

──Hagamos un plan, ──propuso── tú terminas de cambiarte, yo limpio la humedad y nos vamos juntas a desayunar antes de que te vayas, ¿va?

──Va.

La actitud vacilona de Lucy siempre lograba contagiar el corazón de Julia. Cada momento junto a su hermana era un recuerdo precioso que atesoraba en el costurero de su corazón, bordado con lentejuelas. Lucy era brillante en todo el sentido de la palabra, como el tornasol, camaleónica y audaz, tal cual sobresaliente como los pavorreales con plumas vistosas en lujosos lagos cristalinos contoneándose de un lado a otro llamando la atención de quienes se detuvieran a contemplar su lucidez. No podías ignorarla si entraba en una habitación, los pasos de Lucy hacían estruendo en todas partes.

Ambas mujeres se colocaron el cinturón de seguridad, Lucy más por obligación y emprendieron destino por los carriles.

──Vamos por chicken mcnuggets ──demandó Lucy, conectando su música en las bocinas.

──¿Segura? ──cuestionó Julia ajustando el volumen──. Creí que querías un desayuno más tradicional, me imagino que comes pura comida chatarra en la universidad.

Una oleada de nostalgia invadía a Julia mientras manejaba hacia McDonalds, sus primeros recuerdos felices después del accidente cuando era niña prácticamente los había vivido en esa cadena de restaurantes.

──Sí, pero eso implica actuar como adulta y la verdad es que ser adulta no es la mejor forma de pasar el rato ──declaró Lucy, reproduciendo daft punk.

Lucy había vivido toda su niñez como una niña normal entre vestidos rosas con olanes, calcetas blancas con encajes y zapatos de charol manchados con lodo de los charcos, viendo cómo su hermana asumía la responsabilidad de ser la "mayor". Ser la mayor no sólo implicaba ser el ejemplo de la casa, era ser una madre miniatura tiempo completo, no había un día en que madura Julia de 13 años no le recordase a la infantil Lulú en tutú que debía portarse bien, comerse el brócoli, mantener su cabello bien peinado y sobre todo no encharcarse en el lodo los zapatos, pero cómo amaba saltar en ellos cuando se alzaba el olor a petricor en esos pequeños momentos en que la madura Julia bajaba la guardia y recordaba que ella también era una niña.

──¿De qué hablas? Ser adulto es 'cool' ──se fingió Julia ofendida mientras emulaba modismos de adolescente── Tenemos amistades, fiestas, experiencias...

Qué gran mentirosa era, Julia ni siquiera recuerda cuándo fue a la última fiesta en la que no aparentó divertirse.

──Impuestos, seguro médico, jubilación ──interrumpió la menor con sarcasmo── Super cool.

──Sólo quiero que te la pases 'cool'.

──Y lo hago, sólo ya no digas 'cool' ──comenzó a reír── A veces se me olvida que no eres tan vieja.

──Auch.

Después de haber convivido de forma tan amena llegó la hora de despedirse para ambas, el momento más temido para Julia. Vivía sola, era extremamente independiente, las interacciones con otras personas no eran una tortura, pero sus inclinaciones siempre habían sido esas. Tener a Lucy haciéndole compañía era divertido, agotador, e incesablemente impredecible y aunque la menor no lo admitía, siempre extrañaba a su hermana mayor, tan cerca y a su vez, tan distanciada de todos.

──¿Vendrás en primavera? ──preguntó antes de ver a su hermana abordar su transporte── Me gustaría una opinión sobre algunos diseños ──la realidad era que Julia había estado confeccionando el vestido de graduación de Lucy desde hace un par de meses.

Lucy le dio una sonrisa ladeada, se dejó envolver en el calor de sus brazos y aguantó sus ganas de sollozar.

──Ya sabes que todos me gustan, esta vez asegúrate de ponerle estoperoles con picos, moderno y punk ──le recordó haciendo una seña rockera.

El sonido del silbato trajo consigo el ansia de la última llamada, una sensación que le ponía a Julia los pelos de punta, siempre le había dolido despedirse de su familia, incluso si era sólo por unas cuantas horas o meses, pero era mejor para ellos ocultarlo y vivir sola.

──Y tu asegúrate de que ese chico George venga la próxima vez, nos morimos por conocerlo. ──Lucy asintió nerviosa, frunciendo levemente las cejas mientras agitaba la mano en despedida. Sintiéndose afortunada de haberse librado de un interrogatorio estas vacaciones.

──Traeré a Marah...

Viendo el tren alejarse, Julia volvía a descoser las lentejuelas en su corazón sin esperanza de encontrar otro accesorio con el qué llenarlo. Hasta que le llegó una llamada telefónica.

──¿Hola? ──saludó confusa sin revisar quien era.

━━¿Julia?, ¿dónde estás? ━━la voz detrás del teléfono pertenecía a Moira.

──Acabo de despedirme de Lucy ──dijo con tristeza.

──Ow, justo estoy en la puerta de tu casa, venía a desearle suerte ──Julia sonrió enternecida del otro lado de la línea.

──Gracias, acaba de irse y ya la extraño ──admitió con pesar sentada en una banca, viendo el tren ahora más pequeño de lo que era minutos antes.

──Julia, es su último bloque de universidad, no la guerra ──rio detrás del teléfono, sentándose en el porche de la casa── , ¿qué planes tienes hoy?

──Después de esto tengo dos horas para dedicar al estudio, una para idear el concepto de una nueva colección, un descanso de media hora y cancelé con mi psicóloga así que... ──recitó como si lo hubiese ensayado hace una semana.

──Pues hazme espacio en esa hora ──exigió con una sonrisa, de cualquier forma encontraría la manera de colarse en sus horarios.

Julia era para Moira la mujer más estricta que había conocido tan sólo un par de niveles después de su maestra de música de la secundaria y su papá en temporada de citas cuando tenía 16 años, lo más desconcertante es que era estricta consigo misma, comprometida a lo que amaba de forma extremista, sin embargo, a menudo su forma tan estructurada de ver la vida era hilarante, le causaba gracia que a pesar de saber tanto sobre paletas de colores todo para ella era blanco o negro, jamás gris. Moira y Julia no necesitaban repetírselo diario o firmar un contrato para dejar en claro que eran las mejores amigas una de la otra. Para Julia, Moira era las guirnaldas de su corazón.

──Está bien, me apuro y creo que puedo alcanzar a merendar contigo ──dijo levantándose, revisando la hora en su muñeca.

Si llegaba en tres minutos a su auto en el estacionamiento trotando, pagaba el boleto de salida en dos, aún le quedarían 30 minutos para conducir hasta su casa y almorzar con ella en tiempo y forma.

──Julia, traje donas ──se rio su amiga detrás de la línea── , las comeremos en lo que te comento sobre tu nuevo encargo.

──Eso no es muy saludable, ──se quejó hasta que apresuró su andar con emoción── espera, ¿dijiste encargo?

Cada día era más ordinario que el anterior, en lugar de alarmarla, la complacía. Lograr un estado mental tan placentero estando en la completa soledad era en la practicidad de las cosas meramente imposible, contra todo pronóstico estaba la mayor de las Patel consagrando discernir sus pensamientos de la caótica orfandad hacia la nueva confección que estaba formulando en su mente.

──El amigo de un amigo de Tony está buscando un diseñador que le haga un traje para la Met Gala de este año y te recomendó a ti ──la morena estaba tan emocionada como su caucásica amiga, si lograba un compromiso tan importante podía volver a colocarla en el mapa.

──¿Quién es? ──preguntó ansiosamente.

──No sé, ──respondió preocupada la castaña── Tony sólo me dijo que el amigo de su amigo quiere conocerte.

──Todas mis plegarias están en que sea una persona tolerable ──confesó Julia siendo escuchada por la única persona que sabía no iba a juzgarla.

──Pero Julia, ──sus carcajadas no se hicieron esperar, escandalizada por el genio indiferente de su amiga── tienes razón, ojalá sea uno guapo.

──Con que no sea complicado de trabajar me doy por bien servida.

──Sólo que hay un detalle ──la voz nerviosa de Moira estaba poniendo de los nervios a Julia.

──¿Qué sucede? ──preguntó la morena terminando de sellar su boleto en ventanilla antes de entrar otra vez a la autopista. 

──Forzosamente tiene que ser hoy, se va de viaje la próxima semana pero esta muy muy interesado ──un tic en el ojo, un freno brusco y un claxon.

──Amiga, muy graciosa ──respondió Julia orillándose para no ocasionar un accidente──. Pero no puedo, te dije mi planeación del día, no estaré lista con todo lo que debo limpiar.

──Julia, oportunidades como estas no crecen de los árboles, ¿cuándo será la próxima vez que alguien te contrate para un diseño exclusivo?, ¿tienen qué pasar otros dos años?──. Suspiró contra el teléfono, sujetándolo con ambas manos en su oreja escuchando los autos pasar.

Moira escuchaba su respiración entrecortada, sabía que lo estaba premeditando en su mente, pero sólo necesitaba un pequeño empujoncito.

──Mira, si no quieres hacerlo le digo a Tony y se acaba el asunto, no debes forzarte a hacer algo que no quieras hacer, ¿vale? ──con una media sonrisa en sus labios, escuchó como la morena suspiraba otra vez derrotada. Julia no podía decirle que no a sus amigas.

──Vale, dile que venga hoy a las 4 en punto, ni un minuto más ni un minuto menos porque es mi hora de comida ──con un ligero pisotón, Moira celebró haberle encontrado trabajo a su amiga, amaba apoyarla desde que le negó confeccionarle vestidos el año pasado.

Julia tenía el nudo en la boca del estómago, especulaba que Moira se sentía obligada a comprarle vestidos para alegrarle el bolsillo aunque no eran para ocasiones especiales, pero se había estado negando a hacerlo porque no consideraba que fuese algo honesto recibir su "dinero de amiga" como ella lo llamaba.

──¿Quieres que te acompañe? ──preguntó la caucásica.

──Moira, es un cliente, no guardería ──espetó reanudando su camino a casa con el manos libres.

──Oye, hablando de guarderías, ¿'ya sabes quién' no te ha llamado? ──las mejillas de Julia se colorearon de un tenue rosado.

──No, y no me interesa si lo hace o lo deja de hacer ──respondió fingiendo displicencia con la cara seria.

──Auch. Parece que alguien no la pasó muy bien en su cita ──dijo Moira con pena recordando cómo había envalentado a su amiga a aceptarle esa cita.

──No es eso, reconozco que es un hombre encantador y es difícil mirarlo a los ojos ──recordó con sagacidad esa mirada profunda── , pero hasta cierto punto me intimida y aunque podemos pasar un buen rato creo que es mejor tener los pies en la tierra.

──¿Los pies en la tierra?, ¿qué significa eso? ──recriminó Moira──. Por favor, deja de desvalorizarte o alguien hackeará tu whatsapp esta noche para llamar a tu psicóloga de urgencia.

──Try me, Beyoncé ──citó la morena a Doctor Strange, recordando lo fanática que era su amiga.

Julia podía jurar casi como el hecho de que tenía 5 dedos en cada mano que Moira Valentine se sabía cada escena de cualquier película de Marvel que le pusiesen enfrente, podía decirte el frame exacto en que se dijo cada diálogo, por qué personaje había sido dicho e incluso darte un pequeño contexto de la situación en que se dijo. La sorpresa del día que tenía Moira preparada radicaba en el hecho de revelar la identidad de tan misterioso cliente.

──No me retes ──cantó Moira del otro lado fingiendo amenaza──. Ay, me hubiera encantado que ayudaras en la producción de los vestuarios de esa peli, Kaecilius tenía pinta de diva.

Ambas rieron con tranquilidad antes de ver el pequeño auto de Julia hacerse cada vez más grande, estaba por llegar a su portón.

──Yo le habría puesto algún diseño de encaje demoniaco, mi interpretación del doctor habría sido un hechicero gótico pero aplaudiré su capa, algún día la robaré ──mencionó recordando cómo había dejado ir la oportunidad de formar parte del staff de vestuario de Marvel Studios por un compromiso previo.

──¿Soñamos demasiado? ──preguntó Moira antes de que Julia le colgara, estaba por bajar del auto para recibir a su amiga.

──¿Seguiríamos siendo humanas si dejáramos de soñar? ──le cuestionó Julia llegando frente a ella antes de sacar las llaves para abrir la casa.

Julia era renunciante profesional de sueños, maestra en el arte de los actos fallidos. A lo largo de los años había realizado cosas magníficas para alguien cuyos sueños podían llegar a ser aplastados demasiado temprano por innumerables factores, pero perseveró contra todo pronóstico de derrota, aún así, le era difícil tomar riesgos. El principal riesgo que siempre evitaba era el de ser feliz.

──¿Vamos a limpiar el estudio? ──Moira se acercó a la isla en la cocina donde había una jarra de agua──. Me estoy muriendo de calor aquí, tal vez si alguien se mudara más cerca de la ciudad... ──insinuó la castaña mientras bebía.

──O si alguien quisiera venir a este lado del campo...

──Julia, vives hasta el culo del diablo ──contestó su amiga fingiendo estar malhumorada viendo cómo la morena iba hacia el estudio──. Cuando menos te lo esperes tendré que hacer escala en avión hasta tu casa.

En ocasiones, Moira se exasperaba al ver la cantidad exuberante de orden que había en su casa, en su estudio y en su vida. 

──Sabes que este es el único lugar de Inglaterra donde Lucy puede ir a estudiar y puede vivir sin preocuparse por el clima ──aclaró Julia, Lucy era asmática desde el accidente.

Cargada de culpa, su hermana siempre había velado porque Lucy viviera en residencias cómodas, donde pudiera evitar enfermarse por el clima o que alguna gripa común evolucionara a otra serie de complicaciones más graves. Vivían en probablemente una de las zonas más secas y soleadas de la Europa urbanizada, donde el mayor problema era el polen de primavera, mismo que Lucy no resentía por estar en la universidad.

──Tranquila Julia, sé que estás esforzándote mucho ──tocó su hombro ligeramente──, aunque si todo sale bien podríamos ir a vacacionar a un lugar más templado ¿tal vez? ──le sonrió sin mostrar los dientes simulando ingenuidad.

──Moira, sabes lo que pienso acerca de los lugares nuevos ──le recordó.

──Claro que lo sé, lo mismo que de las personas nuevas y los sabores nuevos de helado ──rodó los ojos──, tal vez sea tiempo de abrirle paso a lo nuevo y ¿desempolvar a la antigua Julia? ──reflexionó la castaña.

──¿Qué hay de malo con esta 'Julia'? ──dudó.

Moira se vio interrumpida por el sonido del teléfono sonar con ímpetu, marcando en Julia una corazonada que fue reafirmada por los señalamientos erráticos de la castaña hacia la pantalla iluminada con su dedo índice que mostraba el nombre de "Pumpkin", era Tony. La espera crucial que duraría hasta las cuatro de la tarde se había adelantado dos horas porque alguien había adoptado una mala costumbre después de haber interpretado al mismo personaje para una serie por muchos años: La impaciencia. Al colgar, la sonrisa ingenua de Moira sólo encendía las sirenas en alerta de Julia.

──Amiga ──dijo alargando la última 'a'──, ¡no me lo vas a creer! ──exclamó con exageración.

──¿Cuánto tiempo? ──preguntó finalmente conociendo a la perfección a su amiga.

──Diez minutos.

Con los ojos bien abiertos acomodó sus gafas en el puente de su nariz, tragó saliva y juntó todas las hojitas y post-it sueltos de su libreta, la reliquia sagrada e impoluta que dominaba la vida de Julia, todos sus secretos más fashion estaban resguardados celosamente entre esas páginas esperando salir en forma de creaciones extravagantes para desfilarse en pasarelas con confeti. Su paso ligero se convirtió en un trote cuando escuchó el motor de un auto que sabía perfectamente no era el suyo y sin importarle nada utilizó su estudio como bunker de guerra.

──¿Qué se supone que haces? ──preguntó Moira viendo cómo caminaba de un lado al otro pegada a la ventana. Se paró a un lado de ella, esperando ver a su novio bajar del coche.

──Repaso mentalmente qué le tengo que decir ──afirmó con los ojos cerrados y los nudillos blancos sujetando su falda con pliegues. 

──Julia, ¿es tu cliente o tu audición a Bretaña Tiene Talento? ──se burló Moira juntando ambas cejas.

Tocaron la puerta tres veces.

──Ay ──se quejó la morena ──, ¿y si todo esto fue un error? ──preguntó haciendo énfasis en aceptar a un cliente exclusivo después de tanto tiempo. ──Mejor ve tú ──dándole un ligero empujón, Moira rebotó en el pasillo.

──¡Ups! La casa no es mía ──y con ello abrió la puerta encontrándose con el puño de su novio a punto de tocar la puerta de nuevo ──, hola hola, pasen que los estábamos esperando ──dijo con cordialidad.

──¿Eres Julia, verdad? ──preguntó el hombre de sonrisa perlada.

──No, te la presento, ella es mi novia Moira ──dijo Tony sonriendo con orgullo mientras ambos se saludaban── , ¿no le avisaste que veníamos? ──preguntó notando la ausencia de Julia en su propia casa.

──Si, pero colapsó y se encerró en el cuarto del pánico ──ocasionando la risa de los tres presentes, Julia asomó la cabeza para ver el porche de su casa.

Trató de ver el rostro del hombre de voz profunda que reía con tanta naturalidad, imposible a contraluz con los rayos del sol siendo cubierto por su mejor amiga.

──Será mejor que salgamos, segunda puerta al fondo pasando las escaleras, toca tres veces para que sepa que eres cliente ──señaló Moira colgándose al brazo de Tony──, cuando terminen dile por favor que estoy esperando afuera.

──No le tengas miedo, cuando agarra confianza Julia es asombrosa ──añadió Tony antes de cerrar la puerta e ir al auto a esperarlos. Benedict había venido en el auto de Tony al desconocer la dirección.

Él asintió con la cabeza a la instrucción, comenzando a caminar. Había recuadros con fotografías muy hogareñas en las paredes tapizadas, mostraban a una pareja de mediana edad posando sonrientes con dos niñas, intuyendo que tal vez esa señora sería Julia Patel. Benedict Cumberbatch estaba acercándose a la puerta de la diseñadora con ligera timidez, tratando de relajarse con que posiblemente se tratase de una tierna viejecita, por la premura de la situación se había abstenido a googlear quién era o qué diseñaba, un error que no debió pasar por alto antes de tocar tres veces. 

──Adelante ──escuchó la voz ligeramente más jovial de lo que creía.

Pasó al estudio, sorprendiéndose de encontrar una extensión enorme de la casa, fácilmente ese cuarto podía albergar unas 4 literas y estaba lleno de una fábrica entera de diversas telas en casi cada textura o color.

──Hola, busco a ¿Julia Patel? ──dudó con indecisión al ver el cuerpo de la mujer de espaldas.

──La misma ──se giró con una sonrisa sin mostrar los dientes, casi como una mueca.

Benedict se encontró con un semblante que podría derretir el iceberg más grande del mundo. Julia podía ver en él su fuente de inspiración para una nueva era, ¿podría ser este hombre el fin del Fast Fashion? Indudablemente lo era. Cada centímetro de su ser gritaba alta costura, ya no había lentejuelas ni guirnaldas u otros accesorios, su corazón se había forrado en terciopelo, ¿o en seda?, ¿chifón?, ¿algodón? Definitivamente no poliéster.

Tal vez la mente revolucionaria de la morena Patel estaba confeccionando miles de diseños por minuto, pero el pequeño hámster habitando la mente de Benedict que usualmente se encontraba corriendo una maratón en su ruedita ahora no estaba trabajando como debería, como si una explosión de circuitos hubiese ocurrido en su interior. Era difícilmente amor a primera vista, si acaso un leve magnetismo resulta de la curiosidad de su apariencia inesperada, no obstante, había algo en la mirada de Julia que no podía comprender qué era, no era atrayente en un sentido estético, era más bien una melancolía sentimentalista.

Pero las palabras siempre pueden matar una primera impresión.

──Tome asiento ──pidió Julia con una voz fría, que en el fondo trataba de ser amable.

Benedict miró a los lados tratando de encontrar donde sentarse, apenado de entablar conversación con ella nuevamente cuando había bajado la vista a su libreta para revisar bosquejos viejos. Vio un taburete cerca de su lado, el cual de inmediato tomó sin rechistar, lo arrastró ligeramente rechinando con el piso laminado con una sensación de pena ajena por sí mismo para quedar frente a ella y no a su costado. No quería causarle desconfianza con su cercanía.

──¿Qué desea? ──preguntó acomodando sus gafas aunque estaban en su lugar, refugiándose detrás de su escritorio.

──¿Perdone? ──acomodando su chaqueta, la miró expectante de contexto.

Benedict deseaba muchas cosas en realidad, en ese momento de su vida quería enamorarse, seguir amando su trabajo, encontrar papeles desafiantes que le fascinen, quería un sándwich con queso de verdad aunque se había prometido seguir estrictamente el veganismo porque quería mejorar el mundo, quería encontrar un diseñador que usara pieles sintéticas, quería abrir la ventana para dejar de sentirse sofocado por la presencia de una sola mujer y tal vez, sólo tal vez, quería ir al baño.

──Sobre la ropa ──señaló ella un pequeño muestrario de telas haciendo a Benedict liberar el aliento que no sabía que estaba conteniendo──, se me informó que es para la Met Gala del próximo año, ¿sabe cuál es el tema? ¿debemos tener algún tipo de protocolo o etiqueta? ──acarició su barbilla con los dedos y el ceño fruncido.

Benedict tragó saliva haciendo un pequeño ademán para acomodarse en el taburete antes de comenzar a hablar.

──En realidad no tengo nada especial en mente ──esto atrajo la atención de Julia.

──Entiendo, ──trató de formular── ¿esto le parece de su agrado? ──trató de simpatizar mostrándole algunos de sus mejores diseños masculinos.

La sorpresa llegó a su rostro cuando Benedict simplemente se negó a mirar las hojas y subió la vista. Él creía que ese gesto le haría saber que confiaba en ella y su visión sin siquiera conocerla, pero para Julia era todo lo contrario.

──No sé mucho sobre moda o estética pero, mi agente de relaciones públicas me pidió ir ──antes de que ella pudiese decir algo al respecto, él prosiguió alzando los hombros──. No he visto ninguno de sus diseños así que cualquier cosa con la que me quiera vestir está bien para mí, no tengo problema en usar lo que sea, no dudo que su visión es suficiente.

Un tic en el ojo por seguro.

Con esta información previamente proporcionada Julia pudo deducir tres cosas: La primera es que por supuesto este hombre que ni siquiera se había molestado en presentarse no tenía el mínimo interés en lo que le estaba pidiendo ni estaba interesado en involucrarse, segundo, tampoco tenía ni idea de cuál era el tema de la Met Gala a la que siquiera se iba a dignar a asistir forzosamente y tercero, había elegido el peor día del año para desestabilizar toda su agenda e interferir en su bloqueo creativo para ofenderla de todas las maneras posibles, a ella y a su arte.

La morena suspiró── Mire señor, yo amo mi trabajo, considero tener una experiencia profesional amplia en mi campo, ──se acomodó sus gafas en el puente de la nariz── donde usted no ve más que telas o pasarelas yo veo toda una vida de arte y esfuerzo, ──él comenzó a balbucear── está bien si usted no tiene interés en el evento, pero al menos actúe con interés frente a mí por su atuendo, porque me está pidiendo esforzarme para crear un diseño exclusivamente para usted.

──Claro, no fue mi inten... 

──Respete mi trabajo y mi tiempo ──cerró su libreta de bosquejos haciendo ruido provocando un saltito en Benedict, de no ser porque necesitaba el trabajo, tal vez ella habría dicho que no, pero no podía ── , le pido que se retire y en un mes tal vez tendré algo para usted.

──¿Cómo dijo? ──pidió él repetir sus palabras.

¿Aún quería diseñar para él?

──Vuelva en un mes, la salida ya la conoce.

Y señalando hacia afuera, Benedict caminó hasta salir de la casa sin siquiera recibir otra mirada de la mujer, agradecido de que aún quería colaborar con él después de haber sido irrespetuoso con su profesión sin quererlo así. Él era en muchas ocasiones considerado un caballero, alguien con una palabra gentil para los demás sin embargo, había algo frente a la profundidad de su mirada oculta detrás de su armazón que lo intimidaba. Apenas había podido pronunciar una palabra cuando Moira y Tony lo miraron desde el auto.

──¿Y qué tal? ──preguntó Tony sin soltar los hombros de Moira en el asiento delantero.

──Creo que la ofendí, pero accedió ──la pareja alzó una ceja cada uno restándole importancia, aunque para ellos era algo de esperarse en los últimos años, 

──Ya le agarrarás gusto ──replicó Moira bajando del coche para entrar a la casa con una caja de donas.

Para Julia, su trabajo lo era todo. Lo que él había entendido como disponibilidad y confianza ciega en su talento, ella lo había entendido como desinterés y falta de compromiso con su pedido, algo que no podía repetirse la próxima vez que se vieran.



[ aaliah's notes. ] ¡!

hola, vengo con toda la actitud a presentarles este nuevo proyecto el cuál les dije que estaba muy emocionada por publicar, la verdad me siento re bien porque ya vio la luz (creí que jamás lo publicaría). la verdad esto es algo así como los capítulos "piloto" de las series, este no va a quedar en flop como devotion con el que tengo un bloqueo, la verdad es que este fic tiene muchos momentos de su trama que ya están trazados y planeados por lo que sólo es cuestión de ir escribiendo esta historia. 

quiero dedicar este capítulo a redlvsbatch, al chile no falta mucho para que cada capítulo tenga tu nombre amiga, te tqm mucho.

quiero aclarar una cosa antes de que esto se salga de control: ADVERTENCIA DE MUCHO CRINGE, si amix, lo confirmo. no me enorgullece pero no niego que yo doy mucho cringe en general así que si mi obra te lo causa podemos hacer dos cosas:
1. convertir where you go en tu sitio ocasional para recibir una dosis de cringe diaria (respetuosamente claro) o
2. salir de aquí (respetuosamente, por supuesto).
respeto aquí siempre va a haber y a quien no le guste el respeto, mi loco dele pa fuera!

la verdad no sé cómo serán las actualizaciones de esto porque apenas estoy escribiendo el segundo capítulo y ya me atoré *momento xd*, pero habrá cosas bonitas por delante hasta que decida matar a alguien.

sin más qué decir, gracias por leer y nos leemos pronto.

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