Primera vez.
Es domingo, el día siguiente, ambos están en pijama, lo han estado durante todo el día, ya pasa de las de las 7:00 pm, sentados en el sofá de la sala y viendo un programa en la televisión, Jungkook había insistido en que se quedaran en la habitación para que el menor no tuviera que esforzarse pero éste negó con la excusa de que ya había estado acostado por mucho tiempo.
Jungkook estaba recargado contra el respaldo y Jimin abrazándolo, sentado a su lado con ambas piernas sobre el regazo del mayor, tenían las manos entrelazadas y el omega jugueteaba con los dedos del otro de manera tierna.
—Kook —llama.
—Mande —toda su atención se pone en el rostro fino del ojiazul, éste sonríe por lo rápido que lo miró.
—¿Yo te gusto? —cuestiona, su cabeza se ladea hacia un lado esperando la respuesta.
—Me fascinas, bebé —sonríe y besa sus labios tiernamente—. ¿Por qué de tu pregunta?
—Por nada —se encoje de hombros—. ¿Me abrazas? —sus ojitos azules siendo suplicantes, Jungkook se derritió por él y lo subió adecuadamente en su regazo, abrazándolo por la cintura para acercarlo más y que pudiera recargar su cabeza en el pecho del alfa.
Jimin no mintió cuando dijo que estaría más mimoso por su celo, aunque el omega suele ser muy cariñoso, estos últimos días lo es aún más, le pide que lo marque, que bese el cuello, que le diga cosas lindas o simplemente que le tome la mano, además está más sensible de lo común, pero obviamente el alfa está encantado con cuidar de él.
—¿Te sucede algo? —Jungkook lo sentía ansioso por su lazo semi inexistente.
—Si —dice con algo de duda—, es que... —sus labios se fruncen como pato y se rasca la nuca nervioso.
—Sabes que puedes contarme —alienta—, yo ya te conté mis asuntos vergonzosos —ríe—, pero si no quieres está bien, solo recuerda que si necesitas mi ayuda aquí estoy —sonríe tomándolo del mentón y atrayéndolo para un beso.
—Es que es precisamente vergonzoso y necesito tu ayuda —dice como en un susurro, sus mejillas tiñéndose de rojo.
—Pues aquí estoy —anima.
—Tienes que prometerme que no te reirás o no vas a tomarlo a mal.
—Te lo prometo —su rostro se contrae con extrañeza.
—Primero tengo que decirte unas cosas para que comprendas mi petición —explica enderezándose un poco, Jungkook le tendió la mano para ayudarlo y el omega paso sus piernas a cada costado del alfa, apoyándose un poco en sus propias rodillas—. ¿Recuerdas lo que dije cuando hablamos de nuestro celo? —mordía su mejilla nervioso mientras le miraba a la cara.
—Dijimos muchas cosas, pero supongo que las recuerdo todas —asiente con las mejillas un tanto rojas al recordar sus confesiones.
—Yo te dije que pasaría mi celo contigo, y sigo pensando lo mismo, pero...
—Bebé, si tienes dudas no lo hacemos —dice firme—, te dije que esto se trata de ti y lo que tú desees.
—Es que si quiero hacerlo —dice convencido y agacha la cabeza para murmurar algo entre dientes que el ojiverde no pudo comprender.
—Lo siento pero no te entendí —niega levantándole la cara por la barbilla.
—Yo nunca lo he hecho —confiesa, el alfa no sabe como reaccionar, su parte racional está muda y su alfa está gruñendo en su interior por posesión y satisfacción, aunque Jimin ya se lo había dicho una vez, es obvio que no sigue a su alfa así que solo guarda silencio por unos segundos.
—No sentirte seguro es lo mismo que dudar, Jim —sus ojos se suavizan y sube su mano para acariciar la mejilla roja del otro—. Y está bien hacerlo, todo a su tiempo —se encoje de hombros—, tú me gustas muchísimo, pero no por eso voy a animarte a hacer algo para lo que tal vez no estás listo —su voz era baja y cálida, siempre es así para dirigirse a su chico.
—Es que tú dudas cuando te digo que quiero hacerlo, ¡y me confundes! —regaña—. Parece que sí quieres pero a la vez no.
—Lo único que yo quiero es que tú estés cómodo —dice seriamente—. No quiero que hagas esto creyendo que lo quieres pero en realidad no sea así y lo haces solo para que yo no esté en riesgo...
—Es que a eso va mi petición —interrumpe—, nos ayuda a ambos —dice de nuevo en un susurro ante la pena.
—¿Cuál es tu petición, bebé? —pregunta.
—Yo quiero que estemos juntos antes de nuestro celo —Jungkook se paraliza, literalmente, parecía que estaban en un vídeo al que alguien le ha puesto pausa, sus ojos y labios abiertos, el cuerpo en una tensión tremenda, el único movimiento que se distinguió en él fue cuando tragó saliva y su garganta se movió pesadamente hacia abajo.
—Jim...
—A mi me aterra tener mi primera vez en el celo —comienza a argumentar—, y tú crees que solo lo estoy haciendo por eso —la duda seguía en los ojos del alfa así que Jimin supuso cosas—. Está bien si no quieres, lo comprendo —se encoje de hombros triste—, sé que tal vez dices que te gusto de esa manera para no hacerme sentir mal —sonríe un poco—, y está bien, lamento haberlo preguntado.
—Jim, enserio me gustas —acaricia su cintura con ambas manos—. Me gustas demasiado y eso es lo que me asusta —el menor hace una mueca de confusión—. En mi sueño, tú y yo realmente estabamos en eso, fue muy intenso —se sonroja en sobremanera—. Estuve alejado porque no quería hacerte sentir incómodo con mis pensamientos hacia ti, fue tonto, sé que no debo tratarte como un niño, pero tú nunca habías mostrado interés en eso así que supuse que estaba mal.
—Pero ahora sabes que no me molesta y puedes decirlo —sujetó los hombros del alfa y lo miraba a los ojos con las pupilas un poco dilatadas y brillosas, sus rostros a milímetros de distancia combinando sus alientos.
—Te deseo tanto, Jim —admite con las mejillas sonrojadas.
—También te deseo, Kook —dice bajo para acercarse al cuello del mayor y comenzar a dejar besos lentos y suaves, a penas toques que comenzaron a hacer estragos en los pantalones del alfa.
—Jim... —su tono era indeciso pero acariciaba la cadera del nombrado con determinación, sus manos se escabulleron al interior de su camiseta y acariciaron la suave piel de su espalda baja, se sentía tan bien que su mente se dejó llevar por un momento dejando de lado la pena.
—Por favor —insiste dejando besos en la línea de la mandíbula—, quiero hacerlo.
—¿Seguro? —cuestiona separándolo un poco—. No quiero presionarte o algo parecido además puedes lastimarte y...
—Por favor —alargó la última vocal mientras de nuevo acercaba peligrosamente su boca a la del otro incrementando la tensión entre ellos, el aire se volvía más espeso y la lujuria los embargaba ambos—. Por favor, alfa —susurró.
Jungkook no se negó más, lo atrajo de la nuca con algo de fuerza pero sin ser violento, sus bocas se juntaron de manera casi hambrienta, ambos pares de manos buscando contacto con el cuepo ajeno con ansiedad y desespero, Jimin tembló un poco, Jungkook sintió el nerviosismo como propio, dándose cuenta de su error.
—Tranquilo, bebé —susurró acariciando su mejilla con dulzura—. ¿Quieres hacerlo otro día? —el omega negó sonrojado, sus ojos brillosos por el deseo y sus labios húmedos por los besos—. Bien, lo haremos despacio —acarició sus costados y lo besó de nuevo pero ahora lento y demostrándole la adoración que siente por él, bajó despacio hacia su mandíbula y poco a poco se deslizó por su cuello, sus dientes rascaron el espacio entre su cuello y su hombro causando que un escalofrío pusiera su piel de gallina.
—Siempre se siente tan bien —suspira entre cortado.
—¿Si? —sonríe acariciando con su nariz la parte arañada—. Eres tan hermoso y me gustas tanto —inhala profundo la vainilla y café que representaban la más grande de las tentaciones para él, era un olor fuerte y atractivo, sabía que no es por el celo, es simplemente Jimin tratando de llamar su atención aunque no era necesario, Jimin lo atrae con tan solo existir.
El alfa se acomoda mejor en el sofá mientras besa las clavículas del menor que continúa con las manos en los hombros del ojiverde y echa su cabeza hacia atrás para darle más acceso, sus ojos estaban cerrados y sus mejillas sonrojadas de forma tierna, el corazón del ojiverde vibró gustoso al ver la imagen frente a él, por un segundo temió estar soñando otra vez.
Poco a poco las manos del rizado se meten entre su camiseta y comienzan a acariciar la tersa piel de su espalda, delínea con un dedo la columna del menor haciendo que este curvee la espalda y suelte una risita, Jimin no es un sueño, es real y lo mejor de todo es que es su realidad.
—Me hiciste cosquillas —dice tiernamente mientras achica sus ojos por la sonrisa, el alfa no puede estar más enamorado, ama cada sonrisa, palabra y suspiro que sale de su boquita.
—Lo siento —deja un beso en los labios contrarios y lo intensifica un poco para volver a la atmósfera de pasión.
Jungkook sonríe durante el beso y traslada sus manos a los muslos del chico acariciándolos delicadamente de arriba a abajo, en un arranque de confianza sus manos se van directo a los glúteos del chico haciendo que éste se estremezca y dé un pequeño salto en su sitio.
—Dime si te molesta, amor —dice para tranquilizarlo—, pararemos cuando tú lo quieras —Jimin sólo niega mordiendo su labio inferior y vuelve atacar la boca agena, el alfa sujeta de nuevo los muslos y se pone de pie, el omega entrelaza sus piernas a la cadera y lo abraza por el cuello.
Comienzan a subir las escaleras pero Jungkook no pierde el tiempo, lo acorrala contra la pared para seguir besándolo, sus manos viajan a su cintura porque pican al no sentir la suavidad de su piel, Jimin se queda mudo y solo se dedica a disfrutar de las caricias que el otro le brinda.
—¿Quieres estar en el nido o en la habitación? —cuestiona sin separarse demasiado del cuello del chico.
—El nido, por favor —dice con la voz apenas audible, demasiado perdido en los suspiros que el mayor le provoca, sintió sus pantalones mojarse, el aroma a vainilla se hizo más que notable, Jungkook gruñó posesivo y sin traspasar la piel, mordió de nuevo el lugar de la marca, haciendo que sus pieles se erizaran ante la excitación.
—¡Hueles tan bien! —inhala profundo y su pecho retiembla al embriagarse con el aroma—. Tan perfecto —retoma su camino por las escaleras y al llegar arriba tanteó la puerta hasta abrirla por completo, depositó al omega sobre la cama y retrocedió unos cuantos pasos—. Ya vuelvo —avisó y salió de la habitación para volver a los pocos segundos con lo que Jimin reconoció como condones—. ¿Puedo entrar? —sus ojos volviéndose oscuros y la voz con un toque rasposo que hizo que el menor soltara un quejido bajo seguido de un asentimiento.
Se sube a la cama y empuja al omega delicadamente para que quede recostado por completo entre las mantas, el alfa se posiciona entre sus piernas abiertas y busca besarlo pero el menor suelta un quejido que su lobo reconoce como dolor, de inmediato se separa alarmado buscando alguna lesión, sus ojos lo escudriñaban por completo.
Se sintió tan mal por lastimarlo, su lobo regañándose por ser tan imbécil y haber provocado dolor en su chico.
—Estoy bien —dice Jimin al sentir la lejanía y ver su rostro asustado.
—Amor, mejor esperamos... —dice con la voz angustiada, el omega tira de su camiseta para atraerlo de nuevo.
—Te juro que estoy bien, solo me dolió un poco la cicatriz —su voz sonaba suplicante y necesitada—. Alfa, por favor.
De nuevo el ojiverde cedió, siendo más cuidadoso, puso una pierna a cada lado del cuerpo ageno y colocó sus manos a los costados de la cabeza del ojiazul, lo besó cariñoso en los labios.
Jimin desabotonó un poco la camisa de pijama que el otro portaba y miró embelesado la piel del pecho, sus manos recorrían el centro de sus pectorales con cariño, las deslizó hasta llegar al cuello del más alto y lo acercó otro poco para volver aún más descuidado el beso.
Un gemido se ahogó entre las bocas de ambos, un nueva ola de lubricante se escurría entre sus piernas y al omega no le quedó más que gemir de excitación, los ojos de Jungkook se volvieron más oscuros y posesivos, el ojiazul tembló por el nerviosismo atacándolo de nuevo, quiere hacer ésto pero no puede evitar sentirse ansioso al no saber qué hacer o cómo continuar, tiene miedo.
Jungkook siente su incertidumbre así que besa sus pómulos con adoración y lo mira a los ojos con una pequeña sonrisa ladina formándose en sus labios.
—Yo haré todo, ¿si? —propone el ojiverde—. Tú solo relájate y deja que tu omega te guíe, amor —frota sus narices en un beso esquimal con total lentitud, disfrutando el momento, Jimin asiente temeroso y suspira con tranquilidad al sentir que los besos del alfa se deslizan de nuevo a su cuello, ha descubierto que es una zona muy sensible para él.
—Si, alfa —dice entrecortado y coloca sus propias manos estiradas en la cama formando una especie de T y abre un poco sus piernas esperando que el mayor le dicte ordenes más precisas.
—Tan bueno, mi amor —picotea repetidamente sus labios y comienza a acariciar su barriguita cuidando de no lastimarle de nuevo, sus manos recorren cada centímetro de su piel deleitándose con el toque—. Tan precioso —sus dientes rogaron por regresar a su cuello para seguir rascando el sitio donde en un futuro dejará la mordida.
—¡Oh, Kook! —gimió al sentir de nuevo como se escurría el líquido viscoso entre sus piernas, su erección haciéndose más notoria al igual que la del mayor.
—Ya voy, bebé —levantó lento la camisa del omega para terminar retirándola por arriba de su cabeza, un sonido gutural salió de su garganta al ver el torso totalmente desnudo del chico, su piel brillando con una fina capa de sudor—. Eres perfecto —se retira su propia camiseta y no evita la sonrisa que se forma en sus labios.
Jimin lo veía encantado, sus ojos parecían delinear cada uno de los tatuajes que adornan su brazo, su boca entreabierta y sus pupilas cubriendo casi por completo el azul, se mordía el labio inferior sutilmente haciendo que la imagen fuera realmente pecaminosa.
Los dedos del mayor estiraron un poco el elástico del pantalón del omega y lo deslizó hacia abajo con lentitud, previniendo arrepentimientos o dificultades, cuando el otro no puso objeción los bajó por completo, relamió sus labios al ver los muslos regordetes y suavecitos de su chico, sus manos amazando la piel y la saliva acumulándose en su boca por las ganas de probarlos, picoteó con sus labios el interior de los muslos, al parecer se convertirán en su parte favorita de Jimin después de su cuello.
—J-Jungkook... —un gemido necesitado se escapó de la boca agena pero el nombrado fue más rápido, recomponiendo su postura para silenciarlo con un beso hambriento y apasionado.
—Te tengo, amor —con su nariz trazó la línea de la mandíbula del menor y lamió su cuello repetidas veces provocando que su cuerpo pidiera más, sus labios bajaron hasta llegar a sus pezones y tomó uno en su boca, formando círculos con la lengua y succionando de vez en cuando.
—¡Oh, si! —Jimin curveó su espalda después de que una ola de placer lo recorriera, liberó más de su lubricante, llenando la habitación con la vainilla y el café.
Jungkook no se contuvo y regresó a su cuello para deleitarse con el aroma directo de la fuente, comenzó a friccionar sus entrepiernas, el ojiazul tenía los ojos cerrados y la boca abierta ligeramente dejando huir los pequeños gimoteos de satisfacción, sus manos hechas puño con la sábana entre ellas, Jungkook tomó una para entrelazarla con la suya y guió la otra hasta su marcado abdomen y comenzó a acariciarlo, luego recorrió su espalda baja con calma.
El toque era tímido pero calentaba más la piel del alfa, se sentía tan bien ser tocado por Jimin, un simple roce y ya se sentía en la gloria, siguió con los movimientos circulares para crear fricción entre sus penes, aún se interponía algo de ropa pero se sentía lo suficiente pera satisfacerlos a ambos.
—Alfa, p-por favor —gimotea, ambas manos estaban en la espalda del mayor, sus uñas rascando un poco de la piel pero sin llegar a lastimarlo.
—Quítamelos —dice entre besos—, bájame los pantalones, bebé —no era una orden, era una indicación que el omega siguió gustoso, sus ojos brillando en lujuria ante del imagen de alfa en ropa interior, movió las piernas para retirarlos por completo logrando el objetivo—. Eres tan bueno, tan perfecto —la yema de sus dedos viajando por todo el torso del menor hasta llegar al elástico de su ropa interior.
Dudoso delineó con un dedo la erección de su chico, disfrutando cada suspiro entrecortado que éste soltaba, pronto su mano entera frotaba por encima de la ropa interior, su propia entrepierna palpitaba por la excitación que estaba experimentando.
—Ah —su piel se erizó ante el tacto—. Jungkook... —gimió más alto cosa que el alfa aprovechó para bajar de un jalón su boxer, un suspiro de alivio salió del ojiazul, la erección brillaba por el líquido preseminal en ella, se alzaba gustosa y atractiva para el ojiverde.
Jimin estaba totalmente desnudo, dispuesto y vulnerable para él, su alfa y él no podían estar más enamorados de la pieza de arte que el omega representa, es tan hermoso y no sabe lidiar con todas las emociones que le provoca, sus manos pican por tocarlo, su boca ruega por besarlo, cada parte de su cuerpo se estremece al ver a Jimin.
El rostro del rizado se acercó hacia la entre pierna del otro, ansioso por probar algo de él, su lengua recorrió el falo con lentitud, un suspiro entrecortado se escuchó haciendo que una sonrisa se formara en su rostro, besó la cabeza del pene y despacio lo introdujo a su boca.
—J-Jungkook —el omega gimoteó totalmente perdido en la lujuria, la entrepierna del alfa palpitó por los sonidos.
Jungkook ahuecó sus mejillas y comenzó a succionar levemente para provocarle placer a su amado, movió su lengua en círculos sobre la punta, Jimin se retorcía de placer en la cama, nuevamente el café y la vainilla se adueñaron de la habitación y la mirada del alfa se dirigió a otra parte del pequeño cuerpo.
Sus ojos brillaban deseosos y su pecho vibraba por los gruñidos atascados, con sus manos comenzó a acariciar los muslos rellenos del menor, tomando entre sus dedos un poco de la esencia que el omega desprendía, llevó el lubricante a su boca y sus pupilas terminaron de dilatarse, su miembro dolió y un gruñido escapó de su boca haciendo a Jimin temblar y ladear su cuello en sumisión.
El alfa se posicionó sobre él con hambre y desespero, besó sus labios con ansiedad y descuido mientras frotaba sus entrepiernas con algo de velocidad, Jimin se dejaba hacer convertido en una masa suave que soltaba gemidos y suspiros, de nuevo Jungkook atacó su cuello dejando marcas rojizas por donde besaba o mordiscos.
—¿Puedo comerte, bebé? Déjame comerte —suplicaba con sensualidad y voz rasposa, Jimin asintió descuidado.
Jungkook se deslizó lento hasta posicionarse entre las piernas del omega, su lengua recorría desesperada los muslos húmedos del menor, recolectando cada preciada gota de su lubricante, el alfa rugiendo por la emoción de tener ese sabor en la boca, cuando llegó a la parte más alta de sus piernas, tomó una almohada y la colocó bajo la cadera del ojiazul para darle más altura.
No esperó demasiado antes de abrir un poco más las piernas del chico y deslizar la lengua por su agujero de manera lenta, lo repitió algunas veces mientras disfrutaba del concierto de gritos y gimoteos placenteros que su omega le regalaba, se introdujo un poco provocando un nuevo goteo de lubricante directo a su boca.
Jimin estaba absorto en el placer, curvaba la espalda y lanzaba su cabeza hacia atrás por el deleite que su cuerpo estaba experimentando, lloriqueaba de excitación y sus ojos estaban aguados por las mismas razones, llevó sus manos hasta el cuero cabelludo del alfa y daba ligeros tirones ocasionales cuando los escalofríos atacaban su pequeño cuerpo.
—Alfa, por favor —suplicaba entre gemidos—, tómame ya.
—Mi precioso bebé desesperado —había un poco de burla en su voz, sus ojos oscuros y las mejillas sonrojadas haciendo que Jimin solo quisiera más y más de él, nunca tendría suficiente de su alfa. Sus bocas se fundieron en un nuevo beso mientras el más pequeño bajaba la ropa interior de Jungkook, ahora ambos estaban desnudos y envueltos por la satisfacción.
Jimin estaba dilatado pero aún así Jungkook introdujo dos de sus dedos en su interior, tratando de evitarle dolores y malos ratos, los dobló haciendo que el menor se retorciera en un espasmo que le indicó que estaba haciendo un buen trabajo.
—N-No aguanto —suplicaba el omega, el sudor cubriendo su rostro y haciendo que algunos cabellos se le pegaran en la frente, la vista tenía fascinado al mayor que lo besaba apasionadamente mientras lo penetraba con los dedos—. Por favor.
Jungkook retiró los dedos, sujetó la cadera del omega con algo de firmeza, se estiró un poco para tomar el empaque del condón que descansaba sobre la cama, se lo colocó adecuadamente para después alinear su miembro con la entrada del otro y volver a besarlo lentamente, entre caricias y palabras tiernas, comenzó a introducirse dentro del otro a paso lento, sus ojos buscando algún indicio de dolor en el rostro de su chico, cuando estuvo dentro por completo soltó un suspiro de alivio, Jimin es simplemente maravilloso.
—¿Puedo moverme? —cuestionó para recibir un asentimiento de Jimin, el menor envolvió las piernas en la cadera del más alto y sus manitas se sujetaron de sus hombros.
Los movimientos comenzaron lentos y delicados, tratando de no provocar ningún daño, conforme el tiempo avanzaba la confianza del alfa incrementaba al igual que la velocidad de sus estocadas, tomó una de las piernas de Jimin y la guió hasta su hombro para buscar un ángulo nuevo.
Una nueva estocada y Jimin no era más que temblores y ojos en blanco, había encontrado el punto exacto, el ojiverde estaba excitado y sus penetraciones se hicieron cada vez más descuidadas pero certeras, cada una atacaba la bola de nervios dentro de Jimin, su interior se hacía más apretado alrededor del alfa, ambos disfrutando cada vez más, solo se escuchaban sus gemidos y los ruidos de la piel húmeda chocando.
—Ah, Kook —nuevos gimoteos saliendo de la delicada boquita—. ¡Si, si! —era cada vez más obsceno de escuchar, el alfa disfrutaba cada uno de los sonidos que provenían de él.
Pronto sus estómagos se sintieron hormiguear, el orgasmo formándose en ellos, llevó su mano al pene de Jimin para frotarlo de arriba a bajo, a los segundos los ojos azules se volvieron blancos y el líquido blanquecino saltó de él manchando el vientre del menor, bastaron dos estocadas más para que Jungkook se corriera dentro del omega, llenando su interior, haciendo que su satisfacción fuera más.
El alfa invirtió las posiciones, dejando a Jimin sobre él, las respiraciones agitadas y los cuerpos temblando aún por el éxtasis reciente, el nudo comenzó a crecer y Jimin se quejó un poco por la sensación, el mayor acarició su espalda para reconfortarlo.
—Te amo, bebé —el rizado besó su coronilla y los ladeó en la cama para quedar de costado, viéndose de frente.
—También te amo, ricitos —suspiró tranquilo y cerró los ojos—, demasiado —sintió que Jungkook besaba sus labios con dulzura y lo atraía más a su pecho, contento se acurrucó aún cerca para esperar que el nudo bajara; anudar a Jimin fue la sensación más impactante de toda su maldita vida, nunca había hecho eso, nunca había tenido un nivel así de deseo por alguien, nunca había tenido ese tiempo de intimidad y con su omega fue... Ni siquiera sabe cómo describir la sensación que tiene al estar dentro de él.
—Nunca había anudado —confiesa y los ojos azules lo miraban sorprendidos—. Nunca quise darle eso a mi alfa, por ya sabes... nuestra mala relación —los brazos de Jimin rodearon su torso y comenzó a acariciar su espalda con dulzura—. Además yo pasaba por beta así que era innecesario.
—¿Entonces también fui como tu primera vez? —pregunta con burla mientras su nariz acariciaba el cuello del otro.
—Si —dice con una sonrisa en los labios, era cierto que Jimin fue la primer persona a la que anudó, pero independientemente de todo, las sensaciones que experimentó con él y lo mucho que disfrutó el momento no se comparan a ninguna otra ocasión, Jimin fue la primera persona con la que hizo el amor de esa manera, el omega siempre va a ser su primera vez.
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