Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

No hay retorno.

La semana pasó mucho más rápido de lo que Jimin esperaba. Entre las tareas, el trabajo de fin de semana que consiguió en una cafetería y buscar cosas de segunda mano para sus prácticas, estuvo muy ocupado como para percibir el paso del tiempo.

El lunes le dejaron tareas hasta el cuello, el martes y jueves fue a bazares y tiendas para lograr obtener sus herramientas a un bajo costo; la situación familiar no le permitía aspirar a un estetoscopio costoso o a un baumanómetro de última generación. Logró conseguir lo más funcional dentro de sus posibilidades económicas y para el viernes estaba mentalizado para el fin de semana de arduo trabajo que le esperaba.

Antes trabajaba de medio tiempo en un supermercado, pero al hacer el papeleo para sus prácticas tuvo que dejarlo y conseguir otro que solo fuera el fin de semana para así poder dividirse adecuadamente en todas sus actividades sin dejar de ganar el dinero extra que su familia necesita.

Ahora, lunes, se encontraba fuera del hospital listo para comenzar con su turno de 8 horas dentro del mismo; al salir de la escuela llamó a su madre para contarle su día y pedirle que lo recogieran a las 10:30 pm, en el autobús comió un emparedado y se preparó para comenzar oficialmente su vida profesional.

Ha estado muchas veces en ese hospital, ha ayudado tantas veces a su hermanita... sin embargo ese día, ese momento en particular se siente tan diferente; especial.

✧✦✧

—Muy bien, esta es la sala de urgencias —dijo la preciosa beta castaña frente a él, Chaeyon, la jefa de enfermeras que le está dando un recorrido introductorio—. Aquí es donde tenemos más pacientes día a día, ésta no es la zona donde vas a estar pero si llegamos a requerir apoyo tendrás que auxiliarnos —vio a Jimin asentir—. Los médicos de guardia van a indicar los procedimientos y cualquier cosa en caso de que sea así, pero será solo en casos de extrema necesidad —apuntó a un cubículo en la esquina del lugar—. Esa es mi oficina, cualquier duda que tengas no dudes en pasarte por ahí —sonrió tranquilizadora, Jimin apenas la conoce de hace unos minutos y ya sabe que es muy agradable—. Ahora acompáñame a la siguiente zona.

Ambos caminaron por un pasillo largo hasta un lugar más silencioso y apartado, seguían en el mismo piso pero era un sitio más excluido del resto, separado por unas puertas de cristal que daban a un largo pasillo que tenía puertas similares a cada costado; habitaciones.

—Esta es la unidad de cuidados intensivos —arriba de las puertas había tres simples letras en color azul claro "UCI", las manos del omega sudaron—. Aquí es donde tú vas a estar, es complicado por el riesgo y la situación de cada paciente que es demasiado delicada, por eso están aquí —sus ojos miraron fijo a los del chico—, pero es sencillo brindarles los cuidados, la mayor parte del tiempo están sedados y hay mucho personal aquí para ayudarte y orientarte, no te preocupes.

—Son los pacientes más graves —cerró los ojos preocupado, Chaeyon colocó una mano en su hombro como reconforte.

—Si lo son y no voy a mentirte diciéndote que no perdemos pacientes aquí, pero por su riesgo particular tenemos más rapidez al auxiliarlos, despreocupate, Jimin —sonrió tranquilizadora y el omega asintió más convencido; esa mujer es buena—, pero no están aquí más de un día o dos mientras su estado mejora —su sonrisa pareció apagarse poco a poco mientras avanzaba por el pasillo—. Bueno... no todos los pacientes se van a los dos o tres días —su tono fue un poco triste y caminó un poco más y se detuvo frente a una de las puertas.

A través de ella se veía a un hombre joven, recostado en una camilla, su aspecto entristecerá a cualquiera; su piel se veía blanca cual hoja de papel, tan pálido que asustaba. Tenía un inmovilizador en el brazo izquierdo y una vía intravenosa en la otra, estaba muy tranquilo, tan pacífico, con los ojos cerrados y solo las máquinas conectadas a él haciendo ruido; Jimin no lo había visto despierto pero era obvio que había perdido algo de peso porque su cuerpo se veía frágil.

El omega sintió que su corazón se le estrujó hasta el punto de no latir por unos segundos agobiantes, algo dentro de él se removió inquieto, las palmas de sus manos se calentaron y comenzaron a sudar. Su lobo arañaba su pecho por salir; era el primer paciente real al que vería y atendería, la primer persona además de su hermana en recibir cuidados médicos por su parte, era obvio que estaría así de nervioso, era cuestión de acostumbrarse.

—El es Jeon Jungkook, justo ayer cumplió tres meses en estado de coma —explicó la jefa de enfermeras—, no se tiene un diagnóstico preciso, pero se espera que despierte pronto —hizo una mueca de tristeza, cómo más resignación que otra cosa—. Sus padres están aquí cada día a la hora de visita, cuando no están con él se quedan afuera esperando noticias —sus ojos viajaron hacia la perilla de la manija de la puerta y la movió, para abrirla—. Es el único paciente que ha permanecido tanto tiempo aquí y todos esperamos que se mejore lo mas pronto posible —la puerta se abrió por completo y los poros de la piel de Jimin se erizaron por completo... malditos nervios—. Tres meses parecen poco pero son una eternidad en este tipo de casos —el omega recordó el caso de la alfa que habló con su hermana una semana atrás, y recordó también el nombre de la mujer, supo de inmediato que se trataba de su hijo.

—Yo... Creo que conocí a su madre hace una semana —admitió aún con su pecho dolorido por la imagen frente a él, conocer a la madre de ese chico solo empeoraba todo.

—Jiyoung es una mujer asombrosa y su esposo Hyungwon también, son alfas muy poderosos y aún así dejan todo eso para estar aquí con él —su mirada se mostraba triste al contar la historia—, pero bueno... —suspiró volviendo al tono animado—. A él le brindamos los cuidados de higiene porque por obvias razones no puede hacerlo solo, además la siguiente semana se le comenzará un tratamiento que indicó el doctor Min, será rehabilitación para su brazo —caminó hacia la camilla y rodeó la camilla para señalar el brazo inmovilizado.

—¿Lo trata el doctor Min? —cuestionó alegre; Yoongi es el mejor médico que conoce y no solo lo dice porque es amigo suyo.

—Si, él junto con otros especialistas lo visitan seguido —asintió—. Ven, te mostraré los aparatos y su función —le hizo una seña para que se parara a su costado. Al acercarse no pudo evitar la curiosidad, algo dentro de él estaba muy interesado en la respuesta su pregunta.

—Creí que dijiste que sus dos padres eran alfas —dijo confuso; no percibía ningún aroma proveniente del paciente. Si dos alfas se aparean es obvio que sus cachorros van a ser de raza pura, el aroma de ese alfa debería cubrir cada rincón de esa habitación pero no es así.

—Lo son, él es alfa puro, pero no tiene aroma porque consumía supresores desde su primer celo —explicó—. De hecho es una de las esperanzas que se tienen, que tal vez no se ha despertado por que su alfa está débil por eso.

—¿Le han seguido suministrando los supresores? —cuestionó.

—No, pero su efecto dura algunos meses por los períodos prolongados de consumo, así que tenemos la esperanza de que despierte un día de estos cuando a su alfa se le pase el efecto —sonrió.

—Esperemos que sí —asintió alegre ante la idea, espera que Jiyoung pueda obtener algo bueno al fin, parece una alfa demasiado amable para pasarla tan mal.

Luego de eso la beta le comenzó a nombrar los instrumentos y los horarios que el alfa tenía para su medicación, le comentó acerca de la hora de visitas y los especialistas a los que debía mantener informados del estado de Jungkook.

—Tengo que ir a urgencias a ver como va todo, ¿puedes por favor mover sus piernas? —pidió aproximándose a la puerta—. Hay que evitar las úlceras por falta de movimiento —salió y dejó al omega a cargo del paciente.

Jimin por su parte asintió a la orden y se acercó al pie de la cama, tomó el expediente y comenzó a ojearlo.

—¡Mucho gusto, Jungkook! —saludó, dejando el archivo en su lugar—. He oído que es muy importante hablar con los pacientes en tu condición, así que me presento, mi nombre es Park Jimin y seré tu enfermero por el tiempo que estés en este hospital —se acercó para tomar el antebrazo del rizado pero al tocarlo una corriente casi eléctrica le recorrió el cuerpo entero, su espina dorsal tuvo un escalofrío.

Su cuerpo pareció enfriarse de un momento a otro para luego calentarse de repente, se sentía cálido, como un abrazo necesario, haciendo que suspirar agotará el aire de sus pulmones pero de alguna forma no sentía necesidad de él. Un aroma a tabaco y tierra mojada se hizo presente, pero se fue tan rápido como llegó, soltó inmediatamente la extremidad del chico y sacudió su cabeza para despejarse. Su lobo interior se está removiendo gustoso al tocar aquel chico, estaba más que fascinado por esa sensación.

—Eso fue raro —rió—, lo lamento, eres mi primer paciente, bueno, no literalmente, he cuidado a mi hermanita pero ella no cuenta para mi currículum —rió bajo de nuevo.

Volvió a acercarse a la pierna del tipo y el mismo escalofrío le recorrió, su piel estaba erizada al máximo pero decidió ignorarlo, sabía que era debido a los nervios. Comenzó a flexionar la pierna desde la rodilla, la levantaba un poco y formaba círculos en el aire, masajeaba la pantorrilla y giraba un poco el tobillo para mantenerlos ejercitados. Hizo lo mismo con la otra y se acercó al lado superior de la cama.

—¡Qué bonita nariz tienes! —halaga, con su dedo índice la tocó suavemente en forma de caricia y sonrió—. Lo lamento, pero es que es muy bonita para no darle un cumplido —tomó el cuello de Jungkook con cuidado y lo levantó para sacar la almohada bajo su cabeza y con el mismo cuidado devolvió la cabeza al sitio de antes pero sin almohada—. ¿Por que aún no despiertas, Jungkook? Tienes a tus padres muy preocupados —lo dijo en un tono que parecía regaño, sacudió la almohada para hacerla más mullida—. Conocí a tu madre la semana pasada, es una mujer muy linda y amable, seguramente eres igual a ella —tomó de nuevo al rizado por el cuello para acomodar la almohada—. Tienes que recuperarte, alfa —sonrió mientras miraba el rostro dormido, como si pudiera verlo a los ojos y acarició el cabello de su paciente—. Bueno, volveré en un rato para tu medicamento, iré a ver a mis otros pacientes —salió de la habitación sin saber lo que sus palabras y toques habían provocado en Jeon.

Dentro de él, el lobo alfa arañaba y rugía por salir y ver al poseedor de tan linda voz, por conocer al dueño de las más cálidas y suaves manos, quería tocar y ser tocado por el omega que lo había enloquecido. Pero también estaba la parte racional de Jungkook, que desconocía el por qué su lobo actuaba así, esa parte que trataba con todas sus fuerzas de apaciguar los instintos animales que siempre ha odiado.

✧✦✧

—¡Estoy de vuelta, Jungkook! —Jimin saludó.

Luego de dos horas fuera, entró a la habitación, empujando un coche con diferentes estantes, en él estaban las medicaciones que debía suministrar a los pacientes, en la parte de arriba estaba lo del siguiente; Jungkook.

—Es hora de tu medicación y se acerca la hora de visitas —sonrió acercándose a la camilla y tocando el antebrazo del mayor, algo lo llamaba a tocar y no le veía el lado malo, así que lo hacía gustoso y con el debido respeto—. ¿Oíste? ¡Tendrás visitas! No puedes estar dormido mientras recibes visitas, ricitos! ¿No te molesta que te diga así, verdad? —preguntó aunque sabía que no obtendría respuesta.

El omega se alejó del paciente volviendo al carrito de medicamentos, de ahí tomó un pequeño envase de cristal transparente y una jeringa.

—Voy a inyectar esto en tu intravenosa —sujetó la delgada manguera, cuando estaba por insertar la aguja en el sitio, fijó su vista en la cinta pegada a la muñeca del alfa, esa contenía la fecha donde fue colocada—. Oh, lamento decirte esto, pero tengo que cambiar tu vía, ya tienes mucho con esta —hizo un puchero hacia el rostro del chico recostado—. Tengo buena mano, no va a dolerte —consoló, regresó otra vez al coche y tomó los elementos necesarios para realizar el procedimiento.

Se aproximó a su paciente, llevó una silla con él para tomar lugar, sujetó la mano de Jungkook y cuidadosamente despegó las cintas que cubrían la manguera, una a una las retiró sin despegar la vista de la mano del alfa.

—Tienes lindas manos, las mías son demasiado pequeñas y delicadas —rió al ver el contraste entre ambas extremidades, retiró el brazo hacia el buro que estaba a un lado de la cama para tomar una torunda de algodón, hacer presión al retirar la vía y evitar derrames de sangre.

Estuvo así un momento, sujetando la gran mano de aquel alfa con una de las suyas, pronunciadamente más pequeña, mientras que con la otra pasaba delicadamente el algodón por la mínima herida que había dejado el artefacto.

—Bueno, ahora viene lo doloroso —elevó la mano del rizado levemente para tener mejor visión, palpaba con dos de sus dedos y la giraba de manera rápida como buscando algo—. Aquí la tenemos, esta vena será la afortunada —se estiró nuevamente tomando una torunda nueva y limpió la piel que cubría la vena—. Lo lamento si te duele —encajó la aguja nueva, una gota de sangre se deslizó por la muñeca del joven y se apresuró a limpiarla—. Que buen paciente, no te quejas ni nada —dijo burlón—, lamento la confianza pero debes admitir que fue un buen chiste —rió e hizo girar la aguja aún dentro de la piel del alfa y retiró la parte dura de está, dejando en el interior solo la parte flexible—. Ahora a cubrirla —colocó varios trozos de cinta para asegurar la manguera al sitio, regresó por tercera vez al coche de medicación y llevó consigo el medicamento de la primera vez.

—Ahora si, es hora de tu medicación —dijo mientras insertaba la punta en el lugar determinado—. ¿Sabes? No te ves como todos esos alfas gruñones, pareces alguien agradable.

—Lo es —una voz femenina a su espalda le hizo dar un brinco—. No sabía que eres enfermero, Jimin —saludó Jiyoung con una sonrisa en su rostro.

—Buenas tardes, señora —saludó devolviendole la sonrisa—. Cuando la conocí aún no estaba realizando mis practicas así que...

Mientras el chico hablaba, la alfa se acercó y besó la mejilla de su hijo, la cara de la mujer se veía cansada pero firme mientras acariciaba cuidadosamente el cabello de su cachorro con adoración.

—Me alegra que tú seas el enfermero de mi hijo —dijo—. Vi como cuidas a tu hermana, y si vas a poner la mitad de ese empeño con tus pacientes, entonces tienes toda mi confianza en ti —miró a la cara al omega con un semblante seguro y amable.

—Gracias —sonrió tan grande que en los costados de sus ojos se formaron unas lindas arruguitas, sus párpados parecían casi cerrados y el aroma se volvió un poco más dulce por la alegría que sintió por el halago.

—¡Ay, eres tan adorable! —la pelinegra se aproximó y pellizcó suavemente una de sus mejillas, vio como esta se coloreaba de un bonito tono carmesí, la mujer se limitó a reír un poco por ello pero cambió de tema para no incomodar al castaño—. ¿Los médicos han dicho algo de su estado?

—Llegué hace un rato apenas y sólo me informaron que en una semana se le retira el inmovilizador —el omega tomó el expediente del pie de cama y lo ojeó—. El Dr. Jung anotó que el estado de sus pulmones está mejorando considerablemente y de neurología solo están los resultados de un encefalograma de hace dos días que se muestran normales —hizo una mueca de pena.

—Lo mismo de todos los días —el aroma de la habitación se volvió un poco amargo, la lavanda se intensificó un poco pero con toques agrios, sinónimo de la tristeza que la mujer padecía.

—No se preocupe, va a mejorar —tomó la mano de la dama dándole un apretón reconfortante—. Si no se despierta por sí mismo, seguro lo hace para callarme por hablarle tanto —la alfa soltó una estruendosa carcajada que resonó en todo el pasillo.

—¡Demonios! Van a sacarme por escandalosa —siguió riendo pero ahora más bajo y cubriendo su boca con la palma de su mano—. Eres único, Jimin —negó con la cabeza mientras sonreía, el olor ahora era más natural a lavanda, el omega solo la observaba contento.

—¿Quiere ayudarme a ejercitarlo? —dijo tomando una de las piernas de Jungkook, la elevó un poco y formaba círculos en el aire con ella, la alfa rodeó la cama y lo imitó con la pierna contraria. Después de terminar con esa extremidad, el omega tomó de nuevo la mano del alfa y flexionó su codo un par de veces—. Bien, te veré en un rato más —bajó la mano cuidadosamente para colocarla sobre el colchón, pero de pronto un apretón lo hizo estremecerse; la mano de Jungkook estaba apretando la suya.

El mismo escalofrío de hace un rato pero más intenso, mucho más fuerte. Su cuerpo se tensó ante el agarre que el alfa, que aún permanecía dormido, ejercía sobre su mano, nuevamente olfateó el aroma a tierra mojada y tabaco pero ahora de una manera más fuerte, su piel se puso de gallina y con los ojos muy abiertos al igual que su boca. Miró a la alfa que estaba en el otro lado de la cama, con los ojos puestos en sus manos unidas.

—¡La diosa Luna! —fue una expresión tan fuerte—. ¡Te apretó la mano! —la alfa se veía realmente feliz y sorprendida, algunas lágrimas estaban acumulándose en sus ojos, se acercó para acariciar el rostro de su hijo—. Vamos cachorro, puedes despertar, ¡tú puedes! —lo animaba.

—¡Vamos, Jungkook! Despiértate o seguiré parloteando hasta que te levantes a callarme —amenazó el castaño, también estaba emocionado y con lágrimas en los ojos, su omega no deja de brincar feliz en su pecho, ronroneaba gustoso ante el toque del alfa. Poco a poco la mano fue soltando el apretón, en cuanto fue liberado, Jimin se dispuso a revisar los signos vitales y avisar al Dr. Kim sobre la actividad que mostró el paciente, así que ignoró por completo las sensaciones que ese toque le otorgó, sólo se enfocó en la felicidad de que un paciente, su primer paciente podía estar mejorando.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro