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Lo último que quiero ver.

Mientras más pronto llegue, más pronto saldrá, era el pensamiento que lo rondaba, así que apresuró el paso para llegar al área de neurología. La hora de salida del colegio de su chico estaba cerca, lo cual indica que Zico estaba por traerlo al hospital, no quiere que lo encuentre lejos de su familia, porque aunque sabe que no se molestaría al saber los motivos, su lobo le exige que no rompa la promesa que le hizo, o que al menos Jimin no se entere que lo hizo. Llegó justo cuando Taehyung estaba saliendo de su consultorio.

—Estaba a punto de ir a buscarte, tardaste mucho.

—Solo me retrasé 5 minutos —rueda los ojos sin mal humor real.

—Y me preocupé mucho, casi llamo a Jim para preguntarle por ti —sonríe malicioso y Jungkook quisiera borrarle esa estúpida sonrisa bonita, si no fuera su amigo y si no estuviera embarazado tal vez le daría un golpe en el brazo para molestarlo un poco.

—El embarazo te tiene muy manipulador, Kim —el ojimiel le mostró el dedo medio haciéndolo reír—. Ni tampoco estaba de mal humor —ambos entraron a la oficina.

—Supiste que ya tiene novio —el pelinegro alzó las cejas burlón y Jungkook asintió de la misma manera—, uno pensaría que estaría feliz después de eso pero ahora solo está estresado por el trabajo, dile a tu chofer que le quite esa tensión —el de cabello rizado negó sonriente—. Ahora recuéstate en la camilla y relájate —obedeció y el otro alfa trajo una máquina que él ya había visto varias veces.

Taehyung comenzó a pegar pequeños cables con puntas engomadas en todas partes de su cabeza, presionó algunos botones, esperaba y luego cambiaba de posición dichos cables, así pasó un rato en el que Jungkook creía que iba a dormirse porque el médico al parecer era demasiado profesional para charlar aunque fuera un poco durante el estudio, el silencio estaba matando así que trataba de recordar cosas que tuviera pendientes, su agenda del día siguiente, los papeles que tenía que alistar para su viaje, y las medidas que tomaría para que su omega no se sintiera solo durante tanto tiempo.

—Jeon... —un picoteo en su hombro lo incomodó—, no se suponía que te durmieras —regaña.

—No estaba dormido, solo meditaba —el ojimiel rió por el comentario—. ¿Ahora puedo irme?

—Aún no te entrego los resultados —obvió y Jungkook casi se golpea la frente—, los resultados son que estás sano, no hay nada anormal y puedes viajar sin mayor problema —Jungkook parpadeó sin mayor expresión—. Eso es bueno, deberías estar alegre.

—Yo ni siquiera quería hacerme este estudio, Taehyung.

—Lo siento, amigo —se encoge de hombros—, pero en realidad no lo hice solo por joderte, es importante, tenía que estar seguro de que no hay problemas allá arriba —agitó su cabeza para señalar la de el ojiverde—. Ahora estaré tranquilo mientras estás lejos.

—Lo sé, solo bromeo —sonrió sincero—. Gracias por preocuparte y por ser tan buen médico —estiró su mano para chocar en un puño con Kim—, cuida de Jim mientras no esté, ¿si?

—Siempre, rizado, siempre —hizo una especie de saludo militar y agitó su mano para Jungkook que estaba a punto de salir de su consultorio pero se detuvo en la puerta para leer el mensaje de "ya llegué con Jim al hospital, te veremos en unos minutos" que Zico le había enviado, sus ojos se abrieron y supone que fue muy obvio lo que pasaba ya que Taehyung completó—: Corre y así tu omega no te hará dormir con Tiza en el patio trasero —el azabache pareció disfrutar cuando Jeon salió casi corriendo de ahí, su carcajada fue estridente.

Apresurado, recorrió los pasillos del hospital, doblaba las esquinas tratando de no chocar con nadie, la gente lo miraba mal y él se sentía mal consigo mismo por estar corriendo en un hospital pero vamos, a la única persona que quería complacer en ese momento era a su omega, y si no se apresuraba todo iba a salir muy mal, entró rápido a la sala de espera y se ganó la mirada confusa de sus suegros y su cuñada.

—Jim... —eso pareció bastar para que los tres Park comprendan su situación.

No pasó más de un minuto cuando el perfecto chico que tiene por novio entró por la puerta, tan sonriente y alegre como siempre, la bella imagen que vería por el resto de sus días sin problema alguno, cabello despeinado por el día ajetreado que debió tener en el colegio, la corbata desanudada porque se cambiará en un rato para comenzar con su turno de prácticas y la hermosa y fiel sonrisa que se dibuja en sus labios al besarlo castamente como saludo.

—Hola, alfa bonito —luego se dirige a sus padres y besa la mejilla de cada uno—. Hola, familia —por último besa la cabeza de su hermana que está muy entretenida dibujando en una libreta.

—Hola, cachorro, ¿qué tal la escuela? —la voz de Hyunbin lo hace girarse a verlo.

—Muy bien, mucho mejor ahora que no hay personas malas —su padre sonrió por lo dicho y asintió conforme hacia Jungkook que se sintió orgulloso por mejorar algo para su chico—. ¿Ustedes qué tal van por aquí?

—Genial, tu alfa tonto no deja de perder en los videojuegos —se burla Shinhye ganándose una mirada entrecerrada del ojiverde—. Estoy nerviosa pero todo va muy bien, el doctor Min vendrá en una hora para llevarme al quirófano.

—Excelente, nena —el omega sonrió hacia ella y acarició sus cabellos antes de girarse hacia su alfa—, ¿y a ti qué tal te fue con los estudios de sangre?

—Bien, sin dolor alguno y Yeosang te envió saludos —Jimin sonrió de forma linda hacia él y se acercó para tomar su mano en un apretón cariñoso.

—¿Y qué tal tu encefalograma con Taehyung?

—Bien, todo normal y... —se detuvo así mismo con una mueca de pena—, ¿cómo lo sabes? —su prisa no había servido de nada, su omega sabía que se fue por un rato, la vergüenza en sus facciones era indudable.

—Taehyung me lo dijo, lobito —rió tiernamente—, me envió un mensaje más temprano solo por molestarte, pero gracias por esforzarte para no romper tu promesa —dejó un risueño beso sobre sus labios cuando el mayor maldijo en voz bajita a su amigo ojimiel—. Y me alegra que todo vaya tan bien, estaré mucho más tranquilo.

—A mi también me alegra, bebé —apretó la mano del menor entre las suyas.

—Tengo que irme, los veré a todos en la hora de comida y si a ti, pequeña... — miró a los ojos de la menor de la sala—, no logro verte hasta la noche, recuerda que te amo y que todo va a salir bien pase lo que pase, ¿de acuerdo? —Shinhye asintió con convicción—. Esa es mi chica, los amo a todos, nos vemos mas tarde —se encaminó hacia la puerta sin soltar al alfa así que éste se vio obligado a ir tras él para pararse a un lado de la puerta, lejos de la vista de los Park—. Prométeme que vas a decirme todo lo que pase con Hye, sea bueno o malo —sus ojitos era suplicantes, preocupados.

—Ángel... —Jungkook le miró con falso reproche.

—Lo sé, sé que no necesito escucharlo, siento lo que tú en el pecho y sé que me buscarás y que estoy a unos pisos de distancia pero...

—Estás nervioso, es normal, cielo —sonrió con ternura hacia el pequeño castaño—. Te prometo que en cuanto Yoongi nos diga algo saldré disparado hacia tu piso para informarte, y si estás ocupado te dejaré el mensaje aunque fastidie a todos ahí.

—Les dará gusto verte, te lo apuesto —rió un poco y recibió el beso que el más alto dejó sobre sus labios, luego el que dejó en cada una de sus mejillas y por último en su frente—. Te amo.

—Y yo a ti, ángel —el omega se alejó con una sonrisa en la cara y Jungkook volvió a su ocupada agenda que consistía en jugar videojuegos con Shinhye y charlar con Sunhwa y Hyunbin.

Más tarde Yoongi llegó junto a un grupo de camilleros y enfermeros, incluso Jungkook se sintió nervioso, estaban por llevarse a Shinhye al quirófano y la menor tenía lágrimas en los ojos, Hyunbin y Sunhwa daban palabras alentadoras, pero el grupo de especialistas de la salud se veía imponente en sus trajes azules y aura profesional.

—Todo va a estar bien, Hye —dijo simple Jungkook—, si Yoongi dice que es probable que camines es porque la probabilidad es muy grande —se acercó a la niña y acarició su cabeza cubierta por una cofia—. Y aunque no fuera así, todos te apoyamos y vamos a estar contigo, pase lo que pase —los ojos de la pequeña le miraron con un poco más de confianza—. Y si no funciona podríamos comprarte una de esas piernas biónicas y poco a poco te convertiremos en un robot —la niña soltó una carcajada.

—Eso es justo lo que Jim habría dicho, gracias, Kook.

—No por nada somos destinados —soltó con arrogancia haciendo que la menor riera de nuevo—. Ahora ve a ese quirófano y toma la mejor siesta de tu vida para que luego puedas tomar todas las terapias necesarias sin agotarte —luego de eso los padres besaron la frente de la pequeña y se perdió en el pasillo y tuvieron que esperar por algún rato, cada minuto se sentía eterno y Jungkook desearía que no tuvieran que pasar por eso otra vez.

Estar en esa espera insistente le recuerda cosas horribles, le recuerda a Jimin siendo el paciente y eso es algo que definitivamente no soporta, para su fortuna, comenzaron una charla amena entre los tres, Sunhwa aportaba comentarios graciosos sobre sus hijos y Jungkook estaba encantado al escuchar las anécdotas de su pequeño amor siendo aún más pequeño, cuando más distraído se encontraba en la charla sintió unas minúsculas y suaves manos cubriendo sus ojos, la sonrisa fue instantánea.

—¿Quién soy?

—Mmm no lo sé —fingió pensarlo—, creo que el omega más bonito del planeta —la risita de Jimin fue automática y las manitas se retiraron de su piel—. Hola, mi amor —ambos tenían esas bobas sonrisas enamoradas como si no se hubieran visto durante todo el día, los señores Park exclamaron un "aww".

—Hola, ricitos —Jungkook lo invitó a sentarse a su lado y así pudo cuidar, como cada vez que comen juntos, que el menor no se ensucie, nunca se cansará de decir que su pasatiempo favorito es observar a Jimin, el tiempo parece ir más rápido pero sin duda alguna es más entrañable, ver la forma en que mastica, su parpadear, como arruga la nariz cuando parece picarle, la sensación de sus manos entrelazadas sigue siendo como el primer día en que le pidió que lo sujetara para poder respirar en esa camilla, sigue teniendo ese constante hormigueo y nunca se irá porque el cariño es eterno. Vigiló también que terminara todo lo que había comprado en la cafetería del hospital, y tomó su mano para atraer su atención.

—¿Puedes ir conmigo al consultorio del doctor Moon?

—Claro, aún tengo algo de tiempo libre —sonrió complaciente y se puso de pie siendo imitado por el más alto, se despidieron momentáneamente de los señores Park y comenzaron a caminar por el largo pasillo que los llevaba hacia el área de endocrinología—. ¿Qué sucederá si no puedes viajar?

—No viajaré —se encogió de hombros con simpleza—. Nunca me pondría en riesgo, solo le pediré a papá que esperemos otro poco —mordió su mejilla un poco al ver la mirada gacha del pequeño chico a su lado, las manos seguían juntas pero Jimin simplemente no parecía presente—. Podría decírselo aunque esté bien, yo tampoco quiero irme tanto tiempo, Jim —sabe que esa es la razón por la que está tan decaído.

—Yo nunca te pediría que te quedes, esto es algo tuyo, es algo que tú has querido siempre —suspiró dudoso—, pero hay algo que me dice que no deberías ir, como un mal presentimiento pero supongo que es la misma sensación que tú tenías los primeros días que nos conocimos, cuando me pedías que no me fuera del hospital.

—Amor, pero eso era porque no estamos enlazados, si crees que no debo ir me quedaré.

—No —negó de inmediato—, solo estoy siendo tonto al respecto, creo que es el temor de alejarme de ti por tanto tiempo, hemos estado juntos cada día desde que nos conocimos.

—Supongo que tienes razón —habían llegado a la puerta del consultorio, cuando Jungkook estaba a punto de encaminarse a la recepción, el doctor Moon salió de su oficina.

—Buenas tardes, chicos —sonrió enorme, esa gran sonrisa que lo caracteriza, el beta suele ser de las personas más alegres que hay—, me alegra mucho verlos.

—¿Los estudios de Kook están bien? —Jimin fue al grano de todo el asunto, Sangmin sonrió.

—Pasen y charlemos —los invitó con un movimiento de mano y los tres hombres entraron al consultorio, Sangmin se sentó detrás de su escritorio mientras la pareja tomó asiento frente a él con las manos juntas—. Me interesaba mucho ver el estado general de salud de Jungkook ya que someter a su lobo a un tiempo tan prolongado sin ti puede ser un poco arriesgado si es que se encuentra débil.

—¿Y cómo salió todo? —cuestionó el alfa—. Me he sentido muy bien, mi lobo está siempre presente, no he tenido debilidad ni nada parecido.

—Creo que estás bien para viajar, tus estudios están dentro de los parámetros, tu lobo está en perfecto estado y aunque aún tengo mis reservas para darte de alta por completo, no me opondré a tu viaje —Jungkook sonrió, le alegraba estar bien, su salud estaba restaurada pero eso significaba que si podría marcharse, alejarse de su omega por un tiempo tan largo, el pecho comenzaba a dolerle y eso que aún lo tenía a un lado—. Tendrás que venir conmigo a tu regreso y entonces charlaremos sobre tu alta.

—¡Eso es genial! —la voz de Jimin atrajo su atención, su alegría era sincera—. ¡Estás bien, Kook! —su sonrisa era tan linda—. Te recuperaste y casi estás dado de alta, ¿no te alegra?

—Claro que me alegra, cachorrito —asintió sonriendo, si su precioso estaba contento entonces él también lo estará, ignorará por un momento el futuro inmediato y se enfocará solo en las buenas noticias.

—Me gustaría que recuerdes que aún no es viable que tomes supresores, y en caso de que tengas algún problema mi teléfono está a tu disposición en cualquier momento.

—Le aseguro que todo marchará a la perfección, doctor —el alfa arrugó un poco su nariz con una sonrisa gentil.

—Estoy seguro que si, Jungkook —el médico estuvo de acuerdo y estiró su mano hacia los chicos para despedirlos, al salir del consultorio Jungkook miró su reloj para darse cuenta que la hora de comida de Jimin estaba por terminar, el tiempo había pasado casi volando, así que presionó el botón del elevador que lo llevaría al piso superior.

—Me tengo que ir, alfa bonito —el omega hizo un puchero pesaroso pero luego sonrió—. Te veré más tarde, avísame cualquier cosa que pase con Hye, ¿bien? —el ojiverde asintió alegre—. Excelente, te amo —dejó un beso suave sobre sus labios y entró al ascensor cuando este se abrió, agitó su mano en despedida hasta que se cerró de nuevo.

El tiempo parece ralentizarse otra vez, estar lejos de Jimin parece una eternidad hasta que algunas dos horas después les han informado que todo ha ido bien; la cirugía transcurrió sin complicaciones y Shinhye podrá irse a casa al día siguiente, la emoción en Jungkook y los padres Park es mucha, supone que Jimin lo ha sentido también pero como lo prometido es deuda, caminó hacia el elevador para darle la noticia personalmente, en recepción de cuidados intensivos pide hablar con él y a los segundos el omega saltó de alegría por la confirmación, todo va marchando como debería y ahora solo queda esperar a que la recuperación sea adecuada, no pueden ser más felices.

✧✦✧

Por la noche al salir del hospital una vez que Jimin había besado la frente de su aún anestesiada hermana, tuvieron que salir a su propia casa para descansar no sin antes hacer una rápida parada, el edificio donde Jungkook y él vivieron se hacía presente al igual que una sensación desconocida en el estómago de ambos.

—Hay que entregar las llaves en recepción, cachorro —el rizado habló con voz un poco menos que feliz, tenía nostalgia en ella y Jimin lo sabía porque él también lo sentía, ambos tenían esa sensación de renuencia a la despedida.

—Supongo que hay que hacerlo —asintió—, ¿podemos ir una última vez?

—Claro que podemos —bajaron del auto y caminaron hacia la puerta, presionaron el botón del elevador y todo era diferente, se sentía la bruma de la última vez, iban a visitar su primer hogar por última ocasión antes de partir hacia el nuevo, hacia el que los vería crecer más como personas y familia.

Abrir la puerta fue tenso, la sala de estar se encontraba vacía, no había muebles y las paredes estaban limpias por falta de decoración, todo había sido mudado y ellos lo sabían, lo habían visto antes de marcharse por la mañana pero era muy diferente ahora que se despedían.

—Fue mi único departamento después de salir de casa de mis padres —el de cabellos rizados suspiró—, me encantó desde que entré por primera vez, fui muy feliz aquí y de verdad voy a extrañar estas paredes —giró su mirada hacia el omega—, fue nuestro primer nido y yo me sentí muy feliz de traerte aquí —rodeó sus hombros y lo atrajo a su pecho con amor—, fue el primer lugar que llamaste nuestro, cuando estabas en el hospital, lloraste porque querías venir aquí, dijiste que querías venir a nuestro hogar.

—No tenemos que venderlo, sabes que también me cuesta trabajo dejarlo —restregó su cara contra el pecho del mayor en un intento de reconfortarlo.

—Quiero venderlo, me di cuenta que aunque tú y yo tenemos una casa ahora, mi hogar eres tú, vaya a donde vaya, esté donde esté, tú siempre serás mi hogar, no unas paredes —un suave beso en la coronilla del menor fue suficiente para que éste lo mirara con sus profundos ojos azules llenos de lágrimas—. Tú y yo tenemos un hogar independientemente de todo, nosotros hacemos nuestro lugar seguro, sea cual sea, los recuerdos seguirán siendo igual de lindos y cálidos, la armonía seguirá existiendo porque seremos tú y yo quien lo habite.

—Eres muy inteligente, alfa —sonrió tímido—, eres el mejor alfa del mundo y estoy muy contento de que seas mi hogar.

—Yo también soy muy feliz porque tú eres mi hogar, bebé —reforzó el abrazo un poco y luego lo soltó—, ahora vamos a entregar esto a la recepción —elevó las llaves en su mano y continuó—, y luego a casa porque tengo un nido que hacerte.

—¡¿Voy a poder ver?! —la emoción era obvia y sus ojos azules destellaban alegría, Jungkook asintió—. ¡Genial! Rápido, rápido alfa, debemos llegar a casa —el apuro en la voz de Park sirvió de mucho porque estuvieron en la casa nueva demasiado rápido.

Aún habían algunas cajas pero Zico se había encargado de desempacar la mayoría de sus pertenencias, los muebles estaban en su sitio y la decoración en las paredes, eso ya se sentía como habitable, pero no iba a ser perfecto hasta que el nido estuviera listo, Jungkook tomó las mantas blancas que habían comprado con anterioridad, comenzó a decorar toda la habitación bajo el ojo clínico del omega.

Para Jimin es una experiencia emocionante ya que aunque su nido anterior le fascinaba, no había participado activamente en el proceso de su construcción, pero ahora estaba aportando su opinión cada que su alfa lo cuestionaba.

La emoción crecía y crecía al verlo casi listo, el dosel estaba terminado y la cama estaba mullida, Jimin estaba feliz pero Jungkook lo miró sonriente.

—Bueno cachorrito, ahora debes salir un momento —el omega frunció el ceño.

—Pero dijiste que podría ver —replica cruzándose de brazos y poniendo un lindo, tierno y sutil puchero sobre sus labios.

—Es que voy a poner una sorpresa, bebé —la sonrisa del omega reaparece, la palabra sorpresa nunca defrauda si se trata de Jimin.

—Bien, iré a hacer la cena —concluye ya que a decir verdad es demasiado tarde, la medianoche está cerca—, cenaremos cereal.

—¡Yummy! Todo lo que tú prepares es delicioso, cielo —escucha la risa del más pequeño y se siente satisfecho al verlo alejarse sin molestia, procede a colocar los últimos toques su aportación personal al nido que ha formado, el otro era perfecto, pero este es más que perfecto porque ahora sabe cómo hacerlo, su comunicación es mucho mejor con su alfa y además de todo, está poniendo un esfuerzo para dejar algo en el nido, algo que acompañe a Jimin durante el tiempo que él no esté.

La puerta fue abierta de nueva cuenta y ahí estaba él, el omega tenía los ojos muy abiertos, la luz estaba apagada pero no había oscuridad, las luces colgantes brillaban aparentando una lluvia de estrellas, el dosel colaboraba con ello, del techo colgaban acolchadas unas pequeñas nubes de algodón, acompañando a los colgantes de estrellas y lunas que Jungkook compró a escondidas del menor para mostrársela justo en este momento.

—Es... Es hermoso —los ojitos azules parpadearon incrédulos—, ¿de verdad es mío?

—¿A qué otro omega podría construirle un nido si no fueras tú, mi ángel? —su sonrisa de orgullo fue gigante, había complacido a su más grande tesoro, había hecho un buen nido para su omega, el lobo saltaba más que contento porque había triunfado en su misión, no se asemejaba en nada al lobo triste que Jungkook tenía hace tiempo en su pecho, estaba vivaz y feliz, moviendo la cola ante su nueva vida con un omega a un lado, con su omega a un lado.

—Lo amo, lo amo, lo amo —saltó a la cama y frotó su rostro contra las almohadas—, eres el mejor alfa del planeta ricitos, es el nido perfecto, es increíble, te amo tanto.

—Espero que te guste, mi bebé —sonrió de vuelta y estiró la mano para tomar la de Jimin—. ¿Puedo pasar? —Jimin asintió—. De nuevo te entrego un nido, mi amor —el omega suspiró y lo miró con amor, ese amor que nunca se apaga en sus ojos cuando de mirar a Jungkook se trata—. Te brindé un nido porque tú me brindaste un hogar, te brindé esperanza y seguridad de un futuro pero ahora además de todo eso, te brindo mi amor infinito, no hay final para esto que siento por ti, cachorro —besa sus manos dulcemente como hizo el día en que le entregó el primer nido—. Esto es una representación de la tranquilidad, seguridad y abrigo que espero transmitir a ti cada día por el resto de nuestra vida, tú me calmas con tan solo darme el placer de observarte, eres mi alma destinada, el amor de mi vida y seré feliz de darte los nidos que me pidas ángel mío —y así fue la entrega de su nuevo nido y su llegada a su nueva casa, una que verá muchos sucesos importantes de su vida juntos, una vida que estaba destinada a suceder y los hace tan felices.

✧✦✧

—¿Cómo vamos a festejar tu cumpleaños? —el omega saltaba emocionado en la cama mientras el preocupado alfa cuidaba que no se acercara mucho a la orilla, los días habían pasado y ahora era sábado en la noche—. Vas a estar viejo, Kook... ¡25 años! —se sentó de golpe y rió cuando rebotó un poco—. Yo digo que podríamos salir a cenar con la familia o podemos ir a un bar o...

—Mejor nos quedamos aquí tú y yo y pasamos todo el tiempo posible juntos —propone con una sonrisa que se volvió un poco triste—, me gustaría estar contigo a cada momento antes de irme.

—No me lo recuerdes —se tapa los oídos con ambas manos—, ese viaje no existe, tú no te irás, es solo nuestra imaginación —Jungkook se sentó en la cama y lo atrajo a su regazo—. ¿Verdad que no te irás?

—Amor...

—Lo sé, lo sé —entrelazó sus dedos en el cuello del mayor y se acomodó a horcajadas sobre sus piernas—, solo déjame creer eso mientras pueda, ¿si?

—Podría no viajar, aún puedo...

—No —negó saliendo del abrazo y mirándolo a los ojos—, irás, tienes que hacerlo —besó sus labios con rapidez—, pero cambiemos de tema porque lloraré... ¿Entonces qué quieres hacer mañana?

—Creo que sí podríamos cenar fuera —sonrió un poco tratando de disipar la tristeza—, en la mañana llamaré para reservar en algún restaurante, invitamos a mis padres y los tuyos, a los chicos y pasamos un buen rato.

—Suena muy lindo, será como tú quieras, alfa —besó su mejilla—, ¿de qué sabor quieres tu pastel?

—Podría ser de chocolate —propone con una sonrisa linda, los ojos de Jimin se iluminaron ante la mención de su delicioso dulce preferido—, con relleno de café —el castaño asintió efusivo—. Lo buscaremos por la mañana, ¿de acuerdo?

—Yo lo buscaré, tú te quedarás aquí porque es tu cumpleaños —sonrió y dejó un beso rápido en la frente del otro.

—Pero no puedes salir solo —negó y aferró sus manos a la cintura del ojiazul, sus dedos se clavaban posesivamente en la piel rellenita, totalmente suave—, tengo que ir contigo para cuidarte.

—Iré con Zico, lobito —sonríe ante la sobre protección del alfa, le gusta cuando es así de instintivo—, además aprovecharé para buscar tu regalo, ¿qué deseas? Será sorpresa, pero dame ideas.

—A ti, te deseo a ti —suelta sin problemas haciendo que el omega sonriera burlón pero los ojos del alfa le demostraban que hablaba de manera seria.

—Te lo pregunto enserio, bobo —niega riendo mientras el alfa olfatea su cuello—, tengo muchas opciones y quiero saber si alguna coincide con lo que tú quieras —coloca sus manitas sobre los hombros de Jungkook mientras este lo miraba desde abajo con la mirada brillante.

—Yo también hablo en serio, te quiero a ti —acunó el rostro del más bajo y besó sus labios para luego dirigirse a sus mejillas y su nariz, sus toques eran suaves aunque por dentro sentía como el calor se expandía por todo su ser, cada ocasión que compartía toques tan íntimos con su omega se siente similar, su mente tenía un toque de recato pero su cuerpo delataba el deseo que lo carcomía por poseer a su precioso chico.

—Pero a mi me tienes siempre que quieras, los obsequios de cumpleaños no —Jungkook sabe que Jimin tiene una fascinación especial por los obsequios, más bien por las sorpresas, y no es que el omega sea materialista es simplemente que le gustan asombrarse; por más mínimas que sean las cosas, eso le encanta de él, que sea tan espontáneo y simple. Jimin movió su cadera un poco ocasionando fricción con la entrepierna del mayor, el alfa suspiró pesadamente por la sensación.

—Pero yo te quiero a ti, no cosas materiales —Jimin rió de forma tierna—, ¿puedo tenerte, bebé? —sus manos sujetaron la cadera de Jimin para sentarlo nuevamente en su regazo y ejercer presión de manera fascinante contra su creciente erección—, faltan unos minutos y así no te preocupas por mi regalo —sonrió ladino ante sus propias palabras, sus manos se metieron en la camiseta de pijama que Jimin portaba para acariciar su espalda calentita con la punta de los dedos—. Anda, ¿si? —Jimin seguía riendo.

—No debes rogar, lobito —negó con voz suave—, soy tuyo cuando quieras —se impulsó un poco de los hombros contrarios para ponerse de rodillas y quedar aún más elevado, separado de Jungkook—. Me dirás qué es lo que quieres que haga para ti —los ojos del alfa se oscurecieron—, y aún así voy a comprarte algo —los hoyuelos aparecieron en las mejillas del mayor y tal vez toda esa noche y gran parte de la mañana se fueron en besos ardientes y toques apasionados, en nuevas maneras de satisfacerse y Jungkook disfrutando al máximo su primer cumpleaños al lado del amor de su vida.

Por la noche, cuando el cielo estaba lleno de luces naturales, se dirigieron al restaurante favorito del alfa, no demasiado elegante porque nunca se ha caracterizado por ello, ahí se encontraban reunidos todos los que quería, los Park, los Jeon y sus amigos, hubo algunas quejas de Shinhye dado que "la habían sacado de casa demasiado pronto luego de su cirugía" pero no replicó más cuando Yoongi le dijo que no había problema si su médico estaba sentado a la misma mesa que ella.

—Estoy tan enamorado de ti —Jungkook susurró al oído del omega que tenía rodeado por los hombros, todos se encontraban en charlas distintas así que ellos se sumergieron en su pequeño mundo de dos—, ésta luz te hace lucir tan bello, siempre lo eres pero, te ves hermoso y te amo tanto —deslizó sus labios a la mejilla regordeta y dejó un beso sincero, Jimin se giró para verlo directamente, deslumbrándolo con sus ojos brillantes.

—También estoy locamente enamorado de ti, ricitos —sus pómulos sobresalían y la forma en que tenía peinado el cabello era adorable, hacia un lado cubriendo parte de su frente, Jungkook se lo ordenó de nuevo, deslizando su dedo por ahí, ambos tenían esa mirada única, como si nadie más supiera de lo que hablan.

—La forma en que resalta el azul de tus ojos, como el mar de Tenerife —Jimin achicó sus ojos en un gesto alegre y sus mejillas se sonrojaron por los cumplidos que recibió—, me olvido de todo y todos cuando respiras, eres lo único que me importa porque estoy tan, tan, tan enamorado de ti, ángel —parpadeó una vez—, quiero que seas lo último que vea en mi vida porque eres todo lo que necesitaré para ser feliz.

—Feliz cumpleaños, mi amor —acunó el rostro ajeno con sus pequeñas manos para depositar repetidos besos sobre sus labios—, tendremos muchos más como este y seré muy feliz de poder felicitarte en todos.

La canción de cumpleaños fue coreada por todos en la mesa, cuando los meseros se acercaron con un pastel, Jungkook veía todo con ojos brillantes, su vida había dado un giro muy drástico, su cumpleaños pasado tuvo una reunión similar pero solo con sus padres y ahora la mesa estaba mucho más llena, recibió regalos y felicitaciones, el pastel estuvo delicioso y veía a su chico favorito degustarlo con placer, comió al menos dos trozos y el rizado no podía estar más feliz por ello, sabe que su pequeño disfruta de los dulces.

Pronto la cena terminó y todos debían ir a sus casas, Jungkook aprovechó para despedirse de todos pues saldría al día siguiente junto con su padre, no vería a esas personas por un tiempo y no se había hecho a la idea, un nudo en su garganta se formó al recordarlo, tendría que dejar a Jimin por un temporada muy larga, o al menos eso le parece, un mes sin su omega será interminable para su alfa pero sabe que lo logrará, ambos son tan fuertes como su amor.

✧✦✧

Ambos caminaban tomados de la mano, un agarre tan fuerte que parecería que destroza cada hueso de sus manos, el vuelo de Jungkook y Hyungwon estaba por salir y el triste momento de la despedida había llegado, los ojos azules del omega estaban desolados, nublados cual cielo lluvioso mientras la mirada de Jungkook se encontraba en el suelo, tratando de decir algo que lo apaciguara, pero no había forma, él también estaba abatido.

—¿Prometes llamarme cada noche? —pidió el omega, la voz estaba rota y las lágrimas bajaban cuál cascada por sus mejillas rojitas.

—Lo haré, sabes que lo haré —Jeon rodeó al menor por la cintura apegándose a él, tratando de fusionar sus cuerpos para no tener que separarse—, si un día nuestros horarios son distintos me mantendré despierto hasta que hablemos, sabes que no podré dormir si no es así.

—No quiero que te vayas, Kook —con sus manitas apretó el abrigo del mayor—, me vas a hacer mucha falta, siento como si no fuera a verte de nuevo y duele de tan solo imaginarlo.

—¡Hey, no! —se separó del abrazo para acunar su rostro, ambos lloraban—. Voy a volver, siempre voy a volver a ti, pequeño —besó sus mejillas y trató de calmarse así mismo para poder calmar al otro—. Mi alma y tu alma están atadas, no hay forma alguna de que escapemos del otro, así esté del otro lado del mundo, mi corazón sigue estando contigo a cada momento, ¿de acuerdo? —el castaño asintió lento y su labio inferior sobresalió, señal de que intentaba no romperse a llorar de nuevo—. Estoy a una llamada de distancia, será solo un mes y volveré para abrazarte durante un año seguido, vas a hartarte de mi, amor —Jimin rió un poco—, lo prometo.

—Te amo, Kook —se paró de puntas para abrazar al mayor por el cuello y besar su mejilla muchas veces—, voy a extrañarte demasiado pero esto es muy importante, volverás para ser el mejor director de la empresa, todos van a olvidar a Hyungwon —dijo aún con lágrimas pero alzó la voz para que su suegro, que estaba a unos metros de distancia, lo escuchara.

—¡Oye! —regañó el alfa mayor aunque sabía que se trataba de una farsa.

—¡Es broma! —el menor sonrió más en serio y limpió las lágrimas de sus mejillas—. Ahora váyanse, no quiero ser el causante de su retraso —Jungkook lo estrechó de nuevo, era casi imposible alejarse sabiendo que en un raro, serán kilómetros los que los separarán—. Tienes que traerme un canguro de felpa —Jungkook sonrió, el primer lugar al que irían será Australia y el omega fue muy claro al decir que quiere un canguro de ahí—, y un recuerdo de todos los lugares a los que vayas.

—Mejor te llevaré a todos ellos cuando salgas de vacaciones —ofrece.

—Eres demasiado modesto, lobito —se burló el omega y recibió el beso fuerte que Jungkook dejó sobre sus labios, no había movimiento, eran solo sus labios apretados contra los contrarios, tratando de que se quedaran grabados durante cada día alejados para no sentir la distancia, quería guardar en su memoria ese toque que lo hacía sentir tantas cosas.

—Te voy a extrañar cada minuto —lo tomó por el rostro y lo miró a los ojos con sinceridad—, nunca, jamás en esta vida me imaginé sentir algo así por alguien, estoy perdido por ti, pero soy tan afortunado de tenerte, nunca te olvides de mi aunque yo no esté contigo, me voy, pero nunca te olvides de lo mucho que te amo, aunque no me veas, aunque mis ojos no puedan mostrarte que soy sincero por la distancia, mi amor es tuyo solamente y será así hasta que mi corazón deje de latir, bebé.

—Te lo prometo, ricitos —acarició la mejilla del más alto y ambos se separaron con tranquilidad en la mirada, sabían que volverían a verse, nada iba a salir mal, iban a volver a su hogar y todo iba a estar bien. Jungkook estaba alejándose por el pasillo, miró hacia atrás, Jimin le despedía con la mano, la gente pasaba tras de él pero su mirada azul seguía puesta en él, sus ojos se encontraron y Jungkook regresó corriendo para sostenerlo de nuevo entre sus brazos—. Estaremos bien, Kook.

—Estaremos bien, omega —otro beso fue dado con intensidad y esperanza ante las promesas de algo que tal vez no podían asegurar; a veces la vida nos juega malas pasadas y es probable que Jungkook y Jimin tengan que enfrentarse a eso al alejarse.

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