Extra: pequeño tú...
—Tengo que ir a comprar mantas y almohadas —habló Jungkook con tono preocupado; estaban desayunando en el comedor de su casa, uno al lado del otro, Tiza correteaba al lado de ellos, ha pasado poco menos de un mes desde su boda y no podrían ser más felices.
Bueno, el lobo de Jungkook cree que sí podrían, que tiene que acomodar el nido de manera diferente y hacerlo más seguro, él no lo entiende, pero tiene que obedecerlo. Las últimas semanas se ha dedicado a hacerlo, por fin se reconcilió por completo con ese lado suyo, no lo sigue ciegamente, pero busca un equilibrio entre lo instintivo y lo racional que no siempre vio.
Incluso, a veces es su lobo quien le dice que no confíe en sus instintos animales, aún sigue tratando de entender bien todas esas cosas, pero comprende que no puede adaptarse a todo ese mundo de la noche a la mañana.
—¿Para qué? —cuestionó confundido el omega. Frunció el ceño y metió un bocado a su boca.
—El nido —dijo mientras repasaba en su mente la lista de cosas que necesita—, tengo que mejorarlo.
—Está perfecto, alfa —negó con una sonrisa—, es perfecto siempre —tomó la mano del rizado sobre la mesa y dejó un beso en su mejilla.
—No, necesita más suavidad, tiene que ser más cómodo —explicó.
—Si tú lo dices —se encogió de hombros, resignado a que Jungkook está haciendo lo que siente que tiene que hacer—. ¿Puedo ir contigo a la tienda?
—Por supuesto, bebé —aceptó como siempre haría con las peticiones de su esposo.
—Gracias, lobito —sonrió y ¡Dios! Su pecho se inundó de felicidad; ha sido feliz todos los días desde que se casó con él, pero cuando sonríe es una cosa mágica; Jimin sonríe e ilumina su mundo, su alfa se siente derretir, algo en su pecho cambia para bien, es como ver estrellas.
—No puedo creer lo mucho que te amo —sujetó su mejilla y picoteó sus labios haciéndolo reír.
—¡Basta, alfa! —Jungkook no lo soltaba, pero él tampoco estaba intentándolo demasiado.
—Cásate conmigo de nuevo —el omega soltó una carcajada por las peticiones del mayor—, quiero que tengamos una boda cada semana.
—Eres tan bobo —tomó las manos de Jungkook entre las suyas cuando lo soltó.
—Es que quiero decirles a todos que te amo, quiero presumírselos cada semana —sus ojos verdes deslumbraban; brillantes y alegres contagiando a los del menor.
—Quizás sea buena idea, así podría presumirte yo también.
—¿Lo ves? —abrazó al chico—, siempre tengo las mejores ideas —trató de sonar arrogante pero solo hizo reír al ojiazul.
—Conmigo no te funciona tu arrogancia, alfa.
—Lo sé —solo lo apretó más entre sus brazos y Jimin sonrió; Jungkook no ha cambiado ni un poco en esas semanas, al contrario, se hizo más cariñoso y mucho más apegado a su omega. Yoongi y Taehyung lo llaman "cursi" y tal vez lo sea, pero con el resto de la gente se ha modificado un poco su forma de ser. Es cariñoso con sus familiares, por supuesto, pero su arrogancia ha crecido bastante y a causa de su equilibrio con su lobo, a veces es un tanto gruñón o malhumorado, pero en el fondo sigue siendo ese mismo alfa alegre y fiestero de siempre, ese chico que aparentaba ser una beta y el mundo amaba.
Para Jungkook, ahora el mundo es su esposo, y mientras Jimin lo ame, él puede ser de la forma que quiera... todo está bien para él.
✧✦✧
Jimin estaba sentado con la espalda recargada contra la cabecera de la cama, leía un libro con sus anteojos puestos mientras Jungkook permanecía acostado, abrazándolo por la cintura y recargando la cabeza en su estómago, el omega acariciaba sus rizos descuidadamente sin despegar la vista de su lectura.
Habían ido a comprar las cosas necesarias para las mejoras a su nido, recorrieron muchas tiendas hasta que Jungkook estuvo completamente satisfecho con las compras. El día se les pasó en eso y no les quedó de otra, más que cenar, ducharse y dirigirse a la cama.
—Hueles diferente —mencionó el mayor, acariciando su cadera con una mano.
—Cambié de shampoo, tal vez es eso —dijo sin prestar mucha atención y cambiando la hoja de su libro, el alfa solo hizo una mueca de confusión, ya había percibido el cambio de olor en su cabello, pero esto era diferente; la vainilla y el café tenían un ligero toque de manzanilla, era extraño, pero parecía combinar bien con su fragancia, pero tal vez solo era su nariz o tal vez era ese anhelo que ha tenido desde hace meses que lo está haciendo alucinar.
Sigue queriendo un bebé, pero sabe que aún no es tiempo; aún faltan algunos meses para que Jimin deje de tomar anticonceptivos como indicó el doctor Moon. Muy en el fondo sabe que sus nuevas ideas para el nido son por ello; su alfa preparándose para la llegada de un cachorrito, desea que los meses pasen volando ya.
—¿Es de manzanilla? —cuestionó adormeciéndose con la fragancia, su mejilla se frotaba contra el vientre del menor; es tan delicioso estar así de cerca de su chico, adora la cercanía que puede tener con él a todo momento; a veces se siente mal por ser tan empalagoso, pero su esposo se asegura de recordarle que está perfectamente bien ser así. Jimin es lo mejor que tiene en la vida, es el hombre de su vida y no podría estar más agradecido de haberlo encontrado.
—No, es de uva —vio que el alfa está quedándose dormido así que dejó su libro a un lado al igual que sus anteojos—. Vamos a dormir, ricitos —lo movió un poco para que le permitiera acomodarse adecuadamente pero el mayor solo apretó más el abrazo haciéndolo reír—. Yo también quiero dormir, alfa bobo.
—Es que hueles tan bien —pegó su nariz el estómago del ojiazul—, la manzanilla complementa bien tu aroma.
—Te dije que es de uva, te voy a regalar una botella si tanto te gusta —bromeó removiéndose, el mayor lo liberó y por fin pudo acomodarse a su lado, aunque no pasó demasiado tiempo cuando Jungkook ya lo tenía preso de nueva cuenta, su pecho pegado a su espalda mientras lo rodeaba por la cintura, sus manos acariciaban su pancita con suavidad.
—No me gusta la uva, me gusta tu olor —negó, metiendo su rostro en el cuello del chico para aspirar su olor; como un adicto acude a la droga en épocas de abstinencia; segundos sin Jimin son una eternidad para él.
—Pues es lo único que ha cambiado así que si, si te gusta la uva —habló burlón, cerrando los ojos y abordándose a la posición; demasiado cómodo.
—No voy a ganarte, bebé —se rindió—. Descansa, te amo
—Y yo a ti —el omega se adormeció al igual que el alfa, las caricias en su vientre lo hacían aún más sencillo, ambos cayeron dormidos por completo, abrazados y juntos, como siempre debió ser.
✧✦✧
Aún no saben qué hora de la madrugada es, pero ambos están en el baño de la habitación mientras el omega vacía su estómago en el inodoro y el alfa le acaricia la espalda para tratar de consolarlo.
Irremediablemente el alfa está preocupado, la última vez que vio a Jimin vomitar, como de verdad y a tal grado, fue cuando casi lo pierde y su lobo no quiere pasar por eso de nuevo, no puede retirar de su mente la horrible sensación de terror que tuvo hace unos momentos cuando Jimin salió corriendo de la cama; se puso en alerta de inmediato y no deja de repetir todas las malas imágenes en su cabeza. Jimin vomitando, Jimin vomitando sangre, gritando de dolor y al borde de la muerte.
Tiene que llevarlo al médico.
—Vamos al hospital —sentenció el alfa cuando el menor está enjuagándose la boca, las manos de Jungkook están en los hombros de su esposo y ambos se veían a los ojos a través del espejo del baño, el verde desbordaba la angustia que estaba experimentando.
—Estoy bien —negó—, solo volvamos a la cama, ¿sí? —el mayor se mostró muy poco convencido y negó—. Te lo prometo, seguramente solo me cayó mal la cena —estiró al alfa hacia la cama, pero este plantó los pies en el piso impidiéndole caminar.
—Lo siento, bebé —se dirigió al armario para sacar algún abrigo para Jimin—, pero no estoy cuestionándote —comenzó a colocarle el suéter.
—Estoy bien —Jimin se sacó la manga de la prenda—, no iremos a ningún lado, son las... —buscó su celular y vio la hora—, 2:40 de la mañana, Kook.
—No me interesa —tomó su brazo y le ingresó de nuevo la manga a la par que lo empujaba ligeramente fuera de la habitación.
—Kook, basta... —zafó su brazo del agarre que honestamente no era fuerte, Jungkook siempre es tan delicado—. ¡Estoy bien! —dice un poco molesto por la paranoia del mayor.
—Lo mismo decías el año pasado y casi te pierdo —su voz se cortó—, no me importa si tengo que llevarte a la fuerza, no voy a caer en el mismo error que antes, no puedo perderte —sus ojos estaban llenos de lágrimas—, hazme caso por favor, bebé —suplicó y al omega no le quedó más que rendirse. Un suspiro y un asentimiento fue todo lo que Jungkook necesitaba para estirarlo de nuevo hacia la camioneta, su corazón latía muy rápido y aunque él veía a Jimin en buen estado y no sentía ningún malestar a través del lazo, no podía arriesgarse, Jimin estuvo "bien" por mucho tiempo antes de casi morir.
—Alfa te juro que estoy bien, solo fue malestar nocturno —explicó mientras se detuvieron en un semáforo, el alfa lo vio con muy poca seguridad en sus palabras—. Sabes que no pasa nada, lo sientes —molesto por la falta de confianza—, solo perderemos el tiempo, mañana debes ir la oficina temprano —Jungkook ha estado yendo con su padre una que otra vez para acostumbrarse al trabajo, cada vez tarda más en la oficina y cada vez va con más frecuencia para adaptarse mejor, le ha estado yendo bastante bien. Jimin por su lado se ha adaptado muy bien a su nueva área; urgencias es mucho más activa que cuidados intensivos, además ve a sus amigos con mucha más frecuencia, trabajar con ellos directamente hace que las cosas fluyan mejor para él y sus pacientes, son muy buen equipo.
—Mi lobo sabe que estás bien, pero puede equivocarse —dice con la mirada puesta al frente—, perdón si estás molesto, pero no quiero que te pase nada, no interesa que estemos aquí toda la noche, saber que no hay nada mal será la recompensa.
—Pasó casi un año de que dejaste a tu alfa sin las pastillas, Kook —inicia—. Tienes que confiar en él, sé que lo haces, pero luego pasan cosas pequeñas y tú simplemente lo ignoras.
—Él es quien dice que no confíe.
—¿Qué? —preguntó confundido.
—Cuando se trata de ti, de tu salud o tu felicidad nunca puedo estar seguro al cien por ciento —no sabe porqué es así, por más que se esfuerce en confiar en su lobo, es ese mismo instinto el que le dice que no debe; es tan confuso pero no va a dejar las cosas a la ligera—. No, porque eres tú de quien se trata, mi lobo dice que no puedo confiar porque siempre debo buscar lo correcto para ti y tal vez se esté equivocando, debo estar seguro, mi instinto dice que me asegure siempre que se trate de ti.
—Alfa...
—Sé que es tonto, pero es verdad, mi lobo dice que no puedo confiar en su instinto, es mi culpa yo lo adormecí, pero tengo que asegurarme y eso es lo que estoy haciendo ahora —entró al estacionamiento del hospital y estacionó la camioneta. Ambos bajaron del vehículo en silencio, el alfa entrelazó sus dedos con el omega y se dirigieron a la sala de urgencias.
—Yo confío en ti, nunca fallas —dice luego de un rato—. Confía en ti mismo como yo lo hago, mi amor —el castaño dejó un beso en sus labios, pero no se sentía del todo seguro.
—Te prometo que lo intentaré, pero déjame asegurarme de que no hay nada malo, ¿sí? —pide con ojos brillosos por el temor.
—Está bien —aceptó para después entrar juntos al lugar, el omega tenía que disculparse con todos por el exceso de preocupación que su alfa mostraba y sonreía cuando le restaban importancia al asunto diciéndole que no era el primer alfa puro paranoico por un malestar de su pareja.
—Bien, voy a tener que sacarte una muestra de sangre para analizarla —anunció Yeosang, el amigo enfermero de Jimin. Había pasado un rato, llenaron los formularios para ser atendidos y recibieron un lugar, el omega estaba sentado en una camilla, con las cortinas corredizas que servían de pared cubriéndolos del exterior.
—No lo lastimes —advierte el alfa ojiverde que estaba sentado al lado del paciente, el rubio solo sonrió y negó con la cabeza, amarró un torniquete por encima del codo de Jimin y observó detalladamente para encajar la aguja en su piel, la sangre pronto comenzó a gotear y un frasquito estaba listo; retiró el torniquete y puso una torunda de algodón en su piel para después retirar la aguja—. Sabes qué hacer —sonrió.
—Dejar el brazo doblado por un rato y esperar aquí hasta que el resultado esté listo —dijo Jimin con diversión.
—Si, el doctor Hwang está de guardia y no hay nadie más en la sala así que será en más o menos dos o tres horas —sonrió amable y se fue del lugar dejándolos solos.
—Jim, tengo miedo —dice el alfa con tono bajo—, tal vez no debería decirlo porque debo ser yo quien te apoye, pero necesito que me des la mano para estar tranquilo —el omega sonrió amplio y entrelazó sus dedos con los del mayor.
—Nos apoyamos los dos, nos hacemos fuertes —besó el dorso de la mano ajena y continuó—, pero no debes preocuparte, todo saldrá bien.
—Te están haciendo muchos estudios, eso no puede ser bueno, quiero que lo sea, pero es terrorífico —movió su pierna de arriba abajo repetida y rápidamente.
—Hacemos eso a cada paciente que llega aquí, es totalmente normal, alfa —tranquilizó con tono divertido—, verás que todo será normal y tendrás que comprarme un vaso del chocolate que me gusta como compensación de mis horas de sueño perdidas —bostezó—, tengo muchas ganas de un vaso de ese delicioso chocolate —lamió sus labios porque su boca se estaba habiendo agua.
—Lamento tenerte aquí a estas horas, amor —sabe que tal vez su temor es irracional, pero las posibilidades de que no lo sea no son nulas así que no va a retractarse—, voy a comprarte todo el chocolate que quieras, ahora duerme mientras están tus resultados —comenzó a acariciar su cabello con lentitud para adormecerlo, aunque no hace mucha falta, el omega ya está cansado por sí mismo.
—No, me quedaré despierto contigo —negó con los ojos cerrados.
—Nada de eso, bebé —siguió acariciando su flequillo—, yo te cuido, tú descansa —besó su coronilla con amor y el menor simplemente cedió ante Morfeo cayendo dormido de inmediato.
Jungkook no puede dejar de pensar en lo peor, trata de calmarse y de no entrar en pánico para que Jimin no lo sienta, pero no puede evitar que los recuerdos ataquen su mente, ver a su omega en una camilla lo pone mal, no puede olvidar el terror que vivió cuando lo sintió perdido, la angustia que tuvo cuando no tenía asegurado un futuro, no puede vivir sin Jimin y eso lo tiene claro, sabe que solo vomitó y que puede no ser nada grave pero no pueden culparlo por preocuparse, antes tampoco era nada malo y de un minuto a otro el amor de su vida se debatía entre la vida y la muerte, probablemente puedan tacharlo de ridículo pero prefiere eso a perder a la persona que más ama.
Se plantea la opción del embarazo, por supuesto que lo hace; su lobo está moviendo la cola entusiasmado por la remota idea, pero también le dice que no confíe, que aún no es tiempo. Las horas se le fueron más rápido de lo que creía entre sus cavilaciones y pronto un médico pelirrojo estaba corriendo la cortina para saludarle.
—Buenas noches —saludó con una sonrisa.
—Buenas noches, doctor —devolvió el saludo poniéndose de pie para estrechar su mano con el médico—, déjeme despertarlo —avisó para inclinarse hacia Jimin y sacudirlo levemente por el hombro, usualmente se negaría a despertarlo pero no se cree capaz de escuchar lo que sea que el chico tenga, necesita a su esposo estrechando su mano—. Ángel, el médico está aquí, despierta —lo agitó suavemente, el omega se talló los ojitos con somnolencia—. ¡Hola, bebé! —saludó con una sonrisa de ternura—, el médico llegó.
—Buenas noches, doctor —saludó con la voz raposa sentándose en la cama mientras Jungkook cuidaba todos sus movimientos para evitar que cayera o se lastimara de alguna forma.
—Hola, Jimin —correspondió—, ¿qué es lo que te trae por aquí? —cuestionó para comenzar con su exploración.
—Hace un rato tuve náuseas y vómito —explicó—, no lo considero importante, pero Jungkook si así que... —se encogió de hombros haciendo reír al doctor.
—Él tuvo una cirugía y estuvo muy grave por malestares estomacales —se excusó el mayor—, tuvo apendicitis y una úlcera, dígame que está bien, por favor —sus ojos se mostraban preocupados y con un poco de humedad mientras tanteaba la cama para encontrar la mano de Jimin, cuando por fin pudo sujetarla se sintió de vuelta en el piso; se sentía seguro y anclado para no ponerse a llorar, se siente un alfa inútil por ser tan sensible pero Jimin le ha dicho que eso no tiene nada de malo así que lo deja pasar.
—Despreocúpate, todo es perfectamente normal —el médico sonrió hacia ellos.
—¡Cómo va a ser normal? ¡Vomitó! —exclamó con algo de molestia—. Hágale más estudios, verifique que sean correctos.
—Los vómitos y náuseas son síntomas normales en el embarazo, descuida —dijo sin contemplaciones ni pausas, el agarre que Jungkook y Jimin mantenían se hizo más fuerte.
—¡¿En el qué?! —preguntaron los dos a la vez y el médico hizo una mueca de disculpa, Jungkook medio sonrió al darse cuenta de que era verdad.
—Dios... no lo sabían —entendió la situación y su rostro mostró la culpa que sintió; sus mejillas rojas y sonrisa incómoda—. Lamento decírselos así, pero... ¡Felicidades!
—¿Estoy embarazado? —cuestionó el omega, sus ojos brillaban ilusionados y su mano apretaba aún más fuerte la mano de su alfa.
Está embarazado... ¡está embarazado!
Ahora se siente estúpido por no notarlo antes, pero el médico le había dicho otras cosas, no sabe qué es lo que pasó, pero la felicidad es tanta que quiere salir corriendo y saltar por todos lados, aunque sabe que Jungkook no lo dejará.
—Así es —Hwang asintió con una sonrisa más regular en el rostro.
—Pero el médico había dicho que tardaría al menos seis meses, aún estoy con anticonceptivos —cuestionó.
—Eso tendrás que preguntárselo a él, aunque sí es bastante extraño —asintió dudoso—, pero me alegra haberles traído solo buenas noticias, iré a hacer el papeleo para tu alta, con permiso y nuevamente muchas felicidades —agitó su mano en despedida y salió de la habitación improvisada, cerrando la cortina de nueva cuenta.
—Kook... —llamó para atraer su atención, pero no fue necesario, en cuanto la última letra salió de sus labios tenía al nombrado acunando su rostro y besándolo repetidas veces por todos lados, el aroma a tabaco y petricor esparciéndose por su cuerpo, repleto de alegría.
—Estás bien —lo abrazó fuertemente, liberó un suspiro de tranquilidad y lo apretó contra su pecho, Jimin estaba bien y estaba embarazado—, no sé qué hubiera sido de mi si algo malo te pasa —su voz era ahogada por el nudo que tenía en la garganta, estaba por ponerse a llorar por el alivio cuando lo recordó, Jimin está embarazado y lo está apretando con fuerza—. ¡Estás embarazado! —lo soltó y se alejó unos pasos con ojos aterrados viendo su estómago plano, como si tan solo estar cerca de él pudiese lastimarlo, imaginándose cuando pasen los meses y ahí dentro esté su cachorro—. V-Vamos a ser papás... —las lágrimas bañaron sus mejillas, la sonrisa partió su rostro y Jimin se contagió por ello.
—¡Vamos a ser papás, alfa! —Jungkook regresó a sus brazos para sujetarlo—. Tendremos un hijo, Kook —de nuevo lo besó, repartía pequeños besos por toda su cara, las risas del omega invadían cada parte de la sala.
—Un cachorrito, con tus preciosos ojos, bebé —los caminos húmedos seguían ensanchándose por las nuevas lágrimas—, alguien con un poco de ti y un poco de mi —señaló los hechos incrédulo, un año casi había pasado de su nuevo despertar, un año apenas con Jimin que se le fue rapidísimo, un año y estaba enlazado a él, comprometidos y con un cachorro en camino—. Gracias —lo abrazó tan fuerte y tan cerca, quería pegarlo a su cuerpo para tratar de que sintiera lo que inundaba a su ser, quería que Jimin sintiera en carne propia todo el agradecimiento que su lobo sentía, ese omega le había traído a la vida, había hecho que fuera escuchado y lo amaba tanto por eso y por un millón de razones más.
—No tienes nada que agradecer —su barbilla estaba recargada en el hombro del mayor mientras este lo rodeaba por el torso.
—Claro que sí, tengo todo que agradecerte, mi cielo —un nudo se formó en su garganta otra vez—. Avanzamos tanto y tan rápido que siento que fue ayer cuando llegaste a mi vida —se separó y lo tomó por las mejillas—, me has dado tanta felicidad y no lo digo solo por esto, te lo dije desde antes, los cachorros son solo un aditivo a lo que tú y yo ya somos —besó sus labios—, te convertiste en la persona más importante de mi mundo y me haces tan feliz con tan solo sonreír, no sé cómo agradecerte por eso, eres mi vida y siento que no hay palabra que pueda describir lo que siento por ti —atrajo la silla de nuevo para sentarse y recargar la cabeza en los muslos del omega—. El amor es demasiado poco para lo que yo siento por ti, ángel.
—Eso mismo siento yo, Kook —acarició sus rizos mientras Jungkook pegó su mejilla a su vientre—, soy tan feliz y me siento tan dichoso de poder ser madre de tu cachorro —Jungkook dejó un beso en su pancita imperceptible, encima del abrigo—. Eres el mejor alfa de este planeta, mi precioso alfa durmiente.
—Y tú eres el príncipe que me salvó del sueño, bebé —lo rodeó por la cintura aún con su cabeza recargada—. Nuestro pequeño no necesitará un cuento para dormir porque tiene nuestra historia —el ojiazul soltó una risa—. ¿Escuchaste eso, pequeñito?... Yo creo que no —le habló al estómago de Jimin—, seguramente eres tan pequeño que aún no puedes llamarte niño o niña, pero eso que escuchaste es la risa de tu mami, es la melodía más bonita que vas a oír, mi cielo —Jimin estaba derritiéndose de ternura—, te amo mucho, voy a cuidarte toda la vida, a ti y tu mamá, los voy a proteger siempre —era un juramento consigo mismo, iba a cuidar a las dos luces de su vida con cada parte de su ser. Disfrutó unos minutos más de las caricias que Jimin repartía en su cuero cabelludo, pero se levantó antes de quedarse dormido—. Voy a ir por tu alta, mi amor —dejó un beso en los labios del otro—, y haré una cita con el doctor Moon y con el ginecólogo y con... —contaba con sus dedos y hablaba rápidamente.
—Kook sabes que puedo sacarlas mañana, ¿no? —rió ante el apuro del mayor.
—Mientras más pronto mejor —sonrió—, quiero que todo esté controlado, voy a cuidarte, es un juramento, Jim —advirtió—, voy a cuidarte y para eso necesito que cada médico necesario te revise lo antes posible —Jimin suspiró, iba a replicar, pero sabe que es caso perdido, si Jungkook es sobreprotector normalmente ahora lo sería al doble, pero no le molesta, le agrada el calorcito en su pecho al sentirse protegido, su omega no podría estar más contento.
—Pero tengo sueño, quiero irme ya —hizo un puchero que el mayor besó.
—Bueno... —se rindió de inmediato ante la imagen tierna de su alma gemela—, solo pediré tu alta para que puedas descansar —acarició su mejilla y de nuevo besó sus labios—. Ya vuelvo —salió del espacio y Jimin por fin pudo perderse en sus pensamientos.
Se recostó en la camilla y elevó un poco el abrigo observando su vientre plano y suave, una de sus manitas se dirigió ahí, sobre el ombligo y acarició delicadamente —Papi va a cuidarnos mucho, cachorro —sonrió en grande y las lágrimas se agruparon en sus ojos al pensar en todo lo que viene, es real, será madre, él y Jungkook serán padres y su hijo o hija será tan amado—. Trataremos de que seas la personita más feliz de este mundo, te amamos y esperamos verte muy pronto, amor.
No puede esperar a que los meses pasen para ver a un pequeño que mezcle perfectamente la alegría y el amor que siente por el amor de su vida.
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