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Discúlpate.

Jungkook estaba feliz, mirando al pequeño omega durmiendo a su lado, se veía tan tranquilo y en paz, se perdió observando sus finas pestañas caer sobre sus pómulos algo amoratados por las ojeras y acariciando esa preciosa nariz suya, no sabe cómo es posible que exista un ser tan lindo como Park Jimin.

Aún es de madrugada, lo sabe porque el cielo está oscuro a través de la cortina, en el hospital lo despertaban temprano para la toma de signos y aún no se acostumbra a poder despertar cuando quiera, pero agradece eso porque ahora puede levantarse, ducharse y preparar el desayuno para Jimin, llevarlo a la escuela a tiempo y asistir por primera vez en mucho tiempo a la empresa.

Deja un beso en la frente del ojiazul y se levanta cuidadoso de no mover demasiado la cama, se dirige rápidamente al baño, en menos de 15 minutos ya está arreglado con su pulcra camisa blanca y pantalones negros, siempre ha sido alguien organizado así que se apresura a asear el cuarto de baño y deja su ropa sucia en su sitio correspondiente.

Camina hacia la cocina para comenzar, hará unos panqueques para el chico mientras que para él preparara el asqueroso licuado que tiene que consumir, se aproxima a las gavetas y consigue los ingredientes necesarios, lava sus manos con cautela y comienza el proceso.

Estaba vaciando la mezcla de panqueques en el sartén cuando escuchó la puerta ser cerrada en el piso de arriba, así que terminó su tarea y se asomó al pasillo para ver a un adormilado y tierno Jimin caminar directo a él mientras se tallaba su ojo con la mano hecha puño.

—¡Buen día, cachorro! —saluda el alfa con entusiasmo.

—Buen día —dice para después dar un bostezo que hace reír al mayor.

—Te preparé panques, en un momento te los sirvo —dejó un beso en su mejilla y volvió al sartén.

—Gracias —sonríe—. ¿Puedo ducharme? —tenía los ojos cerrados y su voz era más baja con cada palabra como si estuviera a punto de dormirse de nuevo.

—Claro, bonito —sonríe al verlo, se acerca y le aprieta la nariz suavemente haciéndolo refunfuñar—. El baño es esa puerta de ahí —señala a la distancia.

—Okay —asiente el castaño con los ojos aún cerrados y se encamina hacia el sitio, toma la ducha, se viste con el uniforme que debe llevar al Instituto por mera formalidad, una camisa de botones blanca con el escudo de la escuela bordado de lado izquierdo de su pecho, unos pantalones azul marino y una corbata del mismo color.

Está mucho más despierto y animado para cuando se reúne con Jungkook en la cocina, éste habla por teléfono así que solo le regala una sonrisa que hace que sus ojitos se achiquen al igual que el corazón del alfa, éste último de mera ternura, Jimin toma asiento en la isla y comienza por ponerle miel a sus panqueques.

—Si mamá, estoy bien —habla el ojiverde acercándose al menor, colocó su teléfono entre su oído y el hombro y desamarró la corbata del omega.

—¡Oye! —reclama en un susurro, pero guarda silencio al ver que el mayor está amarrándola de nuevo, se encoge de hombros despreocupado y corta el pedazo de panqué para después llevarlo a su boca mientras esquiva las manos del alfa que estorban su camino.

—Iré un rato a la empresa para ver como va todo —dice mientras mueve sus manos para anudar la corbata y esquivar la cuchara que Jimin trataba de llevar a su boca—. Ajá, te prometo que tendré cuidado, igual yo no manejaré —juraba a la bocina de su móvil mientras apretaba la prenda al cuello del menor sin ajustarla demasiado.

Seguía escuchando lo que su madre hablaba mientras acomodaba las mangas de la camisa blanca de Jimin, alisaba los bordes con delicadeza.

—Si, te aseguro que todo estará bien —sonríe hacia el ojiazul mientras le limpia un poco de miel que ha caído por su barbilla.

—Mándale saludos de mi parte —dice alegre y en voz baja.

—Jim te manda saludos, mamá —acomoda el flequillo que cae por la frente del omega y besa su mejilla—. Dice que espera que tengas un buen día —sonríe complacido ante la imagen que Jimin contento le brinda—. Bien, te quiero, te veo en la noche, adiós —y cuelga la llamada.

—¿Me veo bien? —el omega posa una mano en su propia nuca y la otra en su cintura para modelar exageradamente mientras pestañea rápidamente.

—Te vez perfecto, siempre te ves precioso y perfecto —dice Jungkook sacándole una sonrisa y un sonrojo al menor—. ¿Yo qué tal? —cuestiona imitando al menor y dándose una vuelta moviendo sus caderas dramáticamente.

—Te ves guapísimo —suelta una carcajada—. Ya termine de comer, ¿podemos irnos? —lo mira expectante mientras el mayor analiza su plato de comida para verificar que se acabó los alimentos.

—Claro —el alfa toma la mochila del menor y comienzan a caminar hacia la puerta, bajan por el elevador y localizan la camioneta que los espera, ambos abordan y entablan una pequeña conversación hasta llegar al colegio de Jimin.

—Vendré por ti en la salida —avisa el mayor.

—Claro, gracias —Jimin sonríe, deja un beso rápido en sus labios y baja del vehículo pero pronto siente que Jungkook baja con él así que lo mira extrañado, el alfa lo rodea en un abrazo y esconde su rostro en el cuello del ojiazul, inhala profundamente y frota su mejilla contra la fuente de vainilla y café, se retira lentamente para después hablar.

—Te quiero mucho, ten un lindo día —se acerca a su boca y deja un beso lento y profundo que tiene al omega embobado y sin decir nada, al separarse deja un beso en su frente y sube a la camioneta nuevamente—. ¡Anda! —hace una seña con su mano para sacar al chico de su ensoñación.

—¿Ah? —los ojos azules se abrían y cerraban con rapidez haciendo que el alfa soltara una risa por ello—. Si, si —se apresuró a caminar hacia el interior de la escuela y el alfa por fin se marchó.

✧✦✧

Al llegar a la empresa fue recibido con una efusiva bienvenida por parte de cada empleado que se topaba en los pasillos, todos estaban contentos de tenerlo de vuelta después de tanto tiempo, no era muy conocido el motivo de su alejamiento pero a todos les alegraba verlo otra vez, se dirigió al piso más alto de el edificio donde su padre tiene su oficina.

—No te imaginas la alegría que me da verte otra vez aquí —Hyungwon se puso de pie al verlo entrar y salió de detrás de su escritorio para darle un abrazo—. De verdad, voy a llorar —hablaba con la voz cortada así que Jungkook apretó el abrazo para reconfortarlo.

—Basta, papá —lo palmeaba en la espalda—. Lo dices como si hubiera estado a punto de morir —bromea para hacer reír a su progenitor y funciona, el alfa mayor suelta una risa y se separa de su hijo.

—Me alegra que nunca pierdas tu pésimo sentido del humor —rueda los ojos divertido, de pronto un toque se escucha en la puerta—. Pase.

—Le traigo los informes que me pidió, señor —Park Hyunbin se deja ver al abrir la puerta—. Que gusto verte de vuelta, Jungkook —sonríe sincero.

—Gracias —el mejor de los tres se acerca para estrechar la mano del recién llegado y tomar los papeles que este le entregaba—. Voy a tratar de ponerme al corriente lo antes posible —asiente convencido.

—No te preocupes por eso muchacho, lo primordial es tu salud —Park le palmea el hombro.

—Señor Park, yo... ¿podría hablar con usted un momento? —pide mirándolo a los ojos y luego de que el otro aceptara se disculpa con su padre—. Enseguida regreso, papá —agita su mano y sale de la oficina junto con Hyunbin, caminan un poco hasta llegar a un lugar alejado en el pasillo—. Yo quiero hablarle sobre Jimin.

—¿Le pasó algo? —su tono fue serio y un poco ronco, un alfa preocupado por su cachorro.

—No, bueno no ahora —niega con la cabeza—. Hace unos días él estuvo un poco preocupado de que lo deje en la escuela o lo vaya a recoger y me contó que es porque algunas personas suelen molestarlo —Hyunbin soltó un suspiro.

—De verdad hemos intentado de todo para que esos chicos lo dejen en paz, no me faltan ganas para golpearlos pero tú sabes, una persona mayor no puede simplemente imponerse ante muchachitos estúpidos —el enojo fluyendo en sus palabras—. Jimin nos ha estado diciendo que está bien y que no importa pero claro que lo hace —Jungkook sentía el coraje invadir su interior—. Le afecta algunas veces y los ignora algunas otras, pero los profesores son realmente incompetentes para terminar con los abusadores.

—Trataré de averiguar qué hacer legalmente, eso no se va a quedar así, se lo prometo, y lamento esto, pero si veo algo que afecte a mi omega tendré que intervenir.

—Te agradezco que lo cuides tanto, muchacho —sonrió y tocó suavemente el hombro del menor para tratar de calmarlo—. Últimamente está tan ocupado con todos estos asuntos que casi no piensa en esas cosas y eso me parece realmente agradable, gracias —sonreía convencido, Jimin siempre ha sido alguien muy tímido y los asuntos de bullying no lo mejoraban pero en fechas recientes se ve más contento a pesar del cansancio que pueda traer consigo y es claro que eso es gracias al chico ojiverde.

—Sobre eso... —Jungkook agacha la cabeza algo triste—. Me tiene muy preocupado, él no lo admite pero estar tan ocupado lo está desgastando demasiado, me duele verlo así.

—Jimin es demasiado terco, Jungkook —Hyunbin hace una mueca de disgusto—. También me angustia su estado de salud, le he insistido demasiado en que no debe trabajar, pero él simplemente lo hace —niega.

—Yo podría ayudarles, sabe que mis padres apoyarían por completo la idea de costear la cirugía de Shinhye.

—No hijo, eso no es aceptable —sonríe—. Se los agradecemos muchísimo pero eso no es algo que yo o alguien más que Jimin pueda aceptarte —ríe.

—Pero...

—Sé que tú sabes que debes esperar, él es fuerte, si no pide ayuda es porque puede con ello —se encoje de hombros.

—Supongo que tiene razón —su voz era triste siguieron charlando otro poco, cosas sobre el trabajo y la recuperación del alfa menor, pronto Hyunbin tuvo que irse a su puesto de trabajo y Jungkook comenzó a dar lectura a los informes de los cuatro meses que se perdió.

✧✦✧

La camioneta estaba estacionada en un lugar cercano a la puerta del colegio, era más tarde que temprano así que ya había muy pocas personas en el lugar, vio salir al precioso chico que le ha robado el corazón, pero acompañándolo iban tres chicos un tanto más altos que él, ellos lo empujaban no tan suavemente y reían de algo de lo que el omega no parecía muy feliz, pronto sintió su pecho llenarse de tristeza que no le pertenecía pero también de su enojo propio.

Bajó del vehículo y caminó apresurado hacia su omega, los ojos volviéndose oscuros y eliminando el verde en casi su totalidad, parecía crecer varios centímetros con cada paso que daba, su ceño frunciéndose y dándole un aspecto intimidante y tenebroso que solo su casta pura podía otorgarle, miró a Jimin quien tenía lágrimas en sus lindos orbes azules, eso solo lo enfureció más.

Tomó al tipo más alto de los tres, quien aún reía con su tonta boca abriéndose, retorció el cuello de su camisa entre sus puños para atraerlo hacia si, y gruñirle directa y fuertemente en la cara.

—No se quién eres y qué hiciste para hacerlo llorar —su voz era espeluznante y no dejaba lugar a la desobediencia—. Pero discúlpate —ordenó.

—Y-Yo —tartamudeó y tembló ante la voz alfa que lo estremeció, los otros dos chicos trataron de salir corriendo pero él fue más hábil, arrojó al chico contra la pared para tener oportunidad de sujetar a los otros.

Los empujó con fuerza para que se reunieran con su amigo y los miró a los tres con determinación.

—Ustedes, trío de imbéciles —los señalaba mientras las palabras salían escupidas de sus labios—. Van a alejar sus sucias presencias de mi chico, van a dejar de molestarlo y estarán a 100 metros de distancia como mínimo de él —sus ojos brillaban de enojo y de furia mientras Jimin solo lloraba en silencio observando la escena, aún en el mismo lugar—. Si me entero de que lo molestaron, de que se acercaron o si quiera respiraron el mismo aire que mi precioso omega voy a tomar cartas en el asunto.

—Nosotros no...

—No te atrevas siquiera a negarlo —se acercó para quedar a milímetros de su rostro y gruñó fuerte, desde su pecho, amenazante y peligroso para demostrar su dominio—. Esta si es una amenaza y sepan bien que yo cumplo lo que digo —empujó una última vez al chico que habló—. Largo de aquí.

Los tres muchachos salieron corriendo despavoridos, Jungkook puede casi asegurar que al menos uno se cagó del susto y solo espera que con esto dejen de molestar a su precioso chico, apresuró sus pasos hacia el chico lloroso y lo abrazó fuerte y contra su pecho, comenzó a liberar su aroma y frotarse contra él para marcarlo y calmarlo.

—No llores, mi amor —dejó un beso en cada mejilla mientras acunaba su rostro, lamió sus lágrimas con rapidez tratando de consolarlo pero su lobo arañaba su pecho por el dolor de verlo así.

—No q-quería que tú vieras que me m-molestan —sollozaba de manera ruidosa—. Ahora no vas a quererme.

—Qué dices, mi niño —lo abraza de nuevo—. Te quiero demasiado y eso no va a cambiar por lo que un trío de idiotas digan o hagan.

—Pero tienen razón, dicen que yo no merezco a un alfa como tú ni como ninguno —solloza de nuevo aferrándose al pecho del mayor, Jungkook no sabía qué hacer, es extraño ver al omega risueño y valiente convertido en un cúmulo de inseguridades—. Sé que tú mereces más, perdón por ser tan poco.

—No digas esas cosas, Jim —frunció el ceño ante las terribles palabras que decía—. Nunca, nunca digas eso, yo te quiero a ti, eres el mejor omega del mundo, el más perfecto y precioso en este planeta.

—Per...

—Pero nada, no supongas cosas que no van a pasar nunca, no voy a dejar de quererte jamás, eres mi omega, el amor de mi vida y eso no se puede cambiar aunque todo el mundo dijera lo contrario —tomó su rostro entre sus manos y juntó sus labios con los del otro, el ritmo era lento para tratar de transmitirle la honestidad de sus palabras a través del beso.

Sus manos viajaron hasta la cintura del más bajo para apretarla suavemente, lo soltó con una para tomar la mano de Jimin que reposaba sobre el pecho del alfa, luego de eso lo abrazó dulcemente y lo apretó contra si para reconfortarlo.

—Nunca desconfíes de lo mucho que te quiero —dice firme desde el cuello de Jimin moviendo su nariz para dejar delicadas caricias, pronto lo sintió mucho más tranquilo—. Entra a la camioneta, yo hablaré con quien sea que dirija esta escuela —lo encaminó hacia el vehículo y se aseguró de sentarlo cómodamente en el asiento, abrochó su cinturón de seguridad y dejó un beso en su frente—. Ya vuelvo, precioso —cerró la puerta y entró a la institución.

Una recepcionista le dio paso a la oficina del director después de unas cuantas palabras lindas para ganar falsamente su confianza, se adentró y el hombre lo recibió con un gesto de mano para que tomara asiento y una sonrisa.

—No vengo a socializar, director —inició rudo—. Mi nombre es Jeon Jungkook y vengo a pedirle que haga algo ante los casos de bullying en su escuela.

—Un gusto Jungkook, no eres la primer persona que se queja, pero no hay nada que pueda hacer al respecto —se encoje de hombros, era un hombre de unos 50 años aproximadamente, su cabello era pintado de blanco por algunas canas y por el olor podía detectar que es un alfa, Jungkook se enfureció porque el hombre no mostraba pena alguna.

—Sé que hay mucho que usted pueda hacer —se acerca intimidante al escritorio y posa sus palmas en este—. Y más vale que lo haga, usted no sabe la cantidad de poder que yo y mi familia tenemos, mi omega estudia en esta escuela y lo último que quiero es que muchachos tontos lo estén molestando a cada instante —sus ojos clavándose en los del alfa que se encontraba sentado, oscuros, profundos y bastante intimidantes—. Soy capaz de cualquier cosa por ese chico así que... —ladea la cabeza para obviar sus peticiones.

—Yo... —se atemorizó por la superioridad de la casta del chico.

—Yo y mis abogados estaremos muy atentos al respecto, así que por su bien y el de su escuela espero tener una pronta solución —se inclinó hacia delante para palmear el hombro del sujeto, haciendo que este temblara del miedo ante el tacto.

Algo dentro de Jungkook estaba incómodo por usar su casta e influencias para intimidar a otros pero no hay duda de que por Jimin haría eso y más...

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