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034. run away without one of the two

CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO
▬ ❝ huir sin uno de los dos ❞ ▬















ACTUALIDAD
narra kamari

UNA BOLSA DE CUERO LLENA DE COMIDA Y UN TERMO DE TÉ CALIENTE. Un par de guantes forrados de piel que Cinna se dejó olvidados. Tres ramas partidas de los árboles desnudos y colocadas en la nieve, señalando la dirección en la que viajaré. Es lo que le dejo a Asher en nuestro punto de reunión de siempre el primer domingo después del Festival de la Recolección.

He seguido caminando por el bosque frío y brumoso, abriendo un sendero que a Asher no le resultará familiar, aunque mis pies lo encuentran rápidamente. Conduce al lago. Ya no confío en la intimidad de nuestro lugar de encuentro habitual, y necesito eso y más para contárselo todo a Asher. ¿Vendrá? Si no lo hace, tendré que arriesgarme a ir a su casa en plena noche. Hay cosas que debe saber..., cosas que debe hacer saber a su familia...

Una vez entendidas las implicaciones de lo que estaba viendo en el televisor del alcalde Undersee salí del cuarto y empecé a recorrer el pasillo. Justo a tiempo, además, porque el alcalde subió las escaleras un instante después. Lo saludé con la mano.

━¿Buscas a Madge? ━me preguntó, en tono amable.

━Sí, quiero enseñarle mi vestido.

━Bueno, ya sabes dónde encontrarla ━en ese momento, otra serie de pitidos salieron de su estudio y él se puso serio━. Perdona ━me dijo; entró en la habitación y cerró la puerta.

Esperé en el pasillo hasta lograr tranquilizarme y me recordé que tenía que actuar con naturalidad. Después encontré a Madge en su dormitorio, sentada frente a su tocador cepillándose el pelo, rubio rizado, delante del espejo. Llevaba el mismo bonito vestido blanco que se había puesto para el día de la cosecha. Vio mi reflejo detrás de ella y sonrió.

━Mírate, pareces recién salida de las calles del Capitolio.

Di un paso adelante y toqué el sinsajo.

━Incluso el broche. Gracias a ti, los sinsajos son la última moda en el Capitolio. ¿Seguro que no quieres que te lo devuelva?

━No seas tonta, era un regalo ━respondió ella mientras se sujetaba el pelo con un alegre lazo dorado.

━¿Y de dónde lo sacaste?

━Era de mi tía, aunque creo que lleva en la familia mucho tiempo.

━Es raro que sea un sinsajo ━comenté━. Es decir, por lo que pasó en la rebelión. Después del fracaso del Capitolio con los charlajos y todo eso.

Los charlajos eran mutaciones, pájaros macho modificados genéticamente por el Capitolio para usarlos como armas con las que espiar a los rebeldes de los distritos. Podían recordar y repetir largos fragmentos de conversaciones humanas, así que los enviaban a las zonas rebeldes para captar nuestras palabras y llevarlas al Capitolio. Los rebeldes se enteraron y usaron a los pájaros contra el Capitolio, enviándolos de vuelta a sus amos cargados de mentiras. Cuando se descubrió la estratagema, los creadores de los charlajos los abandonaron para dejarlos morir. Sin embargo, aunque se extinguieron en pocos años, antes se aparearon con los sinsontes hembra y crearon una especie completamente nueva.

━Pero los sinsajos no eran un arma ━repuso Madge━. No son más que pájaros cantores, ¿no?

━Sí, supongo ━le dije, aunque no es cierto. Un sinsonte no es más que un pájaro cantor. Un sinsajo es una criatura que el Capitolio no pretendía crear. No habían contado con que los muy controlados charlajos fuesen lo bastante listos para adaptarse a la libertad, pasar su código genético y prosperar de una nueva forma. No habían previsto su voluntad de vivir.

Ahora, mientras arrastro los pies por la nieve, veo los sinsajos que saltan entre las ramas repitiendo las melodías de otros pájaros, copiándolas y transformándolas en algo nuevo. Como siempre, me recuerdan a mi hermana y ahora a Rue. Pienso en el sueño que tuve la última noche en el tren, en el que ella era un sinsajo y yo la seguía. Ojalá me hubiese quedado dormida un poco más para ver a dónde intentaba llevarme.

Hay un trecho hasta el lago, sin duda. Si decide seguirme, Asher me matará por este ejercicio excesivo que estoy obligándolo a hacer. Su ausencia en la cena del alcalde fue notable, aunque el resto de su familia sí acudió. Gale dijo que estaba enfermo, aunque era una mentira evidente: y me alegro que se hallara lejos. Tampoco lo encontré en el Festival de la Recolección, y Vick me dijo que estaba cazando junto a Gale. Eso sí que podía ser cierto.

Al cabo de un par de horas llego a una vieja casa cerca de la orilla del lago. Quizá casa sea una palabra demasiado grande para describirla. No es más que una habitación de unos cuatro metros cuadrados. Mi hermana creía que hace mucho tiempo aquí había muchos edificios (todavía se ve parte de los cimientos) y que la gente venía para jugar y pescar en el lago. Esta casa ha durado más que las otras porque está hecha de hormigón, tanto el suelo, como el techo y el tejado. Sólo una de las cuatro ventanas de cristal permanece intacta, aunque ondulada y amarillenta por el paso del tiempo. No hay ni cañerías, ni electricidad, pero la chimenea sigue funcionando y hay una pila de leña en la esquina; la reunimos mi padre y yo hace años. Enciendo una hoguerita y espero que la niebla tape el humo delator. Mientras el fuego prende, barro la nieve que se ha acumulado debajo de las ventanas vacías utilizando una escoba de ramas que me hizo mi hermana cuando tenía ocho años y jugaba aquí a las casitas. Después me siento en la diminuta chimenea de hormigón a descongelarme junto al fuego y espero a Asher, sabiendo que Katniss lo obligaría a venir mientras ella se da la vuelta con Gale.

Es sorprendente lo poco que tarda en llegar; aparece con un arco al hombro y un pavo silvestre muerto con el que debe de haberse encontrado por el camino, colgado del cinturón. Se queda en el umbral, como si no supiese si entrar o no. En las manos lleva la bolsa de cuero sin abrir con la comida, el termo y los guantes de Cinna, regalos que no aceptará por lo orgulloso que llegaba a ser.

Lo miro a los ojos. No está enfadado, se ve interesado en los detalles, pero puedo notar que está apunto de explotar contra mi por hacerlo gastar energía en caminar. Antes de que lo haga, hablo━. El presidente Snow en persona amenazó con matarte.

Asher arquea las cejas un poco, aunque no parece estar realmente asustado, ni asombrado: eso si, sigue interesado.

━¿A alguien más?

━Bueno, no llegó a darme una copia de la lista, pero diría que incluye a nuestras familias.

Eso basta para atraerlo al fuego; se agacha delante de la chimenea para calentarse.

━¿A no ser que hicieras qué?

━Ya no importa ━respondo. Sé que esto requiere una explicación más larga, pero no tengo ni idea de por dónde empezar, por lo que me quedo mirando las llamas con expresión lúgubre.

Al cabo de un minuto, Asher rompe el silencio.

━Bueno, gracias por el aviso Kami.

Me vuelvo hacia él, lista para saltar; entonces capto un brillo travieso en su mirada y sonrío, aunque me odio por hacerlo. No es un momento divertido, aunque supongo que soltarle algo así a alguien es muy fuerte. Nos van a aplastar a todos, hagamos lo que hagamos.

━Pues tengo un plan, ¿sabes?

━Sí, seguro que es espectacular ━responde, palmeando sus manos rodeadas por los guantes━. Por cierto, muy calentitos los guantes de tu prometido.

Baje la cabeza, sonriendo. A pesar de que debo estar seria, él me lo impide.

━No es mi prometido, sólo es teatro ━respondo, soltando un suspiro. Ya no era teatro desde hace mucho, pero prefería que Peeta lo creyese así━. Y estos guantes no son suyos, son de Cinna.

Dobla los dedos y asiente━. Al menos moriré cómodo.

━Qué optimista ━repongo, irónica━. Entonces no quieres saber lo que ha pasado, ¿no?

━Adelante.

Decido empezar por la noche en que a Peeta y a mí nos proclamaron vencedores de los Juegos del Hambre, y Haymitch me advirtió de la furia del Capitolio. Le cuento la inquietud que seguía sintiendo en casa, lo de la visita del presidente Snow, los asesinatos del Distrito 11, la tensión de las multitudes, el último intento desesperado del compromiso, la señal del presidente indicándome que no había bastado, la canción que quizás lo hizo enojar más, mi certeza de que tendría que pagar por ello.

Asher no me interrumpe. Mientras hablo, se entretiene sacando la comida de la bolsa para que nos la comamos. Tuesta el pan y el queso, le quita el corazón a las manzanas y pone las castañas en el fuego para que se asen. Observo sus manos, sus bellos y hábiles dedos, tan ásperos como los míos antes de que el Capitolio me borrase todas las marcas de la piel, aunque también fuertes y rápidos. Manos que tienen el poder necesario para extraer carbón de las minas y la precisión suficiente para montar una delicada trampa. Manos en las que confío.

Hago una pausa para beber un poco de té del termo antes de contarle lo de la vuelta a casa.

━Bueno, has montado una buena ━me dice.

━Y todavía no he terminado.

━Ya he oído bastante por ahora. Vamos a pasar directamente a ese plan tuyo, Kami.

━Huiremos ━le respondo, después de respirar profundamente.

━¿Qué? ━acabo de tomarlo por sorpresa.

━Nos meteremos en el bosque y correremos ━insisto. No consigo leer su expresión. ¿Se reirá de mí, pensará que mi idea es estúpida? Me levanto, nerviosa, preparada para una discusión━. ¡Tú mismo dijiste que podríamos hacerlo! La mañana de la cosecha. Dijiste...

Asher se acerca y me levanta del suelo de golpe. Mientras yo busco algo de estabilidad sujetándome de sus hombros por el repentino movimientos que me hizo hacer, él se ríe, feliz.

━¡Oye! ━protesto, aunque también me río después de que mi cabeza dejara de dar vueltas.

Me deja en el suelo, pero no me suelta del todo.

━Bien, huyamos ━dice.

━¿De verdad? ¿No crees que esté loca? ¿Vendrás conmigo? ━parte del enorme peso que siento sobre los hombros se evapora al compartirlo con Asher.

━Sí que creo que estás loca y, a pesar de ello, me voy contigo ━responde, y lo dice de verdad. No sólo lo dice, sino que está encantado━. Podemos hacerlo, sé que podemos. ¡Salgamos de aquí y no volvamos nunca!

━¿Estás seguro? Porque va a ser duro, con los niños y demás. No quiero adentrarme ocho kilómetros en el bosque y tener que...

━Estoy seguro, completa y absolutamente seguro, seguro al cien por cien ━podría decir que hasta se ve emocionado con la idea. Me suelta y se vuelve hacia el fuego, donde las castañas empiezan a quemarse, y las echa en la chimenea━. Va a costar convencer a mi madre...

━A la señora Everdeen también ━aceptó, soltando un pequeño suspiro━. Tendré que hacerla entrar en razón con ayuda de Katniss, llevármela a dar un largo paseo, las dos. Asegurarme de que entiende que no hay alternativa si queremos sobrevivir.

━Lo entenderá. Vi gran parte de los juegos con Prim, Katniss y ella. No les dirá que no.

━Eso espero ━la temperatura en la casa parece haber bajado diez grados en cuestión de segundos━. Haymitch es el verdadero reto.

━¿Haymitch? ━Asher deja las castañas━. ¿Le pedirás que venga con nosotros?

━Tengo que hacerlo, Asher, no puedo dejarlos a Peeta y a él, porque... ━su ceño fruncido me detiene━. ¿Qué?

━Lo siento, solo que no creía que el grupo fuera a ser tan enorme ━me suelta, bajando la cabeza. ¿Estaría pensando en otra cosa?━. Solo eso.

━Los torturarían hasta la muerte para intentar averiguar dónde estoy ━le digo, lo más suave que puedo.

Se que le agrada Peeta, pero entiendo que le pueda preocupar el hecho de la supervivencia de todos.

━¿Y qué pasa con la familia de Peeta? No vendrán. De hecho, seguramente se echarían para atrás a la primera, y estoy seguro de que él es lo bastante listo para saberlo. ¿Y si decide quedarse?

━Pues se queda ━intento sonar indiferente, pero se me quiebra la voz.

━¿Lo dejarías atrás? ━suelta, con las cejas alzadas. Se que no me cree, y en realidad, yo tampoco me creo.

━¿Para salvar a Prim, a Katniss y a su madre? Sí ━respondo━. Es decir, ¡no! Conseguiré que venga.

━¿Y a mí? ¿Me dejarías a mí? ━a expresión de Asher se ha vuelto dura como la roca━. Si, por ejemplo, no pudiera convencer a mi madre para que arrastrase a tres niños pequeños por el bosque en invierno.

━Hazelle no se negará, lo entenderá.

━Supón que no lo entiende, Kamari. ¿Entonces qué?

¿Pero por qué se enfada?

━Entonces tendrían que obligarla tu y Gale, Asher. ¿Crees que me estoy inventando todo esto? ━yo también empiezo a subir la voz, enfadada.

━No. No lo sé ━lo miro con indignación. ¿Enserio me cree tan débil como para ser manipulada por él?━. Quizá el presidente te esté manipulando. En fin, te está preparando una boda. Ya viste cómo reaccionó la multitud del Capitolio. No creo que pueda permitirse matarte, ni matar a Peeta. ¿Cómo va a salir de ésa? ━pregunta Asher.

━¡Bueno, con un levantamiento en el Distrito 8 dudo que esté invirtiendo mucho tiempo en elegir mi tarta de boda! ━le grito.

En cuanto lo digo, me arrepiento. Su efecto en Asher es inmediato: el rubor en las mejillas, el brillo en sus ojos grises...

━¿Hay un levantamiento en el 8? ━me pregunta, con voz queda.

Intento retroceder, calmarlo igual que intenté calmar a los distritos.

━No sé si hay un levantamiento de verdad, sólo malestar. La gente en la calle...

━¿Qué has visto? ━pregunta Asher, tomándome una de mis manos con cuidado.

━¡Nada! Al menos en persona. He escuchado algo ━como siempre, mis esfuerzos son escasos y tardíos. Me rindo y se lo cuento━. Vi algo en el televisor del alcalde que no debía haber visto. Había una turba, incendios, y los agentes de la paz disparaban a los ciudadanos, pero el pueblo se defendía... ━me muerdo el labio e intento seguir describiendo la escena. Al final acabo diciendo en voz alta las palabras que llevan tanto tiempo comiéndome por dentro━. Y es todo por mi culpa, Ash, por lo que hice en la arena. Si me hubiese suicidado con esas bayas, esto no habría pasado. Peeta habría vuelto a casa, habría vivido, y todos los demás seguirían estando a salvo.

━¿A salvo para hacer qué? ━me pregunta, en un tono más suave━. ¿Para morirse de hambre? ¿Para trabajar como esclavos? ¿Para enviar a sus hijos a la cosecha? No has hecho daño a nadie..., les has dado una oportunidad. Sólo tienen que ser lo suficientemente valientes para aprovecharla. Ya se estaba hablando en las minas. La gente quiere luchar. ¿No lo ves? ¡Está pasando! ¡Por fin está pasando! Si hay un levantamiento en el Distrito 8, ¿por qué no aquí? ¿Por qué no en todas partes? Podría ser el momento, lo que estábamos...

━¡Para! No sabes lo que dices. Los agentes de la paz de los demás distritos no son como Darius, ¡ni siquiera como Cray! Las vidas de las personas de los distritos... ¡no significan nada para ellos! ━exclamo.

━¡Por eso tenemos que unirnos a la lucha! ━responde con lo que puedo distinguir como esperanza━. Tengo que decirle a Gale.

━¡No! ¡Tenemos que irnos de aquí antes de que nos maten a nosotros y a mucha gente más! ━vuelvo a gritar, pero es que no entiendo por qué hace esto. ¿Por qué no ve algo tan obvio?

Asher niega. Me suelta con cuidado de las manos y se aleja de mi.

━Pues tendrás que irte tú, Kamari ━lo miró con incredulidad━. No puedo irme. No con lo que acabas de decirme.

━Hace un momento te parecía estupendo. No veo por qué un levantamiento en el Distrito 8 podría hacerte cambiar de opinión. Si acaso, significa que es más importante que nunca que nos vayamos ━exclamó, intentando acercarme a él una vez más, pero reaccionó más rápido y se alejó nuevamente de mi━. ¿Qué hay de tu familia?

━¿Y las otras familias, Kamari? ¿Las que no pueden huir? ¿Es que no te das cuenta? Si la rebelión ha empezado, no se trata sólo de nuestra salvación ━Asher sacude la cabeza, sin ocultar lo disgustado que está conmigo━. Podrías hacer tantas cosas... ayudar, y sobretodo, darnos más esperanzas que nunca ━se relamió los labios, bajando la cabeza━. Anika se hubiese quedado a pelear por lo que creía correcto, y no se iría sin haber dado pelea.

Y se va, mirándome una última vez y dejándome con el dolor en el pecho.

Cobarde. Eres una cobarde.

Es tan injusto que reviento de rabia, aunque también siento miedo por lo que Asher y Gale puedan hacer, pues estaba claro que Asher iría corriendo a contárselo a su hermano: ambos le tenían suficiente odio al Capitolio para empezar una rebelión en el distrito ellos solos.

Buscando consuelo desesperadamente, me dejo caer al lado del fuego para planear mi siguiente movimiento. Me calmo al pensar que las rebeliones no suceden en un día y que Asher y Gale no podrán hablar con los mineros hasta mañana. Si consigo llegar a Hazelle antes de entonces, ella podría resolverlo. Pero ahora no puedo ir; si uno de los dos está allí, no me dejarán entrar. Quizá esta noche, cuando todos estén dormidos... Como Hazelle suele trabajar hasta tarde para terminar la colada, quizá sea un buen momento para ir, llamar a su ventana y contarle la situación, de modo que ella evite que sus hijos cometan alguna locura.

Quizá con ayuda de Katniss, haré que Gale entre en razón y los tres podremos detener a Asher antes de que haga algo perjudicial para él.

De repente recuerdo mi conversación con el presidente Snow en el estudio:

«A mis asesores les preocupaba que dieses problemas, pero no piensas hacerlo, ¿verdad?

"No.

"Eso es lo que yo les dije. Les dije que una chica que se toma tantas molestias por conservar la vida no estaría interesada en perderla de la manera más tonta.»

Pienso en lo mucho que ha trabajado Hazelle por mantener con vida a su familia. Seguro que estará de mi lado en este asunto, ¿o no?

Ya debe de acercarse el mediodía, y los días son muy cortos, así que no tiene sentido quedarse en el bosque después de oscurecer si no es necesario. Pisoteo los restos de mi hoguerita y guardo la comida.

Avanzo por el bosque arrastrando los pies y llego a mi antigua casa cuando todavía es de día. Mi conversación con Asher ha sido un revés obvio, pero estoy decidida a seguir con mi plan de escapar del Distrito 12. Voy a buscar a Peeta, ya que, como ha visto parte de lo que he visto yo en la gira, curiosamente quizá sea más fácil convencerlo a él.

━¿Has estado de caza? ━me pregunta. Por su expresión queda claro que no le parece buena idea.

━La verdad es que no. ¿Vas al pueblo?

━Sí, se supone que tengo que cenar con mi familia.

━Bueno, puedo acompañarte.

El camino desde la aldea a la plaza se usa poco, es un sitio seguro para hablar, aunque me cuesta pronunciar las palabras. Proponerle escapar a Asher ha sido un desastre. Me muerdo los labios agrietados y la plaza se acerca con cada paso que damos. Quizá sea mi última oportunidad en mucho tiempo, así que respiro hondo y lo dejo salir:

━Peeta, si te pidiera que huyeses del distrito conmigo, ¿lo harías?

Peeta me sujeta del brazo y me detiene; no necesita verme la cara para saber que hablo en serio.

━Depende de por qué me lo pidas.

━No convencí al presidente Snow. Hay un levantamiento en el Distrito 8. Tenemos que salir de aquí.

━¿Por «tenemos» te refieres sólo a nosotros dos? No. ¿Quién más vendría?

━Mi familia; la tuya, si quiere venir; Haymitch, quizá.

━¿Y Asher?

━No lo sé. Puede que tenga otros planes junto con Gale ━respondo.

Peeta sacude la cabeza y esboza una sonrisa triste.

━Ya me imagino. Claro, Kamari, iré.

━¿Sí? ━pregunto, con una chispa de esperanza.

━Sí, pero estoy convencido de que tú no.

━Entonces es que no me conoces ━protesto, apartando el brazo━. Prepárate, podría ser en cualquier momento ━sigo caminando y él me sigue dos pasos por detrás.

━Kamari ━me llama, pero no me paro. Si cree que es una mala idea no quiero saberlo, porque es la única que tengo━. Mar, espera ━le doy una patada a un trozo de nieve helada y sucia del sendero, y dejo que me alcance. El polvo de carbón hace que todo parezca especialmente feo━. Iré, de verdad, si tú quieres. Sólo digo que sería mejor hablarlo primero con Haymitch, asegurarnos de que no empeoraríamos las cosas para todos ━levanta la cabeza━. ¿Qué es eso?

Levanto la barbilla. Estaba tan absorta en mis preocupaciones que no me había dado cuenta del extraño ruido que salía de la plaza. Era un silbido, el sonido de un impacto, una multitud ahogando un grito.

━Vamos ━dice Peeta, muy serio. No sé por qué, no consigo ubicar el ruido, ni siquiera imaginarme la situación. Sin embargo, es algo muy malo para él.

Cuando llegamos a la plaza, está claro que pasa algo, aunque hay demasiada gente para verlo. Peeta se sube a una caja que está apoyada en la pared de la tienda de golosinas y me da la mano mientras examina la plaza. Cuando estoy medio subida, de repente me impide seguir.

━Baja, ¡sal de aquí! ━me susurra, aunque con mucha energía.

━¿Qué? ━pregunto, intentando subir como sea.

━¡Vete a casa, Kamari! ¡Te juro que estaré allí en un minuto!

Sea lo que sea, debe de ser terrible. Me libro de su mano y empiezo a abrirme paso entre la multitud. La gente me ve, me reconoce y se asusta mucho; todos me empujan para que retroceda, susurran.

━Sal de aquí, chica.

━Lo vas a empeorar.

━¿Qué quieres? ¿Que lo maten?

Sin embargo, en estos momentos me late el corazón tan deprisa y con tanta fuerza que apenas los oigo. Sólo sé que, sea lo que sea lo que me espera en el centro de la plaza, tiene que ver conmigo. Cuando por fin consigo llegar al centro me doy cuenta de que estaba en lo cierto, de que Peeta estaba en lo cierto y de que aquellas voces también estaban en lo cierto.

Las muñecas de Asher están atadas a un poste de madera y el pavo silvestre que cazó antes está encima, clavado por el cuello al mismo poste. Han tirado al suelo su chaqueta y tiene la camisa hecha jirones. Él está de rodillas, inconsciente, sujeto tan sólo por las cuerdas de las muñecas. Lo que antes era su espalda, ahora es un trozo de carne despellejada y ensangrentada.

De pie a su lado hay un hombre al que no había visto nunca, aunque reconozco su uniforme: es el jefe de nuestros agentes de la paz. Sin embargo, no se trata del viejo Cray, sino de un hombre alto y musculoso con la raya del pantalón muy bien marcada.

Al fondo puedo observar el como Gale, quien es detenido por Katniss, lucha por acercarse a su hermano con desesperación.

No encajo todas las piezas del rompecabezas hasta ver que alza el látigo que tiene en la mano.

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