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Chapter Three








Estaba alistándome para salir al centro comercial y pasar por la subasta a la que iríamos. Agarre mis cosas y espere a la madre de Betty, ósea mi madre. Si entienden que es raro todavía, ¿cierto?

—Hola cariño, ¿ya estas lista?—Alce mi vista viendo como la señora se acercaba lista para salir.

Asentí con una sonrisa, estaba nerviosa por salir en la ciudad. No sabia que tan diferente era, bueno si sabia por que había visto fotos en internet pero de eso a vivirlo era diferente. Dicho eso salimos de la casa y nos subimos al coche, teníamos todo el día por delante. Mentiría si dijera que seria fácil.






[...]






—Wow...—Susurre para mi misma al ver el centro comercial. Había mucha gente y todo era muy llamativo.

—Betty cariño, ¿vienes?

Sacudí mi cabeza y deje de mirar todo, en silencio me acerque comenzando a caminar junto a ella.

Estuvimos caminando viendo cada cosa, por que todo era tan llamativo. La señora Brant entendió mi curiosidad y me llevo hacia todos lados. Compramos ropa, ropa que me gusto y que era bonita. Nunca me había pasado, siempre era de comparar ropa bonita si era el caso tres o dos, pero nunca mucha y que sea cómoda.

Nos detuvimos un rato en el centro de comida antes de irnos a la subasta.

—¿Qué quieres comer? 

—Una hamburguesa, por favor.—Pedí sentada en la mesa, no sabia que hacer además de mirar alas personas pasar y como comían o hablaban a mi alrededor. La Sr. Brant asintió y fue a pedir lo nuestro.

Mire mis manos unos segundos notando que me estaba acostumbrando a mi nuevo entorno casi olvidándome del hecho de que no era originaria de aquí, comencé a ver mi celular revisando que noticias nuevas habían y vaya sorpresa. Pronto comenzaría el baile en mi escuela, a la cual no había regresado aun. Perfecto.

Suspire con un sabor amargo en mi boca, no tenia ni idea de quien era la pareja de Betty para el baile o si fue acompañada de alguien.

Deje pensar en cosas que me hacían preocupar, total podría ir sola o invitaría a alguien de ultimo momento. Llego la comida y sonreí, estaba hambrienta. Que buena manera de hacerme feliz con comida.

Terminamos de comer y nos levantamos de la mesa no sin antes limpiarnos y dejar las cosas en la basura y las cosas en una mesa.

Ahora nos dirigíamos a la subasta, la cual se encontraba en un piso diferente. Subimos las escaleras mecánicas, caminamos por unos cuantos minutos cuando vislumbre unas puerta con unos letreros con las letras de "Gran subasta benéfica", si.. ya empezamos mal.

Di un suspiro y entre junto a mi madre biológica de este mundo. Habían muchas personas en varias casetas, cada caseta tenia cada cosa diferente. Nos movimos entre la multitud cuando nos detuvimos en donde la mayoría de gente estaba sentada, algunos parados pero juntos en un solo lugar.

—Muy bien, sigamos con la siguiente muestra. La cual es.. ¡Un artefacto muy sofisticado proveniente de la familia Stark!

Hice una mueca y mire confundid a la gente, ¿De verdad van a creer eso?, Tony Stark u otro familiar suyo si vendieran algo ya sea barato para ellos, para todas las demás personas era un dinero difícil de conseguir. Esa cosa segura era falsa, o simplemente una copia no muy elaborada. O difícil mente será de vedad algo que la familia Stark uso o creo, pero lastimosamente la gente cree en todo y se hace estafar. Idiotas.

Mire aburrida el lugar, escuchando como se estafaban me aburria. Varias veces bostece, la Sr. Brant veía con cautela lo que el presentador mostraba, era como si esperara algo.

—Y por ultimo una caja con cosas que usaron nuestros héroes como..-

—¡Lo tomo!

Me gire sorprendida al escuchar a la Sr. Brant exclamar levanto su cartel.

—Muy bien, ya que es la ultima cosa de este mostrador, ¡vendido a la numero 57!

La mujer a mi lado sonrió victoriosa mientras bajaba su cartel, parpadee mirando sin entender lo ocurrido.

—No es justo yo lo pedí primero, me dijiste que lo tendría.—Exclamo una mujer enojada apuntando al subastador. El cual sonreía nervioso al ver que la gente lo miraba.

—N-no se preocupen seguramente se confundió, terminemos esta venta que es la ultima antes de cerrar.

La Sr. Brant miro confundida lo ocurrido ya que la señora no dejaba de reclamar que era suyo, le resto importancia ya que ya había ganado el objeto. 

—Cariño me sostienes esto.—Me dijo inclinándose donde mi, extendiéndome el cartel. El cual agarre viendo como la mujer sonría y me decia que en un segundo volvía viéndola irse a pagar y reclamar lo que compro.

Mire hacia los lados aburrida, ya no quería estar ahí sentada. Me levante pero al hacerlo me temblaron las piernas, con un poco de incomodidad me puse de pie intentando relajar mi cuerpo mientras comenzaba a caminar hacia mi madre biológica.

—Mamá iré a ver que mas cosas hay por ver, tal vez y encuentre algo que me guste.—Dije estando a solo unos metros de la Sr. Brant, la cual me miro mientras firmaba algunos papeles.

—Claro cariño, solo no te metas en grandes compras sola.

—Ok.—Acepte dándome la vuelta caminando entre la multitud de gente que se movía para ver otras subastas.

Pasaba mi mirada por cada lado viendo si había algo interesante por ver o comprar. Esto de tener dinero no era cosa fácil, casi se acababan las cosas de las subastas. Casi me rindo, pero decidí seguir viendo. 

Iba a pasar a otro puesto cuando algo llamo mi atención, una cosa que se estaba subastando como cosa simple. Me acerque intrigada fijándome que la gente parecía aburrida con lo que estaban subastando, me detuve al frente y puse ver como en una de las manos del subastador enseñaba un libro diferente y peculiar. 

El señor en cuestión estaba casi regalando lo que tenia en manos, era un libro de brujería y hechicería. Alce una ceja interesada, puede que en mi anterior vida me interesara ese tipo de cosas. No es como si las practicara, no. Pero me interesaba mucho y parecía fascinante hasta un cierto punto.

—Disculpe, señor..-

—Bien, vendido a esa joven del cartel 57.—Exclamo aliviado mientras me extendía el libro. Abrí mis ojos sorprendida por pensar que lo quería, solo iba a preguntar de que trataba o de que clase habla.  

—Solo firma aquí y aquí y esto es tuyo.—Me dijo velozmente el señor, no sabia de donde había sacado rápidamente los papeles, parece que quería venderlo rápido. Estaba aturdida que no pensaba rápido.

—No pero señor, yo no..-

—No te preocupes, todo esto es legal, no importa si eres menor de edad esta cosa solo es un libro, así que no necesitas de tutor presente.—Decia moviendo las manos tranquilamente mientras me pasaba una lapicera para firmar.  

No me atreví a seguir intentando decirle que no es lo que quería hacer, las personas parecían impacientes de pasar a la próxima cosa jugosa que subastarían. Sonreí agarrando los papeles, comencé a leer esa cosa, por que una cosa que aprendí por ver miles de series de policías, abogados, médicos; Es que sin importar que tan beneficioso fuera un trato siempre hay que leerlo antes de siquiera pensar en firmar.

Lo comencé a leer y fruncí mi ceño en cuanto iba avanzando en mi lectura. Habían reglas o normas que tenia que cumplir una vez de comprar algo suyo. 1°No reembolsos, 2°No se permite volver a subastar este objeto en la misma organización que lo compro, 3°No puede demandar y si le llegan las cosas rotas o en mal estado no es problema de organizador, ya que es de nuestra propiedad al momento de comprarlo tal y como esta.

Bueno, no seria nada malo era solo un libro. De seguro ni funcionaba, nada de lo que contenía pero aun así me intereso. 

Y wow, si que son claros con el no reembolso. Después de leer agarre el lapicero y con algo de duda firme, no sabía como firmar, así que solo hice una B y le di adornos a su alrededor. El papel decia que el objeto solo valía tan solo 8 dólares. Sorprendente era lo justo que traía en mi cartera, le entregue nerviosa el dinero. Lo agarro y me sonrió para después entregarme el libro en mis manos. 

—Diviértete niña.

Fue lo que escuche decirme mientras se iba, tome el libro en mis manos y lo abrí y entendí el porque del apuro del señor en que lo comprara. Lo habían devuelto diez veces por ser simple y poco original, tal aprecia que la gente tanto como el señor que lo vendía lo hacia pasar como cuentos de terror e información de fantasía terrorífica, algo de ficción. 

¿Cómo lo sabia?, tenia una hoja suelta con la información que acabo de decir, solo querían deshacerse de esta cosa. 

Suspire y baje el libro mirando a la gente pasar.—¿Y ahora que hago yo con esto?—Me pregunte a mi misma, sintiéndome idiota por dejarme convencer estúpidamente de comprar, pero en ese momento no pude decir nada como si tuviera miedo de hablar. Parece que seguía siendo la misma sin importar en que vida este. ¡Pero ya no seria así!

Bufe cansada, de mala gana me aleje caminando volviendo al lugar donde estaría la Sr. Brant.

—Mamá compre al-

Antes de que pudiera decir algo me choque con alguien, me detuve y mire a la persona confundida. Me miro sin darle importancia volviendo su vista a algo que pasaba adelante. Fruncí mi ceño al verlo, lo mire mal unos segundos para después voltearle los ojos y seguir mi camino. Me detuve abruptamente al escuchar unos gritos e insultos entre dos personas. 

Me gire tan rápido como pude.—Señ.. ¿Mamá?—Exclame perpleja al ver que una de las señoras que se peleaban era la Sr. Brant con la mujer que se estaba quejando de su injusticia,

Me acerque corriendo viendo como hasta el personal de seguridad se acercaba.—¡Mamá que haces!—Grite sintiéndome extraña de llamarla mamá frente a tanta gente. Los guardias que acababan de llegar rápidamente las separaron, las dos estando con el cabello revuelto y con la respiración acelerada.  

—¡Loca!—Grito la Sr. Brant siendo sostenida por uno de los guardias musculosos.

—No hubiera pasado si no te hubieras robado mi premio. ¡Eran mis cosas!

Mire con cara de incomodidad de que todo la gente nos este viendo y algunos estén sacando sus celulares, al saber el por que peleaban. Me acerque mas sosteniendo mi libro.—¿Mamá?—Pregunte, aguantándome las ganas de querer decirle inconscientemente señora Brant.

—¿Betty?—Recién se dio cuenta de mi presencia, me miro mientras se acomodaba el cabello.

—Lamento que me hayas visto así, no suele pasar. Eso es rebajarse.—Decia mientras se acomodaba su cabello y acomodaba su ropa. Nunca creí ver eso de alguien en este lado del mundo, alguien que vivía en un mundo de superhéroes y en el que se habla el ingles. Era sorprendente, o simplemente sacado de una película de comedia. Tal vez se debía que estábamos en un universo creado para las películas, seria lógico que se comporten como algunas de estas. Aunque prefería que no fuera así, este era un mundo propio.

—Ya puede soltarme estoy calmada, esa mujer era la que se volvió loca.—Dijo mientras intentaba que deje de retenerla. El personal la dejo de sostener, y la sr. Brant se abalanzo sobre mi sorprendiéndome.

—Lamento que este sea tu único recuerdo que tengas hasta ahora de mi, y que sea en estas condiciones.—Me hablo abrazándome. 

Trague mi propia saliva al sentirme rara, al ser abrazada por quien en este mundo y momento era mi madre.

—No te preocupes, ¿Qué tal si nos vamos?—Murmure sintiéndome tiesa en el abrazo.

—Si mejor hagamos eso.—Afirmo la Sr. Brant mientras me dejaba de abrazar y se dirigía a recoger la caja que tenia una chico de seguridad. Esta le mostro los palees que confirmaban que eso era ahora legalmente suyo, el hombre se lo dio tranquilazamente luego de ver que todo estaba en orden.

La Sr. Brant me agarro y comenzamos a irnos, se podía escuchar los gritos de protesta de la mujer, al ver que nos íbamos.

Sonreí abrumada de como salieron las cosas en mi primera salida al centro comercial de este mundo. Con una mano sostuve las bolsas de compras en las que traía la ropa y cosas nuevas, y en la otra traía el libro, en cual al cansarme de sostenerlo en mi mano lo metí a unas delas bolsas. 






[...]






—Muy bien, que tenemos aquí..—Balbucee, mientras dejaba la ropa que había comprado el anterior día en la cama. Mañana regresaba a clases por lo que tendría que elegir con que me iría puesto. Tenia que lucirme, ya que sabia que a la secundaría donde asistía se me permitía ir con ropa de calle y no con uniforme como era en mi ex colegio. Odiaba ese uniforme, solo el formal, el de educación física si era medianamente cómodo.

Puse una de mis manos en mi barbilla, pensando en la mejor opción que tenia para ponerme. Había tantos estilos y formas en las que podía combinar, tantos posibles resultados que me emocionaba y frustraba al no decidirme por cual. Ya que al encontrar uno encontraba otro algo mejor o le encontraba defectos al que traía puesto, era muy perfeccionista con algunas cosas en este aspecto a veces.

Me mire al espejo y bufe, no me convencía nada. Me cambie con todas las ideas y combinaciones que se me pudieron ocurrir en ese momento, horas después mi cuarto quedo hecho mierda de lo desordenado que había quedado después de presenciar mi crisis de estilo. Pero por fin había logrado tener algo decente para mi debut del día siguiente.

Sonreí mientras me miraba al espejo, estaba tan emocionada.







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