Los meses pasaron, y el amor entre Jake y Sunghoon floreció como las más hermosas flores en primavera. Su florería, "Moon and Bliss", se convirtió en un lugar emblemático de la ciudad, no solo por la belleza de las flores, sino también por la historia de amor que emanaba de sus paredes. Cada rincón contaba su propia narrativa, desde las risas compartidas hasta los tiernos momentos en los que Sunghoon sorprendía a Jake con pequeños detalles que hablaban de su profundo compromiso.

Un día, mientras Jake organizaba un nuevo arreglo floral, se detuvo para observar por la ventana. El sol brillaba intensamente, iluminando la escena de la ciudad que pasaba ante sus ojos. De repente, una motocicleta rugió al pasar, y Jake sintió que su corazón latía con fuerza. Al girar la cabeza, vio a Sunghoon, su alfa, con su casco brillante y su sonrisa amplia, deteniéndose frente a la florería.

El mundo se sentía perfecto en ese momento. Jake salió corriendo hacia la puerta, sintiendo cómo la brisa fresca acariciaba su piel, y al llegar a la entrada, Sunghoon ya había bajado de su motocicleta. En un instante, estaban frente a frente, el aroma de las flores rodeándolos, mezclándose con el inconfundible olor a gasolina que siempre acompañaba a Sunghoon.

—¡Jake! —exclamó Sunghoon, acercándose y atrayéndolo hacia él—. He estado pensando en una nueva aventura para nosotros.

Jake sonrió, sintiendo cómo su corazón se llenaba de amor y emoción.

—¿Qué tienes en mente? —preguntó, disfrutando del modo en que Sunghoon siempre encontraba la manera de sorprenderlo.

—Quiero que vayamos a explorar nuevos lugares, a viajar por la costa, y a crear recuerdos que solo nosotros entendamos —dijo Sunghoon, mirándolo a los ojos con una intensidad que hacía que Jake se perdiera en ellos.

Jake sintió que la idea lo llenaba de alegría. Su vida con Sunghoon era una aventura constante, y cada nuevo viaje era una oportunidad para fortalecer su conexión.

—Me encantaría eso —respondió Jake, sintiendo que su alma se llenaba de luz—. Cuando la gasolina conoce a los pétalos, es cuando la magia realmente comienza.

Sunghoon sonrió, asintiendo con la cabeza mientras lo miraba con ternura.

—Sí, y juntos hacemos que esa magia florezca. Vamos a vivir cada momento, a amar sin restricciones y a soñar en grande.

Se fundieron en un abrazo, el calor de sus cuerpos entrelazándose como los hilos de su destino. En ese abrazo, Jake sintió la promesa de un futuro lleno de amor, risas y aventuras.

Mientras se separaban, Jake miró hacia el horizonte, sintiendo que su corazón rebosaba de gratitud. Todo lo que habían pasado, desde el primer encuentro hasta la profunda conexión que compartían, era solo el comienzo. Sabía que lo mejor estaba por venir.

Así, con el rugido de la motocicleta y el aroma de las flores como testigos de su amor, Jake y Sunghoon se embarcaron en una nueva aventura. Cada kilómetro recorrido era un recordatorio de que, al igual que la gasolina y los pétalos, sus corazones estaban destinados a unirse en una danza de amor eterno.