El chico tras el teléfono
Ahí estaba sintiéndome infiel por estar viendo el Instagram de otra persona, aunque sabía que él me era infiel viendo el Instagram de Shawn Mendes aunque quien no.
Contesté nervioso no sé porque.
—Hola... si me ves —saludó enseñándome su ojo.
—Si alejas el teléfono de tu cara probablemente mejor —me burlé.
El chico lo alejó moviéndolo de un lado al otro como abuelito que apenas y utiliza el teléfono.
—Jason hasta mi abuela usa mejor el teléfono que tu —señale la verdad.
—Ella tiene más experiencia —se quejó por fin acomodándose— ahí estás, hola.
Jason era mi novio desde los doce años, mi primer amor y apesar de sus diecisiete años apenas había conseguido que su madre lo dejara tener teléfono... hasta un bebé sabía manejar un teléfono mejor que él.
—Hola Jay —sonreí.
—¿Cómo te fue? —preguntó emocionado— ¿ya hiciste amigos?, ¿fueron malos contigo? ¿tu fuiste malo con ellos? —insistió arqueando la ceja.
—Me fue bien, si ya hice amigos, no, no fueron malos conmigo y yo no soy malo con las personas —establecí.
El blanquito alzó la ceja cuestionadome.
—A veces no lo soy —lo calmé.
El chico asintió para reír un poco y acomodarse los lentes.
—¿A ti como te fue? como están todos por haya —me interese.
—Todos bien, extrañándote —asintió— yo más.
—Yo también te extraño Jay —afirme— qué tal si...
La voz de su madre lo llamó, el chico me miró.
—Lo siento Andy tengo que irme te hablo después —me dijo— cuídate si y no seas malo.
—Cuídate yo...
Me colgó antes de que pudiera decirlo.
—Te amo —dije al aire.
—Aww yo también te amo —dijo mi hermanito entrando.
—Cállate calvo —gruñi.
—Soso dijo que me veo bien —me levantó el dedo como el salvaje que es— además soy más guapo que tu.
—Quisieras niño —me queje— ahora ya cállate que me voy a dormir.
Mi hermano asintió tirandose en su cama para hablar por teléfono con su amigo, tres horas... había hablado sobre hamburguesas y videojuegos, al menos habló más que yo con mi novio.
Desperté harto de la vida como era de costumbre.
—Andy ya levántate —me regañó mi hermana.
—No ire estoy cansado —murmuré.
—Es el segundo día dramático —me regañó.
Pero en contra de mi voluntad me llevo a la escuela.
—Anda ya —dijo acomodando mi bufanda— entras tú o te meto a la fuerza.
—Pues ya que — me queje.
Me fui molestar por tener que venir, al llegar a la rampa ahí estaba él fumando como el día anterior.
—Hoy si te quitaras o me harás pasar sobre ti otra vez —bufé mirándole.
El chico me miró para tomar sus cosas y subirse al barandal sentándose sobre ella dejando libre el camino
—Feliz —asintió apagando su cigarro.
Puse los ojos en blanco para subir la rampa con cuidado por el agua de la lluvia, cuando estaba arriba sentí como una de mis llantas se deslizó.
—Ay mierda...
Estas cosas no pasaban en casa, me deslicé aceptando mi destino de que me iba a partir la madre, fue entonces cuando sentí el golpe que me detuvo.
—¿Estas bien? —preguntó nervioso.
—Si... gracias —asentí aún un poco asustado.
El castaño me ayudó a subir a salvo y sin más accidentes.
—La rampa de la entraba no está tan elevada cómo está —me recomendó.
—Hay mas gente —expliqué.
El chico me miró para asentir.
—A las personas no les importas así que no te prestaran atención —señaló.
—Lo dices porque no eres yo —bufé pasando de él.
—Porque no voy en silla de ruedas —señaló arqueando la ceja.
—No, por que no eres jodidamente lindo como yo —dejé en claro.
Una liguera sonrisa se formó en su rostro... quien lo diría.
—Te equivocas —volvió a su modo burlón— si es por la silla.
Puse los ojos en blanco para seguir mi camino y él el suyo.
—Aquí estas —dijo Xim llegando a mi.
—Hola guapa —saludé.
Nos fuimos al salón para tomar las clases, ahí ya estaba el chico en la mesa de a lado, metido en su teléfono como de costumbre, una foto de mi chico me llegó, ahí estaba donde solíamos almorzar siempre.
—Uhh y ese lindo chico quien es —sonrió Xim.
—Es mi novio —presumí orgulloso.
—¡Tienes novio! —se emocionó la chica de más hablando un poco más fuerte de lo normal.
Un par de miradas recayeron en mi a las que no les tomé interés, pero la mirada del chico de a lado si.
—Si te acuerdas que soy gay verdad —le recordé.
La chica se lo pensó.
—Cierto maldito me robaste el primer beso de Diego —se quejó ella.
—Él me lo robó —le guiñe.
La chica bufó para reír por los viejos tiempos, empezó a chismosear en mi teléfono viendo las miles de fotos que tenía con él en mi teléfono.
—Es muy lindo —me sonrió— tenemos buenos gustos —asintió feliz.
—Mm seguro —dije poniendo los ojos en blanco mirando a su vato.
—Solo míralo —me susurro— es guapísimo.
No me negaré a que tiene una cara simétrica y bien definida, con unos grandes ojos cafés y unos labios carnosos... y si he de admitir que aunque intentara ocultarlo con tanta ropa se veía que estaba bien desarrollando.
—Señor solo se estar serio o hablo para joder esta guapo si, pero nada más —establecí.
Ella negó para verlo con esas pupilas a nada de formar un corazón.
—Es más que eso, solo no lo conoces aún — señaló,
Y... podía tener razón, si bien la primera atracción es a simple vista pero te das cuenta de la calidad de la persona hasta que los conoces de verdad.
El profesor de historia entró con sus miles de libros para irlos repartiendo.
—Mi clase será muy didáctica así que haremos un concurso —se emociono, a lo que nadie más correspondió— ya sé que emoción verdad, pero el ganador no presentará examen final.
Entonces si se escuchó la emoción,
—Muy bien formen equipos de tres de acuerdo — pidió — no duos, no cuatretos si no trios, quiero trios...
Las risas fueron obvias.
—Ah adolescentes —bufó con desagrado.
—Bueno somos tu, yo y...
—Cas quieres estar con nosotros —se me adelantó la chica sin siquiera consultarlo.
El chico asintió y ante la indicación se tuvo que sentar con nosotros.
Teníamos que escoger una época histórica y hacer todo un informe... junto con una representación, lo que iba a ser demasiado.
—Que les parece la Segunda Guerra Mundial—dijo Xim emocionado.
—Claro tú y yo nos iríamos a los hornos y Aslan sería quien nos llevara —señale lo obvio, ella era mujer morena y yo un lindo latino en silla de ruedas... ambos hubiéramos acabado en el horno.
—Soy mitad inglés —arqueó la ceja— también habría terminado en el horno.
—Muy bien ese tema no —lo tacho Xim.
—La guerra de los pasteles —dijo ella.
—Mm dos latinos y un europeo puede funcionar —acepté— tu que dices león.
El chico solo levantó los hombres a manera de respuesta.
—Gran contribución —señale.
—No seas bravo —regaño mi amiga.
Me queje para negar, empezaba hacer algo de calor ante la humanidad del salón por lo que decidí acomodarme la bufanda.
Me la quité para acomodarla pero sus miradas recayeron en mi.
—Se les perdió algo —dije como si nada.
Ambos apartaron la mirada para no ser tan obvios, tenía una gran cicatriz en mi cuello de lo que alguna vez fue un hoyo que me ayudaba a respirar,
—¿Por qué estás en silla de ruedas? —preguntó Aslan sin más.
—Cas —lo regañó ella— no puedes preguntar eso así como si nada.
—Nací con espina bífida y tú, porque usas un aparato auditivo —respondí.
—Nací con una disminución de audición del oído derecho —explicó.
La chica nos miró, se había puesto algo tenso el ambiente.
—Yo nací con un dedo de más —dijo Xim distrayéndonos— quieren verlo.
Ambos la miramos.
—Claro —dije riendo.
La chica nos lo mostró, era un pequeño dedito de más en su pie.
La clase concluyó sin tener nada.
Al salir el chico aún me estaba esperando.
—¿Y tu que? —le pregunté.
—Andy no seas grosero —me volvió a regañar, ya parecía mi hermana — así es él—se disculpó por mí.
—Te tengo que llevar a la clase de educación física —explicó.
Me empecé a reír para ver que no lo estaban haciendo.
—Como que educación física, no he tomando educación física en mi vida —me queje.
En primaria siempre me escondía con Xim para no tomarla, que puedo decir era un flojo.
—Oh aquí tienen un programa para ustedes —asintió Xim más emocionada que yo— hacen de todo.
Los miré para darme vuelta y huir.
—Andy qué haces —se quejó ella.
—¡Nunca me vieron! —exclamé.
—Muy tarde yo ya lo vi —dijo la directora— intentando huir no lo creo, le encantarán las clases joven Macotela.
Terminé obligado a ir a esa estupida clase, si bien siempre me he considerado un flojo incluso antes del accidente, tenía un buen metabolismo y al usar mucho mis brazos estaban bien definidos por lo que nunca tuve que ir a una de estas clases.
Aslan me llevo más a la fuerza que por ganas y es que al parecer él tenía que participar en esto.
Al llegar ya habían varios chicos con diferentes limitaciones, algunos de ellos eran ciegos, otros tenían síndrome de down y unos más con bastones.
—Si escapamos ahora...
—No —dijo cruzándose de brazos— no te hará mal hacer algo de ejercicio.
—Me estas diciendo gordo —lo miré.
El chico asintió... chismoso.
—Buenos días —saludó el profesor— veo caras nuevas gustas presentarte.
—Soy Ander —contesté— él es mi niñero Aslan.
—No me tenías que presentar a mi —se quejó.
—Pues ya lo hice —bufé.
Los demás se empezaron a reír.
—Muy bien trabajaremos en equipo con ustedes —sonrió— es importante que se lleven bien, van a pasar todo él años juntos.
—¡Todo el año! —exclamé.
—No te alegres demasiado —bufó él.
—Oh ya quisieras...
—Muy bien mejor iniciamos de inmediato —nos detuvo el profesor.
Todos los carers se llevaban bien entre ellos pero aquí los bichos raros eramos nosotros.
—Bien porque no empiezan lanzando pases —sonrio— Aslan era parte del equipo de basquetbol.
El chico miró la pelota no muy feliz de lanzar balones pero hizo caso.
—Bien Aslan si vamos a estar atados porque no empezamos a llevarnos mejor —acepté más a la fuerza.
El chico boto la pelota un poco para lanzarmela.
—Cas —pronunció— llámame Cas.
—De acuerdo Cas —la bote un poco para lanzarla y fallar.
—Eres pésimo —dijo recibiéndola.
—Tienes alguna otra expresión... de hecho alguna además de la de serio —insistí.
Este chico era medio raro, siempre tenía cara de cero amigos pero al hablar solo era otro idiota más, él chico negó para seguir botando la pelota.
—Ximena dice que vives con tu hermana mayor—mencionó— ¿Qué hay de tus padres?
—Mi padre murió físicamente y para mí mi madre esta muerta —expliqué— así que nos cría mi hermana.
Él me miró para asentir.
—Lo siento —señaló.
—No es tu culpa —asentí.
El chico me miró para asentir.
—¿Porqué fumas? —pregunté— realmente es asqueroso.
El chico se quedó cayado por un momento.
—Para morirme —contestó con toda la seguridad del mundo.
—Que oscuro —me burlé.
Pero en su mirada se veía que lo decía en serio.
Pasamos el balón por un rato hasta que me tocó la entrevista con el profesor, al parecer mi hermanita adorada ya sabía de esto y había mandado mis expedientes para que me hicieran un plan de ejercicio.
Al acabar me dolían músculos que no sabía que tenía...
—¿Cómo te fue? —me preguntó Xim besando mi frente.
—Odio el ejercicio —me queje.
—Ya somos dos —sonrio ella— nos vemos Cas —se despidió ella
—Adiós —dijo mirándonos.
Nos quedamos viendo como se iba.
—Deja de mirarle el culo —reaccioné.
—Tu también se lo estás viendo —me miró alzando las ceja— no me lo robaras como a Diego verdad.
Sonreí... las cosas eran claras, yo tenía un novio, a ella le gustaba él.
Nuestros camino no estábamos destinados... hasta que nos conocimos.
Pido perdón por el horario pero tenía examen jiji
El Jason será muy listo y todo pero ponle un teléfono enfrente y no sabe usarlo 🤭
Yo soy Andy en la vida, el deporte no es lo nuestro 😣
Ya estamos donando al león al parecer 🦁
Nos vemos la siguiente semana, les quiero 🥰
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