Y el gran día había llegado, me iba a graduar... años atrás nunca habría pensado que esto iba a ser posible pero aquí estábamos.

Me bañé y me vestí para ponerme mi toga encima, me quedaba muy bien la toga.

—No traes pijama abajo verdad —me amenazó mi hermana peinándome

—Pero no se ve —lo mostré mi pijama de súper héroes

Mi hermana negó para besar mi frente.

—Prometiste no llorar —le recordé

—Ese fue Dani no fui yo —se excusó— yo claramente dije que lo haría.

—Se te va a correr el maquillaje— negué.

—Pues me vuelvo a maquillar y ya —bufó.

Asentí, si iba a llorar que llorara bien, Marck estaba afuera ayudando a mi hermano con su corbata.

—Listo sr Daniel —dijo acomodándolo

—Puedes llamarme Daniel —aceptó

—Gracias Dani —pronunció emocionado.

—No tan rapido ladrón —negó palmeándolo

—Bueno es un avance —se enorgulleció.

Negué divertido, nos fuimos a la graduación emocionados, al llegar me fui a buscar a mi culito.

—Andy —me llamó mi rubia— qué tal me veo.

—Como un arcoíris —asentí, tenía la cara maquillada de muchos colores— pero hermoso cabron

—Gracias —dijo abrazándome con fuerza— no me olvidaras verdad.

—Estaremos a seis minutos el uno del otro—me burlé— nos veremos todo el tiempo.

—Lo prometes —me miró con los ojitos llorosos

—Lo prometo —afirmé.

El rubio me abrazó, mi niña llegó para abrazarme más, se veía igual de preciosa.

Santi nos trajo flores como la linda persona que es, mi nene llegó para ver las flores con desagrado.

—También te traje a ti Cas —le dió el ramo.

—Que lindo —dijo aceptandolas

—Ya podemos hacer orgia —pedi emocionado

—No —dijeron al unísono... groseros

Fuimos afuera, apesar de tener el mejor promedio de la generación no me dejaron dar el discurso de despedida pues mis acciones demostradas en el curso no eran de un alumno ejemplar.

Ni modo me la había pasado genial, además dar el discurso no lo es todo... mi hermana tampoco lo había dado.

En la ceremonia me senté hasta el frente... por lógicas razones claro está, Aslan llegó para sentarse a mi lado.

—Tu no vas aquí —le miré confundido.

—Me dejaron sentarme aquí... es más un seguro para evitar que hagas alguna locura —se burló

—Eso no... ah está bien —asentí recargándome en su hombro— estoy muy emocionado de irme a recorrer el mundo contigo.

—Son solo unas ciudades pero si —asentí— ya tengo todo listo —se acercó para besar mis labios.

Me planto tremendo beso que casi me deja sin aliento, le miré sorprendido.

—Espera que no debía ser secreto —dije confundido

—Ya no, ya firme mis papeles y estoy libre de cualquier condena —contó orgulloso.

Me lancé a él para abrazarlo y besarlo.

—Ahora que lo sepa el mundo —lo besé más.

El blanquito negó para verme con sus ojos castaños que dios me encantaban.

—Me alegra estar contigo —confesó— admito que fue algo duro al principio pero me enamoraste.

—Es que eres un fácil —asentí.

El negó para atraerme y abrazarme.

—Vamos a graduarnos —señale emocionado.

—Vamos a graduarnos —asintió

Uno a uno fueron pasando los alumnos por su diploma, primero pasó mi hombre con mi grito y el de su madre a todo lo que da.

Yo era de los últimos así que en el momento que pase pude escuchar los vitoreós y es que claramente mi familia era muy ruidosa.

Al baja del escenario fui directo a mi hermana.

—Esto es para ti —sonreí— es un logre pequeño pero espérame al de Harvard.

—Estoy tan orgullosa de ti —me abrazó con fuerza— no me cansare de decírtelo, te amo muchísimo.

Mi hermana casi me asfixia con su abrazo.

—Ya, que sigo yo —apuró mi tío Jake abrazándome

—Y Yo —se apuntó el tío Dean.

—Quítense que voy yo primero —dijo Dani abrazándome con fuerza para sentarse en mis piernas.

—Vas a llorar bebé —le dije abrazándolo con fuerza

—Si —dijo sentimental como siempre.

Llene de besitos a mi niño, lo que lo hizo llorar más.

—Bueno, bueno menos llorar y hora de la fiesta —ánimo mi tío Jake.

Habían organizado la "fiesta" en el restaurante de Aslan, mucha comida y el lugar solo para nosotros.

—Estoy tan feliz—dijo Xim abrazándonos— un poco celosa de que no me llevas a mi a pasear pero feliz.

—Yo también estoy celoso —se unió Klaus— pero lo acepto solo porque nosotros iremos a México —dijo emocionado

Los hermanos y Klaus se iban a pasar sus vacaciones a México lo que les caería muy bien.

—Nosotros también iremos en un punto del viaje así qué hay que juntarnos —dije emocionado— hay que enseñarles a estos gringos como es nuestro país.

—Que dices tú también eres gringo ya, llevas viviendo más de la mitad de tu vida aquí —recriminó Xim.

—Me siento ofendido —me quejé.

Elle negó para besar mi mejilla.

—Nos la vamos a pasar muy bien ya verás —me calmó ella besando mis mejillas.

Hoy estaba libre de medicamentos así que me dejaron empedarme por según mi hermana única vez en la vida... si supiera.

Aunque aguante bien el alcohol terminé ebrio, pero mi culito se vino a dormir conmigo pues nos iríamos mañana por la mañana.

—Solo a ti se te ocurre empedarte —señaló después de bañarnos.

—No pediré perdón —me reí tomando mi café con una concha acostado en su pecho.

—Lo pedirás mañana —dijo riendo dándole una mordida a mi pan.

Le miré con molestia.

—Te amo muchísimo pero si vuelves a morder mi concha te vas a quedar sin mano —amenacé serio.

Mis hermanos llegaron para recargarse en el marco de la puerta.

—Ajam Aslan me acompañas cariño —le pidió mi hermana— necesito que me alcances algo de la repisa de arriba.

—Claro —besó mis labios para ir.

Mi blanquito se fue tras mi hermana mientras mi hermano se metía en la cama conmigo.

—Oye fue un plan con maña verdad tramposo —gruñi siendo abrazado por el bebé.

—Así es, y adivina quien dormirá contigo hoy —afirmó burlón.

—Mi movió —asentí.

—Vuelve a intentar—repitió aferrado a mi

Suspiré para darme por vencido y besar la frente de mi bebé.

—Vas a ser un estupendo hermano mayor —afirme.

—Aprendí de los mejores —afirmó— pero tú... no me vas abandonar verdad.

—Nunca —afirme— nunca.

Me hermanito se acurruco en mí como cuando era bebé para quedarse dormido.

El blanquito solo regresó para besar mi frente.

—Nos vemos mañana —se despidió.

—Mañana —dije adormalido

Al despertar si me arrepentía de mis acciones del día anterior, al llegar al aeropuerto ya traía las gafas negras.

—Cuídate de acuerdo —dijo mi mamá besando mis mejillas— y todas las pendejadas que creas que están bien pregúntate si te dejaría

—Osh entonces no voy a poder hacer nada —me queje.

—Te amo mi niño —me abrazó con fuerza— pásatela muy bien.

—Yo más —la abracé con fuerza.

Mi hermanito se unió al abrazo para besar mi mejilla.

—Me traes muchos regalos —pidio feliz

—Tu también —asentí

Es que mi hermanito se iba a ir con los hermanos Hopes de vacaciones.

—Te amo —besé a mi morenatzo.

Ya iba a chillar el bebé.

Del otro lado mi león también se estaba despidiendo de su mamá y su tío, u abrazó y llegó a mi para abrazarme.

—Estas listo —sonrió.

—Estoy listo —afirme.

Iba a comenzar una nueva etapa en mi vida.

Esa mañana el avión se cayó dejando más de 120 almas sin vida.

Ahh se crean era bromita, entre México, Paris, Londres, España, Italia y Japón, me cogi al león por todo el mundo.

3 meses después.

La cajuela llena de cajas, un perrito en la parte trasera del coche era como iniciaríamos mi nueva etapa.

—Ya llevas tus medicinas —insistió ella— los parches para la presión y tu dona de baño.

—Si todo empacado —asentí.

—Tu almohada —me miró— porque no te la llevaré si la olvidas.

—Si me la llevarás —dije riendo.

Mi hermana me abrazó con fuerza.

—No tienes que mudarte sabes —me recordó— te puedo tener aquí toda la vida si quieres

—Vendré todos los sábados y es probable que pase mucho tiempo aquí cuando nazca frijolito —señale.

—En realidad es frijolita —anunció Marck llegando con una foto del ultrasonido— nos lo dijeron ayer.

—Frijolita —dije emocionada— una nenita.

Mi hermana asintió para llenarme de besos.

—Serán unos grandes padres —afirme.

—Y tu un excelente tío hermano —asintió mirándome- bien hermano ahora vamos o no vas a salir de aquí.

—Lo sé —suspiré.

Nos fuimos a mi nuevo departamento el que compartiría con mi leoncito, estaba muy emocionado pero a la vez tenía mucho miedo por vivir con él.

Al llegar leon ya estaba metiendo las últimas cosas de su coche.

—No viene tu madre Aslan —le dijo mi hermana saludándolo.

—Si venía se iba a quedar —asintió Cas.

—No le des ideas —me burlé.

El castaño asintió para besarme muchísimo.

—Venga a meter cajas —dijo mi mamá.

—Ya voy —bufé— vamos Luffy.

El perrito se metió a la casa sin preguntar, mi hermanito bajo del coche aún molesto por mi mudanza.

Me quedé afuera con él para despedirme de mi bebé.

—Seguirás enojado —le dije sentándolo en mis piernas

—dijiste que no me abandonarías —susurró molestos

—No lo estoy haciendo, solo estoy creciendo —le recordé— y en algún momento tu también lo harás.

El bebé negó para hundir su cabeza en mi hombro.

—Además no seas dramático estoy a cinco minutos de la casa y te seguiré recogiendo por las tardes —me burlé.

Mi hermano suspiró para asentir.

Había conseguido mi licencia entonces mi hermana me había comprado mi carro adaptado para tener total independencia.

—Te amo, cuida muy bien de Soso ahora eres el hombre de la casa —le recordé.

—Yo, yo soy un bebé —se excusó— además no se necesita un hombre en casa cuando hay una mujer fuerte al mando.

—Tienes razón —dije riendo— pero cuídala.

—Eso siempre —me abrazó.

Nos pusimos a meter las ultimas cosas pues ya habíamos traído las cosas a la casa, solo faltaban un par de cosas.

—Hola vecino —saludó Klaus en la casita de alado.

—Vecino —sonreí— espero no les moleste el ruido —le guiñe.

—Espero que a ustedes tampoco —me guiño

Negué divertido para lanzarle un beso, tendría a mi mejor amigo de vecino, claro junto con mi héroe y su hermana pues necesitaban de tres para pagar la renta.

Entré para acomodar mis cosas, al poco rato se fueron mis hermanos.

—Adiós mi niño —dijo mi hermana besando mi mejilla— es hora de crecer verdad.

—Es hora —afirme abrazándola— te veo el viernes.

—Nos vemos —sonrió orgullosa de mi.

—Adiós —dijo mi hermanito.

—Adiós bebé —me despedí de él, pronto a él también le llegaría su amorcito.

Me quedé con mi blanquito para acostarnos en nuestra cama.

—Quieres que inauguremos la casa cojiendo en todos lados —sonreí animado.

—No, estoy cansado —me abrazó— ven vamos acurrucarnos —me jalo hacía él.

Me acomodé para besar sus labios.

—Te amo —sonreí— me alegra habernos conocido.

—Yo también —afirmó— la verdad cuando te conocí... pensé que eras un Perfecto idiota, pero cuando te conocí de verdad... supe que quería pasar más tiempo contigo.

—Dome al león —dije riendo— cuando nos conocimos no sabía lo importante que ibas a ser para mi, y ahora no puedo alejarme de ti.

El chico se acercó para sellar nuestro amor con un beso... los caminos de la vida nos unieron, ahora sólo faltaba recorrer ese camino juntos.