Ciclos por cerrar
Cinco horas... es lo que duraba el vuelo, mis planes de la semana no eran volar por tanto tiempo con el novio nerd de mi hermana rumbo al funeral de mi madre pero aquí estábamos.
Tiene ventajas usar silla de ruedas, siempre soy el primero en subir y el primero en bajar.
—Bien amigo ¿Cómo estas? —preguntó Marck ayudándome acomodarme en mi silla.
—Siento las piernas entumidas —mencioné cansado.
—Si que fue un largo viaje verdad yo también... eso era una broma verdad —dijo confundido.
—Si, todo el tiempo están entumidas —me burlé.
El chico suspiró para asentir.
—Quieres algo de comer antes de irnos —ofreció.
—No... solo acabemos con esto para ir a casa —pedí.
El castaño asintió, al salir nos esperaba mi tío para llevarnos al panteón.
Fue agradable ver a mi tío aunque parecía mantenerse al margen apesar de las bromas que lanzaba, claro uno nunca sabe tratar al que se le acaba de morir su madre.
Creo que prácticamente ahora era huérfano... aunque ya me sentía así desde hace mucho.
Llegamos al panteón muy rápido, había mucha gente para mi sorpresa, todos vestidos de negro y ahí estaba mi hermana entre sus mejores amigos quienes le daban consuelo.
Mi hermanito estaba sentado junto a su mejor amigo comiendo galletas oreos, raro, pero para Dani cuando le llegaba el hambre tenía que comer sin importar que.
Mi hermana me miró llegar para venir a mi y abrazarme con fuerza.
—Gracias por venir mi niño —dijo limpiando las lágrimas.
—Jugaste sucio pero aquí estoy —suspiré.
—Quieres...
—No... aún no —me negué— iré con los niños.
Mi hermana asintió para abrazar a su novio y buscar consuelo.
Me fui a donde estaba mi hermano después de ser abrazado por mis tías, las hermanas de mi madre... al menos las que aún le hablaban.
—Así que esta es la sección de niños —dije acomodándome con mi hermano.
Dani me miró ofreciéndome una galleta la que acepté.
—Gracias —asentí.
Mi hermanito suspiró para sentarse en mis piernas y recargarse en mi.
—Andy... no se como sentirme —mencionó.
—Lo que sea que sientas esta bien —lo calmé abrazándolo.
—Está bien si no me siento triste...
—Está bien —afirme abrazándole más fuerte.
Dani suspiró para ver a su amigo.
—Vamos Cas... es hora —dijo levantándose.
Su amigo asintió abrazándome para luego darle la mano a su amigo y dirigirse al ataúd.
Me quedé solo cuando el ricitos se sentó a mi lado.
—Hola Niño —dijo abrazándome— ¿Cómo estas?
—Bien —asentí— me darás un discurso motivaciónal verdad...
El chico sonrió para negar.
—Se lo que es perder a alguien...
—Perdiste un hermano, no un padre —señalé.
Asintió para revolver mi cabello
—Mi hermano era para mí como lo que Soso es para ti —mencionó.
—Una figura paterna —asentí—bueno entonces creo que si lo sientes.
El rubio asintió.
—Dile todo lo que quieras, despídete como quieras...
—Y si quieres bailar en su tumba yo te ayudo —dijo mi tío Jake llegando a mi para abrazarme.
—¡Jake! —exclamó él con molestia.
—¿Qué? era una mierda te rompió el brazo una vez —le recordó cuando hizo de niñero de nosotros.
—Gracias a los dos —asentí riendo.
—Si nos necesitas aquí estamos —asintió Dean.
Sonreí ligeramente, mi hermanito corrió a mi hermana para que le diera mimos inmediatamente.
Ella se sentó a mi lado para estar los tres juntos.
—La incinerarán y será llevada a México para que esparzan sus cenizas —explicó Soso.
—De acuerdo —asentí.
Mi hermano besó mi frente.
—Puedo ver como la incineran —pedí con una risita nerviosa.
—Lo dejare pasar pero no debes decir esas cosas —me regañó.
Asentí, no la quería molestar también a ella.
—No tardarán en llevársela así que si quieres despedirte es ahora —dijo mi hermana.
—Yo...
Ella me miró con una sonrisa dulce para asentir.
Me acerqué nervioso, sentía como mi corazón latía cada vez más rapido.
Llegué para darme cuenta que estaba demasiado alto para poderla mirar.
—Vaya ni muerta me quieres ver —bromeé para mi— esta bien... yo solo quería decirte... que no fue mi culpa —dije lo que por muchos años le quería decir— yo no lo maté... y no tenías porque culparme por eso, yo necesitaba una madre y dónde estuviste... sumida en el alcohol y así fue como acabaste... del otro lado del que mató a mi padre...
Me reí más... que ironía.
—Era un niño mamá... y todo ese odio y despreció no lo merecía, así que jodete... no te necesito —afirmé— pero te perdono, por que no seré yo el malo de la historia... jodete y espero encontraras la paz que tanto querías.
No dije más, me giré en mi silla y me fui, mi hermana se acercó para abrazarme con fuerza.
—Soso no me siento muy bien estoy cansado —susurré— me puedo ir a casa.
—Claro que si mi niño quieres que te acompañe —dijo preocupada asegurándose de que no tuviera fiebre.
—Estoy bien tú quédate —la calmé.
Mi hermana besó mi frente para dejarme ir, mi tío me llevó a casa donde me esperaba mi abuela.
—Hola papito —dijo ella besando mi mejilla.
—Hola Abue —saludé abrazándola.
—Oh te extrañe tanto —me abrazó con fuerza.
—Yo igual —dije contento de verla.
—¿Como estás mi niño? —preguntó revolviendo mi cabello.
—Cansado... te molesta si me voy acostar —evadí la plática.
—No amor anda recuéstate —me permitió.
La abuela se aseguró de que estuviera cómodo para dejarme a solas.
Me quedé observando mi póster de Shawn Mendes para suspirar y sacar mi caja de recuerdos, cartas dibujos y ahí guardaba hasta el fondo estaba una foto con mi madre que aún conservaba.
Tenía por ahí de los seis y acababa de nacer mi solecito, solo que en ese momento yo solo estaba celoso por la bola gorda que lloraba y no dejaba dormir en las noches.
Mi madre me había llevado en un viaje solo ella y yo para que no me sintiera desplazado, uno de los mejoré días de mi vida... una lágrima rodó por mi mejilla mojando la foto.
La puerta de mi habitaciones se abrió para dar paso a esa cara conocida.
Nos quedamos mirando por unos segundos, unos eternos segundos.
—Está muerta —pronuncie dolido.
—Lo está —dijo él sentándose frente a mí para abrazarme.
—No, no —murmuré apartándome porque sabía que hacer.
—Shh Shh está bien —me calmó— esta bien, déjalo salir.
Me acomodé en su hombro para empezar a llorar... llorar como un niño pequeño, lloré hasta que mis ojitos se incharon, hasta que me dolieron los pulmones.
Terminamos recostados en mi cama, Jay me tenía entre sus brazos mientras yo solo me refugiaba en su pecho.
—¿Por qué viniste? —pronuncie después de un eterno silencio.
—Porque sabía que necesitabas un hombro para llorar —mencionó— y no usarías el de tu hermana, antes muerto a que te vea triste no es así— repitió lo que una vez le conté.
—Gracias —susurré— pensé que me odiabas
El chico me atrajo más a él para abrazarme con fuerza.
—Jamás podría odiarte —contestó besando mi frente.
—Lo prometes —dije mirándole.
—Lo prometo— me sonrió.
Esos ojitos que tanto me encantaban me miraron con sinceridad.
Me quedé ahí sintiendo su abrazo hasta que me quedé dormido, desperté por el beso de mi hermana mientras jugaba con mi cabello, ahora ella tomaba el lugar de Jay.
—Yo había dejado frente a mí un chico lindo, ¿Qué pasó? —me quejé.
—Ya se fue, quería darte espacio —sonrió para besar mi frente— ¿cómo te sientes?
—No quiero hablar de eso —insistí.
Mi hermana asintió para abrazarme.
—Dani se fue con Cam y el par de idiotas están en la sala —informó— quieres salir un rato.
Negué, estaba agotado...
—Te puedes quedar un rato conmigo —pedí.
Mi hermana asintió para abrazarme con fuerza besando mis mejillas y jugando con mi cabello.
—¿Cómo te sientes? —pregunté preocupado
—No lo se —suspiró— y tú amor.
—Bueno... somos huérfanos —dije riendo.
—Mientras nos tengamos a nosotros tres estaremos bien —asintió .
—Que cursi —negué— pero lo aceptaré.
Mi hermana me abrazó con fuerza.
—Podemos irnos a casa... no quiero estar tanto tiempo aquí— pedí.
—Claro amor —asintió— nos iremos en un par de días si, tengo que terminar de tramitar los papeles —explicó
Bufé para asentir y mirarla.
—Se están comiendo a Marck afuera no es así —me burle.
—Probablemente —asintió— ya sabes Jake.
Me empecé a reír para abrazarla más.
—Entonces dejémoslo un rato más solos —señale
Mi hermana negó pero aún así se quedó hasta que me dormí.
Nos quedamos un par de días que a decir verdad no me caía mal, la comida de la abuela, las bromas de mis tíos y ver a mi solecito feliz con su mejor amigo... es lo que necesitaba.
Un par de viejos amigos me visitaron para darme el pésame... pero al final era tiempo de irnos
Llegamos al aeropuerto para comer antes de irnos.
—Hola —murmuró es voz conocida.
Me giré para mirarlo, ahí estaba Jay.
Le miré haciendo corto circuito.
—Que haces aquí —hablé por fin.
—Quería hablar contigo antes de que te fuera —señaló— podemos.
Mire a mi hermana que asintió, nos apartamos un poco de los chismosos para poder hablar.
—Bien que tenías que decirme —murmuré.
—Ahm... pues dije cosas que no debía decir así que yo... lo siento —murmuró.
—Yo también lo siento, lamento no haber podido usar ese magnífico Outfit que tenías para mi —sonreí.
El asintió riendo.
—La verdad es que... me dolió que te fueras, tenía tantos planes para nuestro último año de preparatoria juntos que yo no... no estaba seguro de cómo lidiar así que me aparté —murmuré— lo siento.
—Te entiendo —asentí— a mi también me dolió irme pero tenía que hacerlo por mi hermana y mi solecito.
—Lo entiendo —asintió— ahora ya lo entiendo.
Suspiré para ver esa carita tan linda, el castaño se acercó para abrazarme con fuerza.
—No extrañaba esto —me quejé
—Yo sé que si —dijo riendo.
—Está bien lo permitiré —abrazándole.
Nos quedamos así por un largo tiempo.
—¿Estarás bien? -en prehubto cuando mi hermana vino apurarnos.
—Lo intentaré —suspiré— ¿y tú?
—Si bueno me quedé sin modelo para mi ropa pero Cam tiene buen porte —dijo riendo.
Le gustaba hacerme ropa y yo no podía decirle que no.
Nos dimos un último abrazo para irme sin mirar atrás.
Mi hermanito estaba aferrado a mi brazo con mucha fuerza pues odiaba los aviones.
En cinco horas estaría en casa una vez más... dejando atrás todo lo que me hizo daño.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro