F.R.I.E.N.D.S
Amigos es un término complicado para mi, cuando era niño podía decirle amigo a cualquier niño con el que me llevara bien un día, conforme creces vas entendiendo que el término amigo no se debe usar en vano, actualmente mi número de amigos es 3, dos según Ander porque no puedo contarlo a él como amigo porque es mi novio... pero si tu novio no es tu amigo la relación no puede llegar a tanto.
Por la mañana salí a correr para despejarme de los problemas cuando como siempre ese maldito perro me siguió hasta la casa.
—Luffy defiéndeme —pedí entrando a la casa abriendo la puerta para dejar salir al perro
El golden fue directo "atacar" al pomeranian del vecino... no funcionó solo lo atacó a lengüetazos moviéndole la colita.
—No te vaya a comer —se burló Klaus en la cerca de a lado mirándome con gracia
—Controla a tu perro quieres, todas las mañanas es lo mismo — me quejé.
—Es que estás muy apetecible —se burló giñandome.
Un zapato lo atacó siendo el dueño mi novio que me esperaba desde la puerta
—¡No coquetes con mi novio! —le dejó en claro a Klaus— se tus sucias intenciones
—Mis sucias intenciones son las mismas que las tuyas —le recordó con una sonrisita pícara.
—Ya me acordé porque son amigos —aceptó Andy derrotado, bufé para entrar a la casa besando la frente de Andy.
Si tal vez Zoro el perro de Klaus era un pomerania pero el cabron se iba directo al tendón de Aquiles para morder y no soltarte, durante mi ducha me quedé un momento reflexionando en lo que me había dicho Andy ayer... concluí que no necesito amigos así que trataría de ignorarlo el día de hoy.
Los caminos en coche siempre eran con la música en alto con la nada melodiosa voz de mi novio escuchando a Olivia Rodrigo como despechado.
—Hoy voy a llegar tarde —me avisó mientras se bajaba del coche— los chicos quieren ir por uno tragos.
— ¿Quieres que vaya por ti? —me ofrecí
—No está bien, Xime va estar trabajando ahí hoy así que se ofreció a traerme de regreso —me libero del compromiso que no quería— pero puedes pasar a recoger a Dani, tiene práctica en la tarde y Soso no lo puede recoger.
—De acuerdo, cuídate quieres no hagas nada estúpido —pedí
El chico solo negó para despedirse con un saludo militar e irse, la pelirroja ya lo esperaba para acompañarlo en su trayecto a clases
Llegué al hospital para irme a donde me correspondía... fingiendo demencia porque no volvería a los signos vitales, hoy de mi corría con que iba apuñalar personas, al llegar ya estaban los gemelos con un particular aspecto, si el día de ayer estaban rojo hoy parecían tomates, una sonrisita salió de mi
—¿Cómo les fue ayer? —salude palmeando la espalda de ambos, no tan fuerte pero el simple rostro de dolor me causó satisfacción.
—Eres malvado —chilloneo Tara.
—Y yo que planeaba darles un abrazo —bromeé— pero en vista que soy malo no lo haré.
Ty suspiró tomando mucho aire para aventurarse abrazarme con fuerza, si el cabron me iba hacer pasar mal rato yo lo haría también devolviendo el abrazo con fuerza, no soporto para soltarme al instante
—Si eres malvado —confirmó el pelinegro
—Y ustedes pendejos —asentí— ahí están sus consecuencias, ¿que planeaban ustedes?
—Broncearnos —dijo Tara emocionada
Diría mi novio los blancos no se broncean solo se queman, y estos dos se habían asado.
—Ustedes son así o les dan apagones cerebrales —negué sacando mis cosas
Ty soltó una pequeña risa siendo golpeado por su hermana, ella bufó para verme cruzando sus brazos.
—Tal vez no seamos muy listos pero eso no te da derecho a ofendernos y lastimarnos —se cruzó de brazos.
—Así es él, le encanta lastimar los sentimientos de las personas —se burló la voz.
Me giré para verle, ahí estaba con una sonrisa altanera mirándonos, los mellizos eran... raros, realmente desbordaban mucha energía que era incompatible para una persona que estudia en el ámbito de la suma, nunca los había visto enojarse y verlos separados, era un misterio, no me esperaba la reacción de ambos porque de un instante a otro estaban parados entre Ethan y yo, ambos con los brazos cruzados
—Y a ti quien te dijo que podías meterte donde no te llaman —le atacó ella
—Cas es nuestro amigo y si bien su comentario estuvo fuera del lugar nunca nos lastimaría —me defendió Ty
—Amigo —dijo riendo— él no tiene amigos, esa palabra no existe en su diccionario.
—Claro que existe, a lado de monserga que es la que te define —señale— ahora si no te importa estamos ocupados.
El cabron soltó una ligera risita para irse, la rubia se había quedado mirándonos confundida pero al margen, ella se acercó sin decir más
Peta llegó cambiando el ánimo de todos, por suerte hoy no me mandaron con el doctor, pero claro Ethan iba y venía soltando sus comentarios de desprecio hacia mi y hacía los demás, cosa que ignoramos o al menos yo
Por la tarde un visitante inesperado llegó, aquel rubio hizo su aparición abrazado de la pierna de otro chico qué tal vez tendría la edad de Dani.
—¡Mamá! —saludó emocionado abrazándola.
—Hola mi amor —correspondió al saludo llenándolo de besos— que bueno que veniste.
—Hola Cas —me saludó el pequeño rubio, tenía unos ojos azules enorme que me miraban divertido— ¿donde esta tu novio?
—En su escuela, molestando a otros probablemente—asentí.
El niño miró a su mamá con molestia, ella solo le sonrió sentándose en una de las sillas abrazándolo de una manera extraña sujetando sus piernas con las suyas y levantando la manga de su playera, parecía una especie de llave de contención
—Aslan me ayudas con mi niño —miro la vacuna.
Ahora entendía porque, la última vez que vino lloraba porque no quería que lo vacunaran, asentí para acercarme y bajarme a su nivel.
—Lo voy hacer pero así no —acepté
—Si no es así no se va a dejar —explicó
—Me das la oportunidad—pedi.
Ella me miró algo insegura pero asintió soltando el agarre, el niño ya se las temía mirándonos enojado
—Muy bien amigo creo que ya sabes a qué vienes hoy no —empecé.
—No quiero —dijo con los ojitos llorosos
—Yo sé que no, pero apoco te gusta estar enfermo —le dije— la vacuna duele un poquito si, pero si te enfermas vas a tener que recibir más piquetes y tomar medicinas que saben feas, apoco quieres eso —explique.
—No —dijo con la lagrimita traicionará.
—Bien entonces hagámoslo, te prometo que va a ser muy rápido y trataré de que no te duela tanto —le prometí.
El bebé se secó las lágrimas de inmediato.
—Vale entonces te voy a poner esto vale —le mostré una abeja que tenía una compresa de hielo, la dejé por un momento para que calmara un poco— bien entonces tu mamá te va agarrar la mano y si te duele la vas apretar muy fuerte de acuerdo
—si —dijo sufriendo un poco.
Limpié la zona con el algodón preparando mi jeringa.
—Muy bien listo a la cuenta de tres te la voy a poner una... dos... —se la puse antes de acabar, un piquete y listo— tres, ya acabe.
El niño se miró el brazo confundido para llorar un poco.
—¿Te dolió? —le pregunté.
—No —gimoteó llorando.
—¿Entonces porque lloras? —le preguntó su mamá riendo.
—Es que yo quería ver a Andy —gimoteó más.
Negué cambiándole el tema escogiendo que bandita le iba a poner, escogió una de los paw patrol, mientras estaba en eso los mellizos llegaron pues habían ido por más material.
—Max —lo llamó Tara
El niño corrió para ir abrazar a la chica mientras ella lo cargaba.
—Oye esa es mi hermana —se quejó Ty
—Ya no —dijo riendo.
Negué guardando mis cosas, Amber se acercó para poner una mano en mi brazo, un gesto de aprecio que utiliza la gente.
—Gracias —dijo feliz— es muy sensible... y le aterran la jeringas
—Es un niño, hay que explicarle las cosas para que tengan menos miedo —explique.
—Quien te viera —se burló— pareces tan insensible en muchas cosas pero en otras eres... muy bueno
—Solo hago lo que me enseñó mi padre, pero no termino de criarme así que estoy a medias —me excusé
Papá era maestro pero había tomado muchos cursos, me había dado una crianza respetuosa, me había enseñado a poner límites en mi cuerpo, me había dado una buena inteligencia emocional... pero nunca me enseño a vivir sin él y fue esa parte lo que arruinó todo lo que me había enseñado
Miré al chico que me miraba con curiosidad como si tratara de reconocerme de algo
—Ah el es mi hermano Patrick —me lo presento Amber— a él también lo puedes vacunar.
—tu también necesitas que te tranquilice —me burlé
El chico negó con una ligera sonrisa, mientras su hermana se iba a rescatar a su hijo me quedé para vacunar al adolescente.
—Tu... eres el hermano de Daniel Macotela no es así —mencionó tímido
—Algo así, su hermano es mi novio —asentí.
—Oh... él dijo que eras su hermano —murmuró
—Así lo considero, me alegra saber que él a mi también me considera su hermano —dije poniendo un curita de paw patrol
—El dijo que tú eras su hermano, no el de silla de ruedas —se explicó en un murmuró
Me quedé analizando sus palabras para asentir, era algo que arreglaría después, los niños se fueron dejándonos a nosotros continuar con nuestro trabajo, estuvimos otro rato más cuando fue hora de recoger para irnos, mientras recogía las cosas sentí el golpe del hombre golpeándome con tanta fuerza haciéndome caer la nevera con las vacunas, por suerte eran los usados
Suspiré con molestia ante la risita.
—Ups —dijo él— perdón no te vi.
—Es difícil ver a alguien cuando estas a su sombra —mencioné— tus constantes ataques me hacen creer que aún te sientes así, igual que cuando éramos niños, pero tranquilo te permito salir de mi sombra, no hay nada que nos ate.
No sé si lo que lo molestó fue recordarle que era mi sombra o que no teníamos ni pizca de amistad, solo lo vi llegar hasta mi azotando mi cabeza contra la pared, por un segundo se me nubló la vista sintiendo un ligero mareo
—¡No digas eso... no te atrevas a decirlo! —me dijo mientras me tenía contra la pared, esos ojos azules me miraban con... dolor.
Una mano lo jalo con fuerza hacia atrás quitándomelo de encima, para impactar su rodilla contra su abdomen sacándolo el aire por completo.
—¿Estás bien? —me preguntó la rubia
—Recuérdame nunca meterme contigo —asentí.
—Practico artes marciales mixtas —asintió, eso explicaba mucho de su complexión, no era esbelta y delicada, tenía muslos grandes y una espalda amplia pero sin perder un par de curvas, era apenas que me percataba de eso.
Di un paso trastabillando un poco por el mareo, Tyler y Tara se pusieron uno a lado del otro para ayudarme a sentar, Peta llegó con el doctor que había visto la pelea desde lejos... pobre hombre no se la acabo
Cuando recuperó el aire se lo llevaron al edificio de enseñanza y a mí a una placa para ver qué no tuviera nada más, una ligera contusión que solo necesitaba descansar, aunque mis amigos me esperaron insistí en que se fueran pues tenía que hablar con él... esa mirada no podía sacarme de la vista.
Me quedé esperando hasta que salió, tenía los ojos ligeramente rojos por llorar.
—¿Te corrieron? —le pregunté, se giró para verme confundido
—Si bienes a burlarte...
—No —calme levantándome de la banca en la que había esperado— quería hablar contigo
—Has dicho suficiente hace rato no crees...
—No se porque me odias pero...
Una risita salió de él irónica.
—Me abandonaste —remarcó— eras mi mejor amigo y aún así lo hiciste... me ignoraste hasta apartarte de mi cuando te necesitaba, yo hice de todo para estar a tu lado y tú me abandonaste el día que mas te necesitaba —reprochó dolido
Me quedé serio por un momento recayendo en lo último que había dicho, ahora era yo el que reía.
—Te refieres al básquetbol— caí en cuenta.
—Tu prometiste que jugaríamos hasta el final... que iríamos a las finales y ganaríamos —insistió
—Perdón por faltar a la final, estaba muy ocupado en el funeral de mi padre —me acerqué con molestia
—No me refiero a ese día idiota, la siguiente temporada... dejaste de ir y cuando ibas era como si no estuvieras —me atacó— y mierda yo intentaba, intentaba que te enfocaras en otras cosas y dejarás de pensar en tu padre, pero solo me apartaste... y rompiste aquella promesa que me juraste desde niños
—A la mierda la estupida promesa, había perdido a mi padre idiota y en vez de que entendieras que estaba pasando por un duelo lo único que querías es que volviera a ser el mismo, como si no me hubieran arrebatado a mi padre... —le reproché— necesitaba un amigo que se quedara a mi lado y me dijera que todavía podía tener una vida después de eso, no te necesitaba a ti jodiendo a que tirara un balón a un aro... por eso me aparté, porque no quería tu falta de empatía y es lo que aún no has entendido... perdí a mi padre... perdí a mi persona favorita...
—¡Si pero yo aún tenía uno! —me gritó— uno al que me habías prometido que vería en la final.
Entonces sus palabras retumbaron en todo mi ser, aquella promesa que habíamos hecho cuando éramos niños era una promesa para enmascarar la verdad... su padre era un idiota adicto al trabajo que no pasaba tiempo con él.
Antes de la muerte de papá mi mamá era igual que él, solo que un poco menos, la única conexión que tenía con mamá era que me preparaba mi comida y sabía que si la necesitaba ella estaría para mi, pero su prioridad era su trabajo... su padre era mil veces peor había prometido ir a las finales y con aquella inocencia habíamos pensado que si las ganamos su padre mágicamente se convertiría como en el mío... pero eso nunca pasó, porque yo dejé el basketball y el equipo nunca volvió a llegar a las finales.
—Lamentó haber roto la promesa —dije lo que si lamentaba— pero era solo un niño que estaba sumido en un abismo de dolor y desesperación y tú no fuiste la mano que me ayudó a salir de él...
—No —me interrumpió — no digas eso porque yo si estuve ahí, estuve ahí cuando llorabas todas las noches hasta quedarte dormido, me quedé a tu lado cuando no podías ni salir de la cama o cuando te tenían que internar porque no comías ni bebías agua por días —me reprochó— estuve ahí cuando todos los demás se fueron, tú perdiste a tu padre pero yo perdí a mi mejor amigo...
—Lo siento —susurré— lamento no haber podido cumplir la promesa, lamento no haber sido un buen amigo, sé que no me justifica pero estaba sufriendo y ese sufrimiento me cubrió los ojos haciendo que lastimara a las personas a mi alrededor —me disculpé— perdón por apartarte
Una lágrima brotó por su mejilla y tal vez otra rodó por la mía.
—Lamentó no haber sido de ayuda —me miró— y lamento haber puesto todas mis esperanzas en ti, aún sabiendo que no tenías las fuerzas para hacerlo, perdón por querer obligarte a volver al juego cuando no estabas listo... y lamento haberte roto la cabeza hace rato.
Una pequeña risa salió de los dos.
—Lamentó que tu padre sea un imbecil —acabe
El chico asintió acercándose a mí para sin más abrazarme, se lo permití... mi niño interior todavía necesitaba ese abrazo... tal vez Ander no estaba tan equivocado
Un poco tarde pero aquí está ✨🫶🏻
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro